En un crudo diagnóstico sobre la economía argentina y de las perspectivas para lo que viene, el docente universitario y ex titular del Registro Nacional de Trabajadores de la Economía Popular, Pablo Chena, se refirió a cómo abordar la problemática de la economía popular en un contexto donde avanza el trabajo informal y si es sostenible este modelo económico.
Entrevista por Vivian Elem, Jorge Benedetti y Rodolfo Colángelo
¿Cuál es tu visión de la situación económica y el contraste con lo que sostuvo Milei en la cadena nacional del pasado viernes?
Resumiendo en pocas palabras, Argentina está fundida. El Presidente insiste con las cuentas fiscales, pero un país no es solo la fiscalidad, también es su parte financiera que se traduce en si Argentina puede afrontar los compromisos financieros de deuda que tiene que son en dólares. No puede pagarle al Fondo Monetario Internacional un préstamo récord que le dio el organismo durante el gobierno de (Mauricio) Macri y que este gobierno acrecentó. El aparato productivo que sería la capacidad de pago está totalmente deteriorado. No podemos tampoco sustituir importaciones, que sería un mecanismo para ahorrar dólares, porque la industria se está destruyendo. El dólar está ficticiamente barato, entonces es muy difícil exportar para conseguir dólares afuera.
Con este panorama a Argentina no le cierra ninguna cuenta y el Presidente se aferra a la única cuenta que él considera que le cierra que es la del ajuste fiscal, pero lo que termina generando es un daño al resto de las variables sociales sin generar del otro lado ninguna expectativa de que esto sea un camino de salida.
¿Qué imaginás que va a pasar en el próximo período?
Insisto, el país está fundido, fundamentalmente en su sector productivo, donde se están rompiendo las cadenas de pago, con un sector público que también está muy deteriorado y al que se lo está desguazando. En definitiva lo que se pierde es soberanía nacional. Milei dice, “bueno, si estamos fundidos, ¿por qué el dólar no se disparó?”. Si no hay un crisis fenomenal es porque Estados Unidos está haciendo un salvataje, pero como quien salva una colonia. Lo que hace es prestar dólares a cambio de un alineamiento automático a nivel geopolítico en cualquiera de sus políticas. Busca tener un aliado incondicional en América Latina, que pueda apoyar cualquier aventura bélica, tanto de Estados Unidos como de Israel.
Es decir, estamos pagando con política internacional de alineamiento absoluto y a cambio el Fondo Monetario nos dice que hacemos las cosas bien, cuando no las hacemos bien. Ni siquiera para sus propios intereses, porque no hay ninguna posibilidad de que le paguemos. Pero bueno, nos dice que está todo más o menos bien y nos sigue bajando dólares para sostener a Milei, como en su momento lo hicieron con Macri.
Así que desde punto de vista económico, vuelvo a insistir, no hay ninguna variable real, ningún número serio que podamos hacer en términos financieros, en términos productivos, de que la Argentina esté bien. Y lo único que nos queda es usar el hecho de ser un país mediano e importante en América Latina, el tercero de América Latina. A Estados Unidos tener un país de este tamaño tan alineado le sirve bastante en todos los organismos internacionales donde Argentina le da un apoyo incondicional. Es entregar soberanía política e independencia económica. Estamos entregando soberanía política a cambio de que vengan dólares para mantener este esquema ficticio y en el medio, se van cobrando con lo que a ellos les interesa y así se van llevando las empresas que tienen algún potencial en lo que hace recursos naturales en nuestro territorio.
“Si no hay un crisis fenomenal es porque Estados Unidos está haciendo un salvataje, pero como quien salva una colonia”
No se está resquebrajando un poco la alianza del gobierno con sectores del establishment con esto de mantener el dólar planchado o con abrir de manera indiscriminada las importaciones. Por ejemplo, el agro, en la Sociedad Rural está aliada al gobierno, pero por otro lado le dice “arreglame las rutas nacionales porque yo no puedo sacar la producción”, además de tener el dólar planchado al momento de exportar. Milei anuncia que baja las retenciones, pero no tanto. ¿Considerás que hay disconformidad en el establishment con el gobierno?
