Por María Laura Morales *
Bombos, redoblantes, paraguas con los colores de la diversidad, remeras, gorritos, pañuelos. El camino hacía el punto de encuentro acordado para encontrarme con compañeras estaba desbordado de banderas de diferentes colores: organizaciones políticas, sindicales, sociales y colectivas de mujeres y disidencias que comparten y se acompañan en diversas luchas con múltiples consignas, denuncias y exigencias.
Desde La Cámpora, el Movimiento Evita, Movimiento de Trabajadorxs Excluidos (MTE), la Corriente Clasista y Combativa (CCC) y Nuevo Encuentro a la Confederación Nacional de Cooperativas de Trabajo (CNCT), Sindicato de Prensa de Buenos Aires (SiPreBA), Federación Argentina de Trabajadores de Prensa (FATPREN), Federación de Docentes de las Universidades (Fedun), Asociación de Trabajadorxs de la Universidad Nacional de Lanús (ATUNLa), Asociación del Personal de la Universidad de Buenos Aire (Apuba) que tenía una muy buena batucada, Asociación de Trabajadorxs del Estado (ATE), Sindicato Unificado de Trabajadores de la Educación de Buenos Aires (Suteba), Mala Junta, Identidad Marrón, Nuestra América, Frente Popular Darío Santillan, Frente de Organización en Lucha (FOL), Mamá Cultiva, Ni una Menos con una bandera enorme que decía Fuera FMI en violeta y en verde de nuestros cuerpos y territorios, estaba la Campaña por el Aborto Legal, Seguro y Gratuito, las víctimas de violencia médico-gineco-obstétricas que por primera vez se organizaron para manifestarse un 8 de marzo entre tantísimas otras.
En Avenida de Mayo y Salta encontré a una hermana peruana que sostenía un cartel rojo que decía “Viva la resistencia del pueblo peruano”, unos metros más adelante una de Chile que estaba por primera vez en un 8 de marzo en Argentina me recordó que allá están luchando por el aborto legal. En medio de la Avenida 9 de Julio, antes de llegar al edificio de Desarrollo Social sobre el asfalto una bandera decía “Feminismo popular es justicia social. Las pibas siempre vamos a estar con Cristina”, flameaban banderas blancas y violetas con el rostro de ella, además a pocos metros había un muñeco enorme, de goma espuma, con su rostro.
Las tradicionales parrillitas con chori, hamburguesa de carne y muchas opciones de comida vegana. Las gaseosas, el fernet, la cerveza y el agua. Una activista gorde posaba con una pancarta que señalaba que los estándares de belleza también son violencia machista.
Las compañeras de la red de acompañamiento a Zaida Mamani, mujer migrante, que pide justicia por su hija asesinada, mujeres de Identidad Marrón con remeras que decían “a tu teoría le falta calle” mostrando orgullosas sus caras machu pichu y señalando “somos les hijes de las cholas que reprimiste en Perú” y “a tu feminismo le falta anti racismo”. Dos adolescentes sostenían carteles de colores en uno se leía “¿Por qué te asustas por las que luchan y no por las que mueren?”. Cecila del Movimiento Evita de Avellaneda fue por una amiga, pero también por ella, para no tener más miedo cuando va a tomar un colectivo. Casi como en una pasarela, apareció Victoria Tolosa Paz que se deslizó por la avenida en medio del calor, rodeada de su equipo de trabajo, con algunas mujeres que se acercaban y pedían una foto. Entre paraguas rojos con una remera que decía “vamos con las putas, nunca con la yuta” estaba Georgina Orellano del sindicato de trabajadorxs sexuales, para ella el poder judicial actual posibilita la criminalización y persecución de referentes sindicales y de movimientos sociales. Correteando por la calle, a contramano, Myriam Bregman, iba con dos o tres compañeras, la separación de la iglesia y estado y la crisis económica que afecta a mujeres fue lo que resaltó y alentó a seguir en las calles, marcando el rumbo, poniendo sobre la mesa la agenda de las mujeres que intenta ser invisibilizada todos los días.
El 8M, el día internacional de la mujer trabajadora, en argentina los feminismos se expresaron en todo el territorio con múltiples reclamos pero con el eje en la democracia, el poder judicial y la crisis económica. El documento de ocho páginas que se leyó en la marcha se tituló “Con esta justicia no hay derechos ni democracia. La deuda es con nosotres” fue consensuado con más de 200 organizaciones no sólo del país sino de la región. El petitorio que fue entregado en el Congreso, acompañado por miles de mujeres y disidencias puso el foco en los 40 años de democracia, los ejes fueron: Con ajuste y sin justicia social no hay democracia; con mafia judicial no hay democracia; con violencia política no hay democracia y por la soberanía de nuestros cuerpos, territorios y vidas.
(*) Conductora de Desde el Barrio (lunes a viernes de 10 a 13 horas)
- Cobertura junto a Cecilia García y Caterina Maiorana
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