Por Carlos Aira (*)
Claudio Klebaitis es un puntilloso historiógrafo del Club Atlético Independiente. Con precisión meridiana recopiló fotos, datos y estadísticas. Autor de Alma Roja (tres volúmenes), ahora publicó su nueva obra: Querida Visera. Un recorrido emotivo alrededor de los 78 años de vida que tuvo el primer gran estadio de cemento armado de nuestro país. Los 1480 partidos disputados allí, todas las remodelaciones que le fueron efectuado y el vaivén de la vida institucional de Independiente están presentes en esta obra magnífica.
“El libro nació durante la pandemia. Tenía intención de editar el cuarto tomo de Alma Roja, pero me encontré con las hemerotecas cerradas y sin lugar donde investigar. Mi forma de investigación era chequear cada partido con siete diarios distintos. No tenía la información necesaria para poder llevar adelante esa obra. Como siempre fui juntando biografía, datos, pero sobre todo, había escaneado todas las actas del club desde 1909 hasta 1945. Eso me brindó el día a día de todas las reuniones de Comisión Directiva y un material jugosísimo para encarar una investigación sobre la construcción del estadio“, señaló Klebaitis en diálogo con Abrí la Cancha.
“La Visera nació en agosto de 1923 cuando se incendió una tribuna del viejo estadio de Mitre al 1900. Fue necesario construir un nuevo estadio de otro material. El presidente Pedro Canavery buscó un predio en Avellaneda centro. La directiva encontró un terreno en un pantano. Un mercado de hacienda gerenciado por el padre de Juan y Alberto Ohaco, los grandes jugadores de Racing. Canavery llevó adelante una tarea titánica que fue rellenar el bañado y construir una obra única diseñada por el ingeniero Federico Garófalo“, precisó el autor de Querida Visera.
“El estadio fue inaugurado el 4 de marzo de 1928 con un amistoso ante Peñarol. Pero el gran partido en la Visera de aquel año fue el triunfo 4 a 1 ante el Barcelona de Samitier“, destacó Klebaitis.
Klebaitis señaló la puntillosidad investigativa de su obra: “Esa puntillosidad no se nota con la obra terminada, pero los que investigamos sabemos lo complejo que es. Tal vez, sobre un suceso, dos medios tenían divergencias. Entonces es necesario buscar una tercera fuente para descifrar el autor de un gol o un arbitraje. Todo eso te fuerza a buscar más fuentes. Por ejemplo: ¿Cuantos goles convirtió Arsenio Erico? La estadística histórica le da 293 goles, pero cuando buscamos diversas fuentes, la cifra se estira a 295”.
En Doble Visera, una obra de 200 páginas, el lector se encuentra con una secuencia anual donde se destacan las Comisiones Directivas, los logros del club, las obras en el estadio y los partidos salientes del estadio. “En el libro se detallan todos los baldios, potreros y canchitas donde jugó Independiente. Desde su primera canchita en Boyacá y Camarones, y desde ahí, las sucesivas mudanzas hasta llegar a Avellaneda en 1907, en la calle Manuel Ocampos, en el límite mismo de la zona urbana de Avellaneda”, remarcó Klebaitis.
“No creo que el Libertadores de América-Ricardo Bochini sea una continuidad de la Doble Visera“; señaló Klebaitis, quién agregó: “Une el sustrato del terreno, pero no creo que sea el mismo estadio. Tomemos como ejemplo quien tiene una casa donde vive y se cría. Un día la tira abajo para construir una casa nueva. Es el mismo terreno pero se perdió la esencia y la mística. Perdura la Cordero Alta y la vieja Sande. Es cierto, pero esas tribunas no son lo más representativo porque fueron construidas a partir de 1966 e inauguradas en 1974. En 2006 se pudo pensar en una solución de continuidad de la Doble Visera, pero la demolición le puso punto final a aquella historia”.
(*) Periodista / Conductor de Abri la Cancha.
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