Por Carlos Aira (*)
Finalmente, lo que el mundo del fútbol esperaba se concretó en la mañana del sábado pasado. A través de un comunciado en su perfil de Instagram, a quince días de finalizar la licencia que había pedido por un año, Marcelo Tinelli renunció a la presidencia de San Lorenzo de Almagro. De esta manera, finalizó su mandato al frente de la institución azulgrana iniciado en diciembre de 2019. Parece borroso el camino futuro de Marcelo Tinelli dentro del fútbol. En poco tiempo quedó fuera de San Lorenzo y la Liga Profesional.
¿Cual será el futuro del popular empresario y animador televisivo dentro de San Lorenzo? Es dificil creer que Tinelli se alejará definitivamente de la institución. El oficialismo azulgrana está quebrado por dentro y la situación económica del club es compleja. Momento de definiciones. ¿Que hará Tinelli? Detrás de su salida, una complejidad económica. Contratos, firmas, deudas y compromisos. Un montón de dinero dando vuelta, porque a nadie le hace gracia perder una cifra millonaria por más fortuna que se tenga. Momento de definiciones: ¿Quien paga las cuotas adeudadas con los hermanos Romero, Santiago Vergini o Fernando Belluschi, entre otros tantos jugadores? ¿Tinelli o San Lorenzo? Hay papeles firmados y negociaciones infructuosas.
Desde 2012, Matias Lammens y Marcelo Tinelli construyeron un binomio invencible. En 2014 tocaron el cielo con las manos obteniendo la Copa Libertadores de América, el trofeo esperado por el mundo azulgrana. También es la dirigencia que logró el esperado regreso a Boedo ¿Pero hoy son tan sólidos como lo fueron? La vara está muy alta y gran parte de la masa societaria azulgrana se encuentra muy molesta por la incapacidad de resolver los problemas generados en los últimos años.
La renuncia de Tinelli no debiera sorprender. En abril de 2017 renunció a la vicepresidencia de Selecciones de AFA junto a la coordinación de Estatutos y Convenio de la fantasmagórica Superliga. Como yapa, solicitó una licencia de 18 meses a su cargo de vicepresidente primero de San Lorenzo de Almagro. Tuvo todas las condiciones dadas para ser el hombre fuerte del fútbol argentino, pero Marcelo Tinelli, el hombre que hace tres décadas es una referencia ineludible en la vida cotidiana de los argentinos, jamás demostró pulso político para lidiar con un ámbito que creyó amigable pero le fue hostil. Desde el mítico 38-38 de diciembre de 2015, la fortuna no le sonrió al hombre de Bolivar. La gran pregunta: ¿Por qué no continuó el camino que el propio Julio Grondona le sugirió? Esto es, una profunda modernización del fútbol argentino sin perder la amalgama de poder de los clubes chicos. Ese mismo legado lo tomó Claudio Tapia, enemigo declarado de Tinelli. Ambas realidades están a la vista.
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ALTRI TEMPI…
Tinelli siempre fue un hombre del fútbol. Hay que tenerlo en cuenta. Desde sus comienzos en las divisiones inferiores del Club Atlético San Telmo, en su paso por el periodismo deportivo como cronista de Radio Rivadavia, o en la organización de brillantes negocios como lo fueron aquellos memorables picados millonarios en el estudio mayor de Telefé. También es bueno recordar que Tinelli tomó decisiones erradas en el fútbol. La primera fue la compra del Club Deportivo Badajoz, equipo de la segunda división española, en 1998.
Aquella historia nació en enero de 1997. En esos días, el Extremadura CF era la cenicienta en La Liga española. Último en la tabla de posiciones, en el mercado de invierno contrató a tres argentinos: Carlos Fernando Navarro Montoya, José Horacio Basualdo y Walter Silvani. Allí ya se encontraba otro compatriota: Carlos Duré. Los dólares baratos de la convertibilidad generaron la posibilidad de cubrir el debut del popular Mono en España. Las cámaras de Videomatch (30 puntos de rating) revolucionaron Almendralejo, un pueblo de apenas 30.000 habitantes, casa del Extremadura. La presencia desenfadada de Diego Korol combinada a la sencillez y cándidos cánticos tribuneros, hicieron del Extre un éxito televisivo. Tinelli acertó con la cobertura: cada vez que aparecían los hinchas de Extremadura, el rating subía.
En el campeonato español de 22 equipos, Extremadura descendió. Pero España estaba en la órbita de Marcelo Tinelli. Javier Tebas, titular de la Liga de Fútbol Profesional – quién dos décadas más tarde volverá a la historia – le ofreció al empresario de Bolivar un negocio: la compra de una Sociedad Anónima Deportiva de segunda división. Era el Badajoz Club de Fútbol. A mediados de 1998 se oficializó la compra. El negocio duró dos años y fue ruinoso. La segunda división española es un cráter lleno patadas y canchas vacías. Si bien Badajoz está en la misma comunidad autónoma que Extremadura, su público nunca tuvo piel con el proyecto. Tinelli armó un equipo argentino a metros de la frontera hispano-portuguesa. Imposible generar empatía. Camisetas Topper y publicidad de Parmalat. Pero el gran negocio eran los jugadores. Dirigidos por José Raúl Toti Iglesias, amigo personal de Tinelli, fueron llegando a Badajoz una catarata de argentinos: Alejandro Mancuso, David Carlos Nazareno Bisconti, Martín Romagnoli, Oscar Limia, Fernando y Patricio D´Amico, Mauricio López, Gustavo Giustozzi, Ezequiel Castillo y Adrián Giampietri. La gran mayoría representados por Hugo Issa, ex futbolista de Temperley y Estudiantes de La Plata, amigo del dueño del equipo desde sus épocas juntos en las divisiones inferiores de San Telmo. Pero una de las tramas secretas del Negocio Badajoz fue la presencia solapada de Mauricio Macri. Con un perfil bajo, habría sido uno de los accionistas de la SAD. Boca cedió a préstamo a los futbolistas Héctor Bracamonte, Adrián Guillermo, Pedro González, Lucas Gatti y Fernando Ortiz. En junio de 2000, luego de dos campañas mediocres, Marcelo Tinelli vendió su participación accionaria a Tebas. No había logrado el ascenso a la Primera División y cobrar los ventajosos derechos de televisión. En 2005, el Badajoz CF desapareció ahogado en deudas.
En 2007, Tinelli ingresó en forma directa al mundo de San Lorenzo. Desde su explosión mediática, su figura siempre estuvo ligada al club. Desde la exposición mediática que significaba la presencia azulgrana en la noche de los argentinos o intercediendo para que tal jugador vistiera la camiseta del Ciclón. Pero por primera vez tomaría un cargo oficial dentro del club: titular del Consejo de Fútbol Profesional. Un eufemismo. El empresario-conductor fue el mecenas en el cual se apoyó el presidente Rafael Savino para costear un equipo de estrellas. Durante dos años, San Lorenzo contrató jugadores por un costo impensando para la institución: Andrés D´Alessandro, Santiago Solari, Daniel Bilos, Juan Carlos Menseguez, Diego Placente, Cristian Ledesma, Gastón Gata Fernández, Gonzalo Bergessio, Cristian Kili González y Leandro Pipi Romagnoli, entre otros. Todos bajo la conducción técnica de Ramón Ángel Díaz. El equipo se consagró campeón del Apertura 2007. La estrella se fue apagando luego de caer en una increíble semifinal de Copa Libertadores ante Liga de Quito.
Pero el buen momento deportivo no pudo tapar el profundo deterioro económico del club. Marcelo Tinelli renunció a su cargo el 17 de noviembre de 2009. Para ese tiempo, Diego Simeone era el entrenador del equipo y Carlos Abdo el presidente del club. En poco tiempo la crisis económica se transformó en un tembladeral: el club estaba virtualmente cerrado. La gran cantidad de reclamos – y juicios – por falta de pago hacían recordar la realidad institucional de los años 80s. La realidad futbolística distaba de ser lo esplendorosa de años atrás. San Lorenzo estuvo a punto de descender en la última fecha del Clausura 2012. Durante media hora fue equipo de la B Nacional. Abdo, empresario ligado a la publicidad estática en los estadios, renunció el 23 de julio de 2012. Para irse reclamó el pago de una deuda documentada de 30 millones de pesos – casi 6 millones de dólares – que habría puesto para solventar gastos generados por la fiesta 2007/09. Cuentan que fue el propio Tinelli quién pagó esa cifra.
Con Abdo en el centro de la escena pública como principal responsable de la crisis, Marcelo Tinelli regresó triunfal al club. El 1º de agosto de 2012, Matias Lammens asumió en forma interina la conducción de San Lorenzo de Almagro, elegido por una asamblea de socios. Un mes mas tarde, acompañado por el bolivarense en la vicepresidencia primera, ganó las elecciones con el 80,5% de los votos.
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Si Videomatch – luego Showmatch – fue el vínculo de Marcelo Tinelli con el pueblo, Ideas del Sur fue su construcción más preciada. La productora de contenidos fue fundada el 28 de octubre de 1996. En sus entrañas de seis pisos, en pleno corazón de Colegiales, surgieron los espectáculos y ficciones más vistas y recordadas por los argentinos en los últimos veinte años. En 2004, Tinelli rompió su histórico vínculo con Telefe – Grupo Telefónica – a instancias de una dura pelea con Claudio Villarruel, por entonces Gerente de Programación. En 2005 llevó sus productos a Canal 9, pero en septiembre de ese año rubricó su ingreso a la pantalla de Artear, Canal 13. Nacía un vínculo conflictivo: Clarín – Tinelli.
