Por Nehuén Gusmerotti *
Hoy les traigo un mito. Una de esas leyendas populares que cada tanto son rescatadas por el saber de quienes patearon la calle. Estamos hablando de la primera banda de rap argentina. Los Adolfos Rap. Un grupo que tomó influencias que venían desde el norte del continente y les impregnó sentir popular, la marca distintiva de la música de estos pagos. Llegó a tocar en el mítico Cemento. Hoy sus músicos se reparten entre España, Estados Unidos y todos los rincones del Conurbano Bonaerense.
Sus orígenes datan de finales de los años 80’. Para el 87-88 empieza a llegar esa data del hip hop al país. En Argentina el furor estaba puesto en la creciente figura de Los Redonditos de Ricota, y la ola hedonista de Soda, Virus, el renovado Charly solista, entre otros. Pero en un sector del underground pegó esta onda rapeada. Afuera del país algunas bandas venían mezclando el rap con el rock. Los Red Hot Chilli Peppers son un claro ejemplo. Y acá, fueron Los Adolfos quienes quedaron guardados como el eslabón perdido entre el rock y el rap. Una banda de vanguardia, adelantada a su época, que para cuando el rap estalló en el país, ya estaba desgastada por el correr de los años. Hoy son reivindicados por artistas de la talla de Jazzy Mel o incluso los Illya Kuryaki.
Los Adolfos fueron formados por Gustavo “Iolo” Ferraiuolo, uno de los cantantes. Al menos eso da a indicar la historia, que solo vive en los relatos de músicos de la época. Por la batería pasaron el Negro Sting Muruzabal y Gustavo “Mosco” Martín. En la guitarra tenía un tipo que venía del heavy, Claudio Giménez, Diego Alonso en el bajo, “Toscano” Scannapieco en percusión y Karina Zew en saxo. Entre los cantantes estaban Christian “Noki D” Giménez, Román Rosso y Julián Stumpo (Dj Tortuga), más otros que han pasado por su formación. Tres cantantes, dos saxos, percusión, scratching, bajo, batería y guitarra. Esa era la esencia de Los Adolfos.
En el año 1991 salieron en el recopilado de la revista 13/20, junto a algunas bandas novedosas de la época. Así pudieron grabar en el estudio El Nuevo Mundo de Litto Nebbia. Los medios de la época dijeron: “la esencia de estos tíos es pegar fuerte, rápido y primero”. Algunas de las bandas que reunió este material fueron Attaque 77, Charly Garcia, Los Guarros, Los Fabulosos Cadillacs, Los Twist, Autenticos Decadentes, Memphis La Blusera, Pachuco Cadaver (dúo en que participó Roberto Pettinato) y, obviamente, Los Adolfos Rap.
Si los ubicamos en el mapa, Los Adolfos son parte necesaria de ese caldo de cultivo que abrió la cancha al beat de los noventa que fue denominada la “new wave” del rock nacional. Babasónicos, Los Brujos, Divididos, Actitud María Marta, Illya Kuryaki, son bandas que aparecen como el efecto de la punta de lanza que generaron Los Adolfos. Más adelante, a fines de la década del 90´, el rap iba a tomar mayor relevancia, con identidad propia y más despegada de la escena rockera. En Los Adolfos convive algo de funk, punk, rock, una especie de Rage Against the Machine, Faith no More o Public Enemy argentino.
Otro punto de contacto con ese rap rock de los noventa eran sus letras. Los Adolfos tenían una constante denuncia social, cruda. Alimentados por el tándem de la hiperinflación del alfonsinismo y lo más descarnado del neoliberalismo menemista, Los Adolfos iba al hueso con lírica de base y potente. Temas como “Fin de Mes”, “Justicia” o “La Ira”, de las pocas reliquias que hoy se pueden encontrar en la web, son una imagen vívida de esos años jodidos para el pueblo argentino.
Los Adolfos fueron recuperados luego de que “Iolo” acudiera a Pablo Apezteguía para conservar el material de unos VHS. El director vio en ese material una historia que debía recuperarse. Así encaró una investigación junto a Damián Marsicano y Maximiliano Sachetti sobre la historia de Los Adolfos. Historia difícil de recuperar porque hasta para los propios protagonistas hay tramos en negro. El documental resultante es “Hijos de Nadie: una película sobre Los Adolfos Rap”. Fue presentado en el BAFICI 2019 en la sección musical por Panza Films. Cuenta con testimonios de varios miembros de la banda, además del rapero Jazzy Mel y el periodista Gustavo Álvarez Nuñez, entre otros.
El grupo se separó para finales de los años noventa, desgastado por algunas partidas, por tantos años peleando la escena emergente, por motivos que son difusos incluso para los protagonistas. Esta reivindicación histórica que trajo el documental puso sobre la mesa un deseo de reencuentro. Ellos también tienen claro lo que fue la banda, en palabras de su fundador: “Hicimos todo desde muy abajo, hemos hecho un árbol. Nosotros pusimos la semilla, la hicimos crecer y nos comimos el fruto. Y dijimos, a cagar, se acabó”.
(*) Conductor de Resistiendo con Ideas (sábados de 18 a 20, domingos de 16 a 18)
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