Las elecciones norteamericanas ingresan en la recta decisiva. ¿Harris, Obama? La oreja de Donald Trump. Unas internas apasionantes. El húngaro Viktor Orbán escribe cartas de paz y amor.
Por Gabriel Fernández *
El presidente de los Estados Unidos, Joseph Biden, anunció este domingo que retira su candidatura de las elecciones presidenciales. La información fue difundida a través de su cuenta en X; allí manifestó que en los últimos tres años y medio la potencia norteamericana alcanzó “grandes progresos como nación, convirtiéndose en la economía más fuerte del mundo”.
El anuncio se generó tras varias semanas de tensión en el seno de la formación demócrata. En varias ocasiones, el propio mandatario insistió que no planeaba declinar su candidatura. “Mira, si el Señor todopoderoso bajara y dijera: ‘Joe, sal de la carrera’, yo saldría de la carrera, pero el Señor todopoderoso no va a bajar” indicó a comienzos del mes en curso. Luego precisó que la única circunstancia por la que abandonaría la campaña por su segundo mandato serían problemas de salud.
El primer debate presidencial, celebrado a finales de junio, fue calificado como un fracaso de Biden. Durante la conversación, el político de 81 años tropezó en varias ocasiones al hablar y quedó paralizado por unos momentos, mirando al vacío, aportando a los rumores sobre problemas de salud mental que estaría sufriendo. Además, personas que siguieron el evento en línea se percataron de que apenas parpadeaba.
Tras el debate, varios medios reportaron sobre el posible abandono por Biden de la carrera electoral, pero la portavoz de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, desmintió esta información, lo que originó más incertidumbre acerca del futuro electoral demócrata.
El 17 de julio, Biden contrajo covid-19 y canceló su participación prevista para este miércoles en la conferencia anual UnidosUS en Las Vegas. Ante una avalancha de llamamientos, que se difundieron incluso por parte de aliados políticos cercanos como la ex presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, Biden cedió. La primacía en los sondeos viene quedando en manos del candidato republicano, Donald Trump.
El debate sobre el relevo de Biden, puertas adentro del oficialismo, se ha orientado, hasta el presente, sobre dos mujeres: Michelle Obama y Kamala Harris. Si bien en las primeras encuestas ninguna aventaja al estentóreo dueño de Trump Tower, los diseñadores de la campaña estiman que ambas ofrecerían una contienda más equilibrada que el deteriorado presidente actual.
El retiro de la candidatura de quien fuera vice presidente de Barack Obama fue anticipado en varios textos de nuestras Fuentes Seguras. Vale, entre otros, repasar el siguiente:
La semana que finaliza se celebró la Convención Nacional Republicana. Allí, se proclamó candidato, por unanimidad a Donald Trump. No puede decirse que las cosas se hayan tornado aburridas o previsibles; todo el planeta parece envuelto en las polémicas que suscita la confrontación que se avecina. El encuentro, sacudido por la corriente eléctrica suscitada durante el ataque contra el ex jefe de Estado, dejó algunas huellas de valor para entender lo que puede suceder de aquí en más.
CONVENCIÓN CALIENTE. Quien fuera embajadora de los Estados Unidos ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Nimrata Nikki Randhawa Haley -más familiarmente Nikki Haley– ni siquiera estaba invitada al cónclave. Durante varios meses, fue opositora interna de Trump y crítica de varios de sus puntos de vista. Ambos llevaron su enfrentamiento al terreno personal y las heridas han delineado ríos de líquido rojo sobre la piel de cada uno. El ex presidente quería que su rival se retirase de las primarias por la vía rápida, pero ella se negó. Con el correr del tiempo, la voluminosa intención de voto evidenciada por el empresario, la llevó a refugiarse en actividades más domésticas. Pero aún fuera de la contienda, evitó pedir el voto por el neoyorquino. El vínculo armónico llegaría por la fuerza de las circunstancias.
Después del atentado registrado el sábado anterior –recuerde lector que fue asesinado el presunto asesino y ya nada se sabrá acerca del móvil y las complicidades– la dirección de campaña de Trump pidió a Haley que acudiese a Milwaukee; ella accedió. Su irrupción en el acto fue recibida con proporciones equilibradas de aplausos y abucheos. Trump se puso en pie para aplaudir desde su palco, pero eso no le sirvió a Haley para librarse del todo de los chiflidos. “Mis colegas republicanos: el presidente Trump me invitó a hablar en esta convención en nombre de la unidad. Fue una amable invitación y estuve feliz de aceptarla”, empezó, justificándose. Y enseguida dijo: “Empezaré dejando una cosa muy clara. Donald Trump cuenta con mi firme apoyo”.
Vale recordar que Incluso después de retirarse de la carrera presidencial, la republicana recibió cientos de miles de votos en las primarias, lo que denota la existencia de un segmento moderado del Partido que refunfuña al alinearse con Trump. Fíjese que interesante: la campaña del actual presidente, Joseph Biden, corteja a los votantes de Haley. De hecho, este mismo martes lanzó un comunicado recordando sus críticas al ex presidente e invitando a los ciudadanos para que las canalicen a su través. Algo así: como lo que Haley espetó al virulento es verdad; ahora que la ex embajadora fue doblegada por Trump, los invitamos a sufragar por los demócratas que sostienen el rumbo.
