En el marco de la crisis planetaria ocasionada por la pandemia de COVID 19, el Comité Panamericano de Juezas y Jueces por los Derechos Sociales y la Doctrina Franciscana, comparte con el colectivo de magistradas/os de nuestras Américas y con la opinión pública en general, diez reflexiones para tener presentes al momento del obrar judicial, con el ferviente deseo que puedan ser útiles a la hora de adoptar decisiones.
1. LA PANDEMIA
La pandemia es además de la propagación de una enfermedad, la revelación de un
síntoma global, en el que el planeta adopta formas defensivas frente a la degradación y
a la destrucción causada por la acción humana. La armonía planetaria está amenazada
y el ecosistema responde con los recursos de que dispone. Concebir a la pandemia como
una mera expansión de enfermedades, sin indagar en su causalidad última y sistémica,
constituye un grave error que no nos podemos permitir. La Naturaleza está hablando y
debemos saber escucharla.
2. LAS FALSAS OPCIONES
No bien se produjo la expansión del virus y se perfilaron las diversas alternativas de
respuesta, varios gobiernos invocaron la necesidad de sostener el orden económico y
productivo y con ese motivo relativizaron las medidas de protección social y
distanciamiento imprescindibles para frenar su avance. Como resultado, esos mismos
estados tuvieron y tienen hoy a diario miles de muertes evitables en su haber y por
cierto no han podido sostener el nivel de actividad económica ni frenar la caída de su
PBI. La supuesta dicotomía entre salud y economía es una falacia. Ambas debieran tener
a la persona y a la vida por centro y lo que daña a la humanidad debe ser modificado en
cualquiera de ambos campos. No hay economía sin ser humano, ni ser humano digno
sin salud.
3. LA DESCOMPOSICIÓN DEL SISTEMA
Tal como señaló categóricamente el Papa Francisco en su discurso ante los Movimientos
Sociales en Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, el sistema no aguanta más. Está terminado y
en descomposición. No hay otras lecturas posibles. Cuando un orden se cimienta en el
privilegio de pocos y el sufrimiento de muchos y para sostenerse utiliza sólo ficciones y
recursos insustanciales, no evidencia otra cosa que su crisis terminal. La pandemia no
hace sino poner en contraste ese estadio de crisis y nos interpela a la transformación.
Es la hora de una revolución eco-social, tal como la ha definido Francisco en la Encíclica
Laudato Si’. Nada se puede construir sobre los restos humeantes del capitalismo salvaje.
4. LA MUERTE DEL DERECHO NEOLIBERAL
El derecho ha sido siempre un instrumento. Digno, cuando sirve a la persona humana y
a su dignidad, y detestable cuando opera como legitimador de regímenes opresores y
explotadores. Al igual que con la economía neoliberal, se ha conformado un orden
jurídico cuya misión ha sido consolidar el poder de un puñado de corporaciones y una
decena de individuos en el planeta. Ese grupo concentrado logra sobreponerse merced
a una compleja trama de complicidades encarnadas en gobiernos, organizaciones
internacionales, cortes, medios de difusión, figuras de la política, periodistas, sectores
de la academia, etc. La crisis del sistema de dominación y su agotamiento, marcan lo
propio para el campo jurídico y evidencian la urgente necesidad de refundar las bases
de la normatividad acompañando un proceso de ascenso y protagonismo de los sectores
descartados y empobrecidos.
5. LAS/OS DESCARTADAS/OS
El sistema neoliberal ha potenciado al máximo los descartes humanos. Millones de seres
viven hoy sólo para dar testimonio de presencia, pero carecen de dignidad y de rol
histórico. Son seres abandonados a su suerte, sin protección estatal ni contención social.
Millones de niñas, niños y adolescentes sufren de privaciones y de problemas
estructurales de alimentación, salud, educación y vivienda. La humanidad se ha
degradado junto a este proyecto político de la elite mundial, poniendo en jaque la propia
esencia de la persona humana: su libertad y su racionalidad. La construcción de un
proyecto democrático y libertario hace imprescindible la inclusión de los sectores
descartados. El rescate de la persona humana es un imperativo para el propio hombre.
6. LOS DESCA
Los Derechos Económicos, Sociales, Culturales y Ambientales (DESCA) deben abandonar
su supuesto carácter programático y constituirse en inmediatamente operativos. No
existe otro límite para su consolidación que el de la disponibilidad de riqueza en el
territorio de los estados. Los procesos políticos que generen nuevos órdenes, deben
impactar en la riqueza concentrada para permitir que los grupos descartados ingresen
en el tejido social con protección, contención y trabajo digno. Sólo así serán viables los
DESCA, no existe otra fórmula. Obviar cuál es la génesis de este nuevo orden, es
pretender un cambio sin sustento, basado en un mero voluntarismo. Estamos
nuevamente ante la opción del nominalismo jurídico que nos ha llevado a la anomia progresiva, o la consolidación de un verdadero orden sustantivo que motorice una
sociedad humana justa y equitativa.
