Jorge Luis Reyes, ex combatiente de Malvinas que en 1982 fue Teniente de la Fuerza Aérea, dialogó con Radio Gráfica sobre su función dentro de la Artillería Antiaérea, la cual se destacó en la protección del aeropuerto de Puerto Argentino.
Lucas Molinari: ¿Qué sensaciones tenés en estos 40 años y sobre todo en estos días estando tan cerca del 2 de Abril?
Jorge Luis Reyes: Para un veterano de guerra, Malvinas te hace un impacto genético. No hay un solo día que, en determinado momento, no te acuerdes de algo. No solo para las fechas de Malvinas, del 2 de Abril en adelante. Todos los días de tu vida te vas acordar en algún momento. Cuando te levantas, cuando te estás afeitando, cuando pasa un colectivo, cuando te tomas el subte, cuando te encontras con un hijo tuyo, se te dispara un recuerdo de Malvinas.
Por eso para todos nosotros, los veteranos, sobre todo en estas fechas que se acercan y más ahora que son los 40 años, son de profundo impacto emocional.
LM: Aquel 2 de abril. ¿Qué recuerdo tenés de lo que fue la recuperación de Malvinas por parte Argentina?
JLR: El 2 de Abril yo estaba destinado a la Base Aérea Militar de Mar del Plata, que es el asiento de la artillería antiaérea de la Fuerza Aérea. La fuerza aérea tiene como misión poder defender sus propios aeródromos y por eso tiene sus propios cañones antiaéreos.
Yo era soltero, vivía en el Casino de Oficiales, y sentía un revuelo. Cuando me levanté, había gente que estaba llegando al comedor para desayunar. Le pregunté a un soldado y me dijo “recuperamos las Malvinas”. Me vestí, corrí y salí al comedor. No se hablaba de otra cosa que lo que había sido la recuperación de las Malvinas.
LM: Sí tendrías que describir esa escena en Mar del Plata, Fuerza Aérea, ¿todos se sorprendieron de alguna manera?
JLR: Todos. Fue una operación que se hizo en total secreto. Y ninguno de nosotros tenía idea de lo que estaba pasando, mucho menos de lo que podía llegar a pasar. Lo que te explotaba es como nosotros tenemos un sentimiento profundo de Malvinas forjado desde la escuela, de nuestras familias y en general está en el pueblo argentino ese sentimiento, tomar conciencia que habíamos recuperado la posesión de las Malvinas era una algarabía total.
LM: Había entusiasmo
JLR: Un entusiasmo bárbaro. Pero no solo nosotros. Me tocó salir a hacer unas dirigencias porque teníamos que embarcar y una de las comunicaciones que nos había llegado de la gente que ya estaba en Malvinas es que no había agua potable. Entonces decidimos llevar agua potable, entonces me fui con un jeep al supermercado a buscar. Hablé con el dueño del supermercado que, por supuesto, me dijo “llévese toda el agua que necesite”. Cargué el agua mineral y me la llevé, pero todo el mundo, en la calle y lo que viví en el supermercado, la gente con la que trataba y demás, era de un total entusiasmo.
Juan Natalizio: En 1982 eras Teniente de la Fuerza Aérea argentina. Ahí Jorge, ¿cómo fue el momento en que le dicen que tienen que ir a Malvinas? ¿Cómo estaba conformado tu grupo?
JLR: La directiva fue que teníamos que preparar los equipos para el caso que nos llamen a desplegar a las distintas unidades, porque había que proteger todos los aeródromos del sur agentino, que era de dónde operan nuestros aviones.
Teníamos bastante aceitado el mecanismo y el ejercicio porque a raíz del conflicto con Chile, hacíamos ejercicios constantes todos los años. Eran operativos, donde toda la Fuerza Aérea se dividía en dos. Una en el norte y otra en el sur, e interactuamos. Uno se iba a defender aeródromos, eran ejercicios operativos muy sincronizados, pero que nos permitía tener esa agilidad para los desplazamientos, para lo que era ponerse en marcha.
