Por Nehuén Gusmerotti *
Uno de los discos de culto de la música de los tardíos años 90´ es sin duda el grabado por Ricardo Iorio y Flavio Cianciarulo en 1997 y que lleva por nombre Peso Argento. Un híbrido entre metal, hardcore, folclore, federalismo y covers. Se comenzó a grabar en enero de 1997 y fue lanzado en agosto de ese mismo año a través del sello independiente de Flavio, Resiste! El proceso de grabación se realizó en un estudio emblemático de la música pesada nacional: Del Abasto al Pasto, estudio de Álvaro Villagra, un nombre clave en toda esta historia.
Álvaro charló casualmente en el invierno de 1995 con Flavio sobre una posible colaboración con el padre del metal pesado nacional. Fue mientras producía el primer disco de la banda, Carne Gaucha, cuando en medio de una conversación surgió el tema de la capacidad de Ricardo para componer y escribir. Flavio redobló la apuesta y le dijo que le gustaría hacer un disco completo y Álvaro decidió llamar al bajista de Almafuerte para hacerle la propuesta.
Villagra recuerda sus sensaciones previas a contarle sobre el proyecto al músico metalero: “Yo pensé que Ricardo me iba a mandar a la mierda, porque además de que en esa época estaba hecho un monstruo, Flavio venía de los Cadillacs… Pero cuando hablé con Ricardo reaccionó bien, su respuesta fue que habría que conocerse”. Ese mismo día se juntaron los tres en casa de Flavio a tomar cerveza, comer tacos y tocar algunos temas, la química estaba presente.
Este cariño inmediato entre ambos no implica que antes de eso Iorio no tuviera sus prejuicios sobre la icónica banda de ska argentina. Alguna vez Ricardo dijo sobre los Cadillacs: “Sí, odiaba a los Cadillacs. Lo que pasa es que antes, cuando Flavio empezó con “Mi novia se cayó en un pozo ciego”, tenían otro enfoque sus letras. Con el tiempo fui dándome cuenta de que temas suyos como Mal Bicho o Matador tenían más relación con mis letras. Eso nos acercó”.
Entre 1995 y 1997 los músicos comenzaron una relación que se volvió cada vez más cercana y afectiva. Intercambios de libros, escapadas a la ruta de la mano de las andadas tradicionales de Ricardo. Ambos artistas encontraron muchos puntos en común. “Detrás de esa coraza de guerrero troglodita que él mismo se pone hay un tipo inteligente y muy sensible”, expresó en el libro Perro Cristiano, el bajista de los Fabulosos Cadillacs.
Producido por ambos músicos de forma completamente independiente y con grabación y aportes del propio Villagra, el disco contó con invitados particulares que acercaron a Ricardo a artistas de otros géneros. El grupo folclórico La Forestal pidió tocar en “Allá en Tilcara” sin ensayo previo “Salió tremenda, como si la hubiéramos ensayado”, expresó Ricardo. El disco cuenta solo con tres covers, si bien el acuerdo previo era no tener temas de sus bandas, decidieron poner uno representativo de cada carrera. Flavio fue quien pidió “Gil Trabajador”, Iorio eligió “Mal Bicho”, y juntos hicieron “Cacique Yatel”, de Hugo Giménez Agüero, junto con Rubén Patagonia. Gran parte de la estructura musical y de la convivencia entre folclore y arreglos pesados tiene que ver con Claudio Marciello, guitarrista de Almafuerte. Según el recuerdo del propio Cianciarulo: “Marciello fue clave”, y para él se trata de un disco de los tres. “Podría haber sido Iorio-Flavio-Marciello también”.
Repasando los invitados, varios Cadillacs estuvieron presentes, ya que para esa ocasión andaban por el estudio preparando lo que sería Fabulosos Calavera (1997). Así Fernando Ricciardi se hizo cargo del bombo legüero en varias canciones y Vicentico puso su acordeón en otras. Rubén Patagonia también fue parte de “Cacique Yatel”, y “Nacido y Criado en el Sur”, Huayra Puca sumó coplas en el bonus track post “Virgen de los Muertitos” y Jeremías Chauque también aportó percusiones en “Cacique Yatel”. El invitado de lujo fue León Gieco. Iorio deseaba que cante “Río Paraná” y le pidió a Flavio que lo contacte, Gieco quedó tremendamente conmovido por la canción de Ricardo. Dice la leyenda que había una intención de hacer una versión de “Tu Eres su seguridad” cantada por José Larralde que no se concretó por cuestiones de agenda.
El proceso y salida de Peso Argento le dieron a Ricardo Iorio un prestigio y reconocimiento mucho más amplio en el espectro de la música nacional. Demostró que el metalero pesado podía hacer otras cosas fuera del género. Durante el proceso, el propio Ricardo expresó con lágrimas en los ojos a su compañero de disco: “Hace años que yo no hacía algo así, diferente”. La amistad con León Gieco y su posterior participación en Orozco y Bandidos Rurales. Al bajista Cadillac también le dio un valor mayor dentro de las y los metaleros argentinos luego de aquel álbum: “Autografié discos de Iorio-Flavio hasta el cansancio, incluso más que los de Los Cadillacs”, recordó sobre la posterior gira con su banda por el interior del país.
El disco fue el resultado de una química perfecta y una amistad sincera entre ambos bajistas. Por muy bello que resultó, nunca fue presentado en vivo y no tuvo difusión debido a asuntos contractuales del sello de Flavio y los Cadillacs, Polygram. De hecho, es el sello el gran responsable de que Titanes del Pan con Queso nunca se haya concretado. Las disputas entre las discográficas a las que pertenecían ambos músicos: BMG y DBN fueron artífices de aquel proyecto frustrado que ya contaba con canciones grabadas e invitados en la lista. “Tangolpeando”, “La Llaga”, “El Ciudadano” o “Pineral” son temas de ese proyecto que los bajistas llevaron a sus respectivas bandas y que se crearon a principios de 1998.
Luego de aquel disco logrado y su trunco sucesor, la idea de una gira rondó siempre las mentes de Flavio y Iorio, que no lograron concretar por “mis propias inconsistencias”, diría Ricardo, que tardó más de diez años en lanzar otro disco solista, Ayer Deseo, Hoy Realidad. Para Flavio, la magia de ese encuentro fue única y también sembró las bases para una de las amistades más cercanas del metalero pesado.
(*) Conductor de Resistiendo con Ideas (Lunes a viernes de 20 a 21 horas)
Discusión acerca de esta noticia