Pero el bolivarense no se quedó tan sólo con Ideas del Sur. Diversificó su capital mediático. A fines de 2003 adquirió Radio del Plata, perteneciente al grupo mexicano CIE. Una operación de dos millones de dólares. En 2008, Tinelli vendió su paquete accionario de Radio del Plata a Electroingeniería, grupo cordobés ligado al entonces gobierno nacional. El conflicto de las Retenciones Móviles cambió el mapa político argentino. En 2009 el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner llevó adelante la modificación de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual. 21 puntos surgidos desde las entrañas mismas de la comunicación popular. Con el atalaya que brindan los años, se puede apreciar qué, en realidad, para el kirchnerismo la ley solo sirvió para intentar quebrar la línea de flotación del Grupo hegemónico de calle Tacuarí.
La derrota legislativa de 2009 obligó al kirchnerismo a cambiar su estrategia comunicacional. Recostó su aparato en la construcción mediática del empresario santacruceño Cristobal López, titular del Grupo Indalo. Gran parte de la pauta publicitaria fue depositada en los ineficaces productos del Grupo 23, comandados por Sergio Spolszki y Matías Garfunkel. En una sórdida guerra mediática, el gobierno buscó quebrar a Clarín con una jugada osada: la compra de C5N e Ideas del Sur por parte de Indalo. Marcelo Tinelli bajo fuego cruzado. El fallecimiento de Néstor Kirchner en octubre de 2010 lo acercó a la presidenta, pero su pantalla seguía siendo Clarín. El Grupo 23 le declaró una guerra tan abierta como sucia. La misma incluyó golpes bajos e incomprobables, como aquella tapa de El Sensacional, donde se daba cuenta de supuestas orgías bisexuales en las oficinas de Ideas del Sur. En noviembre de 2013, Cristobal López compró el 81% de las acciones de Ideas del Sur. Marcelo Tinelli, dueño del 19% restante, quedó como CEO de su creación por espacio de doce años. Carlos Zannini, secretario Legal y Técnico de la presidencia, tenía llegada directa a ambos empresarios. Fue quién tuvo la idea de sumar a Tinelli a Fútbol para Todos.
En enero 2014, en medio de un proceso devaluatorio, el jefe de gabinete Jorge Capitanich hizo pública la intención de sumar a Ideas del Sur al negocio de la televisación del fútbol. Durante quince días el proyecto se trabajó en las oficinas de la calle Olleros. Tinelli era un hombre feliz. Con nueva pareja, la actriz Guillermina Valdez, esperando su quinto hijo, y con un reconocimiento como dirigente deportivo: San Lorenzo se había consagrado campeón del Apertura 2013. Ante la salida de Juan Antonio Pizzi, Marcelo buscó al técnico que eliminó a San Lorenzo en aquella increíble Copa de 2008. Edgardo Bauza llegaba a Boedo con un objetivo: ganar la Copa Libertadores de América 2014. Pero el amor de verano duró esos días. La verdad sea dicha: La Cámpora se negó a cederle su única herramienta comunicacional certera a un hombre con pantalla en Clarín. Las reuniones fueron intensas. En las mismas estuvieron presentes el propio Tinelli, Zannini, Alejandro Burzaco – CEO de Torneos y representante no oficial de AFA – y Andrés Larroque. La rosca fue tan grande – ejemplo gratuito de lo que vendrá después – que el viernes 7 de febrero de 2014 le bajaron el pulgar a Marcelo Tinelli. La supuesta salida de los periodistas Javier Vicente y Alejandro Apo sirvió como excusa para romper el acuerdo.
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LA SUCESION DE JULIO GRONDONA
La trama de esta historia tiene dos quiebres. Uno el 30 de julio de 2014, con el fallecimiento de Julio Humberto Grondona. Otro, el 22 de noviembre de 2014, cuando el 51% de los argentinos decidió que Mauricio Macri sea el presidente de la República. La relación entre Marcelo Tinelli y Julio Grondona fue sólida e intensa. Tanto fue así que el propio hombre de Sarandí le entregó su sucesión. En sus 35 años al frente de la Asociación del Fútbol Argentino, Don Julio buscó segundas líneas que fueran su segura continuidad. Durante largos años, Grondona se rodeó por Eduardo Deluca – histórica mano derecha en la Confederación Sudamericana de Fútbol -; el abogado quilmeño José Luis Meiszner, y en los últimos años por Germán Lerche, quién fuera titular de Colón de Santa Fe. Todos cayeron en desgracia. El 18 de octubre de 2011, a pesar de la pantomima del empresario mendocino Daniel Vila, Julio Humberto Grondona fue reelecto por noveno mandato consecutivo. Luis Segura, dirigente de Argentinos Juniors, quedó a cargo de la vicepresidencia primera. Pero ya en esos días, Grondona se había recostado sobre alguien ajeno a la dirigencia deportiva. Alejandro Burzaco, CEO de Torneos, era su hombre de confianza. ¿Afinidad? De ninguna manera, pero Burzaco garantizaba negocios y entrada continua de dinero. Burzaco estaba muy alejado de la lógica de construcción grondonista. Por eso mismo, Don Julio le legó a Marcelo Tinelli su bastón de Mariscal de Campo.
¿Por qué Marcelo Tinelli y no Alejandro Burzaco? Primero, por el carácter popular de Marcelo. Tinelli siempre expresó su rechazo a las Sociedades Anónimas Deportivas, algo primordial en la lógica grondoniana. Por otra parte, una conducción tinellista modernizaría las estructuras del fútbol bajo un paraguas protector querido por la sociedad, y no movería – fundamental – las estructuras de poder internas de AFA.
El martes 30 de julio de 2014 falleció Julio Humberto Grondona. Su deceso produjo un cráter en Viamonte 1366. Sin sucesión clara, el poder entre las sombres lo ejerció Alejandro Burzaco. Fue quien indujo a Marcelo Tinelli, Rodolfo D´Onofrio y Daniel Angelici a realizar un claro golpe de poder. La sucesión en manos de Luis Segura no aseguraba negocios claros. Un sector de la dirigencia deseaba mantener el Statu Quo. Como escorias, se los bautizó Grondonismo Residual. Muerto Grondona, la troica exigía cambiar la estructura de negocios. La excusa fue el campeonato de Primera División de 30 equipos. Sugerido por Don Julio a comienzos de aquel 2014 “Para ayudar a los más chicos”, el torneo fue aprobado por unanimidad el 29 de abril de aquel año. El golpe tuvo un punto cúlmine una noche de noviembre de 2014. Los popes de Boca Juniors, River Plate y San Lorenzo apuraron a Segura en su propio domicilio. Si creían que muerto Grondona existía una autopista hacia el poder, se encontraron con la Tercera Ley de Isaac Newton: principio de acción y reacción.
Los dirigentes de clubes de ascenso tuvieron una reacción rápida. Un cambio estatutario los dejaría claramente fuera de la rosca de poder. Ellos fueron los empoderados de Grondona. A diferencia de los dirigentes de los grandes clubes, los representantes del ascenso fatigan a diario los pasillos de Viamonte 1366. Conocen sus recovecos y mentideros. Las mesas de las diferentes categorías de ascenso se unieron bajo el rótulo de Ascenso Unido. Su máximo exponente fue un dirigente con mucha experiencia. Presidente de Barracas Central y yerno de Hugo Moyano. Claudio Tapia, un desconocido para el gran fútbol, tomó un rol preponderante.
Ascenso Unido mostró por primera vez sus uñas el 23 de octubre de 2014. A pesar de la pirotecnia verbal de la troika, apoyada y sostenida por grupos económicos-comunicacionales en guerra con el kirchnerismo- la Asamblea de AFA ratificó por unanimidad el nuevo campeonato. Gran revés para Marcelo Tinelli. En esos días el bolivarense se convenció que debía volver sobre sus pasos. Marcelo Tinelli aspiraba a la sucesión de Julio Grondona, pero surgió un problema insalvable: requería de cuatro años de antiguedad como directivo de un club afiliado a AFA para ser candidato a presidente. El cargo que ocupó en San Lorenzo entre 2007 y 2009 era fantasmal ya que nunca había sido ratificado en la asamblea. Por lo tanto, nunca había sido – oficialmente – dirigente del club. Pidió colaboración al gobierno nacional. Su relación no era la mejor luego del affaire FPT. Pero el Estado seguía siendo el mayor socio económico de la Asociación del Fútbol Argentino. Máximo Kirchner comenzó a trabajar entre las sombras. El kirchnerismo no quería un titular de AFA con claro signo opositor. El 18 de diciembre se realizó una nueva asamblea de AFA. Se modificó el estatuto. Se acabaron las reelecciones indefinidas y el campeonato de 30 equipos sería pasado en un tiempo prudencial. Pero se ratificó el artículo 50 del reglamento general por el cual el presidente debía tener cuatro años de antiguedad. Por lo tanto, en las elecciones de 2015 no podrían presentarse Daniel Angelici, Rodolfo D’Onofrio, Marcelo Tinelli y Juan Sebastián Verón.
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EL 38 A 38 DE 2015
2015 fue un año intenso. La sucesión de Grondona no tenía fecha. Luis Segura mantenía entre alfileres un poder asediado por tiburones. Muchos dirigentes vislumbraban que el futuro de AFA lo determinarían veinte millones de argentinos que elegían presidente en octubre. Pero 2015 fue el año en el cual cayó en desgracia Alejandro Burzaco. El Monje Invisible vivió un mayo terrible. Su figura se hizo pública en la noche del 14 de mayo. Fue la noche del gas pimienta en la Bombonera. Con su infaltable gorra verde, se lo vio dialogando dentro del campo de juego con el árbitro Darío Herrera, el veedor boliviano Roger Bello, los capitanes de ambos equipos y el presidente riverplatense Rodolfo D´Onofrio. Burzaco hizo lo posible para que el partido continuara. Llamados suplicantes a Fernando Niembro, comentarista de FOX y candidato a Diputado Nacional Cambiemos en aquellos días. Burzaco, accionista mayoritario del Museo de la Pasión Xeneize y de Santa Mónica, empresa que maneja derechos exclusivos de televisación de AFA, tuvo su antes y después el miércoles 27 de mayo de 2015.