Habíamos tenido ya ese antecedente. Con lo cual, estaba todo diagramado y ejercitado. A nosotros no nos costó mucho ejecutar nuestro rol de combate de preparativo para desplegar.
Y de la toma me acuerdo que fue un viernes 2 de Abril. El domingo llegó el mensaje que distribuía cómo se iban a proteger los distintos aeródromos y las distintas baterías. Ahí le asignaron a la tercera batería, la mía, la misión de la defensa del aeropuerto de Puerto Argentino.
Así que a partir de ahí ya sabíamos a dónde íbamos. Por supuesto, era mucho más emocionante saber que justo a mi me tocó ir en una batería que iba a pisar Malvinas. Pero ya uno está enfocado en la parte técnica y que no se te olvide nada.
JN: Jorge, ¿qué es una batería antiaérea?
JLR: Es un equipo antiaéreo. En el caso particular mío, era una batería de 35 milímetros que estaba compuesta por una central de tiro, que es un chasis, donde hay un radar y una computadora que detecta la incursión de los aviones enemigos. Toda esa información va a una computadora. Hoy los aviones llegan al ataque a 900 kilómetros por hora. Para tener una idea esos aviones quedan expuestos a que vos puedas hacer un tiro efectivo entre 5 y 7 segundos. Más tiempo no tenés de verlo. Verlo visualmente es bastante comprometido. La ayuda básica es tecnológica. A través de la computación.
LM: Y un laburo en equipo muy afilado
JLR: Si, porque hay dos cañones de 35 milímetros que son bitubo de disparo rápido. Disparaba 2.200 disparos por minutos. Es una cantidad considerable. Cada proyectil tiene 500 gramos de hierro y 200 gramos de explosivos. Quiere decir que vos estás poniendo una tonelada de hierro en un minuto en el aire, dirigido por una computadora a un punto. Esa es la tecnología que había en ese momento y que sigue siendo bastante actual. Es bastante moderna.
LM: Hay algo que se comenta de la guerra que tiene que ver con que la fuerza aérea argentina tiene que seguir los aviones, tenían que seguirlos desde continente. No desde la isla porque no se había logrado ampliar. Este fue un tema de estrategia complicado porque determinó el accionar de todas las fuerzas aéreas durante todo el conflicto.
JLR: La pista de Puerto Argentino tiene 900 metros. Es corta. Entonces se había planificado hacer una ampliación para que pudieran aterrizar aviones a reacción y operar desde Malvinas. Para eso, hay unas placas de aluminio que se ensamblan. El grupo de construcciones había empezado a pisar el terreno para alargar una de las cabeceras. Tampoco era que había mucho espacio, pero alargarla 300 metros más hubiese permitido la operación de los aviones A4, por ejemplo, cazabombarderos, desde Malvinas.
Esto hubiese empujado a la flota (Royal Navy) mucho más allá. Mucho más lejos de las 200 millas que siempre se instalaban. Con lo cual también le hubiese sido mucho más difícil todas las operaciones aéreas que hicieron y las de desembarco.
Al no poder alargar la pista, porque hubo un accidente en uno de los buques que tenían que traer las planchas y esas planchas nunca llegaron, quedamos condicionados con una pista corta y a que los aviones cazabombarderos argentinos tuvieran que operar desde el continente.
LM: Es decir que el comando superior busco desarrollar esa pista y que se amplíe.
JLR: Sí, se buscó.
LM: Porque lo que se hablaba, sobre todo en el informe Rattenbach, también da cuenta de un comando superior que en abril había definido la recuperación, pero esto de ir a la guerra entraba en contradicción. Porque no es que pusieron todo para pelear.
JLR: Claro. Es más. Hoy hablábamos de cuando vino el mensaje que nosotros nos preparamos para ir y demás, el comentario general era que íbamos a estar una semana y se iba a negociar como que estuvieran las tres banderas y volvíamos.
LM: Los gringos lo llaman touch and go.
