25 de septiembre de 1973. Un episodio de enorme impacto para ese período político y que golpeó duro en el campo nacional y popular. José Ignacio Rucci, dirigente metalúrgico y entonces secretario General de la CGT, llegaba a su casa sobre la Avenida Avellaneda donde fue acribillado a balazos al descender del auto.
Han pasado 51 años del hecho, muchas hipótesis, sin certezas concretas, pero con un teoría predominante que buscó instalar la responsabilidad de la organización Montoneros en el atentado como una respuesta a lo que se conoció como la Masacre de Ezeiza el 20 de junio de ese mismo año. ¿Fueron los Montoneros los autores? ¿Quién podía sacar un rédito político brutal asesinato de una figura clave de esos días?
El militante y pensador Guillermo Robledo se metió en el debate con una postura que desecha que Montoneros haya sido responsable apuntando contra servicios de inteligencia de Estados Unidos, Israel e Inglaterra. “Hay una necesidad de un revisionismo sobre este tema”, apunta.
“Junto a otros compañeros venimos investigando el tema desde hace muchos años. Estamos convencidos que fue un accionar de la comunidad de inteligencia, que son los países centrales de la OTAN, básicamente la CIA, el Mossad y el G5. Nosotros planteamos que a Rucci lo asesina esa comunidad de inteligencia a partir de datos que están el expediente judicial”.
“El asesinato de Rucci fue parte del Plan Condor“, aseveró Robledo. Un modo de martillar sobre posibles fisuras en los fuertes debates políticos entre la izquierda y los sectores más conservadores del peronismo de esos días.
Contexto para dimensionar el impacto del asesinato. Apenas dos días, el 23 de septiembre, la fórmula Perón – Isabel venía de ganar las elecciones con más del 60% de los votos. Rucci era una figura clave para el Perón de esos días, secretario General de una CGT con mayor potencia y relevancia política que la que tiene en estos días.
La juventud peronista había logrado tenía espacios estratégicos en ese gobierno, entre ellos gobernadores afines a ese espacio en las provincias de Buenos Aires, Córdoba, Mendoza, Santa Cruz y Salta y funcionarios dentro del gobierno.
“No era coherente políticamente que Montoneros matara a Rucci, era un suicidio político. Fue una operación para generar la fractura de la juventud con Perón“, agregó.
“Además hay que recordar que días atrás, el 31 de agosto hubo una gran marcha de unidad en las puertas de la CGT en donde confluyen las 62 Organizaciones que comandaba otro metalúrgico como Lorenzo Miguel y Montoneros para saldar el despelote de lo que había sido Ezeiza. Fue un marcha con Perón en el balcón de la CGT”, detalló Robledo.
“El 4 de septiembre Perón da un reportaje en donde le preguntan sobre esa movilización y sobre qué piensa que van a opinar las FF.AA. se semejante acto de unidad. Allí dice que dentro de tres años será el momento de la juventud”.
Al pensar el período posterior y la investigación uno se puede preguntar por qué nunca fueron querellantes en la causa la UOM y la CGT. Y la respuesta es que porque no tenían ninguna prueba de que fueron los montoneros.
Abonando la participación de servicios secretos extranjeros Robledo detalló: “A Rucci le disparan desde el colegio Maimónides, que es parte de una fundación de la derecha israelí. Había un enfrentamiento entre esa derecha israelí y sectores de la izquierda locales dentro de las cuales militaba (José Bel) Gelbard, el ministro de Economía elegido por Perón. La pata estratégica en ese momento era Perón, Gelbard y Rucci”.
“Argentina era en esa etapa el país más industrializado de Latinoamérica, entre los primeros 25 del mundo. Pone como ministro a Gelbard que tenía muy buena relación con los países socialistas del mundo, pensemos que Argentina era un país de 24 millones de habitantes, Perón quería abrir los mercados socialistas para la industria argentina”.
“Perón en esos días también decide sumarse al Movimiento de Países No Alineados en un contexto donde ya había dictaduras en muchos países de Latinoamérica. El asesinato de Rucci, lo hicieron para dividir y sigue dividiendo en la actualidad. El enemigo usa esa y otras divisiones. Vuelven a insistir con ese tema lo que les permite borrar las categorías económicas con las que se pensaba en esa época como el socialismo nacional. Los jóvenes tienen que volver a leer a aquel Perón”, enfatizó.
“Perón viene con una estrategia nacional, en medio de todas las dictaduras tuvo las bolas de venir a sentarse de presidente, de poner a Montoneros en el Gobierno, de pactar con la Unión Soviética, con Cuba y se iba a ir de visita a la China de Mao”, cerró Robledo.
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