A medida que se va haciendo más barato el sector más perjudicado es la industria que no tiene esa ventaja tan competitiva que tiene la Argentina en su tierra, sino que tiene que competir sin ninguna de esas ventajas en los recursos naturales contra industrias muy afianzadas en el mundo, especialmente la de China. Es muy difícil para la industria nacional competir con un dólar barato lo que implica sacrificar puestos de trabajo, sustitución de importaciones y exportar con valor agregado.
Bajamos al segundo escalón y viene el agro. El agro ahora está en una línea de flotación en la cual, para que le cierren más o menos los números, le tuvieron que sacar las retenciones y devaluar un poco en estos días para que sigan liquidando. Y con eso en el corto plazo le cierra la ecuación. Pero lo que no cierra es el esquema a largo plazo. Después quedan los recursos naturales que es la apuesta de ellos, Vaca muerta, el litio que eso serviría a un capitalismo global, y están esperando que esos capitales vengan pero no llegan.
Creo que tienen la idea de un puente, como si tuvieran que pasar el invierno para que después vengan estas inversiones, pero en la situación tan compleja en la que está el mundo y en la situación en la que está la Argentina, que no es un país confiable ni a mediano ni a largo plazo, es muy difícil que vengan esas inversiones a nivel masivo como para que realmente ingrese una cantidad de plata tan grande que te puede dar sostenibilidad. Está entrando a cuentagotas, eso es la verdad, ni siquiera entra financieramente, porque ellos juegan entre tasa y dólar. Dejan correr un poco el dólar, después lo frenan y suben la tasa de interés. Pero todo eso es una bola de nieve, porque esa tasa de interés genera intereses justamente que en algún momento los va a tener que pagar el gobierno y es emisión futura. La mentira de Milei es “no emito”. No está emitiendo ahora, pero está generando una deuda con la tasa de interés que es una bola de nieve que lo imprimís el día de mañana o tenés que volver a refinanciarlo a tasa cada vez más alta y esa es la bola de nieve que todos sabemos cómo termina.
Hubo una decisión de retenciones cero para la minería apostando a ese sector, también del puente que mencionás para lleguen las inversiones. Desde el gobierno señalan que luego de las elecciones de octubre, lograran las reformas, laboral, previsional, tributaria. Como la aceleración de este proceso. ¿Crees que va a haber una verdadera licencia social para que se profundice este modelo?
Ninguna de las reformas que plantea el gobierno es la solución. El sector extractivista es un sector de capital intensivo, tienen mucha plata en máquinas, no en mano de obra. La mano de obra es menor en términos de costos hundidos con una gran empresa que viene a explotar recursos naturales. Y esa mano de obra es muy calificada, tiene cargos jerárquicos, y no utiliza mucha mano de obra de la zona. Los problemas que tiene el extractivismo es justamente es que no genera elaboración productiva en la zona como para levantarla, sino que se convierte en un enclave. Vamos a una economía de enclave minero, petrolero, de litio con algo del sector agrícola acompañando. En este contexto, la reforma laboral es intrascendente. La reforma fiscal ya la tienen, porque el RIGI es la reforma impositiva que ellos querían. Y la reforma previsional es un anhelo, diría ideológico, pero la verdad es que hoy no resuelve. Puede resolver algún problema fiscal de corto plazo y que todos los jubilados ganen cada vez menos. Pero el problema jubilatorio en la Argentina no pasa por lo que están ganando los jubilados, que es miseria, sino porque tiene una gran parte de su población que al no encontrar empleo formal registrado no realiza aportes. Como no hay aportes suficientes, del otro lado las jubilaciones no se pueden fondear con el aporte de los activos.
El problema argentino es resolver el tema del empleo. Lo que podemos llamar empleo registrado, aquel empleo que genera aportes al sistema, si no resolvemos eso, que se resuelve con políticas exactamente contrarias a las que está haciendo este gobierno. Hay que generar empleo industrial fundamentalmente porque ahí es donde está la fuerza del empleo registrado.
“El sector más perjudicado es la industria nacional, que no tiene la ventaja comparativa del agro”.
¿Cómo evalúas el aporte, la situación y perspectiva de la economía popular y de los sectores que la integran?
