Por Nehuén Gusmerotti *
Hace algunas noches fui decidido a encontrarme con el sonido vivo de una de las bandas más prolíficas del rock pesado emergente. El cuarteto Policromía cerraba un ciclo en El Emergente de Palermo acompañado de bandas del palo y la promesa de dar un show para recordar. Si bien ya tenía a la banda por sus grabaciones de estudio, repartidas en tres grandes discos, la pasta real de un grupo se ve arriba de las tablas. O al menos eso sucede en el rock.
Desde el vamos, El Emergente suele ser un interesante espacio para conocer grupos nuevos. El mote de nuevos es extraño, cuando en algunos casos hablamos de bandas con más de una década de trayectoria. Para el caso que me convocaba al boliche ubicado en Acuña de Figueroa 1030, Policromía cuenta nada menos que diez años en el lomo. Pero volviendo a la noche en cuestión, la convocatoria era interesante para un género que, si bien goza de una primavera popular entre los heavys, no deja de ser de nicho.
Policromía es una propuesta compleja de definir a primera vista, o escucha. El Ocaso de los Héroes, su último disco, los acerca claramente al stoner, con vetas de blues sabbathesco y algo de psicodelia. Todo esto es un reduccionismo, la pasta verdadera del grupo se despliega, como esperaba, sobre las tablas. Se podría decir que la presencia, consciente o no, de Crucis está latente, al menos si analizamos su sonido en clave local. Claro, si a Crucis le hubiéramos inyectado una enorme dosis de Black Sabbath, Los Antiguos o Humo del Cairo. Pero también hay otro factor indisociable que se puede apreciar solamente en un show del cuarteto. Si usted pudiera definir a que suena Lovecraft, sus cuentos de horror literario podrían estar musicalizados por canciones de Policromía y sería eso un acierto.
Los cortes, los climas, la excelsa presencia de teclas en manos de Nicolás Abate, una puesta de luces que no debe nunca dejarse a la ligera. La banda introduce a su público en un lapsus terrorífico y místico absoluto. Howard Phillips estaría encantado del sonido de estos muchachos.
Con una predominancia de canciones de su primer disco, De Ánimos Partir…, del 2014, más algunas pinceladas de un anunciado, y esperado, cuarto disco, Policromía dio un show de poco más de una hora. El cuarteto comienza a consolidar su sonido con el joven Francisco Triulzi en la batería, aunque es tremendamente difícil destacar alguna actuación. Abate tiene un rol fundamental con teclas muy al frente en los momentos de mayor psicodelia progresiva, o cediendo su lugar para generar matices en los tramos más pesados. Galeano se luce al frente del grupo con un bajo que recuerda por momentos las líneas demenciales de Montesano en la mencionada Crucis. Lucas Martín es un abanico de posibilidades infinitas, soleando, generando bases, riffs, entra y sale de los temas con absoluta destreza.
La lista, acotada según las ganas de show, tuvo entre sus momentos destacados al oscuro “Atribulado”, apenas comenzado el recorrido. Luego “Bruxismo”, más heavy por momentos, cambiante y directo, mención especial para “El Signo del Estancamiento”, una de las nuevas entregas plagada de cortes y con una descomunal participación de los teclados que por momentos mezcla a Pink Floyd con la música pesada. El resultado lo oirá por sus propios medios en el siguiente disco. El cierre quedó a cargo del doblete “Traspaso” y “Hábitus”, dos clásicos del grupo que finalizó con algunos pogos bajo el escenario.
La sensación de show corto y el agradecimiento por la convocatoria en tiempos de ¿Post? Pandemia estuvieron presentes al final del set list. La banda anunció una pronta fecha a todo trapo, quizás con el nuevo disco en la calle. Uno, del palo del heavy, se fue de Acuña de Figueroa con la agradable sensación de un buen presente. Policromía es una de esas bandas que hay que ver en vivo, que hay que escuchar en disco, y que hay que traspasar al amigo o amiga metalera o gustosos del rock fuerte. En el ocaso de los héroes de antaño, nos toca a nosotros darle lugar a los nuevos exponentes.
(*) Conductor de Resistiendo con Ideas (viernes y domingos de 22 a 00 horas)
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