Por Carlos Aira
En el atardecer del lunes 19 de septiembre de 1983 se fue la vida de Ángel Labruna. El Feo. Estaba a días de cumplir 65 años y era un símbolo inmenso del Club Atlético River Plate. Su curriculum es impresionante: en las 21 temporadas que vistió la banda roja se convirtió en el máximo goleador histórico del club (segundo del fútbol argentino). Como jugador se consagró 9 veces campeón (1941, 1942, 1945, 1947, 1952, 1953, 1955, 1956 y 1957). Su paso como entrenador también fue notable. En 1975 fue el técnico que quebró los 17 años sín titulos del club millonario. Pero no solo obtuvo el Metro 75, también el Nacional de aquel año, Metro 1977, Metro y Nacional 1979 y el Metro 1980. El famoso River de Labruna de fines de los 70s.
El tiempo pasó inexorable y la institución de Belgrano siguió construyendo grandeza y nuevas idolatrías, pero la figura de Labruna no solo conservó su aura mística sino que la fue agrandando hasta convertirse en el símbolo más importante del club.
Rodrigo Daskal, sociólogo y director del Museo River, se expresó en Abrí la Cancha: “La figura de Labruna está absolutamente ligada a River en términos identitarios. El ídolo deportivo es claro por sus logros, pero existe un factor que converge y le brinda dimensión a Labruna y es que comenzó su recorrido en River viviendo vida de club como deportista federado. Y no en el fútbol, sino en básquetbol”.
El titular del Museo River agregó: “Labruna hizo una carrera absolutamente identificada al club sintiendo una absoluta y genuina pasión por River. A nivel mundial no son muchas las figuras que tengan un recorrido tan profundo como tuvo Ángelito con River Plate. El podía mantener su carácter profesional, con su caracter duro y malhumorado con su amor incondicional por River Plate”.
Ángel Amadeo Labruna nació el 28 de septiembre de 1918. La casa de la familia estaba ubicada sobre la avenida Las Heras, frente a la vieja Penitenciaría Nacional. A los 10 años ingresó como socio del Club Atlético River Plate, ubicado en aquellos días en Tagle y Alvear (actual Libertador), a pocas cuadras del domicilio familiar. Jugador cadete de básquetbol, en 1934 pasó al fútbol. Entreala izquierdo con notable olfato goleador. Debutó en Primera División el 18 de junio de 1939. Aquella tarde, Estudiantes derrotó 1 a 0 a River en la capital provincial.
En octubre de 1939 una huelga de profesionales sacudió a River Plate. En las últimas nueve fechas del torneo, River presentó un equipo de emergencia compuesto por juveniles y extranjeros. Para sorpresa de todos, ganó siete partidos. Eran “Los Guerrilleros” y Ángel Labruna fue la figura de aquel equipo. Cuando se levantó la huelga y volvieron los titulares, Labruna no podía salir del equipo. José Manuel Moreno, la gran figura millonaria – y del fútbol argentino – de aquellos tiempos, cambió su posición para que ingresara el crack en ciernes.
En 1942 se conformó La Máquina: Juan Carlos Muñoz, José Manuel Moreno, Adolfo Pedernera, Ángel Labruna y Félix Loustau. Jugaron juntos tan solo 19 partidos, pero son eternos como una de las mayores expresiones de fútbol de todos los tiempos. Labruna fue goleador de los campeonatos de 1943 y 1945. Con los años se convirtió en símbolo y patriarca. Formó figuras que luego tendrán relieve mundial en sus pasos eternos en el fútbol europeo, como Alfredo Di Stéfano y Enrique Omar Sívori.
Pero la carrera de Labruna está signada por Boca Juniors. Nadie comprendió el clásico de la Ribera como él. Desde una expulsión – con gestos al público local – en un clásico de Cuarta división en 1936 en el viejo estadio de madera de Brandsen y Del Crucero. Labruna es el máximo goleador del Superclásico con 16 goles. El primero fue durante la huelga de 1939. Cancha de San Lorenzo y en horario matutino. Una mediavuelta que le permitió a los juveniles de River dar vuelta el partido y ganar un clásico muy recordado.
“La figura de Labruna se proyecta en el presente“; sostuvo Daskal en Radio Gráfica, y agregó: “Los clubes hacen de su pasado una proyección hacia el presente. Vivimos de mitos y esos mitos conviven con la realidad. En ese sentido luego de fallecido Angelito aparecieron un montón de cosas que estuvieron guardadas de su vida. Desde cuestiones profesionales hasta personales. Todos sabían su pasión por los juegos de naipes y los caballos, pero también aparecieron nuevos abordajes. Saber que existe una figura como Labruna, donde las nuevas generaciones lo reconocen en términos afectivos, es muy importante. Y no es un cliché periodístico: es una realidad forjada en su vida personal con una institución“.
En 2003, la Subcomisión del Hincha de River Plate, propuso un homenaje imperecedero hacia Ángel Labruna. Desde el 28 de septiembre de aquel año, fecha de nacimiento de Angelito, se festeja el Día Internacional del Hincha del Club Atlético River Plate. El mayor homenaje de los hinchas hacia otro hincha.
Periodista y escritor. Autor de Héroes de Tiento y Héroes en Tiempos Infames / Abrí la Cancha.
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