Ese día la plana mayor de FIFA se reunió en Zurich, Suiza. Allí se realizaría el encuentro anual del organismo. Burzaco se encontraba por la zona. El mundo se estremeció cuando siete altos dirigentes fueron detenidos en el lujoso hotel Baur au Lac. Las órdenes de detención las firmó la jueza estadounidense Pamela Chen del Distrito Este de Nueva York. Burzaco fue uno de los 14 implicados por la justicia estadounidense en el caso de «corrupción generalizada durante las dos últimas décadas» en la FIFA. Se los acuso de fraude, asociación delictiva y blanqueo de capitales, entre otros delitos. La trama de sobornos se tejió en diversos acuerdos de marketing y derechos de televisación de competencias internacionales.
Alejandro es hermano de Eugenio. Diputado PRO 2005-2009, Asesor de Seguridad del gobernador neuquino Jorge Sobisch en 2004, cuando fue asesinado el docente Carlos Fuentealba. También fue Jefe de la Policía Metropolitana macrista entre 2009 y 2011. Su lazo con el fútbol es llamativo: fue el encargado de seguridad del Club Atlético River Plate donde habría tenido trato directo con Los Borrachos del Tablón. Eugenio Burzaco fue el Secretario de Seguridad de la Nación Argentina durante la presidencia de Mauricio Macri.
Alejandro Burzaco se entregó en Bólzano, paradisíaca localidad italiana al pie de los Alpes. El CEO de Torneos confesó su culpabilidad en Nueva York. Se entregó al FBI con la promesa de delatar la trama de corrupción y acogerse al programa de Testigo Protegido. Trasladado a Nueva York, donde nunca pisó un calabozo, Burzaco dejó constancia que Torneos pagaba sobornos ya antes de su llegada y qué, informado de ello, acordó tener un papel activo en el esquema de sobornos. En situación de arresto domiciliario en Nueva York, Burzaco pagó veinte millones de dólares de fianza por su libertad condicional. Torneos, del Grupo Clarín, negoció un acuerdo con las autoridades judiciales neoyorkinas pagando 113 millones de dólares de multa para cerrar el caso.
2015 también fue el año de la Operación Carlos Tévez. El llamado Jugador del Pueblo era figura de Juventus donde se consagró campeón de la temporada 2014/15 y finalista de la Champions League. Los triunfos electorales de Mauricio Macri y Daniel Angelici no eran claros. El hombre de los bingos y el armado judicial debía enfrentar a fin de año una elección en la cual parecía derrotado. Boca Juniors había comenzado el año con una sonora goleada en contra cuando Racing aniquiló al once xeneize en Mar del Plata. En junio comenzó la Operación Tévez. Si pocos días antes el propio Angelici había declarado qué, por culpa del Corralito, su club no tenía dinero, curiosamente aparecieron más de diez millones dólares para cerrar refuerzos: Alexis Rolín, Marcos Torsiglieri, Gino Peruzzi, Fernando Tobio y el excéntrico Daniel Osvaldo. ¿De qué caja salió tanto dinero? De la misma que se abrió para contratar a Carlos Tévez en junio. La operación fue financiada por el Grupo Clarín junto a Banco Ciudad, en esos días bajo la dirección de Rogelio Frigerio, actual Ministro del Interior. Durante largos meses no se habló de otra cosa que no fuera Carlos Tévez. El pibe que en pináculo de su carrera volvía al terruño por amor a una camiseta. Una puesta en escena que se desnudó desde Turín: Juventus confirmó a sus accionistas que el futbolista había sido transferido en casi siete millones de pago efectivo en un sólo pago, junto al pase del juvenil uruguayo Rodrigo Betancurt (nueve millones de euros) y la opción de compra a precio vil de otros dos juveniles: Franco Cristaldo y Adrián Cubas. Tévez hizo campaña para Mauricio Macri y Daniel Angelici.
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En los primeros meses de 2015, en AFA no se habló de otra cosa que la modificación del artículo 50. Una guerra de nervios y desconfianzas. Los dirigentes ligados al Grondonismo no querían saber nada con Marcelo Tinelli. Lo trataron de traidor, ya que fue Don Julio quién lo empoderó para defenderlos. En abril de 2015, AFA negó nuevamente la modificación del dichoso artículo. José Lemme, presidente de Defensa y Justicia y bastión del grondonismo, declaraba: «Cambiar el estatuto para que Tinelli sea presidente no es lo más lógico. Si tiene propuestas que venga a trabajar y cuando tenga los años de antigüedad podrá ser presidente».
Pero la cosa no quedó allí. Muchos dirigentes de la nueva Primera División se encolumnaron detrás de Tinelli. La promesa de negocios era la zanahoria. El llamado Tinellismo ingresó en la orden del día del Comité Ejecutivo una reinterpretación del artículo 50. El mismo debía ser votado a mano alzada entre los 44 integrantes del cuerpo. Tinelli necesitaba mayoría simple, proyección que le daba favorable. La situación se tensó en forma brutal. Allí comenzaron a tallar Máximo Kirchner y Daniel Scioli. Los números ya no eran tan favorables al Frente para la Victoria, pero se creía que se alzaría con la elección presidencial de octubre. El gobierno entendía imperioso mantener una buena relación con Marcelo Tinelli. La aparición de los candidatos en el Bailando 2015 generaban expectativa. Si una parodia bien hecha y una frase ganchera le permitió a Francisco De Narvaez derrotar a Néstor Kirchner en 2009, no menoscabar la figura presidencial era fundamental para un nuevo mandato nacional y popular.
Máximo operó directamente sobre Miguel Silva, secretario general del Comité Ejecutivo. Lo hizo por intermedio del senador bonaerense Santiago Carrera. Por su parte, Gabriel Mariotto, vice de Scioli y hombre ligado al FPT, acompañó a Eduardo Spinosa – presidente de Banfield y tesorero de AFA -, uno de los principales operadores de Marcelo Tinelli en las reuniones. Diego Bossio, titular de ANSES, también se movió junto al conductor televisivo. El recuento de voluntades le era negativo al Grondonismo. Para que la sangre no llegara al río, se aceptó la reinterpretación del Artículo 50. A cambio, Ascenso Unido y los viejos grondonistas ganaron tiempo postergando las elecciones. Nacía el Pacto de Viamonte.
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Las elecciones nacionales se realizaron el domingo 25 de octubre de 2015. En la semana previa, los tres principales candidatos pasaron por la noche de Showmatch. Tanto Daniel Scioli, como Mauricio Macri y Sergio Massa fueron recibidos entre risas y chistes por Marcelo Tinelli. Los tres le prometieron públicamente la presidencia de AFA. Pero sólo el ex motonauta y gobernador de la Provincia de Buenos Aires hubiera llevado al empresario televisivo a la conducción de AFA. Pero 72 horas antes de las elecciones se realizó una asamblea definitoria en AFA. Aquel 22 de octubre se resquebrajó el Pacto. En el predio de Ezeiza quedó confirmado el adelantamiento de las elecciones. Serían Marcelo Tinelli y Luis Segura los candidatos. La misma se realizaría el 3 de diciembre. «Tenemos mayoría en la Asamblea«, decía Tinelli en el Pizza Cero de Libertador y Tagle, donde se reunió con su tropa. Luis Segura se reunió con los suyos en la Biblioteca del Sindicato de Camioneros, barrio de Parque Chacabuco. «Segura tiene cuarenta votos«, aseguraba Claudio Chiqui Tapia, vocero oficioso del entonces presidente AFA.
El domingo 22 de noviembre de 2015 cambió el país. Mauricio Macri venció a Daniel Scioli en el balotage presidencial por una mínima diferencia. Luego de doce años de gobiernos populares, un liberal ocuparía la primera magistratura. Macri y Tinelli. Siempre mantuvieron una relación cercana pero llena de desconfianzas. Desde los tiempos que Mauricio Macri soñaba con ser presidente de Boca. Ambos ávidos de negocios y llevando adelante una competencia que superaba lo deportivo. Era la lucha entre el el heredero y ejecutivo de un grupo económico inmenso y el Self-man made. Generacionalmente cercanos: Macri nació en febrero de 1959. Tinelli tan sólo un año más tarde. El electo presidente de la República apostó en secreto para evitar que Tinelli fuera presidente de AFA. En su fuero íntimo, Macri siempre desconfió que el verdadero objetivo del bolivarense es el Sillón de Rivadavia. Daniel Angelici fue fundamental en este andamiaje.
El presidente xeneize es un capítulo aparte. Dueño de un manejo político envidiable. Armador todo terreno. En el fútbol y en la justicia. Asumió la presidencia de Boca Juniors en diciembre de 2011 con el apoyo explícito de Mauricio Macri. El 19 de mayo había renunciado a la vicepresidencia segunda de AFA luego del escándalo que motivó la suspensión del Superclásico por Copa Libertadores. Su relación con la Conmebol siempre fue distante. Sobre todo desde la asunción de Alejandro Domínguez, actual titular de la Confederación Sudamericana de Fútbol. La disputa River-Boca se transportó al plano continental. El titular riverplatense se acercó a Domínguez, brindándole pleno apoyo. Por su parte, Angelici fue el artífice de una Confederación paralela: la Liga Sudamericana de Fútbol. Una lucha encarnizada por el poder en la Confederación Sudamericana de Fútbol. Angelici se acercó en silencio a Luis Segura sin romper con Marcelo Tinelli. Una muestra gratuita de lo que vendría luego.