JLR: Una semana o diez días y volvíamos. Me acuerdo que dentro de ese rol de preparativos a mi me tocaba preparar la munición que íbamos a llevar. Es distinto si llevas dos cajas de fuegos artificiales para hacer presencia o te preparas para ir a la guerra. Entonces el Mayor Maiorano me dijo “mire Reyes, para mi esto es un conflicto que los ingleses no van a dar el brazo a torcer. Preparemos para llevar la máxima capacidad que tenemos de fuego”.
Yo fui al polvorín a buscar la máxima cantidad de cartuchos que me podía llevar en el avión, en los tres vuelos que llevábamos a Malvinas. No todas las unidades a lo mejor tuvieron la misma visión. Nosotros si nos orientamos.
Lo mismo cuando llegamos a Malvinas, se armaban las carpas al costado de la pista y dijo, el jefe de escuadrón, que “escúchenme. Acá cuando lleguen los ingleses, nos van a tirar. Entonces preparemos refugios antiaéreos, empecemos a buscar como hacemos, a buscar material”.
Empezamos a buscar vigas de quebracho que encontramos en Puerto Argentino, una pala excavadora que la traíamos para trabajar y poder enterrar los equipos y hacer nuestros propios bunkers.
Nosotros armamos unos bunkers por iniciativa de nuestro Jefe de Escuadrón que no estaba dentro de la previsión. Pero era la que nos permitió salvarnos la vida. Hoy charlando con ustedes previo a esto me preguntaron cuántas bajas habíamos tenido nosotros. Nosotros tuvimos un solo herido.
Sin embargo, si vos ves el diagrama de los impactos sobre el aeropuerto van a decir ¿cómo puede ser que estos tipos hayan tenido un herido nada más y no hayan tenido muertos?. Está todo barrido, todo destruido. Pero nosotros habíamos hecho unas fortificaciones terribles.
JN: Ahí en Puerto Argentino en el aeropuerto dando protección que además a partir del 1º de Mayo empiezan los ataques. Es un lugar completamente estratégico que los ingleses buscaron permanentemente atacar. Vamos al 1º de Mayo, ¿cómo lo viviste? porque fue el bautismo de fuego de ustedes.
JLR: El 1º de Mayo, el aeropuerto de la Base Aérea Militar Malvinas era el punto estratégico más importante de las Islas. Si no estaba el aeropuerto se terminaba la guerra. Si se hubiese anulado la operación del aeropuerto, automáticamente, en el momento ese, se terminaba la guerra porque quedábamos totalmente aislados, ya estábamos con la vía marítima interdicta por los submarinos nucleares.
El único abastecimiento que siguió llegando en forma regular fue aéreo. Ahí está la proeza de los pilotos de los aviones C-130, los aviones de transporte, que no dejaron de venir durante toda la guerra.
Los tipos burlaban el bloqueo, venían a ras del agua para evitar las patrullas de los aviones Sea Harrier y llegaban con munición con equipos, se llevaban los heridos que habían. Nunca nos faltó nada en ese sentido a nosotros. Es más, en un momento, se nos rompió un equipamiento, el técnico necesitaba repararlo. Se agarró un vuelo del C-130 y al día siguiente estaba de vuelta con el respuesto desde Río Gallegos en Malvinas.
LM: Esto que cuenta Jorge es estudiado a nivel mundial, lo que hicieron los pilotos argentinos en Malvinas. Los militares de todo el mundo, me acuerdo Clostermann francés, da cuenta de esto mismo. Lo que hicieron los pilotos argentinos es increíble. Que increíble es que no se reconozca tanto en la argentina por lo menos en términos oficiales. Está invisibilizado esto.
JLR: Yo creo que el pueblo y la gente lo siente de una manera muy distinta a como lo siente los políticos o como lo siente otro nivel de gente. No hay un pueblo del país que no tenga un monumento a Malvinas, una calle, lo reconocen. Y para todos es un orgullo cada vez que hablan del desempeño en la guerra de las Fuerzas Aéreas.
