Luego de casi 45 años, Racing Club modificó su Estatuto en Asamblea Extraordinaria. El mismo puso sobre el tapete el rumbo de los clubes. ¿Cual es el rol de los socios? ¿Sólo objetos de consumo? La trampa española que casi se impone. Cupo Femenino, Peñas y Vitalicios. ¿Hacia donde caminan nuestros clubes con fútbol profesional?
Por Carlos Aira (*)
Racing siempre fue un club intenso. En los últimos años, la bonanza llegó a Avellaneda blanca y celeste. Bonanza deportiva y económica. Junto a los profundos cambios generados por el negocio global del fútbol, la comisión directiva emprendió un profundo cambio estatutario del club. El mismo generó, en ciertos articulados, rechazo en amplios sectores de la vida social de la institución de Avellaneda.
En la noche del miércoles 18 de diciembre, en el tercer piso de Mitre 934, el nuevo estatuto fue aprobado. Con modificaciones en sus articulados más polémicos: La situación de los socios vitalicios, las nuevas regulaciones para las filiales y cupo femenino.
Los estatutos de las entidades deportivas conceden al asociado derechos que inciden en la vida de club. El Estatuto es, por tanto, el resorte e instrumento del cual se valen los asociados para hacer efectivos sus derechos, pero sobre todo, para que los mismos tengan fuerza de tales.
En Racing Club, el estatuto fue redactado por Mariano Cúneo Libarona. El reconocido abogado está a cargo del Departamento de Legales del club. Hombre que nunca negó su agrado por las Sociedades Anónimas Deportivas (SAD). La estrategia del oficialismo fue aprobar el Estatuto a libro cerrado: el mismo fue visibilizado tres días antes de la Asamblea. Casi imposible analizar en profundidad los 152 artículos del nuevo estatuto.
El cambio estatutario excede al club de Avelleneda. Superliga busca nuevos marcos legales que permitan – tarde o temprano – el desembarco de las SAD. Los Estatutos son el acuerdo de reglas que constituyen los clubes. También señalan su razón de ser. El Artículo 1 del Estatuto de Racing Club hasta el 18 de diciembre señalaba ciertas finalidades y propósitos:
“Mens Sana y Corpore Sano: practicar todo deporte aficionado. Organizando competiciones y torneos, participando en los que organicen las entidades a las que la institución se haya afiliada”. Con los años, fue necesario sumar el deporte profesional: “Ejercitar el deporte profesional, fomentando la preparación del jugador en las divisiones inferiores. Dar mayor preferencia a la práctica de fútbol en cualquiera de sus formas”.
La trampa esperó agazapada en el articulado presentado por Cúneo Libarona. En el Artículo 1 del nuevo estatuto se publicó: “Como miembro de la Asociación del Fútbol Argentino y de la Superliga Argentina de Fútbol respetará y hará respetar las disposiciones de sus Estatutos, reglamentos y resoluciones, así como la totalidad de los Estatutos, reglamentos y resoluciones de cualquier otra entidad, asociación o federación de la forma parte”.
¿Que significa esto? En caso que Superliga ordenara que los clubes deben transformar su fútbol profesional en paquetes accionarios privados, Racing Club debiera aceptar esta decisión supeditada a respetar disposiciones del estatuto de Superliga.
Rápidos de reflejos, los socios nucleados en oposición protestaron el punto. La situación se desbordó en forma tal que el propio oficialismo, considerando que era causa perdida, decidió quitar el parrafo citado del nuevo estatuto.
En caso que Superliga ordenara que los clubes deben transformar su fútbol profesional en paquetes accionarios privados, Racing Club debiera aceptar esta decisión supeditada a respetar disposiciones del estatuto de Superliga.
Otro punto de conflicto fueron los socios Vitalicios. Llegar a tener esta categoría es una muestra de consecuencia. Según el viejo estatuto de Racing Club, debían tener una antiguedad como asociados de 35 años ininterrumpidos desde los 16 años de edad. Como ejemplo, un asociado podía llegar a esa categoría a los 51 años de edad. Uno de los beneficios es ingresar en forma gratuita al estadio y utilizar una de las plateas.
Ese es el verdadero conflicto. La alta tasa vegetativa, sumado el mayor índice poblacional del país, genera que haya mayor cantidad de socios vitalicios en los clubes. Racing Club modificó el estatuto como lo quieren hacer otros clubes grandes que ven amenazados la capacidad de sus estadios por un sector que entienden pasivo e improductivo.
Por el nuevo estatuto, ser socio vitalicio de Racing Club es obra del destino. Ingresar al estadio, también. Se acordó que serán Vitalicios quienes tengan más de 60 años y cuenten con una antiguedad de 35 años ininterrumpidos. La cantidad de socios vitalicios no podrá superar el 8% del padrón electoral. Por ende, se conformará una lista de espera para quienes hayan cumplido ambos requisitos. Una verdadera verguenza. Sobre todo, cuando la capacidad del estadio Presidente Perón nunca se ve colmada. Pero los dirigentes, ante la duda, dejaron la clase pasiva fuera de la fiesta del fútbol. Para morigerar una decisión impopular, la misma entrará en vigencia el 1 de enero de 2026.
Racing Club modificó el estatuto como lo quieren hacer otros clubes grandes que ven amenazados la capacidad de sus estadios por un sector que entienden pasivo e improductivo.
Otro eje conflictivo fue el Cupo Femenino. El viejo estatuto no hacía referencias de género. El nuevo estatuto decidió que en toda Comisión Directiva de haber como mínimo dos mujeres entre los 19 integrantes. Curioso, cuando el padrón societario del club de Avellaneda tiene casi un 30% de mujeres en sus filas.
Racing Club planteó el nuevo estatuto como “Una herramienta moderna y eficiente que sirva para conducir a la Academia durante las próximas décadas“. La realidad es que tiende a una mecánica de negocios clara y consecuente: los directivos entienden a los socios como clientes, no como partes de una comunidad que busca organizarse con un fín.
(*) Periodista. Conductor de Abrí la Cancha. Colectivo de Dirección de Radio Gráfica
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