En su discurso, Haley trató de retener el voto de los moderados con bastante perspicacia. “Hay estadounidenses que no están de acuerdo al 100% con Donald Trump. Resulta que conozco a algunos. Mi mensaje para ellos es: no tienes que estar de acuerdo con Donald Trump el 100% del tiempo para votar por él: haced como yo. Yo no he estado siempre de acuerdo con él, pero estamos de acuerdo más veces que en desacuerdo. Estamos de acuerdo en mantener Estados Unidos fuerte, estamos de acuerdo en mantener Estados Unidos seguro, estamos de acuerdo en que los demócratas se han movido tanto a la izquierda que han puesto nuestra libertad en peligro”, dijo.
Indemne, Nikki siguió adelante. “Estoy aquí porque tenemos un país que salvar y un Partido Republicano unido es esencial para salvarlo”, afirmó la antigua gobernadora de Carolina del Sur, y enfatizó que el país está demasiado dividido, “ya sea en los campus universitarios, o en un campo en Butler, Pensilvania”, en referencia al lugar del atentado. Enseguida apeló a conjugar a los republicanos y ampliar su llegada discursiva, para captar el voto moderado: “No solo debemos ser un partido unido, sino que también debemos expandir nuestro partido”. “Ningún presidente puede arreglar todos nuestros problemas solo. Tenemos que hacerlo juntos”, añadió.
También dio un repaso a la política exterior, una de sus especialidades, con planteos sencillos y profundos que enlazan con los ejes propuestos por Trump como alternativa a los devaneos belicistas. “Un presidente fuerte no empieza guerras, un presidente fuerte las previene”, afirmó, tras asegurar que el hecho de que Vladimir Putin se lanzase a “invadir” Crimea durante el mandato de Barack Obama y el conjunto de Ucrania durante el de Biden, pero no hiciese nada con Trump en la Casa Blanca, no fue casualidad. En los días recientes, la surcarolina -así les dicen- se mostró proclive a encontrar vías negociadoras en Eurasia pero muy convencida de respaldar a Israel en Oriente Medio.
ESTE MUERTO. Cuando la conversa se retiró del escenario, apareció -pletórico de energía- el gobernador de Florida, Ron DeSantis, que pronunció un discurso demoledor contra Biden. Dijo que “Estados Unidos no puede permitirse cuatro años más de este muerto”. Y contrapuso su figura con la del candidato republicano: “Donald Trump ha sido demonizado, ha sido demandado, ha sido procesado y casi pierde la vida”, dijo, para añadir: “No podemos defraudarle, y no podemos defraudar a América”.
Trump, a quien hemos catalogado como consciente y determinado, percibió, junto a sus afinidades partidarias, la importancia de aunar esfuerzos para contrastar con algunos poderes en verdad intensos. Quedaron atrás los vituperios lanzados sobre DeSantis cuando ambos competían. Le puso un mote despectivo, llamándole mojigato; afirmó que necesitaba un trasplante de personalidad porque no sabía ni decir su apellido, y se burló de él una y otra vez. Sin embargo, hicieron las paces después y los asistentes a la convención no dudaron en aclamarle desde el principio.
El gobernador se plantó en la Convención para afrontar todos los asuntos espinosos. Transitó desde la frontera y el muro hasta la pandemia y la salud, sin dejar de lado la inflación, los impuestos y la producción industrial. Arremetió contra la “ideología de género” y contra los principios de diversidad, equidad e inclusión, a los que responsabilizó de fomentar “la división, la exclusión y el adoctrinamiento”. “No pueden ni definir lo que es una mujer”, dijo de los demócratas, suscitando risas y adhesión entre el público reunido.
“Obligaron a presentar una prueba de la vacuna covid para ir a un restaurante, pero se oponen a exigir una prueba de ciudadanía para emitir el voto”, fue una de sus frases más aclamadas. “Enviemos a Joe Biden de vuelta a su sótano y enviemos a Donald Trump de vuelta a la Casa Blanca”, fue otra que se transformó en consigna y X. Enfatizó la unidad al cierre; se despidió con las mismas palabras de Trump al levantarse trasel intento de asesinato del sábado: “Luchar, luchar, luchar” por los Estados Unidos.
Los republicanos están escenificando la imagen de unidad para agudizar su contraste con la división de los demócratas. Lo están consiguiendo.
Otro de los primeros candidatos, Vivek Ramaswamy, sumó su apoyo. “Trump es el presidente que realmente unirá a este país, no a través de palabras vacías, sino a través de la acción. El éxito es unificador. La excelencia unifica. Eso es lo que somos como estadounidenses”. Luego se adentró en un asunto conflictivo para los republicanos. “Nuestro mensaje a los estadounidenses de raza negra es este: queremos para ustedes lo que queremos para todos los estadounidenses: barrios seguros, calles limpias, buenos empleos, una vida mejor para sus hijos y un sistema judicial que trate a todos por igual, independientemente del color de su piel o de sus creencias políticas”.