7. DISTRIBUCIÓN IGUALITARIA DE LA RIQUEZA
La actual concentración de la riqueza es injusta, insostenible e inadmisible. Carece de
lógica evolutiva y es la expresión más clara de la expoliación en masa. No hay proceso
económico real que pueda justificar que un puñado de personas tengan más riqueza
que la mitad de la población del planeta. Se trata de un verdadero oprobio, máxime
cuando esa terrible asimetría se nutre del descarte, la desconsideración y la violencia
para sostenerse en pie. Como Francisco ha señalado, no hay democracia con hambre, ni
desarrollo con pobreza ni justicia en la inequidad. La concentración de la riqueza ha de
ser atomizada si se desea construir una sociedad nueva, integrada, justa y humana.
8. NUEVA DEMOCRACIA Y NUEVO ORDEN INFORMATIVO
La pandemia ha puesto en evidencia también la fragilidad del sistema político y la
imperiosa necesidad de su revisión. La democracia representativa ha colapsado frente
al progresivo y evidente avance del orden informativo que redacta las agendas políticas
y diseña con su cotidiana erosión sobre la opinión pública, los límites del propio sistema.
El law fare y otras formas de intervención externa enmarcadas en los conflictos de
cuarta generación, minan todo intento por sostener la soberanía de los pueblos y la
legitimidad democrática. Hace falta un brusco giro de timón en los órdenes políticos. Es
imprescindible que el recurso tecnológico se utilice de aquí en más para legitimar en
tiempo real decisiones que no pueden continuar adoptándose en la soledad de los
lobbys. La tecnología abre la puerta a formas semidirectas o directas de democracia,
tales como la consulta popular, la iniciativa popular o el recall, para que dinamicen la
relación entre pueblo y gobierno, tendiendo a su progresiva y real amalgama.
9. VIOLENCIA, RACISMO Y DISCRIMINACIÓN
La pandemia no es la única peste del presente. Las violencias de género y la intrafamiliar,
son sin dudas la otra pandemia en esta emergencia sanitaria. El racismo y la
discriminación como formas de odio y de intolerancia, son un virus mortal para la
sociedad humana. Los recientes casos de brutalidad policial, o de muertes sistemáticas
de líderes sociales, así como otras formas estructurales de violencia sobre grupos
sociales y etnias con base en la supremacía racial, religiosa, de género, etc, deben ser
desterrados de la faz de la tierra en un esfuerzo central de los poderes públicos. Las/os
juezas y jueces estamos llamadas/os a encabezar un protagonismo esencial en ese
proceso de neutralización de las doctrinas del odio, que hoy se ciernen sobre las
mujeres, las personas afrodescendientes, indígenas, grupos religiosos y tantos otros.
Nos alarma que algunos gobiernos del continente hayan generado discursos afines con
la aludida persecución, y que, de alguna forma directa o indirecta, promuevan conductas
ilegales por parte de determinados poderes del estado; hasta con persecuciones a
juezas y jueces que son hostigados por cumplir con la ley, y que necesariamente deben
ser reconocidas/os y apoyadas/os en su labor.
10. CREATIVIDAD
Es este el preciso momento en que la crisis llama a nuestra capacidad creativa. Los
moldes y modelos del pasado, en los campos políticos, económicos y jurídicos, han
demostrado su incapacidad y su perfil destructivo en lo social. Hacen falta nuevos
paradigmas, son necesarios novedosos procedimientos, se tornan indispensables
liderazgos creativos y valientes. El peor de los errores sería construir sobre los cimientos
negativos del pasado reciente. Es el momento de un cambio radical. La pandemia, aún
entre medio de las consecuencias dramáticas y dolorosas, nos presenta un resquicio de
acción, una pequeña veta paradojal, por donde construir un mundo nuevo, con una
economía al servicio del hombre, un derecho comprometido con su dignidad y una
democracia política garante de su voluntad real.
Emitido en Buenos Aires, Capital de la República Argentina, sede bianual de la
Presidencia del Comité, a los cuatro días del mes de julio de dos mil veinte.
Roberto Andrés Gallardo (Presidente) – Argentina
Ana Inés Algorta Latorre (Vicepresidenta) – Brasil
María Julia Figueredo Vivas – Colombia
Janet Ofelia Lourdes Tello Gilardi – Perú
Daniel Urrutia Laubreaux – Chile
Gustavo Daniel Moreno – Argentina
COPAJU – DOCUMENTO CRISIS PLANETARIA
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