Docente, periodista, investigador histórico de nuestro fútbol. Todos los títulos son válidos para presentar a Esteban Bekerman. En diálogo con Carlos Aira, en Abrí la Cancha, hincaron el diente en un tema complejo: la orientación formativa del periodismo deportivo del futuro.
“Existe una concepción arcaica del periodismo“; expresó Bekerman, quién agregó: “No existen planes de estudios que contemplen una nueva realidad. No estamos formando alumnos para acoplarse a las tendencias que estamos viendo, encarar investigaciones, trabajos y proyectos colectivos“.
¿Cómo hacer periodismo de calidad si las grandes empresas periodísticas están cada vez más alejadas de la actividad? Para Bekerman: “Las empresas periodísticas están mutando y convirtiéndose en empresas que no les interesa producir periodismo de calidad sino operación política. Para eso necesitan un periodismo cómplice con sus propias políticas y las del gobierno de turno que acompañe esos nuevos negocios”.
“Las grandes empresas periodísticas ya no son periodísticas y no demuestran el menor interés en innovar o hacer periodismo a la altura de otros medios autogestionados que demuestran interés y capacidad“, expresó el director de Entre Tiempos, quién analizó: “Las empresas se transformaron en unidades de negocios y ocupan otros lugares en la sociedad. Esos grupos de capitales acumulan sin necesidad de generar productos periodísticos de calidad. Desarrollan otros negocios y acompañan los mismos con una de sus unidades que es el periodismo. Por eso han mutado las gerencias y diversos estrátos de decisión, ocupados hoy por gente que odia el periodismo”.
En el aire de Radio Gráfica, el investigador siguió su línea de análisis: “Héctor Magnetto alguna vez dijo que ser presidente es cargo menor. Se podría decir Periodismo, tema menor. Ya no es lo que le interesa a Clarín, Perfil o La Nación. Están para otros negocios. Dentro de sus cargos gerenciales tienen gente que no entiende nada de periodismo, pero reduce costos para hacer un periodismo barato con pasantes. El ejemplo es Olé. Ahí se entronca la problemática con las escuelas de periodismo deportivo: trabajan para estas grandes empresas llenándolas de pasantes sin que esto signifique un progreso para la profesión“.
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