La verdad hubo misiones, no me toca a mi exponerlas, pero sería muy bueno que pudieran hablar con tantos pilotos que han realizado misiones que son estudiadas en todo el mundo y que hablan de una decisión de un coraje fuera de serie.
En realidad, esa es una decisión y un coraje que es una característica del pueblo argentino. Hay muchos que tienen interés que esas características se disocien, pero es la característica que tuvo nuestro pueblo a lo largo de la historia. ¿por qué la van a perder ahora?.
JN: Vos haces hincapié en los pilotos. Pero ustedes como artilleros en Malvinas también tuvieron una actuación destacada. El 1º de Mayo hacen los primeros ataques los británicos, pero los ingleses no pudieron tocar esa pista. Vos lo adelantaste, en el rol de ustedes como artilleros contra los aviones Vulcan y los Sea Harrier.
JLR: El 1º de Mayo comienza la guerra con un ataque al aeropuerto. Viene un avión Vulcan con 20 bombas de mil libras. Lo paradójico, mi batería había estado de turno de guardia hasta las 2 de la mañana. A esa hora nos reemplazó una batería similar que pertenecía al Ejército. Pero nosotros escuchábamos las comunicaciones por radio. Nosotros apagamos, nos vamos a dormir. Pero ya se sentía en el ambiente que en cualquier momento empezaba el combate.
Lo escuchamos a las cuatro de la mañana, 4:40. Esta batería lo detecta a 14 kilómetros al avión Vulcan y pide autorización para tirar.
Esto también es un tema que hubo que rever en la guerra, el Ejército, la Fuerza Aérea y la Marina teníamos tres doctrinas distintas. Para nosotros, la Fuerza Aérea era fuego libre, cualquier avión que se acercara era considerado enemigo y lo bajábamos.
El Ejército tenía que esperar que le den la orden del tiro desde el comando que estaba en Puerto Argentino. Pedía la confirmación, y no se la daban, se demoraba. Nosotros nos dimos cuenta que era un avión inglés, cuando sentimos la reacción empezamos a sentir la detonación de las bombas. Ya fue tarde, pasó y esa batería si hubiese tirado hubiese derribado al Vulcan el mismo 1º de Mayo.
Esa fue la primera vez que ellos pudieron tocar la pista. La primera y la única. Tocaron la pista en el borde de una de las cabeceras con una de las 21 bombas. A partir de ahí, después de ese terremoto, ahí hubo heridos, muertos, en el aeropuerto, mi jefe de batería, que tenía comunicación con todos los cañones dijo “bueno, a partir de ahora todas las piezas a mi bando fuego libre. Lo que se acerca no esperamos confirmación de nada”.
Ahí estábamos todos preparados para el segundo ataque que fue a las 8 de la mañana donde vinieron nueve aviones Sea Harrier. Cinco a destruir la pista y cuatro a destruir piezas de artillería. Ahí fue un intercambio de disparos total porque ya estábamos todos alertados. Tiraban todas las piezas. A partir de ahí, los mismos ingleses que recibieron el golpe, empezaron a atacar ya con más distancia. Tomaron otras seguridad para sus ataques porque ya estaba toda activada la defensa del aeropuerto.
JN: ¿Derribaron algún avión ese día?
JLR: Ese día hubo dos aviones derribados.
JN: Que no están reconocidos al día de hoy por los británicos o ¿ya los reconocieron?
JLR: En total con el número de los derribos y en general con los números de la guerra siempre hay un poco de ocultamiento. Cada uno va manejando la información, la información de Malvinas se delega y se revela en 90 años.
LM: Ellos pusieron secreto de estado por 90 años. Y aparte en la guerra los medios mienten. Siempre se pone el eje en la Argentina que decían vamos ganando. Vean ahora lo que está pasando en Ucrania, lo que dicen los medios yankis, ingleses, los que dicen los medios rusos. Es parte de una guerra informativa. ¿Cuántos muertos hay rusos? ¿Cuántos muertos hay ucrainianos?. Es un juego de informaciones que es parte de la guerra. Para no mirarlo con ingenuidad.