Y el día llegó. Jueves 3 de diciembre de 2015. La noche del papelón histórico. Pasadas las 19hs comenzó la asamblea que dirimiría la presidencia de AFA. Tras unas palabras de compromiso por parte del Secretario General Miguel Angel Silva, se inició la votación. El voto de los 75 asambleistas fue secreto. El escándalo se dio a la hora del recuento: el mismo arrojó un empate en 38 votos. Vale destacar que el acto contó con la presencia de fiscales de cada candidato y la presencia de tres miembros de la Inspección General de Justicia. El caos invadió el predio de Ezeiza. En los días previos, Marcelo Tinelli era el ganador de la elección. Horas fragorosas y voluntades que se torcieron. Se tejieron decenas de hipótesis. Los celulares de los asambleistas recibieron desde sugerencias hasta intimidaciones. Desde bingos que dejaran de aportar a la caja de los clubes hasta presiones políticas hacia los clubes. Fue imposible repetir la votación ya que Julio Koropeski y Ángel Lozano, presidentes de Crucero del Norte y Excursionistas, se retiraron raudamente de Ezeiza. Daniel Angelici pidió votar a mano alzada: los dos ausentes eran cercanos a Tinelli. Alguien le recordó al presidente de Boca que estaba prohibido por estatuto. Marcelo Tinelli en un primer momento se lo vio desencajado. Luego de una pequeña reunión con su gente y Luis Segura, enfrentó al periodismo en una improvisada conferencia de prensa. En la misma declaró: «Estamos todos sorprendidos. Que haya un empate en 38 es muy extraño, sobre todo habiendo gente de la IGJ. Había que volver a votar. Nos opusimos a votar a mano alzada porque no está permitido en el estatuto. Sinceramente a nosotros nos tomó de sorpresa. Genera cierta molestia y fastidio. Tenemos que darnos cuenta que hay un mensaje: en algún lugar está bueno tomarnos este cuarto intermedio y las dos partes se junten a charlar que es lo que vamos a hacer. Estamos sorprendidos y molestos”.
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EL CIRCULO ROJO, ASCENSO UNIDO Y LA SUPERLIGA
10 de diciembre de 2016. Con una Plaza de Mayo desierta, asumió Mauricio Macri. Si en campaña declaró que no tocaría la gratuidad del fútbol televisado, todos sabían que en mente tenía dos cuestiones: la rápida salida del estado de Fútbol para Todos – y posterior entrega del producto fútbol al mercado – y la conversión de clubes en Sociedades Anónimas Deportivas.
La avanzada macrista sobre el fútbol tuvo forma de blitzkrieg. El presidente convocó a Fernando Marín para que tomara la titularidad de Fútbol para Todos. El ex gerenciador de Racing Club entre 2000 y 2006 es un viejo conocido de Macri, quién siempre sintió una profunda admiración por el publicista a quién conoció por intermedio de su padre a comienzos de los años 80s. Tan cercano es el vínculo que aquellos que conocen la interna de Blanquiceleste SA aseguran que Mauricio Macri estuvo mucho más cerca de lo necesario. Pedro Marchetta, fallecido recientemente, declaró en 2016 a la revista El Gráfico: «¿No sería Mauricio Macri el que compró la quiebra de Racing? ¿Y que a cambio del gerenciamiento le vendieron el campeonato?. El campeonato de Racing en 2001 fue la gran estafa».
Fernando Marín fue el vocero del estado en la enajenación de FPT. El mismo se apoyó en una fuerte campaña de desprestigio hacia el programa estatal de televisación gratuita del fútbol. A pesar de ellos, la primera medida de Marín fue la entrega, a precio de saldo, de los partidos más vistos del campeonato a Canal 13 y Telefe. Periodistas que hacía pocos días criticaban la gratuidad del fútbol, comenzaron a relatar y comentar los mismos partidos. Algunos con seria deficiencias técnicas, como Paulo Vilouta. Relator de goles imaginarios, su pertinaz obsecuencia profesional fue premiada con el premio Martín Fierro al mejor relator deportivo. Igualmente es bueno remarcar un detalle: el FPT Nac&Pop tuvo en su plantel de relatores a Bambino Pons. El mismo que decía aquello de «Yo veo lo que no ves» mientras se mostraban las imágenes de las tribunas.
A pesar de la descarada entrega, algo no vieron quienes querían cambiar las reglas de juego de la Asociación del Fútbol Argentino beneficiando a los ricos: el mapa de nuestro fútbol había cambiado notablemente desde 2009. El dinero del FPT modificó en forma radical nuestro fútbol. De 260 millones – último contrato Torneos/Clarín 2009 – se pasó a los 650 millones que abonó el Estado Nacional. De allí un aumento a casi dos mil millones del último contrato. También cambió la distribución. Se hizo notablemente equitativa. En la etapa del fútbol codificado por Torneos (1991-2009), el 80% de los campeonatos los ganaron Boca Juniors y River Plate. Volvieron los equipos chicos a los títulos: Banfield, Arsenal, Lanús y Argentinos Juniors. También descendieron los grandes: River Plate, Independiente, Rosario Central y Gimnasia. En el ascenso, donde antes había pelusas en los bolsillos, comenzaron a contarse billetes. Se modificaron estructuras. El fútbol se tornó más competitivo. De 2009 a 2015, los clubes afiliados directa o indirectamente, sumaron miles de trabajadores a sus estructuras. Ese fue el silencioso triunfo del FPT y el mercado interno. Ante ese panorama la estrategia macrista para someter la resistencia de los clubes fue tan solapada como bestial: el ahogo económico.
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Con el nuevo gobierno una vieja idea: la privatización del fútbol. Anhelo del presidente Mauricio Macri. 1993 fue el año de la primera avanzada. Macri, gerente del holding SocMa, aun no estaba inmerso en la vida política de Boca Juniors. Tenía en mente ingresar al fútbol al estilo estadounidense: comprando una plaza para llevar al equipo a una ciudad donde fuera negocio. Su idea era armar un nuevo equipo: Deportivo Mar del Plata. A pesar del impedimento reglamentario, tuvo todo arreglado con Francisco Ríos Seoane para la compra de la plaza del Club Deportivo Español. Si bien tenía cerrado el negocio con el presidente, la masa societaria del club se reunió una lluviosa mañana de junio y votó – a mano alzada – que no aceptaban el trato.
Julio Grondona siempre rechazó la transformación de clubes en empresas. En esos días, Carlos Menem sugirió necesaria la transformación de clubes en empresas. Quien la pasó mal fue Eduardo Seferián, presidente de Deportivo Mandiyú. El empresario textil se expresó favorable a la conversión de clubes en empresas. Los correntinos habían ascendido a Primera División en 1988 y se caracterizaban por buenas campañas, pagos al día (Seferián era un hombre de fortuna) y excelentes planteles conformados por paraguayos y uruguayos. Tanto fue así que en un encuentro de 1991, nueve de los once titulares tenían estas dos nacionalidades. A Seferián el escarmiento le llegó en forma de cambio reglamentario: no podía haber más de tres extranjeros en cancha por cada equipo. Seferián entendió el mensaje y dio un paso al costado. El nuevo presidente de Mandiyú – un club que se manejaba de modo empresarial por haber nacido en el seno de Tipoití, empresa hilandera propiedad del empresario de origen armenio – fue Roberto Cruz. Diputado menemista quién en poco menos de un año decretó el descenso y desaparición de la institución correntina. Un caso inédito en el fútbol argentino.
1993 fue el año de otro experimento. Torneos y Competencias reinaba en el fútbol argentino. Carlos Avila, su presidente, hasta se animaba a plantear un campeonato sin equipos poco rentables. Pero se vivía una situación casi irregular: los clubes, ávidos de adelantos económicos de la televisión, comenzaron a ser acreedores de Torneos. Solapadamente, Torneos fue dueña de pases de jugadores. Tanto fue así que la empresa contrató a Carlos Salvador Bilardo como Gerente Deportivo. Pero en julio de 1993, Torneos dio un paso al mas allá: firmó un contrato con Argentinos Juniors para llevar su localía hacia Mendoza. La idea del negocio era armar un equipo competitivo alrededor del regreso de Diego Armando Maradona a La Paternal. Pero el 10 firmó para Newells y el negocio desbarrancó.
Luego llegaron los gerenciamientos. La gran mayoría de ellos terminó en sonoro fracaso. Hay que decirlo: Julio Humberto Grondona hizo lo posible para que esto sucediera. El hombre que fue vicepresidente segundo de una de las multinacionales más importantes del mundo sin hablar inglés, prohibía – en forma solapada – el cambio de figura legal de nuestro fútbol. El hombre de Sarandí era consciente que un nuevo orden desbalancearía – en forma determinante – el orden interno de Viamonte 1366.
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En las primeras semanas de macrismo, Marcelo Tinelli jugó a dos puntas. Por un lado se diferenció del presidente y su política afirmando que San Lorenzo de Almagro no se transformaría en SAD. Por otro lado apostó fuerte a romper las trabas del estatuto de AFA y las asimetrías económicas de nuestro fútbol. Un círculo rojo propuso una solución española a los problemas argentinos. El gobierno avaló con gusto la idea. Nacía la Super Liga.
La Liga de Fútbol Profesional española fue la respuesta que encontraron Ramón Mendoza y Josep Lluis Núñez, presidentes de Real Madrid y Barcelona a mediados de los 80s, a la racha de títulos conseguidos por los clubes vascos Real Sociedad y Athletic de Bilbao. Entre 1981 y 1985 estos dos clubes monopolizaron los títulos con jugadores forjados en sus entrañas. En esos años, Barcelona y Real Madrid gastaron fortunas en jugadores de la talla de Diego Maradona o Jorge Valdano. No podían seguir perdiendo dinero y títulos. Era necesario cambiar las reglas de juego. La Liga fue presentada como una forma organizativa superadora, pero tuvo como real función quitar la organización y negociar los derechos televisivos por fuera de la órbita de la Real Federación Española de Fútbol. Esto se completó con la transformación compulsiva de clubes en Sociedades Anónimas Deportivas. Esto sucedió en junio de 1992 por decreto Real. Tan sólo cuatro clubes no pasaron a los capitales privados: Real Madrid, FC Barcelona, Athletic Club y Atlético Osasuna. Una vez pasado el fútbol a manos del capital privado, la Liga de Fútbol Profesional tomó constitución definitiva. Febrero de 1993.
