Más de 16 años desandando los caminos del under nacional. Hace algunos tantos comenzando a hacer pie en escenarios más grandes, saboreando un alcance mayor. De La Gran Piñata venía creciendo de forma constante con el correr del tiempo, haciendo el camino ideal de cualquier banda de amigos que sueña con vivir de su arte. De Berazategui a Vorterix, La Trastienda, Flores, Baradero, Cosquín, cientos de escenarios a lo largo y ancho del país, tatuajes en la piel de miles de seguidores y seguidoras que se dejaban cautivar por las melancólicas y tangueras líricas de Panter y ese sonido pesado pero melódico que rápidamente se distinguió en la escena. Pero a veces detrás de ese crecimiento, de ese éxito, hay marcas que el tiempo no perdona.
Por Nehuén Gusmerotti*
Hacía algún tiempo los músicos destacaban que el logro mayor era seguir tocando juntos. El desgaste por más de una década y media de recorrido no se ocultaba en cada charla con algún medio del palo. Los cuatro años de macrismo no ayudaron, el esfuerzo de la banda por sostenerse fue titánico y cuando parecía que la marea aflojaba el COVID-19 llegó a plantar bandera a la necesidad. Los tiempos de crisis son así, te fortalecen o te aniquilan. En situaciones como esta es cuando la fortaleza de un grupo se pone a prueba. Hace poco más de un año el primero en decir basta fue Lucas Martínez, hoy el resto de la banda baja el telón a un recorrido exitoso que quizás merecía otro final.
“La Piñata seguirá existiendo en cada uno de nuestros tatuajes, de nuestras canciones y de los hermosos recuerdos que hemos ido cosechando a lo largo de todos estos años”, reza el comunicado oficial que ayer, 26 de mayo, publicó la banda en sus redes sociales para anunciar el final. “Hoy anunciamos que nosotros no vamos a continuar tocando, pero la Piñata va a seguir existiendo mientras haya alguien en el mundo que un miércoles cualquiera, levante su copa y brinde por las cosas que valen la pena”.
De La Gran Piñata se separa con cuatro discos de estudio en su haber: Miércoles (2010), Viaje al Centro de uno Mismo (2012), El Equilibrio entre los Opuestos (2015) y El Principio de Todo (2018), además de Miércoles en Vivo, del 2014. Quedan vivos en su público, en ese inconsciente colectivo del under nacional que les hizo un lugar y los hará sonar en alguna juntada, en algún asado o en alguna previa antes de encarar para un recital. Nos quedamos con su recuerdo.
(*) Conductor de Resistiendo con Ideas (sábados de 18 a 19 y domingos de 16 a 18).
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