Tras 9 años de guerra impuesta y luchar contra mercenarios terroristas extranjeros de más de 200 países, soportar sanciones, bloqueos y, ahora, el Covid-19, el pueblo Sirio salió a las calles el domingo para elegir sus candidatos al Parlamento.
Por Valeria Rodríguez*
Según la agencia de noticias U news, el proceso electoral se llevó a cabo en 7.277 centros para eligir 250 escaños entre 1656 candidatos, entre ellos, 200 mujeres.
En Damasco, el número de centros de votación alcanzó 799 distribuidos en diferentes áreas de la provincia, mientras que el número de candidatos alcanzó 151, según el juez Hassan al-Hallaq, presidente del subcomité de elecciones.
Estas elecciones se desarrollaron en un contexto complejo tanto económico como político y social. En lo referente a lo económico, el país está transitando una crisis enorme tras la imposición de la Ley Cesar, que es un paquete de sanciones unilaterales impuestas por Estados Unidos.
Las mismas tienen por objeto frenar la reconstrucción del país que está prácticamente liberado del terrorismo. Los últimos bastiones se encuentran en el norte del país y, a pesar de ello, se abrieron centros de votación allí.
Por su parte, los temas de las campañas hicieron énfasis en frenar la inflación y renovar la infraestructura devastada por nueve años de conflicto.
Aún se esperan los datos del escrutinio, sin embargo lo más previsible es que el partido Baath del presidente Bashar al-Assad y sus aliados ganen la mayoría de los 250 escaños del parlamento en la tercera votación de este tipo que se celebra en Siria desde que estalló la guerra impuesta patrocinada por extranjeros en marzo de 2011.
Las elecciones fueron pospuestas dos veces desde abril debido a la pandemia de coronavirus que por el momento cuenta con más de 490 casos, siendo Siria el país con menos casos en la región de Asia Occidental.
A su vez, las elecciones se producen semanas después de que Estados Unidos impusiera nuevas sanciones económicas a Siria por medio de la mencionada Ley César. En declaraciones emitidas el 23 de junio, el ministro de Exteriores Sirio, Walid al Muallem, denunció las sanciones unilaterales y aseguró que estaban destinadas a revivir el terrorismo en Siria y obligar a Damasco a darle la espalda al frente de resistencia antiisraelí.
“El pueblo sirio está acostumbrado a las sanciones unilaterales, que se les han impuesto desde 1978 bajo varios pretextos. Los sirios deberían tratar de utilizar las últimas sanciones como una oportunidad para avanzar en la economía nacional, lograr la autosuficiencia y profundizar nuestra cooperación con amigos y aliados “, dijo en ese momento.
Fuente: Unews y Majdi.org
*Política internacional en Feas, Sucias y Malas (sábados de 9 a 12 hs, por Radio Gráfica).
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