Marcelo Tinelli contactó con Javier Tebas, presidente de LFP española. Quien fuera su socio en la aventura Badajoz dos décadas atrás, vio con agrado que el fútbol productor de la mejor materia prima del negocio se transformara. Luego del 35 a 35, Tinelli armó su mesa chica. En la misma estaba Rodolfo D´Onofrio (River Plate) y Juan Sebastián Verón (Estudiantes). Más relegado, pero con peso propio, se encontraba Raúl Gámez, histórico dirigente de Vélez Sársfield, quién profesó un profundo odio a Julio Grondona. Más atrás, un respaldo de dirigentes de peso en diferentes ámbitos: Hernán Lewin (Temperley) y Eduardo Spinosa (Banfield).
Ascenso Unido y parte de la Primera División se paró de manos ante la Superliga. Entendían que la nueva estructura – que al igual que su hermana española iría por afuera de AFA – los dejaban afuera de todo. En Radio Gráfica se comenzaron a escuchar las voces. Nicolás Russo, presidente de Lanús declaró en esos días: «Nosotros no estamos de acuerdo con las sociedades anónimas. Creemos en los clubes en manos de los socios, como se manejan en Argentina, porque es nuestra característica cultural. La Super Liga no tiene ninguna posibilidad. Cualquier propuesta superadora es buena para mejorar, bien, pero siempre por dentro de la Asociación del Fútbol Argentino. El fútbol está muy comercializado y debe mejorar. Pero no es necesario crear algo distinto por afuera de la AFA”. Alejandro Korz, vicepresidente de Atlanta y miembro del Comité Ejecutivo fue más allá denunciando presiones y amenazas por parte de Daniel Angelici: “no existió la persuasión. Se habló que no habrá más plata de Fútbol Para Todos, persecuciones de AFIP con responsabilidad económica de los dirigentes y clausura de los estadios. Esas son armas extorsivas. Lo único que interesa es modificar el estatuto para que un CEO maneje el dinero de la Super Liga. Los grandes pretenden un sistema de voto calificado, pero no imagino los dirigentes de ascenso y el interior votando contra sus intereses“; y remató: “Si no ganan la presidencia de AFA, ellos quieren una Super Liga manejando la plata de la TV y una AFA residual con el ascenso, el interior, los empleados y las deudas, porque lo único que importaría es quién maneja la Liga”.
Marcelo Tinelli fue el portavoz de la Superliga. Habló de un negocio de cuatro mil millones de pesos. El mismo tendría esta distribución: 85% para la Primera División. De ese porcentaje, el 50% para los cinco grandes tradicionales, más Vélez y Estudiantes. El 50% restante, 35% repartido entre clubes con mayor rating y posición en la tabla. El 15% por historia en la máxima divisional. Era una locura que aceptaran ese reparto económico veinte equipos de Primera División.
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31 de marzo de 2016. Reunión cumbre en la Quinta Presidencial de Olivos. De ella participaron Mauricio Macri, Fernando Marín y Marcelo Tinelli. Se debatió el futuro del fútbol argentino. El conductor – a pesar de las desconfianzas – creyó recibir un fuerte espaldarazo de cara a su objetivo de presidencia. La falta de pago por parte del gobierno comenzó a ser un enorme problema para la economía de los clubes. Muchos asambleistas que habían apoyado a Tinelli en la elección del 3 de diciembre le reclamaban bajar al llano. Desde la asunción de Mauricio Macri el empresario mediático no había concurrido a ninguna reunión del Comité Ejecutivo. Ese mismo día Claudio Tapia cargó su arma y disparó: «Si yo fuera uno de los integrantes de su espacio, le pediría que no sea candidato. Cuando vos marcás un abandono de tanto tiempo, tu gente se siente desamparada. Quien representa el liderazgo político necesita que se lo acompañe en lo bueno y sobre todo en lo malo”.
¿Cual era la animosidad de Marcelo Tinelli contra el ascenso? Ninguna en particular, pero expresaba dos mociones inadmisibles: asimetría económica y voto calificado. El conflicto era similar al de 1931. Los equipos poderosos querían condiciones propias o armaban un campeonato paralelo. Consultado en Abrí la Cancha, el periodista e historiador Esteban Bekerman decía: «El trasfondo es el mismo de 1931 que siempre fue la misma lucha de poder en el fútbol argentino, que es la lucha entre grandes y chicos por el manejo de AFA. Como alguna vez escribió Armando Ramos Ruiz – quien fue presidente de AFA – en su libro “Nuestro Fútbol, Grandeza y Decadencia”. Desde una visión gorila, marcó que el peronismo quitara a los clubes grandes su supremacía a nivel a nivel político fue la causa que determinó la decadencia del fútbol argentino. Cuando los grandes pudieron mandar dentro de AFA con el voto proporcional en 1937 se vieron los mejores momentos de nuestro fútbol”.
La elección en AFA se pautó para el 30 de junio de 2016. La misma tenía un claro ganador y era Claudio Tapia. El gobierno utilizó un ataque en pinzas para doblegar la estructura de AFA y someterla a su estructura de negocios. Con la tregua firmada en Olivos, Tinelli profundizó la necesidad de una Super Liga. Javier Tebas volvió al país. Sin dar declaraciones públicas, el español se reunió con selectos dirigentes. Pero la clave era Daniel Angelici. En esos días llevó adelante una monumental apretada a los dirigentes mas reacios al nuevo orden. Sea en el orden económico o judicial. Como no hubo claudicación, debió jugar Mauricio Macri en primera persona.
El sábado 28 de mayo, el propio Macri realizó una teleconferencia con Gianni Infantino, titular FIFA. Selló la intervención solapada de AFA. ¿La estrategia? Postergar por tiempo indeterminado las elecciones y terminar de implosionar económicamente el fútbol argentino. La intervención se realizó por intermedio de la Inspección General de Justicia, ámbito de Daniel Angelici. Sergio Brodsky – titular de IGJ – decía: «realizaremos un informe acerca de la real situación administrativa y financiera de AFA para que aquellos candidatos que luego se presenten a la elección a presidente conozcan realmente el estado de la cuestión». En Radio Gráfica entrevistamos a Marcelo Achile, titular de Defensores de Belgrano y miembro del Comité Ejecutivo de AFA. El dirigente desnudó el vínculo político de la intervención: «Es una acción del gobierno. Tomamos esto como una intervención porque hay dos veedores que dependen del Ejecutivo y de un actor como Daniel Angelici. Estos veedores que se presentan por 90 días hábiles prorrogables por 90 días mas cuya primera acción directa es suspender las elecciones del 30 de junio. Algo asombroso“. Achile agregó: “Vamos a ver que dispone la fuerza que caracteriza a los clubes de Ascenso. Es necesario tomar una posición importante porque acá nos están pasando por arriba. No quieren respetar las cuestiones institucionales que determinan para una elección. Como el gobierno no tiene candidato para ganar, hacen esto. Probaron con Tinelli, Victor Blanco y Matías Lammens. No tienen el consenso de las mayorías y como no tienen un candidato al gusto de gobierno toman esta decisión. Acá se quiere imponer una Superliga para quedarse con una nueva forma del producto que era Fútbol Para Todos. Incluso con distintos manejos de comercialización y sponsoreo que quieren manejar desde Super Liga”.
Comisión Normalizadora. Ese fue el nombre de fantasía elegido. La misma fue designada por FIFA pero respondía directamente al presidente de la República. La misma fue encabezada por Armando Pérez, presidente de Belgrano de Córdoba y dueño de un curioso récord que seducía a Macri: ser el único empresario que llevó adelante un gerenciamiento exitoso en Argentina. Lo secundó un personaje principal. El nombre de Javier Medín no decía nada al público futbolero, pero su presencia era fundamental para Mauricio Macri. Abogado de Socma (Sociedades Comerciales Macri), llegó a Boca Juniors por pedido del entonces presidente del club. Fue el verdadero articulador de políticas dentro de la Comisión. Los otros cargos los ocuparon Carolina Cristinziano, esposa del ex delantero Gonzalo Belloso. Abogada, agente FIFA con funciones en Conmebol. El último integrante era Pablo Toviggino, titular de la Liga Cultural santiagueña y miembro del Consejo Federal.
La deliberada falta de pago por parte del gobierno nacional tensó aun mas la cuerda. El ascenso estaba sumergido en una guerra por su subsistencia. Muchos dirigentes de Primera División, que en un primer momento apoyaron la Superliga, estaban comprendiendo el juego macrista. Solapadamente, porque hacerlo público podía ser suicida, tendían puentes de concordia con sus pares de categorías menores.
Comisión Normalizadora mediante, el gobierno anunció el fin de Fútbol para Todos. Detrás de esta decisión se encontraban los grupos Turner y Fox. Fernando Niembro fue el hombre elegido para negociar entre sombras los derechos de televisación. Pero la Selección Argentina también era un problema. En junio se disputó la Copa América Centenario en Estados Unidos. Lo organización de AFA fue paupérrima. La misma estaba a cargo de Víctor Blanco, presidente de Racing y encargado de Selecciones Nacionales. Blanco estaba tan inmerso en la rosca de AFA que no atendió la logística del plantel. Luego de la final perdida ante Chile en tanda de penales, renunció el entrenador Gerardo Martino, asqueado de la situación interna de la casa central del fútbol argentino.