Esta semana también se enfiló con Trump, con rugido incluido, el senador Tim Scott: “El diablo llegó a Pensilvania empuñando un rifle, pero el león americano se puso en pie”, dijo. Luego se apersonaron el empresario Doug Burgum, el senador por Texas, Ted Cruz, y su homólogo por Florida, Marco Rubio, rivales de Trump en las primarias de 2016. Todos tuvieron, por entonces, enfrentamientos duros con él, pero en este caso, a diferencia de lo ocurrido con Haley, las heridas han cicatrizado. Rubio llegó a figurar como posible candidato a vicepresidente.
Quien alcanzó a ver la transmisión, o su reproducción grabada, pudo comprobar que la imagen de Trump se lanzó sobre los micrófonos con un vigoroso aire triunfal. La venda en la oreja recordó a todos que el rubicundo se juega una patriada. Cada quien analizará la veracidad de sus convocatorias épicas, mas no podrá ignorar que la sangre brinda legitimidad a quien padece su derrame. El ex presidente se dio otra zambullida ante la euforia de los asistentes. Ya estaba en la zona izquierda del proscenio James David Vance, nacido James Donald Bowman, y más promocionalmente, J. D. Vance.
Durante la Convención, se emitió en las pantallas gigantes un vídeo contra Joseph Biden, criticando su política fronteriza, pero también mostrando algún tropezón y momentos de lapsus. El film ligó inmigración y delincuencia, lo cual no pareció fastidiar a los espectadores latinos. Por lo que varias Fuentes han narrado a este periodista, el video demandó más debate de lo que cabía inferir. Es que varios expertos republicanos apuntaron que ir muy lejos en la ridiculización de Biden solo contribuiría a que la oposición interna reúna fuerzas para su desplazamiento. “No queremos limpiar a Biden ahora” indicó un asesor reconcentrado; “que compita contra Trump. Una vez que su candidatura se consolide, entonces sacaremos a luz sus yerros, sus olvidos, sus equivocaciones”.
CARTAS DE PAZ Y AMOR. A través de estas páginas, el lector puede haberse interiorizado de las andanzas de otro que se las trae. Y parece dispuesto a afrontar las consecuencias. El primer ministro de Hungría Viktor Orbán dijo a los líderes europeos que Donald Trump está “dispuesto a actuar como mediador de paz” entre Rusia y Ucrania si es elegido presidente”. El húngaro, que para preocupación de esos mandatarios ocupa desde ahora la presidencia de la Unión Europea, lo señaló en una carta dirigida al presidente del Consejo, Charles Michel, y enviada a todos los líderes del armado continental.
Redactada a raíz de sus encuentros con el ex presidente Trump, el presidente de Rusia, Vladímir Putin, y el líder chino, Xi Jinping, la nota ratifica el pensar activo del jefe de Estado y su baja valoración del parecer esbozado por los gobiernos disciplinados a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN). “Puedo afirmar con seguridad que poco después de su victoria electoral, no esperará hasta su toma de posesión; Trump estará dispuesto a actuar como mediador de paz inmediatamente. Tiene planes detallados y bien fundados para ello”.
El premier viene insistiendo en la necesidad de abrir negociaciones de paz. Aunque muchos declaman en esa dirección, Orbán es el que limita el aporte económico a Kiev y quien devalúa las sanciones contra la Federación de Rusia mientras la mayoría de los líderes de la UE prometieron un apoyo inequívoco a Ucrania en su intento de quebrar la Operación Especial rusa. En su carta a esos dirigentes, Orbán dijo que durante las reuniones hubo una “observación general” de que “la intensidad del conflicto militar” en Ucrania “se intensificará radicalmente en un futuro próximo”.
Vale recordar que, a diferencia de otros referentes con declamación hueca, el nacido en la ciudad de Székesfehérvár explicó que el ingreso de Ucrania a la coalición perjudicaría a los agricultores europeos, que su economía y la de otros vecinos no está en condiciones de prescindir del combustible generado por Rusia, que la traslación de recursos públicos a la absorbente necesidad bélica atlantista perjudica “la cohesión social continental” -sagaz, ¿no?, que la situación de los migrantes amerita un tratamiento equilibrado para todos los asociados, y que a los mismos, provenientes de Africa, se le suman ahora los que escapan de la zona euroasiática en disputa.
Este periodista sugiere repasar los siguientes artículos: Fuentes Seguras. Hungría (texto) y Fuentes Seguras. Orbán en la mira (video)
Bajas temperaturas y tenue llovizna envuelven la gran ciudad. A revisar algunos tramos de la nota y a subrayar otros. El agua lanza vapor y convoca a la infusión.
- Area Periodística Radio Gráfica / Director La Señal Medios / Sindical Federal
Discusión acerca de esta noticia