La Confederación General del Trabajo (CGT) se reunirá este jueves desde las 12 hs. para analizar el contenido del proyecto de “Modernización Laboral” enviado por el Poder Ejecutivo al Congreso para ser tratado en las sesiones extraordinarias a las que convocó este martes.
Dicho en términos gremiales, la CGT se encuentra en “estado de alerta” ante un proyecto de ley regresivo en términos de derechos laborales y de ataque a las herramientas sindicales. Tendrá la primera reunión de Consejo Directivo tras la elección del pasado 5 de noviembre en un contexto difícil y con un Congreso donde el Gobierno cuenta con una composición del mismo con terreno para avanzar.
En declaraciones, sus dirigentes han expresado el rechazo a la reforma en los términos planteados por el Gobierno. Según la narrativa oficial, la redacción del proyecto parte del consenso alcanzado en el Pacto de Mayo que tuvo su última reunión este martes de la cual se ausentó Gerardo Martínez de la UOCRA, representante de la CGT en dicho Consejo. El argumento fue que estaba participando de un encuentro en Washington por el cual no pudo llegar a tiempo. Previamente ya había manifestado su rechazo a la iniciativa con fuertes críticas para el ministro de Desregulación, Federico Sturzenegger.
Cristian Jerónimo, dirigente del sindicato del Vidrio y uno de los cosecretarios de la CGT, calificó al proyecto como “totalmente regresivo que no genera ningún incentivo a contratar trabajadores, sino todo lo contrario. El problema de la Argentina no son los derechos de los trabajadores, es la recesión económica. Quieren tapar el desequilibrio económico”.
“Nosotros estamos en contra de cualquier reforma regresiva, que afecte derechos individuales y colectivos. Desde ese lugar estamos construyendo el mayor nivel de fortaleza para dar la discusión y la pelea en la calle y en los ámbitos donde sea necesario”, amplió en declaraciones a El Destape.
En cuanto al proyecto de ley tiene el engañoso título de “modernización laboral”, un eufemismo para avanza sobre conquistas y el modelo sindical argentino. Entre los aspectos más gravosos están:
- la descentralización de la negociación colectiva habilitando convenios por empresa que prevalezcan sobre el colectivo;
- limitaciones al momento de realizar una huelga definiendo actividades esenciales y trascendentales;
- modificaciones a la baja en el pago de indemnizaciones; avanzar con fondo de cese para el pago de las mismas;
- extensión de la jornada laboral con banco de horas para evitar el pago de horas extras;
- la posibilidad del pago “en especies” que habilita el retorno de esquemas como el Ticket Canasta.
- Se considera a los trabajadores de plataforma como trabajadores independientes sin relación laboral.
Esta reforma, se superpone con la ya sancionada en la Ley Bases que avanzó con la eliminación de multas por trabajadores que no estaban registrados; que extendió el período de prueba; que explicitó un artículo antibloqueos para judicializar la protesta y avanzar con despidos con justa causa; que modificó la ley de Empleo Público precarizando la estabilidad laboral; entre otros temas. Una reforma que en el empleo privado no dio ningún resultado porque se han perdido puestos de trabajo en el último año.
Gran parte del contenido de esta reforma laboral, pergeñada por los estudios de abogados pro-empresariales, ya estaba contenido en el DNU 70/23 con un capítulo laboral a la que dos instancias judiciales declararon “inconstitucional” para luego ser cajoneado por la Corte Suprema de Justicia que aún no se expidió sobre el tema.
La CGT lleva tres paros nacionales realizados al gobierno de Javier Milei, el último fue el 10 de abril pasado. Por declaraciones de sus dirigentes indicaron que en esta ocasión son parte del menú de acciones movilizaciones, posibilidad de paros y también hacer presentaciones judiciales para declarar la inconstitucionalidad.
Paralelamente abrieron canales de diálogo con otros sectores, días atrás lo hicieron con los gobernadores del espacio Provincias Unidas. Un futuro próximo desafiante, con una nueva composición del Congreso más amigable con Milei y con un modelo sindical al que muchos ven una oportunidad de asestar el golpe para debilitarlo.
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