El sector atraviesa un gran retroceso. Recordemos que la economía popular es la economía que se inventaron aquellos que se fueron quedando afuera del sistema. Van perdiendo sus empleos, no tienen ninguna posibilidad de recuperarlo porque con la destrucción del sistema productivo inventan su trabajo a través de un oficio, a través del comercio popular o en tareas rurales. Lo que podríamos llamar, en muchos casos, las changas, se convierten en el principal trabajo en la Argentina, prácticamente para el 50% de la población. En este contexto es una economía totalmente informal en todo sentido. Son trabajadores sin derechos y tampoco pueden acceder a un crédito para mejorar la producción, para poder financiar capital de trabajo. Entonces está en la subsistencia.
La Argentina se está dividiendo cada vez más en una parte de la población que está relacionada, si se quiere, al sector moderno o ligado a recursos naturales y después un capitalismo nuevo que uno ve que viene a través de las plataformas que ofrece trabajo precario en los sectores populares. Trabajo a través de las aplicaciones, llevando paquetes, haciendo delivery. En los sectores populares ven que el trabajo industrial y ya ni siquiera lo tienen como un anhelo, lo ven como una ficción total en la Argentina actual, algo que era una aspiración normal de la Argentina hace 50 años. Hoy ya ni siquiera es un sueño de la juventud. ¿Por qué? Porque no ve ninguna perspectiva en ese sentido. Entonces, el mundo popular se ha informalizado, y está en una economía que no tiene reconocimiento total. Es muy difícil crecer sin reconocimiento.
¿Y cómo ves eso? Porque ya son dos o más generaciones que han perdido la expectativa de ingresar a un mundo laboral formal e industrial. ¿Cómo ves en perspectiva que se pueda integrar el sector? ¿Cuál es la solución?
¿Por qué tenemos a Milei? Uno piensa en los errores que hemos cometido como fuerza política del campo nacional y popular, y una es justamente no adecuar el Estado a las prácticas laborales y sociales de los sectores populares. Quedó alejado el Estado de los sectores populares en términos laborales. Terminó siendo una gran asistencia social, pero lo que había allá abajo era otro tipo de trabajo. No eran solo personas venerables que necesitaban ayuda social, sino trabajadores precarizados que tenían una agenda laboral, esa es la economía popular.
Y la solución, para mí, es justamente pensar en que no hay un mundo de la registración que es inamovible y que sí o sí hay que incluirse a ese mundo del trabajo con un empleador, sino empezar a registrar y reconocer derechos laborales en otros trabajos. Las plataformas es uno, la economía popular es otro, que es donde se mueven los sectores populares. Es decir, la solución, a mi entender, viene porque el Estado vuelva a captar la práctica laboral que hay en los sectores populares, que no lo ponga como un imaginario de lo que debería ser, sino como lo que es. Hay que ver la realidad. La realidad nos muestra que hay una economía popular, una economía de plataforma, muy poco trabajo industrial y un trabajo en un comercio informal. Eso se mueve en el mundo popular, y tomar esas prácticas y registrarlas para que quienes se dedican a eso, pueden ser cartoneros, albañiles y que tengan derechos laborales y sientan que pertenecen justamente a un colectivo nacional incluido a través del Estado.
Si no es así se pierde la idea de unión nacional cuando ves que no hace síntesis de unidad nacional. Es el Estado que tiene que tener en cuenta al sector popular que hoy no incorpora la práctica laboral de los sectores populares en la idea de Nación. Se rompe de esa manera la posibilidad de armar un colectivo de desarrollo nacional, porque van quedando afuera mayorías que no se sienten en la lógica popular nacional, sienten que están haciendo un trabajo que está lejos de un Estado que no los registra, no los reconoce, ni busca soluciones concretas para que mejore su situación. Hay algo que es clave que es dar crédito para la producción popular. Tenemos a muchas personas en una situación de subsistencia que para que le pueda ir un poco mejor tiene que comprarse una máquina que le de más productividad y con eso un excedente económico para vivir dignamente.
