Por Lucas Molinari
El gobierno nacional anunció la privatización del Belgrano Cargas y de Aysa. Como había anticipado el ministro Caputo, entramos en un proceso acelerado de entrega en búsqueda de dólares para forjar una Argentina colonial.
Todo está en la ley bases que aprobó el Congreso con apoyo de gobernadores opo-oficialistas. Recordemos el listado: Intercargo, Enarsa, Nucleoelétrica Argentina y Yacimientos Carboniferos de Río Turbio están para privatizar y para concesionar definieron: Agua y Saneamientos Argentinos S.A (Aysa), Belgrano Cargas y Logística S.A, Sociedad Operadora Ferroviaria S.E (SOFSE), Corredores Viales S.A.
Veamos el caso de Aysa. El gobierno viene preparando el terreno. El año pasado cerró el ENOHSA, el Ente Nacional de Obras Hídricas de Saneamiento, cuya función era financiar y desarrollar obras de agua potable y saneamiento. También desguazaron el Instituto Nacional del Agua (INA) que tiene a su cargo el sistema de alerta del río Paraná y la Autoridad de Cuenca Matanza Riachuelo (ACUMAR).
Aysa brinda servicio a más de 15 millones de personas en Capital y 26 municipios del conurbano, un área de 3.300 km². Es la quinta empresa de agua más grande del mundo. Desde su reestatización en 2006, construyó ocho plantas depuradoras e incorporó 3,5 millones de usuarios al sistema de agua potable de red y cloacas. Entre 1993 y 2002, durante la gestión de la multinacional francesa Suez las tarifas aumentaron un 88% mientras que la inflación fue del 7,3%. Un informe del Observatorio de Tarifas y Subsidios del IIEP, a cargo de la UBA y el Conicet, expuso que en 2024 las boletas de Aysa se incrementaron un 331 por ciento (se cuadruplicaron en tan solo un año). Con la privatización posiblemente se multipliquen los cortes del servicio por deuda. De hecho, uno de los interrogantes es qué ocurrirá con el listado de morosos en este proceso de entrega.
¿Qué dice el sindicato?
En un comunicado firmado por José Luis Lingieri el sindicato de Obras Sanitarias plantea que “no se trata de una privatización tradicional, sino de un proceso mixto que contempla un esquema de concesión” y desarrolla: “Este modelo prevé que parte del paquete accionario se licite públicamente en busca de un operador que asuma la conducción del servicio” y continúa: “En este nuevo escenario se ha garantizado un aspecto central: el 10% del capital accionario de la empresa quedará en manos de los trabajadores y trabajadoras”. Luego afirma que el sindicato mantiene “el compromiso con la defensa de los puestos de trabajo y la función social de Aysa”.
Cabe recordar que cuando Menem privatizó Obras Sanitarias en 1993, la empresa redujo su personal de 7.200 a 3.600 trabajadores en base a un programa de retiros “voluntarios“. Esa entrega incluyó el “Programa de Propiedad Participada” que dejó un diez por ciento de las acciones de la empresa en manos de sus trabajadores (iniciativa lanzada en 1991 por el riojano que hablaba del inicio de un “capitalismo popular”).
Como un reconocimiento a José Luis Lingeri, Menem lo nombró en 1993 interventor del ANSSAL, el organismo regulador de las obras sociales sindicales, que manejaba un presupuesto de 360 millones de pesos-dólares por año. En 1997 el dirigente pasó al frente de la Superintendencia del Seguro de Salud. Cuando llegó Néstor Kirchner: Lingieri como otros dirigentes se acomodaron al nuevo tiempo. El 14 de julio de 2004 fue uno de los integrantes del triunvirato de la CGT junto a Hugo Moyano y Susana Rueda, que un año después cambió al unicato del camionero.
Ese 2004 tuvo a Ligieri como integrante de la comitiva oficial que lideró Roberto Lavagna y viajó a Estados Unidos para negociar el pago de la deuda externa: “Vamos a ir a Washington a defender la postura del Presidente. Le vamos a decir al FMI que la deuda externa sólo es pagable en la medida que no signifique más pobreza o más marginalidad para el pueblo argentino”, dijo el dirigente sindical en ese momento. En 2006 fue participe de la recuperación del 90% de las acciones de la ex Obras Sanitarias en manos del Estado, creándose así Aysa.
Hoy, el titular de Obras Sanitarias, plantea que no hay nada que hacer frente a la privatización: “Es una imposición que establece la Ley Bases. El tema lo venimos discutiendo internamente con las autoridades de la empresa y con (el titular de la Agencia de Transformación de Empresas Públicas) Diego Chaher“.
¿Quiénes buscan quedarse con Aysa?
