Jerson. Fuerzas y destinos en el Dónbas (y más allá)

Por Gabriel Fernández *

Vamos al trote corto del vareador. Ya pedimos informes y nos adentraremos en la carrera extensa durante las Fuentes Seguras. Venimos observando el panorama que se registra en el Donbas mientras se despliega una retirada de las fuerzas rusas hasta ahora asentadas en Jerson. Ante la inquietud de compañeros sobre ¿es una derrota? la respuesta franca es si, aunque sumamente parcial. Tratemos de pensar al respecto.

La salida de Jerson –capital regional-, tras haber ganado un plebiscito para la incorporación a la Federación de Rusia, es un impacto a favor de Kiev. Negarlo carece de sentido. Es probable que por estas horas el éxito de los ucronazis doblegue los ánimos de una parte de la población y anime al bloque anglosajón que comanda la OTAN a requerir más y mejores respaldos para la acción desplegada en la zona.

Sin embargo ese plebiscito, como los otros, existieron. Y muy recientemente. Sin embargo, el invierno se acerca a Europa mientras el combustible se aleja. Pero sobre todo, es preciso indicar que el andar ruso, lento, pesado, fuerte, tiene su explicación en el cuidado de las poblaciones civiles que lo amparan; las fuerzas de Putin no pueden ni quieren arrasar con los territorios como lo hacen las tropas de Zelensky porque allí radica su respaldo político.

Como enlace conceptual, es preciso indicar que siempre resulta bélicamente redituable un plantarse defensivamente con la montaña detrás –el respaldo europeo a Ucrania- y lanzar ataques fulminantes en estilo contragolpe, que avanzar sobre territorio ajeno. Ajeno en la realidad presente, aunque pueda y merezca reclamárselo como propio.

Esto implica, entre otras cosas, que a menos que suceda un imprevisto –puede, como no- esto va para largo. Quizás se abran negociaciones, quizás se amplíe el bombardeo que viene emitiendo Rusia en los alrededores, quizás se fracture el Viejo Continente. Pero analizando la realidad militar presente, esto va para largo. Hay un indicio hacia la segunda probabilidad, que algunos analistas han difundido con entusiasmo: a demanda de las mismas tropas, Rusia viene revitalizando la inserción de armamentos más nuevos y potentes.

Somos escépticos sobre un cierre acelerado. Hay mucho en juego y demasiado poder de fuego en los protagonistas como para que alguno ponga el freno y se avenga a admitir requerimientos del rival. Las corporaciones que adquirieron 18 millones de hectáreas en la zona fértil ucraniana no admiten que por unas cuantas miles de vidas esa pampa húmeda quede en manos de la multipolaridad euroasiática. Y los poderes que comandan los Estados Unidos y el Reino Unido no requieren paz, ni acuerdos que delineen el futuro.

Bien. Como explica Guillermo Caviasca, la retirada de Jerson, a la cual considera muy grave y distorsiva con respecto a la decisión política popular recientemente manifestada, puede servir como alivio a la presión que la defensa con contragolpe que esboza Kiev está tensionando sobre todo el frente. Acordamos en ambos puntos. Añadimos que el recorrido del río Dniéper tiene su trascendencia, pues hilvana el Donbas (aún antes, Moscú) con la propia Kiev. Es decir, las tropas rusas no retroceden hacia un vacío sino hacia una zona de tránsito.

Hay que recordar que el potencial concreto de Rusia es harto superior, militarmente, al de Ucrania y que más allá de la propaganda, los apoyos de ambos son profundos. La OTAN es importante, qué duda cabe, pero la silenciosa Organización de Cooperación de Shangai también. Asimismo, existen datos beneficiosos para unos y para otros. ¿Cuáles?

La Federación de Rusia apuesta al futuro con indicadores promisorios, pero –en vínculo con su misma acción en el terreno de batalla- esto le obliga a cierta responsabilidad, a un cuidado del mundo que anhela cambiar. Como contracara, las compañías financieras que lideran el bloque anglosajón no trepidan en ataques audaces que damnifiquen zonas y pueblos enteros, porque “su” futuro es muy distinto.

Cuántos destinos en juego. Cuántas opciones abiertas.

Estos son aportes breves sobre un panorama bien complejo.

La seguimos.