Hay que volver a un Estado conectado con los sectores populares mirando lo que hacen, tratando de entender esa práctica y llevarla a la legislación para que efectivamente sean reconocidos. Creo que es la manera de, ya no de la inclusión social, sino de la integración laboral.
Hay una frase que se usa mucho que es que el ajuste llega hasta donde soporten los ajustados ¿Cómo imaginás la acción política para eso? Me quedo ya con lo que dijiste como si fuera parte de la respuesta, con el tema de una política que mire en serio a la economía popular y no siga hablando de cómo debería ser. ¿La acción política debe estar a la cabeza de eso, esperando que se produzca eso?
Es muy heterogéneo el mundo popular. Entonces, difícil porque los ajustados del Estado dependen directamente del Estado. Pero a su vez, como hay una desconexión tan grande entre la trama estatal con los sectores populares que no ven que el ajuste les llegue de manera directa a ellos. No cobran jubilación, trabajaban en informalidad y siguen vendiendo en ferias aunque tengan edad jubilatoria. Están en la economía popular y no son reconocidos laboralmente.
Pero también tenemos que ver la heterogeneidad de lo que está sucediendo. Una gran parte de los sectores populares ve que más o menos los precios han logrado cierta estabilización, por lo menos respecto a cómo venían hace un tiempo y eso lo ven positivo. Por supuesto que se dan cuenta que no hay plata en la calle y eso es lo que molesta y el run run social tiene que ver con eso, que no hay plata circulando.
Por otro lado no sienten que cuando Milei dice que va ajustar al Estado, esté hablando de algo que a ellos los toque directamente en los servicios, que ya venían muy mal, pensemos como la salud pública, la educación pública. La salud pública sufre un poco más de deterioro cuando el estado nacional se va. Pero la educación está en las provincias y sigue funcionando. Milei dice “voy a ajustar”, pero las escuelas en la provincia de Buenos Aires siguen funcionando más o menos igual porque está el gobierno de Axel y en otras provincias pasa algo parecido. Entonces no lo ven como algo concreto al ajuste.
El Gobierno se apalanca en una idea de motosierra, incluso como parte de la campaña política, que tiene que vr con esta desconexión previa que hubo del Estado con los sectores populares. Eso le juega a favor al Gobierno. No podemos explicar a Milei sin esta desconexión que hubo y sigue habiendo entre Estado y sectores populares. Eso le permite decir a Milei “voy a seguir castigando al Estado y que a los sectores populares les parezca bien”.
¿Cómo analizas el panorama político electoralmente en las dos instancias, si gana o pierde Milei ¿Qué podría suceder teniendo en cuenta este panorama de los sectores populares?
Mi impresión, por supuesto, son impresiones, es que en lo estructura plural el eje sigue siendo peronismo-antiperonismo. No veo que se mueva mucho de ahí. Creo que Milei está ganando mucho terreno y eso se está viendo en las alianzas políticas en unificar la derecha, con la estrategia de La Libertad Avanza de monopolizar la fuerza de derecha, cooptando al PRO.
Creo que se van a ir armando dos grandes fuerzas donde como siempre la Argentina se gana y se pierde por poco y ese poco que va a hacer ganar o perder va a depender de la economía. Hay un 10% que hoy puede apoyar a Milei si el dólar sigue estable, con la inflación en baja, pero que si se le desmadra un poquito la economía, ya lo dejan de apoyar, y eso es definitoria al momento de una elección. Sigue siendo muy inestable el panorama y las soluciones que ellos buscan para dar estabilidad. Creen que generando hegemonía de derecha, sacando al kirchnerismo de la cancha o metiendo a Cristina presa van a consolidar lo financiero que sería que van a entrar capitales, y van a poder estabilizar la economía. Eso lo veo como un sueño que ha tenido la derecha desde los golpes de estado hasta ahora, que es pensar que el problema de Argentina es un problema político, cuando en realidad lo que tiene el modelo liberal argentino, es que no cierra en términos económicos. No le cerró la dictadura, no le cerró a Menem, a Macri, a todos los que han experimentado el liberalismo en Argentina no cierra por términos económicos, no por problemas políticos. La política reacciona porque ya el modelo no cierra.













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