El plenario de Alberto Fernández junto a los secretarios generales de los gremios confederados suscitó expectativa en los sectores que más han apostado por la reunificación. Pero también en los que presionaron para lograr la unidad política pero limitaron sus concesiones en pos de evitar la unidad orgánica del movimiento obrero.
Por Lautaro Fernández Elem*
Los referentes sindicales que integran el raleado Consejo Directivo fueron invitados en calidad protagónica al primer acto como presidente electo de Fernández en Tucumán. Ellos aparecieron en el significativo fondo de la foto del ahora primer mandatario. Una imagen y un encuentro que los agranda de cara a la presentación del próximo viernes donde ya avizoramos a un Alberto flanqueado por Héctor Daer y Carlos Acuña como autoridades máximas de la CGT, lo cual no quiere decir un plano cerrado, recordando también que la primer foto de campaña de la fórmula del Frente de Todos fue junto al Frente Sindical Para el Modelo Nacional y la CTA.
La advertencia moyanista por “no ser invitado” al evento sorprendió a quienes esperaban que el camionero fuese un acompañante incondicional del nuevo jefe político. Esto no deja de ser cierto, por tanto la direccionalidad del ataque es hacia quienes reparten las invitaciones y no al eje del encuentro.
Sin embargo, la ausencia de evidencia no es evidencia de ausencia: que no participe Hugo no quiere decir que su tropa y que quienes han trabajado la construcción del FSMN no sean de la partida.
Los vaivenes del referente fueron reduciendo su amplitud en los últimos meses hasta delinear un rumbo claro en la resistencia la macrismo, la construcción política y sindical de unidad en el campo nacional. Fortalecer las filas del peronismo con organización y estructura fue una de las tareas del sindicalista, pero a diferencia de otros momentos, no ha sido mediante el timón fijo que lo ha logrado. Hoy Moyano no conduce sólo ni define a sus laderos por caprichos acertados o errados.
El frentismo y la concertación con ejes claros que ha propuesto e incentivado la Corriente Federal le dio al camionero un gran espacio del cual ser referencia, pero al mismo tiempo, lo obligó a sentarse, escuchar y pensar colectivamente.
La rearticulación de la central tendrá que ver con este mismo ejercicio. No hablamos de “reunificación” puesto que los grupos antes mencionados en ningún momento dividieron a la CGT, simplemente optaron por no ser parte de su referencia institucional. Lo cual no impidió que continúen con la iniciativa necesaria para arrastrar tras de sí la conducción fáctica de las organizaciones gremiales.
En agosto del año 2016, a poco de haber comenzado el encuentro y sin acuerdo sobre su resolución contenedora, Sergio Palazzo tomó la palabra en el estadio de Obras Sanitarias y declinó los cargos que le correspondían a la Corriente Federal de Trabajadores. El Congreso tenía el número necesario para sesionar pero no el adecuado para ser legítimo y representativo de la mayoría del movimiento de trabajadores organizados. Al gran faltante de sindicatos, se le restó además la salida de decenas de gremios de la CFT que optaron por retirarse del recinto.
De ese papel que ilustraba cargo-nombre-sindicato se cumplirán cuatro años en agosto del 2020 y en su mayoría han quedado en blanco. Incluso el propio Juan Carlos Schmid ha desistido de continuar junto a Daer y Acuña en la conducción tripartita.
Esclareciendo los tantos para algún desprevenido, el hombre de Dragado y Balizamiento en el microestadio de Ferro durante un Comité Central Confederal, señaló “es claro que existen sectores distintos y que no hay acuerdo, si no no seríamos un triunvirato”. Meses después, no sólo Schmid sino otros tantos referentes dejarían sus lugares.
Esa central en sí misma que es la Unión Obrera Metalúrgica cedió inesperadamente su lugar en el triunvirato al resignar la presencia de Antonio Caló sin sucesión de su espacio; no logró construir una línea unívoca de acción y sus distintas seccionales fueron ubicándose en uno y otro ámbito para obtener el respaldo tan necesario que exigía el combate casi diario contra los despidos en una de las actividades más dañadas por el macrismo.
En definitiva, más temprano que tarde, todos estos actores se encontrarán el viernes bajo el mismo techo. Aquel del que nunca se movieron pero del que no sufrieron de igual modo sus goteras. No la presencia sino la acción de Hugo Moyano en estos días de conversaciones estará signada por los consejos e intenciones del hoy Frente Sindical para el Modelo Nacional.
La claridad política de la Corriente Federal, la fortaleza del moyanismo, la masividad de los gordos y la iniciativa propia de todo el peronismo. Si los bloques se mantienen fuertes y la correlación de fuerzas lo suficientemente equilibrada para dinamizar al movimiento, podemos estar frente a una de las centrales más pujantes de las últimas décadas.
(*) Desde el Barrio / Sindical Federal / Radio Gráfica
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