El ascenso seguía en su postura: la Superliga era una estrategia más en el estrangulamiento económico de los clubes. En las horas previas a la votación, los dirigentes padecieron una notable apretada por parte del gobierno nacional. Milano volvió a hablar. Esta vez no hubo tono amistoso y descerrajó artillería pesada: «El poder político interfirió en AFA. Es muy claro que la Super liga está generada por el gobierno nacional. No entiendo como la IGJ suspendió las elecciones en AFA. Ahí comenzó el caos. A la FIFA la fue a buscar el gobierno nacional enviando a Fernando Marín. Es un claro atropello a la democracia de AFA. Hace tres meses que el gobierno no paga el dinero correspondiente a Fútbol para Todos. Hay que clubes que se caen a pedazos por esta decisión. Es un ataque del gobierno a la democracia institucional de AFA”. Milano afirmó que “este no es un problema de los llamados impresentables dirigentes de ascenso. El que organizó todo esto fue Angelici y D´Onofrio. Yo lo escucho a D´Onofrio hablar y me agarro la cabeza. Fue vicepresidente de AFA y no presentó un maldito proyecto. Tan solo críticas. El dice que somos todos inútiles y ellos salvadores del fútbol argentino. Me da mucha verguenza esta situación, porque ellos dicen salvar nuestro fútbol pero no saben como será la liga. No tienen idea. No tienen un CEO que la administre. No tienen un gerente de torneo. Hay que sacarla porque se encaprichó Mauricio Macri y la quieren sacar”. “Los clubes hace dos meses y medio que no cobramos el dinero que debería pagar el gobierno nacional por el Fútbol para Todos. En caso que no aprobemos la Super Liga, el estado deberá aportar hasta 2019 el contrato firmado. Yo la escucho a Graciela Ocaña decir que son fondos públicos y no paro de reírme. Dejan de ser públicos cuando llegan a los clubes. Los derechos de televisación los compró el gobierno. Si los hubiera comprado otra persona, no pondrían un centavo. Hay una empresa que está ofertando los derechos, pero como tienen que ser gratuitos hasta 2019, es difícil que los compre”; concluyó Milano.
En las horas previas a la votación por el estatuto de Superliga el gobierno hizo una jugada pública. Lo hizo por intermedio de Fernando De Andreis, Secretario de Presidencia de la Nación. Hizo notar que sí se aprobaba el mismo se destrabaría una línea de dos mil quinientos millones de pesos, dinero que serviría para paliar los graves problemas económicos de la gran mayoría de clubes. La Superliga fue aprobada. Pero la promesa de De Andreis pronto se convirtió en desilusión y mentira.
Los medios aliados al gobierno dieron por hecho un nuevo orden del fútbol. Quienes estamos en el día a día no lo dimos por sentado. El 26 de julio, pocos días antes de su fallecimiento, en Radio Gráfica entrevistamos a Emilio Chebel. El histórico presidente de Lanús expresó en Abrí la Cancha: “La situación de AFA es producto de un largo tironeo por el poder. Irrumpieron en el fútbol dirigentes que no tienen formación en clubes, ni recorrido con compromiso social en entidades de bien público. Moyano viene del sindicalismo, Tinelli de la farándula. Angelici no sé de que planeta vino para ya demasiado daño hizo. Esta irrupción de dirigentes sin límites a sus apetencias le hacen daño a las conducciones. Son quienes se meten a codazos declarándose honestos y transparentes. Esto ya sabemos como termina: con desajustes, bastardeando la participación y desnaturalizando la política. Son los dirigentes que tapan la boca a quien piensa distinto. Los que chantajean y hacen alarde de su acceso a los medios”. Para Chebel “A pesar de las numerosas marchas y contramarchas, a aquellos que quieren privatizar el fútbol no les ha salido del todo bien que querían. Estamos ante una intervención que desembocará en un teórico proceso de normalización. Queda un espacio para trabajar y construir hasta el año que viene. Uno es optimista por convicción. Daremos pelea junto a dirigentes nobles que tiene nuestro fútbol, que son mayoría. Esto a pesar que los medios venden que son una bolsa de corruptos”.
En caso de ser presidente de AFA, Marcelo Tinelli estaría supeditado a Mauricio Macri. Algo que nunca le hubiera sucedido a Julio Grondona. Los votos de ascenso estaban lejos de él. Se recostó en Rodolfo D´Onofrio, conciente que la lucha era desigual y a dos bandas. Por un lado, el Grupo Boca. Por el otro, Ascenso Unido. ¿Con quién aliarse? Twittero serial, el bolivarense disparó con el objeto de demostrar que era el único hombre capaz de modernizar el fútbol y atraer grandes negocios. Tinelli escribió: «Me indigna la situación berreta del fútbol argentino. Los derechos televisivos del fútbol en TODO el mundo crecen por las variadas plataformas. Acá el dinero lo pone…el Estado. Pobres clubes«. Siguió: «El mundo avanza hacia el 5G que va a cambiar todo en derechos audiovisuales, y nosotros seguimos atados a la política». Hubo más: «Acá todas las discusiones pasan por saber si las cosas fueron culpa del gobierno anterior o el actual. La solución a los problemas, veremos«. Finalmente mandó: «El fútbol argentino está ante una oportunidad histórica para poder cambiar. No perdamos el tren. La tecnología cambió todo«. Los destinatarios de todos sus dardos tenían nombre y apellido: Mauricio Macri y Fernando Marín.
Acto seguido, Tinelli jugó una carta brava al reunirse publicamente con Pablo Moyano. Hijo de Hugo y cuñado de Claudio Tapia. Se tendía el puente Tinelli-Ascenso Unido. Luego de muchos idas y vueltas, parecía que Marcelo había realizado su autocrítica. Si alguna vez creyó qué sería presidente de AFA por fama, fortuna y capacidad de generar negocios, sabía que no era así. Tenía que mancharse en el barro de la política interna de Viamonte 1366. Esa reunión fue una pesadilla para el gobierno nacional. El escenario Tinelli al frente de la Superliga y Moyano con el control de AFA y Selección Nacional le quitaba el sueño a Mauricio Macri. El presidente jugó la carta de Daniel Vila, pero la misma estaba lo suficientemente desprestigiada en AFA.
Curiosamente, Marcelo Tinelli cometió un error estratégico. El escorpión que pica al empresariado nacional cuando piensa en Nueva York y no en Aldo Bonzi. Dueño de un producto de consumo popular, Marcelo Tinelli cargó nuevamente por los sectores populares del fútbol argentino. Pidió una división económica más profunda del fútbol argentino. Una excelente plataforma futura de negocios no significan dinero para clubes con contratos vigentes y un ahogo económico de cuatro meses por parte del gobierno. El ascenso necesitaba dinero urgente. Si Tinelli había generado pánico en Balcarce 50, ahora estaba en la línea de fuego.
El 21 de noviembre de 2016 se produjo la primera reunión por la televisación futura. Curiosamente, la reunión no se realizó en la sede de AFA o en un hotel. Se llevó adelante en Casa Rosada. Curioso marco para un gobierno que se jactaba de sacar al Estado de los negocios privados. Con la presencia de Fernando De Andreis, secretario de Presidencia, los ejecutivos de Fox-Turner ofrecieron dos mil millones de pesos. Una oferta por demás baja a pesar de la alegría de De Andreis y Fernando Marín. Un estado haciendo dumping con un producto de terceros. Una verguenza en cualquier otro lugar del mundo.
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La oposición a Marcelo Tinelli y Daniel Angelici era durísima por parte del Ascenso. Curioso, ambos dirigentes se detestaban sin reparos. Se sumaban voces al armado super-estructural del Círculo Rojo. Javier Pipo Marín, influyente dirigente de Acassuso, decía en Radio Gráfica: “Los seis meses que Angelici y Lammens manejaron la AFA fueron los seis peores meses. Dicho esto, no podemos prescindir de nadie. Nosotros estamos en la doctrina de quienes no queremos dejar la puerta abierta para las Sociedades Anónimas. Hay intereses que están llevando a que la opinión pública piense que la administración deportiva es corrupta. ¿Hay dirigentes deportivos corruptos? Si claro, pero tenemos que separar la paja del trigo. El mayor problema que estamos teniendo es al gobierno nacional presionando para cambiar la estructura del fútbol”. Finalmente, Pipo Marín desenmascaró lo que sería la estrategia privatizadora: “Tanto el estado como los clubes hemos manifestado nuestra voluntad de salir del contrato del futbol. Si ambas partes estamos de acuerdo, ¿Por qué la Comisión Normalizadora no elevó los pliegos para licitar el fútbol? Los clubes no tendrán un contrato para con los privados. El fútbol seguirá financiando el fútbol para que dentro de un par de meses lleguen los grandes salvadores con las Sociedades Anónimas. Ese es el libreto que está armado”.
Hasta existió un contra ataque. Desafiante, Jorge Milano decía en Abrí la Cancha: “A nosotros nos mintieron cuando nos dijeron que había 2.500.000.000. Eso lo expresó De Andreis (Secretario de Presidencia) y Fernando Marín en una reunión de dirigentes. Ahora la situación es otra. Al ascenso no lo convocaron para discutir la Super Liga. Tuvimos algún acercamiento con dirigentes de clubes grandes y nada más. Saben que somos la pata que les falta, pero nos pondremos de acuerdo solo si nos conviene. No pondremos palos en la rueda, pero tenemos que estar de acuerdo todo el ascenso”. Milano declaró: “lo peor es que los dirigentes de los clubes grandes ya eligieron presidente, vicepresidente y estatuto. Nosotros, que seríamos partícipes, ni estamos enterados. Si los clubes grandes pretenden salvar el fútbol argentino con algo nuevo e innovador, arrancan mal. Si vamos a cambiar, cambiamos todos juntos”. Para el dirigente de Villa Dálmine, Ascenso Unido “tiene una representatividad como nunca tuvo. Supimos unirnos al Consejo Federal y las Ligas del Interior. Somos la gran pata del fútbol argentino. No nos pueden avasallar. Debemos participar en todas las decisiones que tomen AFA y los clubes grandes. No estamos preocupados porque se forme la Super liga, sino que los instamos a que nos llamen a participar. Si no nos llaman, no la aprobamos”. Finalmente, Milano expresó: “somos luchadores por nuestros clubes. Tenemos la esperanza que entre todos haremos un proyecto superador para AFA. No solo con la Super Liga, sino con todas las categorías: B Metro, C, D y Ligas. Sería egoista no defenderlas como corresponde sabiendo que podemos estar ahí”.
