Por Carlos Aira
¿Cuántos recitales fuimos a ver en diversos estadios? Seguramente, varios. La simbiosis fútbol-música está arraigada en nuestro país. Se ha investigado y escrito sobre bandas y recitales, pero nunca se hizo eje en algo tan explícito como los estadios. Nuestros clubes y sus artistas. Con la curiosidad propia de los periodistas de los grandes periodistas, Emiliano Curuchaga hizo una investigación fantástica que atraviesa 90 años de historia argentina. Una investigación plasmada en un libro que tituló De Tablones y Acordes, un viaje a la historia de los conciertos en los estadios de fútbol. Una obra que interpela desde la memoria emotiva.
“El verdadero objetivo del libro es revindicar a los clubes como espacios societarios y de encuentro. Lugares de cultura, encuentro e identidad nacional“; explicó el autor en Abrí la Cancha.
“El punto de partida del libro fue refutar una afirmación global: el primer recital en un estadio deportivo lo dieron los Beatles en 1965. Claro, cuando uno conoce la historia sabe que en nuestro país hay mucho más y este camino comienza con una orquesta de tango en el Viejo Gasómetro, año 1933, y finaliza en 2009 con el Flaco Spinetta y sus bandas eternas en Vélez Sársfield. Ese fue el génesis de Tablones y Acordes”.
“Este viaje me llevó por los miles de kilómetros. El libro transita los estadios de Córdoba, Mendoza, Salta, Jujuy, Rosario y tantos otros lugares de la geografía nacional. Esta obra no es una planilla de Excel. Acá hay cuerpo e investigación. Contextos y documentación. Historias hilvanadas por décadas. También están presentes hasta aquellos grandes recitales que no se realizaron, como el de Kiss en la Bombonera, que tenía fecha y entradas vendidas en agosto de 1983 y un comando nacionalista amenazó con volar el estadio si se presentaban esos degenerados, homosexuales y drogadictos. Todo eso también es parte de este viaje”, señaló Curuchaga en Radio Gráfica.
“El primer gran recital de una estrella internacional fue Santana, en el Gasómetro, en 1972. También está explicadas las razones políticas y económicas que determinaron la llegada de Queen al país en 1981. Por un lado, un grupo empresario viajó a los Estados Unidos, en 1980, con la idea de contratar a Linda Carter, la Mujer Maravilla, para una serie de exhibiciones. Como fue imposible llegar a un acuerdo, les ofrecieron a Queen, que se encontraba de gira mundial. Al hijo del dictador Roberto Viola le pareció una idea de apertura y convenció al padre de la importancia de tener a Queen en nuestro país. Lo más curioso es que los carnavales fueron prohibidos desde 1976 y Vélez, en afiches, promocionó la presencia de Queen en el Amalfitani como parte de los festejos del carnaval 1981”
“River, Ferro y Vélez son escenarios históricos. Huracán se hizo famoso con Los Redondos, en 1993, como el primer recital que dejaba la idea de Pocos, solos y de noche. La riqueza de la obra radica que a través de la banda abrimos los portones de los estadios para conocer sus historias. Los bailes de carnaval en el Club Comunicaciones. En este libro está Sumo y su último recital, en el Gallardón de Los Andes. El primer recital de los Redonditos de Ricota fue intentando salvar a la revista Pan Caliente en Excursionistas, uno de los pocos estadios sin nombre oficial. Historias provinciales. En el Parque San Martín, de Mendoza, hay tres estadios donde hubo recitales. Debe ser único en el mundo. En el Malvinas Argentinas se realizó el mítico recital de Amnesty de 1988 que puso en jaque al gobierno de Pinochet. Rosario y sus estadios, porque en el Parque de la Indepedencia, en 1939, se realizó una multitudinaria presentación de música clásica. En Arroyito se presentó Queen, en aquel 1981. En Córdoba, en el Chacha Villagra de Belgrano, se presentó la Negra Sosa. El Padre Martiarena de Salta fue donde se realizó la última misa del Indio Solari, pero pocos saben que fue un sacerdote que trabajó para el pueblo con notable compromiso. Historias que merecen ser contadas“.
“La Bombonera y el Cilindro de Avellaneda también están presentes. La cancha de Boca se convirtió como un foco de recitales en los 90s. Es más, uno de los capítulos más curiosos de investigar y escribir fue la visita de los Back Street Boys. Año 1998. Una punta de lanza de lanzamiento de la Bombonera para disputarle a River la potestad de los grandes conciertos. Es más, la hinchada riverplatense cantaba algo así como: “En tu cancha tocan los Back Street Boys y en la mía los Rolling Stones“. Como anécdota: tuve que entrevistar al fans club de los B´S´B y creyeron que les estaba haciendo un chiste. Es el criterio y rigor que merece ser contado, porque esa visita de los B´S´B a la Bombonera fue el reflejo del momento de un país“.
(*) Periodista / Abrí la Cancha
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