Rusia, China e Irán ante Siria. Turquía, los Estados Unidos e Israel. Los mútliples factores que configuran la situación. Perspectivas. ¿Un paso atrás, dos hacia adelante?
Por Gabriel Fernández *
ACELERACIÓN Y SORPRESA. Cuando se desplegó la ráfaga de Azerbaiyán sobre Nagorno Karabaj, muchos comprendieron -incluido Irán– que la Turquía liderada por Recep Tayyip Erdoğan no merecía ser evaluada como un socio confiable. Si la víctima directa resultó Armenia, el afectado distante fue Irán. Por entonces, se supuso que la paciencia oriental comandó la ausencia de una respuesta condigna. Luego, varios ataques de las fuerzas pro occidentales contra Teherán, ampliaron la inquietud de quienes se preguntaron ¿está debilitada la nación persa?
Ahora, la carga rampante sobre Siria amplía el interrogante y son varios, con sentido, quienes indagan si los múltiples espacios –Líbano, Gaza, Cisjordania, Irak, Yemen– que debe conducir Irán con la oposición persistente de los Estados Unidos, Israel, y aliados, no configuran una sobrecarga de difícil manejo. Pues parece innegable que la gestión de Bashar al Assad fue sorprendida por una ofensiva acelerada que utilizó la remozada y bien pertrechada versión de Al Qaeda para impactar enérgicamente. Ser sorprendido, es fallar.
La brillantez del diseño de quienes monitorean a las hordas takfiritas no releva la falta de un alerta defensivo adecuado en una zona cuya serenidad involucraba el posible emerger de un géiser. Así como la nación persa fue sacudida por tantos atentados fronteras adentro, su aliado sirio resultó doblegado ante la sorpresa impulsada por Turquía, los Estados Unidos e Israel. Todos, necesitados de limar la influencia iraní que vincula a Irak y Líbano, acaricia el Mediterráneo y fue consolidada cuando Rusia en 2015 dio vuelta la guerra a favor de Damasco.
Cabe memorar que el presidente Erdoğan trató de “déspota y carnicero” a su colega, Bashar al Assad, y alimentó por largo tiempo a organizaciones mercenarias disfrazadas de islámicas. Durante aquellas contiendas una Rusia creciente ayudó a poner orden en la zona y recordar a los turcos que su potencia tiene límites. Así se configuró a regañadientes un trío entre iraníes, turcos y rusos, congregados en Astana, la capital de Kazajistán, para elaborar un tramo común.
Esa construcción ha implosionado. La ofensiva israelí sobre Gaza y los numerosos contrastes circundantes fueron demasiado para un Irán que no está vencido como pretende la información occidental, pero si superado, en este período, por la simultaneidad de los acontecimientos. Sin embargo, aventurarse linealmente sobre esta idea conllevaría el desconocimiento de otros intereses que, al menos, merecen gestar otros interrogantes. Sobre todo preocupa cómo afecta esta movida al potencial de Moscú. ¿También resultó afectado por la multiplicidad de conflictos? Este narrador percibe que no.
Sucede que, si se observa con detenimiento el panorama conjunto, no es imposible suponer que Rusia e Irán aprovecharon el ansia atlantista para correr, sin asumir responsabilidad directa, al enclenque gobierno de Assad.
RUSIA E IRÁN. Aquí es donde, pese a la confluencia BRICS +, la confusión reina y las dudas se convierten progresivamente en corrosivas. Vamos a plantearlas con franqueza aunque no gusten a los amigos. El respeto al lector es estructural para estas Fuentes. ¿De qué hablamos? Muchos analistas militares consultados aquí en los días recientes, sostienen que Israel pudo bombardear los alrededores de Siria gracias a la aquiescencia rusa, necesaria al respecto debido a que Moscú cuenta allí con importantes bases militares. Añaden que la trascendencia de esa relación tuvo su correlato: Israel no ha condenado el proceder del Oso sobre Ucrania.
La ofensiva desatada contra el hijo de Hafez y el silencio ruso no tienen por qué implicar un nuevo barajar y dar de nuevo mundial (vale advertencia para argentinos: no toda movida oscura es una traición). Resulta probable que Rusia esté buscando limitar el crecimiento de todos los protagonistas en Asia Occidental para sostener su primacía. Las ostensibles dificultades de Israel se combinan ahora con los bordes al desarrollo iraní, lo que deja al país que conduce Vladimir Putin como el sólido garante de convivencia regional. Encima, respaldado por China. Los BRICS + siguen existiendo y quien se hace cargo de los ataques es el estado ocupante -una mancha más al tigre- sin que al resto se le mueva un pelo.
