Amadeo Nuccetelli fue presidente de Talleres de Córdoba entre 1973 y 1987. Sin dudas, los años más importantes en la vida institucional y futbolística del club del Barrio Jardín. Una visión clara de como posicionar su club, no sólo hacia dentro de la provincia de Córdoba sino también hacia el resto de la Argentina. Días atrás, el Congreso Deliberante de la Ciudad de Córdoba aprobó que se erigiera una estatua de Nuccetelli, fallecido en 2007.
En Abrí la Cancha entrevistaron a Gabriel Incardona, periodista e investigador de la vida de Talleres, quién en una larga charla con Carlos Aira, dio cuenta de la vida y obra de un inmenso referente de la dirigencia deportiva argentina.
“Nuccetelli es el máximo referente en la historia de Talleres. La pieza más importante en la historia del club. Si hace unos años el club se despidió de una tercera categoría con 60.000 personas en la cancha, fue por Amadeo. El Talleres grande y protagonista, que cambió la historia del fútbol argentino abriendo puertas al federalismo en AFA, fue gracias a Amadeo Nuccetelli“, dijo Incardona en Radio Gráfica.
El periodista explicó como el presidente armó un equipo que hizo historia: “Amadeo brindó un protagonismo como no tuvo ningún otro club del interior. Asumió la presidencia en enero de 1974 en medio de una crisis institucional y deportiva profunda. Como ejemplo, en 1972 había realizado la peor campaña del club en la historia de la Liga Cordobesa. Lo curiosa es que Nuccetelli no era parte del mundo Talleres. Es más, el estatuto no le permitía ser presidente porque no le daban los años de socio y no había sido parte de ninguna Comisión Directiva. Lo hace con una premisa: Juntos todo, separados nada“.
“Amadeo repatrió a Daniel Willington y Humberto Pablo Taborda. También lo trae al Hacha Ludueña de San Lorenzo, a Ángel Boccanelli y Víctor Binello. Armó en 1973 la base del Boom Talleres de 1974. Para eso fue fundamental la contratación de Ángel Amadeo Labruna, técnico de aquel equipo que generó un fenómeno social con respecto a las convocatorias y forjar la base del Talleres que arañó el campeonato Nacional de 1977″.
Nuccetelli armó aquel gran equipo con una curiosa política: no contratar jugadores de Buenos Aires. Así lo explicó Incardona: “Luis Galván llegó desde Santiago del Estero en 1970. Antes de Amadeo iba a largar el fútbol. Era maestro de escuelo y trabajaba por la tarde en FIAT. Amadeo profesionalizó el fútbol de Talleres y eso terminó con Galván alzando la Copa del Mundo en 1978. Eliminó la Subcomisión de Fútbol que tomaba decisiones por sobre los directores técnicos. Nuccetelli trajo entrenadores que dieron un salto de calidad y una visión de equipo grande con una base de jugadores del interior. Por ejemplo, dos cracks como Daniel Valencia y Antonio Alderete eran figuras de Gimnasia de Jujuy. Luego de un partido jugado en la Boutique entre Talleres y la Selección del Interior – donde los dos la rompieron – Amadeo armó una convocatoria abierta: se subió al techo de un coche y preguntó a los hinchas si hacían un bono para traer a Valencia y Alderete. Así fue que ambos llegaron”.
Aquel Talleres no sólo generó grandes campañas, sino también salió de gira por todo el mundo: “Talleres no tuvo dos grandes años, el Talleres de Nuccetelli fue una década. Entre 1974 y 1984. Entre 1974 y 1979 clasificó a fases finales de todos los Nacionales. En 1977 jugó la final. En 1982 y 1984 jugó las semifinales. Fue una década donde Talleres fue protagonista principal del fútbol argentino. El club hizo giras por todo el mundo: Centroamérica, Europa, Turquía. Hasta en Zaire. Pero en 1979, con tres jugadores campeones del mundo (Daniel Valencia, Luis Galván y Miguel Oviedo) era necesario otro aire. Nuccetelli planteó que Talleres no podía continuar con esa organización del fútbol argentino. En aquel 1979, Talleres fue a buscar a Daniel Bertoni. Como no lo pudo contratar, contrató a Chupete Guerini, del Real Madrid y al Conejo Alberto Tarantini. En ese año, once jugadores del club fueron convocados a la Selección Argentina. Para que se den una idea, ese equipo jugaba ocho meses la Liga Cordobesa y después cuatro meses del Nacional con los grandes de Buenos Aires. Para el club era imposible sostener los sueldos de ese plantel con esa competencia. Por eso Amadeo planteó la Revolución del Interior“.
La Resolución 1309 permitió el ingreso de Talleres de Córdoba al fútbol de Buenos Aires. Para muchos, fue una traición del club hacia el Interior. Gabriel Incardona se mete en la polémica: “La idea de Amadeo fue que los clubes indirectamente afiliados tuvieran el mismo protagonismo ante el fútbol de Buenos Aires. El único equipo que había hecho méritos deportivos para dicho reconocimiento era Talleres. AFA propone la resolución 1309 que decía que el derecho a jugar el Metro era el equipo que clasificara dos veces en tres años a los cuartos de final de un Campeonato Nacional. Talleres había superado con creces esa marca. Ingresó al Metropolitano de 1980; luego lo hicieron Instituto en 1981 y Racing (Córdoba) en 1982″
Agregó: “Amadeo no traicionó a los clubes, fueron las ligas quienes no quisieron saber nada. Cuando se busca en diarios y revistas de época, los clubes grandes del interior apoyaron la 1309, incluidos los hinchas de Belgrano, porque sabían que podían beneficiarse en un futuro. El problema con las ligas era lógico: si los grandes del Interior jugaban el fútbol de Buenos Aires, los campeonatos locales se morían. Era la salida del amateurismo forzado hacia un profesionalismo real”.
Finalmente, Gabriel Incardona explicó en Radio Gráfica el final de Amadeo Nuccetelli: “No se fue bien del club. Renunció a la presidencia en un momento no muy feliz del club. El asumió con una gran posición económica y se fue en la pobreza. Dejó su vida y su billetera. Luego vinieron otros dirigentes que tal vez amaron al club más que Amadeo pero nunca tuvieron la visión y la conducción que tuvo él“.
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