Caníbal: “Me como a la gente en sus historias”

Comer, palabra que no buscamos en el diccionario porque su significado es más que conocido. “Masticar y deglutir un alimento sólido”, esboza la Real Academia Española en su primera acepción. Pero tiene más: Ingerir alimento, producir comezón física o moral a alguien, corroer o consumir algo, ganar una pieza al contrario, disfrutar o gozar alguna renta. Todas están atravesadas, en mayor o menor medida, por el canibalismo. 

Por Erika Eliana Cabezas *

El sistema funciona de manera perversa y propone una especie de juegos del hambre, con poderosos que establecen las reglas de una guerra en la que ni siquiera participan. Eliminar la amenaza o que sobreviva el más fuerte, las dos caras de una moneda que despierta lo más bestial. El capital, el que causa los mayores problemas en la sociedad occidental. 

Caníbal, el musical escrito por Sebastián Suñé con dirección de Corina Fiorillo e interpretación de Sebastián Holz, Dolores Ocampo y Belén Pasqualini, aborda desde el humor la tragedia de deglutirse al otro. La idea germinó con el fin de una relación. Holz, quien había atravesado una ruptura amorosa, le llevó la propuesta a Suñé de trabajar con la metáfora del canibalismo. Él, aceptó. Ocho años de recopilación de material y mucha tela para cortar.   

“Lo más difícil fue dejar afuera cosas”, confesó el dramaturgo en dialogó con Radio Gráfica. “Lo primero que dejamos afueras fueron los casos reales de antropofacia, de comerse a otro humano, y recurrimos más a la metáfora. La que más me llamaba la atención era la de la religión católica. ¿Por qué la redención es comer el cuerpo de Cristo? Podría haber sido otra cuestión. Me parecía bastante interesante tomar esos mojones. La frase de cuando ves a un bebe ‘ay me lo morfo, qué divino’. O el capitalismo como un gran canibalismo en el cual todos somos posibles víctimas”. 

Una modesta proporción de Jonathan Swift, un ensayo que propone la venta de niños pobres a terratenientes ricos para que se los coman y así combatir la hambruna y la pobreza en Irlanda, fue una de las piezas clave. “Era una cosa bastante espantosa como texto, pero ahí había un germen bastante terrible que englobaba esta idea cruenta que propone el canibalismo, de comernos a un semejante”, manifestó Suñé. También sirvieron como disparadores El banquete humano: una historia cultural del canibalismo de Luis Parcorbo y el propio repertorio de la obra.  

Diferentes formas de canibalismo relatadas sin un orden cronológico, pero con la intención de interpelar al espectador a través de un “vos también te devoras al otro”. La ruptura definitiva de la cuarta pared para habilitar el uso de la tecnología en la sala dan cuenta de ello. Las luces, en ese sentido, juegan un rol más que importante. “Fue una decisión de dirección esto de que bajaran al público, subieran la luz de sala y blanquearan la idea de que estamos todos atrapados en esta, estamos todos dejándonos comer por un telefonito”, expresó.

Caníbal es la primera experiencia de Sebastián Suñé en el género musical, no así en el canibalismo. “Diariamente trato de estar un poco más atento a esta realidad, a este mundo, pero a veces el ego es el gran caníbal, o por lo menos el mío. Y, otras veces, debo reconocer que me como a la gente en sus historias. Me encanta escucharlas y reformularlas en las otras historias que escribo”, relató el autor de Delia y Por H o por B.    

Ficha técnico artística
Autoría: Sebastián Suñé
Actúan: Sebastián Holz, Dolores Ocampo, Belén Pasqualini
Músicos: Carlos Britez, Mario Del Risco, Clement Silly
Vestuario: Gonzalo Cordoba Estevez
Diseño de escenografía: Gonzalo Cordoba Estevez
Diseño de luces: Ricardo Sica
Música original: Carlos Britez
Fotografía: Nacho Lunadei
Diseño gráfico: Romina Juejati
Asistencia de iluminación: Diego Becker
Asistencia de dirección: Pilar Ronnow
Prensa: Shirly Potaz, Antonela Santecchia
Arreglos Vocales: Carlos Britez
Producción ejecutiva: Carla Carrieri
Coreografía: Diego Bros
Dirección musical: Carlos Britez
Dirección: Corina Fiorillo

La obra se presentará los lunes 3 y 10 de febrero a las 20,30 en el Teatro Picadero.

(*) Columnista de artes escénicas de Abramos La Boca