Por Nehuén Gusmerotti *
“Nunca te olvides al gritar esta canción, ¡Que Horcas vive, Que Horcas vive!”. Así exclama “Fuego”, uno de los himnos de Horcas. Uno podría pensar que es una estrofa más, pero para una banda a la que constantemente se le ha rendido examen, es una declaración de principios. Y examen rendía Horcas el pasado sábado 6 de agosto en el Teatro Flores, mítico recinto del rock argentino, donde la familia metalera se reunió a festejar las dos décadas de un disco más que trascendental en la carrera del grupo que hoy comanda Walter Meza. “Decían que no lo llenábamos ni a palos”, fue una de las frases con las que se despachó el cantante, por momentos emocionado hasta las lágrimas, por momentos sacando chapa de referencia de nuestro metal pesado.
Ya horas antes del comienzo del show comenzaban a llegar las camadas de metaleros y metaleras, con las latas de birra y las tachas, tatuajes y remeras de bandas varias. Había que ir a acompañar una nueva patriada de uno de los grupos insignia. Para calentar la jornada, una entrada de lujo, Arraigo. Hablar de este grupo merece toda una nota aparte. Una de las propuestas más interesantes de la escena actual, con su mezcla metal folclórica en el primer disco, más rioplatense en el segundo. Salieron a la cancha con un mini show demoledor. Emblemas como “Carnaval de Soledades”, “Nehuén”, “Zamba para los Huérfanos”, hicieron agitar y hacer los primeros pogos de la noche a los más tempraneros. Un gran cover de “Sentir Indiano”, de Almafuerte, las siempre interesantes reflexiones de Pablo Trangone, su cantante, y el cierre que empieza a ser clásico con el popurrí punk rock. Banda con chapa y nivel para hacer su propio Flores, suceso que esperamos que no se haga esperar demasiado.
Entre la charla y las birras, un tanto saladas para el evento metalero, se hicieron las 21:00. Se apagaron las luces y un video nos transportó directamente a los caóticos sucesos del 2001. Cavallo, saqueos, represión. El demoledor riff de “Rebelión” voló más de una peluca y Horcas se subía al escenario poniendo toda la carne al asador. Tema que no pierde vigencia en un presente que empieza a tener tintes de crisis de representatividad política. Ya lo dijo más de uno, las canciones de metal son tristemente vigentes en el tiempo.
Los primeros martillazos del show mostraron una banda afilada, precisa y demoledora. Al trío “jovato” Meza-Coria-Yañez, se le sumaba la sangre joven de un Christian Romero, que hizo olvidar por completo la partida de Elías Martín en la batería, y Lucas Bravo en la segunda guitarra. El primer puñado de temas hizo delirar a los casi dos mil metaleros que copaban Flores. “Mano Dura”, “Reacción”, “Junto a Vos”, canciones que salían del baúl empolvado de los tempranos años 2000. La primera sorpresa apeló fuerte a la nostalgia: Gabriel Lis, parte del disco homenajeado y que atravesó la pérdida de Osvaldo Civile en 1999, subió a tocar “Sueños”. Un emocionado Walter Meza recordó aquellos años y la dificultad para procesar la muerte de Civile. Así enlazó “Ausencia”, en uno de los momentos más emotivos de la noche.
La lista de temas se sucedía canción a canción como una pinturita. “Amargo Sabor”, nunca hecha en vivo, “Esperanza”, con Kapanga sobre el escenario. Una lista de invitados de lujo, Corvata (Arde La Sangre), Knario Compiano (Plan 4), Richard Asspero (Asspera), Brenda Cuesta (Blood Parade), “Corcho” Rodríguez, Eli Maric, Juan Pablo Adamo. Fue una reunión de referencias y sangre nueva que daba a la velada tintes de noche histórica. Himnos como “Fuego” desataron la algarabía popular, “Argentina, Tus hijos” mostrando la cara más crítica de Horcas, o el clásico “Vencer”. Una de las mejores listas de la banda en años.
Si bien Horcas honraba a su historia y su pasado, el grupo pesado no deja de mirar hacia adelante. Walter Meza hizo un anunció agridulce, por un lado, anticipó un nuevo disco que están trabajando fuertemente la dupla de violas Coria-Bravo. Por otro dejó entrever que su voz tiene fecha de vencimiento, a prestar atención.
Aproximándose al final del recital, Meza recordó y revalidó la familia Horcas. Agradeció y rememoró a todos los músicos que pasaron por la banda, dedicándoles “Devastación”, de su primer disco Reinará la Tempestad (1980). El cierre para la pueblada, el regalo. “Destrucción”, el himno de V8 que pone la piel de pollo a quien quiera que sienta amor por el metal nacional. Apenas pasadas las 23:00 Horcas le daba un regalo a su gente, su familia, agradeciendo la fidelidad de siempre.
20 años pasaron de aquel disco bisagra que podía ser el fin de la banda más emblemática del thrash nacional. Horcas siempre debió rendir examen luego de la partida de Civile. Lo hizo con éxito en 2002 cuando apostó todo a lanzar su primer material sin el guitarrista fundador. Lo hizo este sábado, cuando mostró que está más vigente que nunca. ¡Horcas vive!
Lista
Rebelión
Mano dura
Reacción
Junto a vos
Sueños (con Gabriel Lis)
Ausencia
En guardia
Abre tus ojos
Psicosis
Crisis
Amargo sabor
Esperanza (Martín “Mono” Fabio, y Maikel de Kapanga)
Fuego (con Marcelo Corvalán)
Punto final (con El Corcho Rodríguez y Eli Maric)
En la jaula (con Brenda Cuesta de Blood Parade)
Solución suicida (con Javier Compiano)
Argentina, tus hijos (con Rodrigo Santamaria)
Sin salida
Vencer
Devastación
Destrucción (V8 cover)
(*) Conductor de Resistiendo con Ideas (viernes y domingos de 22 a 00 horas)
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