Como detalle, es pertinente subrayar que Turquía comparte esta arremetida con Israel y los Estados Unidos. Las tropas invasoras han mostrado un entrenamiento de nivel militar elevado y un moderno equipamiento originario de Ankara. Los terroristas exhibieron banderas turcas en la toma de las ciudades. Así, el concepto de células terroristas dormidas puede resultar inadecuado. El músculo no duerme, la ambición tampoco descansa: si se corrobora el dejar hacer dejar pasar del Kremlin, puede decirse que Rusia sacrificó Siria para limitar a su aliado, Irán; no para liquidarlo. Quizás contribuyó, en extraña simultaneidad, a quitarle un problema de encima.
BRICS, UNIDOS, TAL VEZ NO SON VENCIDOS. ¿Es impensable que las módicas reacciones rusa y persa hayan sido conversadas previamente? Para nada, si se recorre el estilo de estos dos amigos que se necesitan. Tampoco sería un drama para Irán re situarse como lo que es, una potencia regional, mientras pervive al amparo de los dos grandes con alcance mundial. Pues al entender de esta secuencia, la línea abierta con Beijing es permanente.
A ver. Al concretarse la acción, Hezbollah puede quedar coyunturalmente encapsulado sobre el Líbano y sin ruta logística y de suministro desde Irán, ya que la misma pasa por Siria e Irak. El Eje de la Resistencia, tiene un problema. Es posible ir más allá. Despojado de subjetividades, este periodista supone que la situación está siendo debatida con intensidad en Beijing, pues China se había congratulado por el acercamiento entre Arabia Saudita e Irán, y sobre todo por el retorno triunfal de Siria a la Liga Arabe, con todo lo que ello implica en un nivel decisivo: la provisión de petróleo. Está claro que la potencia que conduce Xi Jingpin hallará, con su propio vigor comprador, un lugar adecuado en la mesa de negociaciones.
Los objetores de esta hipótesis señalarán con fundamento que los desencuentros internos entre multipolares pueden ralentizar el ritmo de la construcción general. Además que, en este tramo, resurgirá la intención de construir un ducto para suministrar gas natural a Europa a través de Siria. Si los mapas no nos engañan, el mismo debería ser realizado por Qatar. Además de hilvanar con la base rusa en el Mediterráneo, Damasco es una conexión clave de Rusia con África. Y está claro que el continente oculto viene ocupando un lugar de prioridad en las agendas de la República Popular y de la Federación. Este nexo fue visto con nitidez por el periodista Pepe Escobar: “Los miembros del BRICS Rusia e Irán no tienen otra opción: tienen que arreglar, por todos los medios necesarios, la incompetencia mostrada por Damasco y el SAA, para poder mantener su acceso al Mediterráneo Oriental, Líbano, Irak y más allá. Eso implica un movimiento muy serio: Rusia desviando activos clave de la batalla en Novorossiya para preservar una Siria relativamente soberana”.
He ahí el motivo por el cual se incluyeron los párrafos precedentes. Es que casi no hay opción; los multipolares necesitan proceder de modo combinado.
TIEMPOS VENIDEROS. Por lo tanto, puede suponerse que Rusia dio un paso atrás para dar dos adelante. Parece haber usufructuado el indetenible impulso belicista occidental para seguir tallando fuerte a costa de reducir una influencia directa muy onerosa como la de sostener a Bashar al – Assad. Quién sabe: tal vez en los tiempos venideros la Federación desate todo su poder en la región, disperse a las bandas de Al – Nusra y tome renovado control de la situación con aliados menos desgastados que el fugado mandatario. A esta altura de los acontecimientos se sabe que la multipolaridad no resignará Asia Occidental; lo que resulta complejo de visualizar es cuál es la táctica que utilizará con ese fin.
Dos especialistas que contribuyen habitualmente a la comprensión en nuestra emisora vertieron su parecer, nada esquemático, para la comprensión de oyentes y lectores.
Guillermo Caviasca, con un perfil bien orientado sobre la Defensa, afirmó que “Es el fin de Assad en Siria. Una ofensiva relámpago de los islamistas de HTS produjo el derrumbe del ejército sirio que se disolvió como un terrón de azúcar en el café. Una velocidad que envidiarían los generales más audaces HTS avanzó desde las zonas dominadas por los turcos en línea recta hasta Damasco dispersando las confundidas mal conducidas y sin moral fuerzas sirias. Los turcos sin dudas dieron rienda a este ataque, quizás no esperaban tal éxito. Midieron el momento preciso: transición en los Estados Unidos, Rusia concentrada en Ucrania en un momento decisivo, Irán y el Eje con las consecuencias de una guerra con Israel qué absorbe todo su poder…. Y sin dudas sabían que Assad y su ejército eran solo números en una planilla”.
