Por Héctor Amichetti *
Más de 3300 Sindicatos, Federaciones y Confederaciones componen la estructura del movimiento obrero organizado en Argentina.
La inmensa mayoría de estas instituciones, que agrupan a los trabajadores y trabajadoras por rama de producción y servicios, están afiliadas a la Confederación General del Trabajo.
A partir de la gran movilización del 17 de octubre de 1945 esa estructura pasó a ser protagonista de decisiones políticas fundamentales para conquistar la independencia económica y la justicia social.
Durante los reiterados períodos de resistencia que soportamos a lo largo de nuestra agitada historia, muchos sindicatos y la CGT fueron intervenidos para favorecer los intereses de la oligarquía patronal.
La principal fuerza de las organizaciones sindicales reside en el sentido de pertenencia de sus integrantes, la valoración de lo que significa la defensa de los derechos de manera colectiva y la práctica de la solidaridad que atraviesa la salud, la recreación, el deporte, la cultura y la capacitación, entre otras importantes cuestiones para cualquier familia de nuestra Patria.
Más allá de las Comisiones Directivas de los sindicatos, éstas organizaciones cuentan con más de 70.000 delegados y delegadas de base que todos los días actúan como una barrera de contención a los abusos patronales en fábricas, talleres, oficinas y cualquier otro lugar de trabajo ya sea del sector público o privado.
NUEVAMENTE EN LAS CALLES…
Una verdadera multitud de trabajadores y trabajadoras ocupados, semiocupados y desocupados, marcharon hoy por las calles de Buenos Aires encolumnados por organización sindical y portando orgullosamente las banderas que los identifica con su labor.
El movimiento obrero organizado ha vuelto a ganar las calles y una vez más comienza a temblar indignado el gorilaje antiobrero y antiperonista que durante unos meses tuvo como aliada a la maldita pandemia.
Se acabó la joda del republicanismo trucho, la clase obrera organizada, fortalecida en la experiencia de democracia social que alguna vez forjó junto a Perón y Evita y reafirmó varias décadas después con Néstor y Cristina, colgó sus banderas en los edificios, plantó sus pancartas en las avenidas y caminó el pavimento para destrozar las ilusiones del antipueblo vendepatria.
Miles y miles de corazones vibrantes con sonido de gargantas desahogadas atravesando la censura de los barbijos, volvieron hoy con ese grito de batalla que es nuestra Marcha para vivar a Perón y advertir a quienes quieran escuchar, que sepulten sus reaccionarios anhelos porque de manera indefectible, Todos Unidos Triunfaremos.
(*) Secretario general de la Federación Gráfica Bonaerense, referente de la Corriente Federal de Trabajadores
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