El mismo lema que sonaba en Los Ángeles en 1992 se replicó en al menos 140 ciudades de 21 estados de Estados Unidos desde el fin de semana pasado tras el asesinato de George Floyd.
Por Valeria Rodríguez*
En abril de 1992 se desató una serie de manifestaciones populares a causa de la absolución de cuatro policías blancos que dieron una paliza al taxista afrodescendiente Rodney King, pese a que se había difundido un video donde se veía claramente lo que sucedía.
El hecho encendió la mecha. Miles de jóvenes afrodescendientes y latinos salieron enfurecidos evidenciando lo que realmente pasaba al interior: la enorme desigualdad social y la segregación.
Esto fue conocido como los disturbios de Rodney King. Como saldo 54 personas fueron detenidas y más de 2000 heridas. Fue uno de los sucesos que facilitó la llegada de Bill Clinton a la Casa Blanca tras las elecciones en noviembre del mismo año.
28 años después, George Floyd
El 25 de mayo en Minneapolis, Minnesota, hubo un reporte de intento de pago con un billete falso. La policía llegó y redujo a George Floyd, un ciudadano afroamericano de 46 años que terminó en el suelo y la rodilla de la policía blanco que lo había reducido terminó matándolo por asfixia.
Al igual que el caso de Rodney King, todo fue grabado y cuando se presentó el informe policial nada de esto aparecía. La gente salió a las calles enfurecida contra el racismo policial, también impulsada por la crisis económica que transita el país. En 2018 el FMI había catalogado a los Estados Unidos como una de las cinco naciones más endeudadas del mundo con casi 20 billones de dólares en deuda además de ser el dueño de la tercera parte de la deuda mundial.
En 1992 también había una crisis similar a la actual pero con la diferencia de que en esa época no había una pandemia y a pesar de ello, la desocupación era de 7.8 por ciento -considerada la tasa de desempleo más alta de la historia después de la gran depresión-, la cual fue superada por la tasa de este año, que llegó a 14,7 por ciento.
El racismo norteamericano
Si bien la comunidad afrodescendiente durante más de 300 años luchó por sus derechos y exigió el mismo trato que la comunidad blanca con actores importantísimos como Malcom X o Martin Luther King, los afroamericanos siguen siendo víctimas del racismo y la segregación en distintos sectores de la sociedad.
Según la Oficina de Estadísticas Laborales, la comunidad afrodescendiente es la segunda minoría después de los hispanos y al igual que estos los más golpeados por la desocupación; de hecho del 100 por ciento de los desempleados, el 16,7 por ciento es afrodescendiente contra el 14, 2 por ciento de los blancos.
Por supuesto que sin contar las mujeres y los desempleados hispanos que también comprenden gran parte del porcentaje total. Por su parte, la participación laboral de los afrodescendientes para 2016 era del 13 por ciento contra el 78 por ciento de las personas empleadas blancas.
Las desigualdades dentro del mercado laboral también son notables, ya que según el informe publicado por la misma Oficina de estadísticas Laborales en 2018, un hombre blanco ganaba en promedio de 971 dólares mientras que un afrodescendiente realizando el mismo trabajo obtenía 710 dólares.
En lo referente a la salud también hay grandes diferencias. Según el Comité Nacional de Seguridad Social, los afrodescendientes son más propensos que los blancos a tener enfermedades graves como la diabetes, enfermedades coronarias y afecciones renales.
Tras la aparición del Covid 19 algunos estados declararon que la comunidad afrodescendiente es la más golpeada aunque no hay recopilación de datos oficiales, por lo cual no hay estadísticas certeras que lo demuestren.
Por otro lado, de acuerdo al Centro para el Control y Prevención de Enfermedades, el 41 por ciento de las mujeres que mueren a causa de complicaciones durante el embarazo son afrodescendientes. A su vez, los homicidios también son una causa principal de muerte para los afroamericanos. De hecho,el 11 por ciento de los niños que mueren por violencia armada son afrodescendientes.
Según un estudio publicado en 2019 por el Consorcio de periodistas Fatal Encounters, los afrodescendientes son 2,5 veces más propensos a ser asesinados por la Policía de los Estados Unidos que la población blanca.
De hecho se estima que la policía mata entre 1000 y 1200 personas cada año, del total de muertes a cargo de la policía, al menos el 25 por ciento de las víctimas son afrodescendientes, teniendo en cuenta que ocupan poco más del 13 por ciento del total de la sociedad americana.
Estas son solo algunas de las desigualdades. El brutal asesinato de Floyd es apenas el último de una larga lista de episodios de violencia racista cometidos por las fuerzas de seguridad en Estados Unidos.
A pesar de haber tenido un presidente afrodescendiente y fuertes campañas contra el racismo, continúa siendo uno de los problemas más profundos de la sociedad norteamericana y lejos está de ser resuelto por personajes como el actual presidente Donald Trump. En vez buscar soluciones negociadas continúa con la antigua política represiva, incluso se filtró un audio en el que se escucha como pide a los gobernadores que “dominen” a los manifestantes para no quedar como idiotas.
Y el lunes por la noche anunció que pondrá en práctica una ley insurrección que data de 1807 y permite desplegar las fuerzas militares.
(*) Feas, Sucias y Malas / Radio Gráfica
Discusión acerca de esta noticia