Por Nehuén Gusmerotti *
En una velada de viernes que la República de Avellaneda vivió bajo la incansable tormenta de Santa Rosa, Era de Acuario celebraba su primera década de vida. La cita se dio en el mismo lugar que vio debutar a la banda en vivo hace diez años, el Mutar Bar, histórico bar de la Avenida Mitre. El menú de la noche sumaba a los cumpleañeros la apertura de Mazonicos y la particular propuesta sonora de Gitanos con su blues bastardo. Todo dado para tener un show memorable.
Alrededor de las 21:00 se abrieron las puertas para que el público fuera nutriendo Mutar. Poco a poco comenzaron a girar cervezas, pizzas y viejos conocidos de Era de Acuario. Las expectativas por temas en la lista, el recuerdo de alguna fecha pasada o alguna anécdota con los músicos eran tema de charla en la previa que finalizó apenas pasadas las 22:00 cuando Mazonicos comenzó su presentación. Un stoner rock climático y riffero, con cortes y contratiempos que sonaba demoledor y prolijo en igual medida, anticipando el gran trabajo de sonido que acompañaría a todas las bandas.
Luego fue lugar para la peculiar propuesta de Gitanos. La banda integrada por batería, guitarra, percusión, bajo y teclas, deambuló por el rock y el blues psicodélico. Por momentos con la voz naciendo desde el sótano de la batería, por momentos con un juego de voces de toda la banda, los intérpretes del blues bastardo dieron un gran show que terminó con algunas reversiones fuera de serie, como “Soy de la Esquina” en formato de psicodelia blusera.
Pasada la medianoche, con los primeros acordes de “Santos”, comenzó el show de Era de Acuario. “El mejor país del mundo”, cómo definió Tom Rubano a Avellaneda, se empapaba de rock pesado con el power trío mostrando un nivel afiladísimo. El antiguo “Sos un Río” siguió en una lista que tardó bastante en dar la bienvenida al material más reciente del grupo. “Blanco” y “Uno” fueron algunos de los elegidos de su disco De Magias, De Cielos.Ser (2016), hasta que promediando el show “Tirapiedras” y “Elevado por el Sacrificio” dieron el presente por Las Guerras, su más reciente entrega lanzada en 2023.
El climax llegó con los invitados de la noche. Viejas caras conocidas de la vida de Era, junto a una participación estelar. Los primeros fueron Juan Diego Das Airas, miembro fundador de la banda, que subió a cantar “Eclipse” y “Prana”, Joaco Muiño, ex guitarrista del trío se sumó en el primero, en tanto que Martín Estigarribia de Bósque fue parte del segundo. La comunión con el pasado y el entorno se hacía carne sobre las tablas de Mutar en una noche en que el sonido acompañaba una performance impecable de los músicos en el escenario. Pero uno de los hitos de la noche llegó con “Border”, parte de Las Guerras y que cuenta nada menos que con Sergio Chotsourian, legendario miembro de Los Natas y Ararat, entre otras. El músico se mimetizó en segundos con los Era para dar una interpretación hipnótica y aplastante del tema que grabaron juntos. El cierre quedó sellado por la exclamación “Era de Acuario” hacia la banda a modo de agradecimiento.
El tramo final tuvo, entre otras, “Vulnerables”, temazo grabado junto a Corvata (Ex Carajo, A.N.I.M.A.L. y actual Arde la Sangre) en que Federico Scavuzzo se cargó unos estribillos podridos que estuvieron a la altura de lo hecho por Corvex. “Lumina” y “Cahué” fueron las elegidas para bajar el telón de una noche memorable. En la última nuevamente con Juan Diego Das Airas completando la formación. “Gracias che, hay un montón de gente”, repitió más de una vez Rubano, agradeciendo a su equipo de trabajo, compañeros, público, amigos. Destacando, además, lo difícil de asistir a eventos culturales en los tiempos actuales y lo importante de que hayan estado ahí, copando Mutar en este festejo que también tuvo varios cantitos de feliz cumpleaños durante la jornada.
La sensación que quedó flotando en el aire luego de finalizado el recital era de éxtasis. El trío había sonado afilado, poderoso y con interpretaciones de primer nivel. El tándem entre stoner rock, coqueteos con el new metal y el rock alternativo, alcanza niveles abrumadores en la dupla Rubano-Scavuzzo en el bajo y la bata. Sobre esa pared de sonido, Fede Scavuzzo llena con sus riffs y zarpazos una propuesta de rock fresco y visceral. Una banda que está en el mínimo detalle para sonar al mango, y lo logra, mostrando que nada tiene que envidiar a varios pequeños tanques de la industria. El pasado viernes celebraron, ojalá la primera de muchas décadas, lo hicieron en su Avellaneda natal, desatando una tormenta que le hizo frente a la que azotaba las calles del mejor país del mundo.
(*) Conductor de Resistiendo con Ideas (Lunes a viernes de 20 a 21 horas)
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