“Pero tengamos en cuenta -añadió- que los miembros de HTS si bien vienen del paraguas turco, no son Turquia. Son islamistas ex al Qaeda. Y no son tantos. Eso sí, su líder demostró gran capacidad política y una buena conducción militar, hasta en lo táctico desbancando cualquier línea de defensa oficial. Otros grupos operan en todo el país de las más contradictorias adscripciones, yanquis, turcos, rusos, del Eje, yihadistas, kurdos bajo protección yanqui… Israel…. Minorías diversas. Fin de una, etapa de la guerra civil. Fin de Assad y su época. Bienvenida la nueva guerra civil Siria, pobre pueblo”.
Por su parte el Gauchito Gil, con la geo economía en su horizonte, estimó “Me da la sensación de que es parte del arreglo de Medio Oriente. Israel prácticamente barrió Gaza, asesinó a los líderes de Hamas más próximos a Irán, asesinó los tres o cuatro líderes máximos de Hezbollah, y mostró una capacidad de penetración sobre Irán (y de vulnerabilidad de las Al Quds) imprevista. Mientras tanto, Rusia tiene foco en su conflicto principal que es Ucrania, por lo que descuida otros conflictos. Así pasó con Nagorno Karabaj y un poco pasa con Siria. En cierta forma la promesa de Trump de entregar Ucrania vale más que meterse en Medio Oriente”.
Completó que “Todo pareciera correr en el mismo sentido: los Estados Unidos entregan a Rusia las conquistas en Ucrania para que Rusia no se meta en esto, Irán salva la ropa replegándose en el golfo, EEUU con Trump abandona a los kurdos, Turquía se fortalece con Siria y Nagorno Karabaj convirtiéndose en potencia regional, liderando a Mahmoud Abbas en Palestina, y arreglando algún acuerdo entre Turquía e Israel por el Líbano y Palestina. Irak en principio debería ser un amortiguador entre Israel, Turquía e Irán”.
ERRORES, COMPLICIDADES. Si se recorren los mejores estudios sobre el proceso internacional que abarca el lustro reciente, podrá encontrarse una curiosidad que habrá que develar para obtener un resultado racional. Las consideraciones incluyen, casi en simultáneo, la descripción de los errores políticos de las conducciones generales y parciales de la Unión Europea (UE), y la imputación de complicidad de las mismas con los designios de las grandes corporaciones financieras que, a través de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) están hundiendo al Viejo Continente.
El problema argumental, y este periodista no queda indemne, radica en la distancia existente entre un error y una complicidad. No es lo mismo suponer que las economías europeas afrontarían exitosamente una traslación de recursos gigantesca y una caída en la provisión energética apreciable, que forzar esas acciones a sabiendas del deterioro que implicarían y de la des industrialización que originarían en la zona indicada. El zigzagueo se puede percibir en tantos artículos periodísticos aunque también en ensayos extensos.
Ni siquiera el rápidamente expandido trabajo de Emmanuel Todd queda fuera de la irregularidad. Tampoco las columnas de los versátiles Alfredo Jalife-Rahme y Pepe Escobar, quienes de habitual se burlan -con razón- de los tropiezos de las autoridades más destacadas de las naciones europeas. La contradicción se prolonga en los textos de tantos espacios cercanos, sin obviar nuestras propias elaboraciones. Pero ¿cómo determinar si la hecatombe que empieza a padecer el centro occidental es producto de aspiraciones mal calibradas -desmembrar Rusia, por caso- o de la lógica acumulativa feroz del capital rentístico, que no diferencia entre países a la hora de absorber recursos?
Este segmento tiene por objetivo contribuir modestamente a mejorar el modo de encarar el panorama.
ALINEAMIENTOS LLAMATIVOS. Volvamos sobre Asia Occidental para cerrar. Los intereses económicos de base que determinaron realineamientos a lo largo del año en curso, están vivos y en desarrollo. Una vez que se admite esa realidad, los vuelcos militares deben ser valuados al tiempo que ameritan relativizarse.
En este marco, resulta imprescindible plantear interrogantes sin fingir certezas. El mapa asiático está bien complicado y es probable que nadie pueda ofrecer el conjunto de las respuestas.
Con este complicado horizonte, las afirmaciones contundentes contienen algunos dilemas. Por caso, se olvida que dentro de la OTAN suceden situaciones que necesitan reflexión: mientras Turquía fustiga el accionar israelí en Gaza, Hungría demanda paz en Ucrania pero sin mencionar, siquiera, a Palestina.
Atenti con los alineamientos.
Sólo por esta vez quedaron fuera aspectos de consideración. La renovada batalla de los semiconductores con los Estados Unidos y China como protagonistas, claro, y las definiciones del canciller ruso Serguéi Lavrov ante el periodista Tucker Carlson.
Es que Siria se llevó, qué pena, toda la atención.
- Area Periodística Radio Gráfica / Director La Señal Medios / Sindical Federal
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