Hay empresarios locales que seguramente harán lobby para participar de la entrega. Uno de ellos es el Rey del Cloro, Mauricio Filiberti que es dueño de Transclor, que se hizo cargo en diciembre de 2020 de Edenor junto a Daniel Vila y José Luis Manzano. Una nota de La Nación describe su negocio principal: “El 20% del negocio de Transclor es venderles a AySA y otras empresas de agua los químicos necesarios para la potabilización del agua. El resto consiste en vender la materia prima para la fabricación de glifosato y otros elementos. De hecho, fabrica todas las lavandinas que se venden en la Argentina, a razón de 25.000 toneladas por mes. El cloro es un componente vital en el 85% de los agroquímicos y tiene una participación de entre el 40 y el 75% en la manufactura de productos petroquímicos y farmacéuticos. Además, se usa para fabricar PVC, plásticos y hasta colchones”.
Luego, si levantamos la vista más allá de los parásitos de la patria contratista nos encontramos con la empresa israelí Mekorot. Son varias provincias las que rubricaron un acuerdo con esta firma extranjera: Mendoza, San Juan, La Rioja, Catamarca, Río Negro, Formosa, Santa Cruz, Santa Fe, Santiago del Estero y Chubut.
Mekorot ingresó al país de la mano del Frente de Todos, que impulsó la firma de un “Plan Maestro de Conservación y Gestión del Agua”. Fue en septiembre de 2022, cuando el ministro de Interior Wado de Pedro compartió un acto con los gobernadores de San Juan (Uñac) y Mendoza (Suárez). El militante de La Cámpora expresó en aquel entonces la necesidad de generar “un gran consenso argentino” sobre la correcta gestión del agua para que “esta política pública se vaya transformando de a poco en una política de Estado”, lo que posibilitará que “las futuras generaciones puedan contar con un recurso tan indispensable como este” y afirmó con optimismo: ”El futuro está ligado a una gestión responsable e inteligente de los recursos naturales, y el más esencial es el agua”.
De Pedro fundamentó así la apertura de un proceso extractivista de agua. Argentina posee una de las mayores reservas de agua dulce a nivel mundial. Por eso vienen las Corporaciones y un gobierno peronista le abrió la puerta con un discurso de la dependencia, como si el país no tuviera Universidades y un sistema científico para garantizar el derecho al agua y al saneamiento.
Mekorot es una empresa que participa activamente en el genocidio del pueblo palestino. Fue fundada en 1937 y es la principal responsable de la planificación y gestión de los recursos hídricos en ese país. En 1982 avanzó sobre el manejo del agua en los territorios palestinos ocupados ilegalmente desde 1967. Los palestinos tienen prohibido perforar nuevos pozos, ahondar los ya existentes o instalar bombas. Además, Israel impide el acceso al río Jordán y a las fuentes de agua dulce.
Aguas turbias en Argentina. Proceso de entrega feroz, con colaboración sindical y un silencio abrumador de la dirigencia profesional que parece estar de acuerdo con el diseño de un país colonial.
LOGÍSTICA DEL SAQUEO
Para esta edición dialogamos con el titular de la Unión Ferroviaria Sergio Sasia. Sobre la privatización del Belgrano Cargas dijo que no está todavía el pliego de concesión. Explica que “no hay novedad en lo que se está hablando” y que como sindicato aprendieron a “convivir con los privados”.
Reconoce que las concesiones fueron un fracaso: “Se retrocedió un 50% en infraestructura ferroviaria desde la década de los `90” en las líneas de carga en manos privadas y los “trenes van más lento que hace tres décadas por falta de inversión”.
“Falló el control del Estado”, analiza el dirigente.
El caso del Belgrano, Sasia detalla que se ha invertido mucho desde la administración pública y esto permite que se pueda trasladar hasta 70 vagones con carga. Comenta que se están desarrollando “puertos secos” en diferentes provincias como Salta o Mendoza, nodos logísticos donde se conectan camiones y trenes.
Desmiente que la Unión Ferroviaria haya acordado la privatización con el gobierno y negociado un porcentaje de “propiedad participada en manos de los trabajadores”, como publicó un medio meses atrás.
La colaboración con el oficialismo se comentó cuando en 2024 Sasia abandonó la CATT (Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte), por no acordar con la convocatoria al paro el 30 de octubre del 2024. Hoy la Unión Ferroviaria participa de la Mesa Chica de CGT que mañana lunes se reunirá para seguir conversando la “participación en el Consejo de Mayo”, comenta Sasia. También, los dirigentes van a discutir ser parte de la marcha de San Cayetano el próximo 7 de agosto.
Sasia explica que el tren necesita de inversión y que “en el mundo el modelo exitoso es el mixto público-privado para el desarrollo ferroviario y optimización del transporte. Hay que discutir de manera integral el transporte y que haya una política de estado que lo lleve adelante”.