Oscar Ferreyra, presidente de Los Andes, también pegaba: “Hay dirigentes que están implosionando el fútbol argentino. Los dirigentes del Nacional B no fuimos invitados a participar de la puesta en valor de la televisación del fútbol. O sea, los dirigentes de los equipos llamados grandes están negociando el precio sin nuestra presencia. Están sucediendo cosas que no sucedían. Dirigentes de River Plate que publicamente plantean de armar una copa si no clasifican a una y diariamente presentan apelaciones. Los mismos dirigentes que le intentan robar jugadores a Argentinos Juniors y en vez de pedir disculpas, declaran ‘Argentinos Juniors ya no tiene la vaca atada’. Hay una nueva dirigencia empresarial, gente sin códigos y con una soberbia terrible”.
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Marcelo Tinelli estaba acorralado. Tanto Mauricio Macri como Ascenso Unido pusieron precio por su cabeza. Su peor escenario sería la unidad entre ellos. En diciembre de 2016, la jueza María Romilda Servini de Cubría dictaminó el llamado a Asamblea Ordinaria y Extra Ordinaria con fecha límite el 30 de diciembre. El gobierno – que publicamente decía estar desligado del contrato de FPT pero seguía siendo dueño del mismo – debía varios meses a los clubes, quienes se declararon en Alerta Permanente. Alejandro Korz recordó las medidas que tomó la jueza cuando la Comisión Normalizadora – completamente decadente en pocos meses – se hizo cargo de AFA: “En su momento Servini de Cubría le permitió a la IGJ que tomara la decisión de designar mas veedores y suspender las elecciones por 180 días. Y ahora cuando todos teníamos conocimientos de que la normalizadora tenía como funciones como por ejemplo la reforma del estatuto, que todavía no llegó la versión del nuevo estatuto, manda a que antes del 30 de diciembre se convoque si o si a elecciones. En estos cambios uno ve movimientos internos que tiene que ver con propia gente de clubes grandes de primera o con sectores del gobierno que también tienen internas y poder, y que son los que generan este tipo de situaciones”.
La Asamblea del 30 de diciembre firmó el certificado de defunción de la Comisión Normalizadora y realizó un llamado a elecciones. La misma se realizaría el 28 de abril de 2017. Para Marcelo Tinelli la rosca política se hizo irreversible la tarde del 13 de enero de 2017. Si meses atrás su reunión Con Pablo Moyano generó urticaria en el seno macrista, la reunión realizada en el hotel del Sindicato de Camioneros de Mar del Plata cambió el orden de las cosas. En la misma mesa se sentaron Hugo Moyano y su hijo Facundo, Daniel Angelici y Claudio Chiqui Tapia. Allí trazaron una estrategia conjunta hacia el nuevo escenario del fútbol argentino. Claudio Tapia sería el candidato a Presidente. Daniel Angelici, el titiritero. Si bien la ecuación cerró en Balcarce 50, no así a muchos sectores allegados al presidente quienes ven una ecuación demasiado hostil para futuras políticas.
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LA PESADILLA TAPIA
La estrategia de Marcelo Tinelli cambió. Reforzó su imagen de exitoso hombre de negocios mediáticos. Por un lado negoció con el gobierno nacional la rescisión del contrato de Fútbol para Todos. El mismo tenía vigencia hasta junio de 2019. Una proyección del lucro cesante estaría en el orden de los cuatro mil millones de pesos. El gobierno ofrecía trescientos cincuenta millones de pago efectivo para cerrar el mismo. Marcelo Tinelli tomó la propuesta como válida y proponía la venta inmediata de los nuevos derechos. La guerra era abierta. El grupo Moyano-Angelici no quizo saber nada con ese arreglo. Por otra parte, el bolivarense trajo una oferta por demás seductora: ESPN quería comprar los derechos de televisación del fútbol argentino. Ofrecía más dinero que Fox-Turner y mejores perspectivas futuras a través de nuevas tecnologías. Finalmente, oferta de Media PRO mediante, sucedió lo que todos imaginábamos: Clarín tomó nuevamente el control de un negocio que permitió la diversificación del grupo: la televisación del fútbol argentino.
Marcelo Tinelli había sido derrotado. El hombre que tuvo todo para ser el presidente más popular del fútbol argentino fue derrotado por la estructura política y por dirigentes de club de Ascenso. La derrota se hizo cara de goma en la tarde del 23 de febrero de 2017. Conferencia conjunta de la nueva AFA. La excusa fue la recepción de los sobres de las empresas interesadas en la compra de los derechos audiovisuales. Un eufemismo: todos sabíamos que Fox-Turner-Clarin-Direct TV ganarían.
El principal escollo para el tándem Angelici-Tapia estaba en Casa de Gobierno. Allí querían a Alejandro Marón, presidente de Lanús, al frente de AFA. Tarde. La cartas estaban echadas. En esa mesa que parecía chica ante tantas personas se sentaron los hombres claves de esta historia. La presidía Armando Pérez. Vestía radiante traje blanco y se lo veía feliz. No era para menos. Se estaba recuperando de un complejo percance de salud. Antes de asumir al frente de la Normalizadora le habían asegurado que lo suyo sería nominal. La realidad es que casi pierde la vida. Hugo Moyano y Víctor Blanco no mostraron mayores emociones. Quienes estaban en el centro de la escena fueron Daniel Angelici y Chiqui Tapia. Se sabían ganadores. Marcelo Tinelli, el hombre que cautivó a millones de argentinos desde 1990, portaba una indisimulable cara de tristeza y derrota.
No fue necesaria la elección. Marcelo Tinelli se bajó de la misma. Claudio Tapia fue erigido presidente de AFA. Tinelli-D´Onofrio y Gámez fueron los grandes derrotados. Tanto Nicolás Russo como Juan Sebastián Verón supieron articular políticas con los vencedores. Marcelo sufrió el tiro de gracia con la desprolija salida de Edgardo Bauza, el entrenador que llevó a San Lorenzo a la gloria continental en 2014. Sergio Levinsky, periodista y autor de «AFA, el fútbol pasa, los negocios quedan», declaró en Abrí la Cancha sobre la renuncia de Tinelli: «Los problemas de salud y estrés jamás hubieran sido obstáculos para continuar. Hay muchas cosas que no le gustaron para nada y se dió cuenta de que lo caminaron. Lo caminó un sistema muy preparado, muy aceitado para jugar a largo plazo. Esto es lo que Tinelli nunca pudo entender de la AFA. Es un juego distinto al que él no está acostumbrado. Él va por el juego de comunicación, del marketing, de televisión, con interéses comerciales que no tiene nada que ver con el fútbol». Agregó: «Quiso cocinar todo en Puerto Madero en lugar de hacerlo en Viamonte 1366 y eso es muy complicado. Lo intentaron dirigentes con mucha mayor capacidad intelectual y operativa como Carlos Heller y Fernando Viele en los 80s y 90s pero no pudieron, lo intentó Raúl Gámez, que ahora vuelve por la Superliga a partir de la salida de Tinelli, y tampoco pudo durante muchísimos años. Gámez tampoco estuvo convencido con Tinelli, solo lo apoyo porque era el mal menor. Marcelo nunca encontró aliados dentro del fútbol, me parece que él menospreció mucho a los dirigentes curtidos, a dirigentes que llevan metidos en fútbol mucho tiempo, y eso es un error. Se encontró con un sistema que se lo terminó comiendo a él y se terminó yendo por eso«. Finalizó: «Tinelli tenía total seguridad del pacto que había llegado con Claudio Fabían Tapia. Un pacto político que aún continúa. Nosotros nos vamos con la Superliga y a usted le dejamos la AFA. Por esto Marcelo quería poner un CEO para manejar técnicamente la cuestión de la Superliga. Pero lo que hizo «Chiqui» Tapia fue otra cosa- Nosotros nos quedamos con la AFA y, pero quedan cuatro meses para la Superliga, despúes vemos que hacemos con la Superliga- En cuatro meses puede pasar muchas cosas».
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Claudio Tapia mostró, desde un primer momento, una muñeca política admirable. Una muñeca que le permitió jugar con éxito en varios frentes. Por un lado, con el apoyo de Ascenso Unido y su alianza con el Interior – Pablo Toviggino mediante – Tapia confrontó exitosamente con Daniel Angelici y el gobierno macrista. El trabajo de AFA fue tan bueno, que en noviembre de 2018, el todopoderoso Daniel Angelici no pudo llevar adelante la asamblea que buscaba cambiar el estatuto de AFA, permitiendo el ingreso de las SAD. Las puteadas se escucharon nítidas en Balcarce 50. El morocho de peinado extraño fue el político más hábil. El que sentó a la crema del fútbol argentino en su mesa.
Pero como buen grondoniano, el presidente de AFA supo que las internas del fútbol las resuelven la política del fútbol. Desde Viamonte 1366 se esmiriló a la Superliga. Creada como unidad de negocios ligada contractualmente a AFA con estatuto y personería propia, desde 2017 fue el caballito de batalla de Marcelo Tinelli. La guerra Tapia (AFA)-Tinelli se convirtió en una cuestión de dólares. Al frente de la Superliga se encontraba Mariano Elizondo, histórico gerente de Ideas del Sur, hombre de confianza de Tinelli. Pero el paso del tiempo generó una situación que no estaba en los planes de Tinelli: los dirigentes de primera división – reacios en un primer momento a la conducción de un hombre de ascenso – vieron como AFA conseguía el dinero que Superliga prometía pero no obtenía.