JLR: Yo te puedo decir lo que vi. Lo que vi es automáticamente un cambio de actitud en los ataques. Eran con otras medidas de seguridad, otras distancias. A mi me ha pasado de tener apuntado y nosotros teníamos una distancia de tiro de 4.000 metros, pero yo sabía que el piloto habíamos armado los peines que, cada cuatro municiones explosivas que armábamos en la cadena de tiro, uno era de fósforo, para que esa munición sea trazante. Tan alta es la velocidad de tiro 2.200 disparos por minuto que el piloto no lo ve uno por uno, ve que le prenden una linterna y lo están iluminando porque es tan rápido que esos puntos se hacen como un haz de luz.
Eso lo usábamos a favor nuestro porque si bien nosotros teníamos que derribar el avión, lo otro era que él no estuviera tranquilo para apuntar y no tirar a la pista. Donde el tipo titubeaba o dudaba no le pegaba a la pista.
Así fue que ese día, por ejemplo, yo le empecé a tirar estando el avión a seis kilómetros. Mis disparos no llegaban, pero yo sabía que el tipo no veía. El tipo tiró las bombas en el mar, pegó la vuelta y se volvió al portaaviones. No atacó y esa es parte de tu misión de proteger el aeropuerto.
JN: Ahí eso que estás contando es algo en tu libro. A mi la parte que me sorprende es la cantidad de veces que los ingleses intentaron atacar. Un momento leyendo tu libro no paraban de intentar y ustedes no paraban de sacarlos del lugar, para no utilizar otro término. Pero la cantidad de ataques que se producían de aviones y la respuesta constante de ustedes.
JLR: Para los ingleses era de vital importancia anular el aeropuerto, porque ellos anulando el aeropuerto, se aseguraban que no había más abastecimiento y tenías diez mil tipos aislados en una isla. Entonces se terminaba la guerra. No tenias capacidad de mantener el esfuerzo.
Por eso, permanentemente ellos estaban viendo qué tipo de reacción había, para evaluar por dónde tenían más seguridad para entrar, por dónde podían entrar y lograr sus objetivos. Por eso también te digo que lo que quería enlazar con la pregunta anterior de las bajas. Más allá de la información que se pueda develar, yo puedo decir lo que vi. El día 18 de Mayo empezaron a llegar aviones con otra pintura, de camuflaje, distinta a las que había antes, que eran de la Royal Navy. Empezaron a ver aviones de la Fuerza Aérea Inglesa con pilotos mucho más entrenados para el ataque en vuelo rasante. Me daba cuenta de los movimientos que había que sucedían todos los días.
JN: Se tuvieron que reforzar
LM: En tu libro hay una parte que no quiero leer porque quiero que la cuentes vos. 25 de Mayo. Dia patrio ¿que recuerdo tenes?
JLR: Era más que un 25 de Mayo y estando en guerra estábamos sensibilizados. Sabíamos que los ingleses iban a tratar de arruinarnos el día patrio y atacarnos.
LM: Vos decis que los ingleses nos iban a querer dar una paliza para desmoralizarnos
JLR: Tal cual. Para nosotros todo era celeste y blanco ese día. Desde el mantener las costumbres y yo ahora viéndolo en retrospectiva el profundo orgullo que teníamos cada uno de los días. Sobre todo ese día 25 de Mayo en los saludos con los soldados. Era algo que te embargaba. Teníamos conciencia de que estábamos viviendo un momento histórico.
LM: Hay una frase de san martín que decía “los argentinos no somos empanadas que se comen sin más trabajo que el abrir la boca”. Es esto. Una estrategia mala, que después en el informe Rattenbach se investigó, si había sido a propósito, si había sido por unos inútiles los comandos superiores. Hay algunos que se destacaron, heroísmos en el campo de batalla hay que reconocerlos. ¿Es así?
JLR: Yo leí el informe Rattenbach y me pareció perfecto. Rattenbach termina en un determinado momento que él juzga a la cúpula superior, pero dice y aconseja cómo hay que seguir hasta los escalones inferiores. O sea, es como que quedaba inconcluso porque materialmente él no podía abarcar más, pero eso debería haberse seguido en profundidad para desligar cada una de las responsabilidades de los que nos tocó operar en Malvinas.