Dice que acuerda con el gobierno nacional en haber declarado la “emergencia ferroviaria”, porque “lo veníamos exigiendo desde el gobierno anterior”. Cree que para agosto o septiembre tiene que estar la licitación para privatizar el Belgrano Cargas y dice que no tiene más información que la que circula en medios de comunicación de posibles empresas interesadas en quedarse con la línea férrea.
¿Qué corporaciones están interesadas quedarse con la línea?
Rincon Mining que extrae litio en Salta y Catamarca. Es una filial de Río Tinto, multinacional británico-australiana en cuyo directorio están BlackRock, Vanguard y la estatal Aluminum Corporation of China, entre otras firmas.
Las exportadoras del agro Cargill, Cofco, Bunge y Viterra también mostraron interés en quedarse con parte del Belgrano Cargas que podría entregarse en partes (vías, material rodante, talleres…).
Gabriel Carpano, militante de Red Nacional por la Recuperación de los Ferrocarriles, escribió: “El Belgrano Cargas incluye las ex líneas Urquiza, San Martín y Belgrano. Es la única línea de cargas que se recuperó para el Estado nacional en el 2013, ya que las otras 3 permanecen desde la privatización menemista en manos de monopolios privados. Aceitera General Deheza tiene la concesión del Nuevo Central Argentino, Techint la del Ferroexpreso Pampeano y Loma Negra la del Ferrosur Roca. Estos monopolios utilizan las vías y el material rodante públicos para trasladar sus productos con un beneficio exclusivo, en detrimento de las economías regionales y los pequeños y medianos productores. Sus vías atraviesan 17 provincias y opera una red de 7.600 kilómetros, transportando 8,5 millones de Toneladas (el 38 % del total de cargas por tren del país). Por allí pasa gran parte de la producción agropecuaria nacional –no solo los productos de la Pampa húmeda-, como tránsito previo a la exportación de esas mismas materias primas, sumado a la producción minera del norte del país. Por todo eso el Belgrano Cargas es un bocado muy apetecible, no solo es un tren: es la vía terrestre que conecta las reservas de litio del norte argentino con los puertos de exportación”.
YAPA: ARCA DE NOÉ
Esta semana nos visitó Pablo “Mono” Lombardi, referente de la CGT Regional Oeste. Dejó algunos conceptos que abren una interesante y necesaria discusión política:
Haciendo un repaso de las últimas décadas, Lomardi afirmó: “No negamos las causas que parieron el 2001. No pudimos frenar el proceso de concentración económica. Si hoy no discutimos con profundidad como vamos a producir los alimentos, medicamentos, servicios, comunicación, que necesita nuestro pueblo, y los trabajadores no nos ponemos al frente de eso. En tanto clase, que significa poner lo común por delante, porque no hay forma de realizarnos si no es en esa comunidad”.
En este sentido, fue al cruce de una concepción que atraviesa a la mayoría de la dirigencia del campo nacional: Que la única manera de desarrollar el país es con inversiones extranjeras. Que parece ser el corolario de aquel anhelo de Néstor Kirchner: “la reconstrucción de la burguesía nacional”.
Lombardi planteó: “La burguesía nacional es como el Arca de Noé, no hay registro histórico que hayan jugado alguna vez un papel progresivo para el pueblo. Primero, porque fueron paridos por esa oligarquía que en la década del 30 se dio una política de sustitución de importaciones frente a imperio norteamericano que ya no le iba a comprar la materia prima. Esa burguesía nacional que tiene pie de barro, cada vez que se generó un proyecto nacional y popular que puso un freno al ingreso de importaciones y un freno a capitales extranjeros en defensa de la industria nacional, engordaron y al crecer en escala se reproducen con la misma lógica del capital. Cuando crecieron plantearon el problema del costo laboral para mantener su rentabilidad. No puede ser la competencia lo que guíe el destino de nuestra Patria”.
Luego, el dirigente afirmó: “Convocamos a un papel protagónico de la clase trabajadora, no ya para la defensa de las reivindicaciones corporativas que han demostrado un límite objetivo y estructural en el mundo en el que estamos, sino en definir los grandes lineamientos que necesita hoy la Patria”.
Repasando la edición de hoy, podemos decir que el parásito de Filiberti que construyó una alianza con el sindicato de obras sanitarias y financió campañas electorales que le dieron un poder de lobby para insertarse en otros negocios como el de la energía… Que son las consecuencias de la dependencia y de la derrota. Pero que nada es irreversible. Argentina podrá levantarse una vez más. Para ellos, es crucial recuperar el debste ideológico que hace a la práctica política y a la ética. Lombardi propone una discusión programático del movimiento obrero, por eso, lo pusimos al aire y lo dejamos para su escucha.
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