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EL FINAL
El 10 de diciembre de 2019, Alberto Fernández asumió la presidencia de la Nación. Once días más tarde, Marcelo Tinelli cumplió uno de sus sueños: la presidencia de San Lorenzo de Almagro. Una curiosidad: hasta pocas semanas antes del comicio, el candidato del oficialismo era Horacio Arreceygor, titular del SATSAID. Con Matías Lammens ocupando la cartera de Turismo y Deporte, y viendo que peligraba la Superliga, Tinelli cambió sus planes y asumió el timonel azulgrana. Existía una realidad: Tinelli junto a Rodolfo D´Onofrio eran los principales enemigos de Tapia. El 8 de diciembre de 2019, el oficialismo en Boca perdió el control del club luego de un cuarto de siglo. Vientos de cambio en el fútbol argentino.
El 19 de abril de 2020, Claudio Tapia fue reelecto presidente de AFA. Una curiosidad: el mandato recién tendría vigencia en 2021. Tapia, votado por unanimidad del Comité Ejecutivo, llevó adelante una reestructura total, sumando vicepresidencia, poniendo fin a la Superliga y creando la Liga de Fútbol Profesional. El acercamiento Tapia-Tinelli llamó la atención de propios y extraños. El poder de Tinelli era grande: titular de la LPF y pieza vital del nuevo Comité Ejecutivo.
La pandemia y los derechos de televisación fueron desencadenantes de una gran operación. A mediados de 2020, con un confinamiento inédito, AFA se vio obligada a buscar dinero para repartir entre los clubes y endureció la disputa por la renovación de los derechos de TV. Esto afectaba directamente a Clarin. El contragolpe fue durísimo. El domingo 28 de junio, Jorge Lanata difundió escuchas entre Julio Grondona y Marcelo Tinelli del año 2013. Las mismas habían sido ordenandas por el ex juez Norberto Oyarbide en el marco de una causa por lavado de dinero. Operación en marcha. En Abrí la Cancha fuimos al hueso: ¿Qué hay detrás de ésta operación? ¿Por qué Clarin operó a Tinelli, quien formaba parte de la pantalla del 13? Simple: tenía la lapicera que firmaría futuros contratos de televisación.
Números para comprender la realidad de una Argentina devaluada. Los clubes añoran los tiempos de bonanza económica que significó Fútbol para Todos. Mucho dinero repartido en forma equitativa. Desde 2017 la mano cambió. El reparto no sólo fue inequitativo sino también escaso. La inflación hizo estragos. El último contrato de FPT fue por 1.600 millones (2015) con un dólar en 9 pesos. El conjunto de los clubes recibieron 185 millones de dólares. Según el balance de 2018/19 de Superliga, los ingresos declarados hacia los clubes fueron de 2.600 millones con un dólar que fluctuó entre los 30 y los 65 pesos. Con un dólar promedio de 50 pesos, los clubes recibieron 52 millones de dólares. Si, ¡130 millones de dólares menos que cuatro años atrás!
AFA terminó el ejercicio 2019/20 cobrando 84 millones de dólares por la temporada 2019/20. Imposible que nuestros clubes puedan generar un negocio sostenible en un mercado global. Tan sólo el Napoli italiano tuvo un presupuesto declarado de 88 millones de euros para la temporada en curso. Un sólo club italiano invirtió tanto como lo que perciben todos clubes argentinos por derechos de TV.
Pero el tándem Tapia-Tinelli (AFA-LFP) no podía sostenerse por mucho tiempo. Un penal inexistente fue la excusa que destapó la Caja de Pandora. Sábado 11 de abril de 2021. Lluvia y viento le dieron marco al clásico de Avellaneda. En el último minuto de juego, Mauro Vigliano sancionó un penal inexistente a favor de Racing. Con la derrota consumada, los millones de seguidores que Marcelo Tinelli tiene en sus redes pudieron leer el mensaje: “Seguí defendiéndolo”. Sin destinatario explícito, pero certero: Hugo Moyano, titular de Independiente y ex suegro de Claudio Tapia.
Desde ese momento, la interna que tenía en vilo al fútbol argentino tuvo bordes claros. El Presidente de la Liga Profesional no sólo golpeó y debilitó a Hugo Moyano, también puso bajo sospecha de corrupción al arbitraje y a todo el fútbol argentino. Un golpe certero hacia Claudio Tapia. Con 61 años, Marcelo Tinelli entiendió que era su momento para quedarse con el control de AFA. No es lo mismo ser presidente de la LPF que estar al frente del fútbol argentino. El problema para el empresario de Bolivar son los tiempos, porque el reloj y el almanaque mantiene su curso implacable y de continuar todo igual, Tapia sería presidente hasta 2025.
La trama Alberto-Tinelli se jugó a pleno. Tinelli se hartó del doble comando y buscó apoyo en el poder político sabiendo que en Balcarce 50 había cuitas con Tapia. Por un lado, la negociación del regreso del fútbol en tiempos de pandemia no cayó bien en Casa de Gobierno. Como muestra, en una de las reuniones sentaron en la mesa a Macarena Sánchez, jugadora de San Lorenzo y directora del Instituto Nacional de Juventud, quién tuvo un cruce muy fuerte con AFA. Pero ese sería un dato anecdótico. El fondo tiene que ver con la TV.
En 2021, año de elecciones de medio término, con una economía lastimada por la pandemia y años de recesión, desde Casa Rosada pensaron en mucho fútbol gratuito por TV abierta. Un nuevo Fútbol para Todos sin ese nombre. Cuando el jefe de Gabinete Santiago Cafiero habló de cuatro partidos gratuitos en la Copa de la Liga Profesional puso en apuros a Tapia. La negociación entre los interlocutores del gobierno y las empresas dueñas de los derechos fue infructuosa. Matías Lammens y Santiago Carreras fracasaron en su propósito. Si el gobierno quería cuatro encuentros gratuitos para el primer semestre y ocho para el segundo de 2021, la realidad fue que Disney sólo entregó dos encuentros en forma abierta. TNT, ninguno. En Casa de Gobierno estallaron de bronca contra Tapia, a quien responsabilizan de no haber presionado a Disney y TNT.
Tinelli atacó a fondo. El 18 de marzo de 2021, el Club Atlético Nueva Chicago presentó ante la Inspección General de Justicia (IGJ) un pedido de impugnación sobre la reelección que reeligió a Claudio Tapia y motivó la conformación de un nuevo Comité Ejecutivo. En el cuerpo del pedido se argumentó que la asamblea del 19 de mayo de 2020 se encuentra viciada legalmente de numerosas causas, pidiendo que se llame nuevamente a elecciones. Nueva Chicago tuvo como hombre fuerte a Daniel Ferreiro. Puntal de Ascenso Unido y ex-vocero de Claudio Tapia hasta que una feroz pelea lo convirtió en enemigo declarado. Ferreiro es un hombre cercano a Matías Lammens. Lo que parecía un punto de inflexión para Tapia se diluyó el 6 de octubre pasado, cuando la Inspección General de Justicia avaló el proceso de elección presidencial que se realizó en la AFA el 19 de abril de 2020. Claudio Tapia asumió, formalmente, el nuevo mandaro hasta el 2025.
Avalado su mandato por la justicia, Tapia se cobró revancha: en la navidad de 2021, los representantes de Aldosivi de Mar del Plata, Lanús, Argentinos Juniors, Independiente, Gimnasia La Plata, Estudiantes de La Plata, Godoy Cruz de Mendoza, Rosario Central, Huracán, Defensa y Justicia, Arsenal, Colón de Santa Fe, Platense, Sarmiento y Central Córdoba de Santiago del Estero firmaron la nota en la que solicitaron una reunión extraordinaria pidiendo la remoción del titular de la Liga Profesional de fútbol. Tinelli denunció un intento de “desestabilización institucional” por parte de algunos dirigentes de clubes y dejó abierta la posibilidad de llamar a elecciones “en caso de que la institución lo considere necesario“.
Pero la historia tuvo una nueva vuelta de tuerca. Cuando parecía que Tinelli tendría que dejar su cargo, consiguió el aval suficiente para seguir al frente de la Liga hasta las elecciones, pautadas el 31 de marzo pasado. Pero el 21 de marzo, la Justicia dio lugar a la medida cautelar presentada por Marcelo Tinelli y frenó las elecciones. Uno de los apuntados por Tinelli fue Hernán Arboleya, dirigente de Lanús: en el anterior mandato fue vicepresidente y ahora es vocal suplente. “El Reglamento General de la LPF no permite que miembros no titulares de una Comisión Directiva de un Club formen parte de la Mesa Directiva de la Liga Profesional“, detalló Tinelli en un escrito presentado a los clubes.
El colofón de este paso de vodevil lo dio, nuevamente la justicia. El 7 de abril, la Sala B de la Cámara Civil resolvió este miércoles intervino la Liga Profesional de Fútbol (LPF) y resolvió que el presidente de la AFA, Claudio Tapia, convoque a elecciones en un plazo de 90 días. Ante esa situación, lo más probable es qué la Liga Profesional sea disuelta y AFA vuelva a asumir la organización de la Primera División.
A las derrotas dentro del seno de AFA se sumó la compleja situación interna en San Lorenzo que motivó su renuncia a la presidencia. ¿Cómo continuará la historia de Tinelli dentro del fútbol? ¿Habrá una nueva oportunidad? En tiempos en los cuales hasta sus espectáculos televisivos no son seguidos por el público masivo, tal vez haya llegado el cambio de época para un hombre exitoso, pero que nunca pudo cumplir su ambición de presidir el fútbol argentino.
(*) Periodista y escritor. Autor de Héroes de Tiento y Héroes en tiempos infames (Ediciones Fabro). Conductor de Abrí la Cancha.
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