Eso hubiese sido no solo esclarecedor. Muy nutritivo para la experiencia nuestra y para el desarrollo de nuestras propias capacidades.
LM: Contrario lo que hubo es una desmalvinización ¿por qué ocurrió?¿Cuál es tu balance después de 40 años?.
JLR: Durante el gobierno militar cuando llegamos, por supuesto, empezó una debacle política que terminó con la entrega del gobierno. A nosotros prácticamente nos ignoraron. Yo me acuerdo cuando al principio los soldados mismos habían inventado un diario y lo vendían para tener unos pesos para poder vivir.
Una persona que viene de la guerra dentro de todo, yo era profesional, tenía una preparación tal para estar en guerra. Pero los conscriptos, el que estaba por ley haciendo el servicio militar no la tenía. Y no se le prestó el cuidado y la atención en la posguerra porque ese tipo no volvió de la misma forma, volvió incapaz de adaptarse a la sociedad normalmente. Si no tenía un apoyo.
Muchos los encontraron en la familia, de a poco se fueron dando con los años, pero fue una experiencia muy dolorosa ese regreso y ese primer abandono sobre todo en los soldados. Fueron los que más la sufrieron.
JN: Quiero seguir en la línea de desmalvinización que planteaba Lucas, porque vos sos Oficial de la Fuerzas Armadas argentinas. La desmalvinización paso a decir que todos ustedes eran los demonios en la guerra de Malvinas y que ustedes, vamos a decir como dice la desmalvinización, ustedes eran los que maltrataban a los soldados. ¿Qué sentís cuando lees esto?
JLR: Dentro de un grupo tan grande, que ha habido casos, y que es un grupo humano tan grande hay un incompetente, un inútil, hasta puede haber un criminal. Si, puede ser.
La generalización fue algo tendencioso. Algo como para mostrar una separación. Para nosotros el combate en la desmalvinización, esa línea directa a pegarnos a nosotros, es una línea directa para destruir nuestro país.
Entre la argentinidad y Malvinas hay una simbiosis. Es un tiro por elevación a la integridad de nuestro país. Es interés por disociar lo que fue el soldado, con el oficial, y el abuso fue notoriamente marcado.
Puedo contar una anécdota. Nosotros estábamos cambiando nuestras baterías de lugar en el medio del barro y nos habíamos encajado. Estuvimos todo un día bajo fuego y no podíamos salir. Y nuestro jefe de batería dijo “Reyes corremos todo peligro acá. Hagamos un equipo que los saque, el resto nos vamos al refugio porque nos pegan un bombazo acá y nos quedamos sin gente”.
Me puse a la cabeza y reuní a los soldados y les digo “no quiero ser yo el que les de la orden, pero necesito cuatro soldados que vengan conmigo. El que esté de voluntario venga”. Y los soldados se miraron entre ellos y me dijeron “va a tener que elegir porque sino vamos todos”. Y tenían 18 años. Entonces yo tengo que pensar que es un hombre de 18 años que te habla así con esa convicción.
Como ese ejemplo hubo muchos. Yo tengo dos amigos que son del Ejército que, en el combate final, uno cayó herido. Cuando su compañero le revisa las heridas, ve que está muy mal y el compañero herido le dijo “anda, déjame acá y salvate vos”. Y le contestó “nos quedamos los dos y nos morimos los dos”. Se quedaron los dos ahí hasta que fueron y los rescataron.
Todos los 14 de Junio, que es la fecha esta, desayunan juntos estos tipos aca. No se olvidan nunca más en su vida. Son dos soldados. Está lleno de estas historias. Por eso me encanta el programa, me encantan las 40 historias porque en la medida que escuchemos más voces de Malvinas. Nos vamos a ir dando cuenta de la potencialidad que tiene nuestro pueblo porque esto es un fruto del pueblo.
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