Juan Aiello, analista económico e investigador del Centro de Economía Política Argentina (CEPA), analizó junto a Ariel Weinman en Radio Gráfica el proyecto de Ley de Presupuesto nacional para el año 2022, que fue enviado por el ministro de Economía Martín Guzmán al Congreso Nacional la semana pasada, tras el debate interno en el Frente de Todos y la crítica de la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner a algunos aspectos de la política económica del Ejecutivo.
AW: La semana pasada, el debate fue muy intenso y apareció el tema del Presupuesto. En la carta de Cristina había una crítica severa a un aspecto de la política económica del gobierno, donde “se había ajustado el presupuesto 2021 para la asistencia a las clases populares más desfavorecidas de este país. Apareció en el debate este tema y, junto con eso, el presupuesto de lo que se viene, el proyecto de ley de Presupuesto nacional 2022.
JA: La semana pasada fue agitada, en la cual estuvo en el centro de la escena la discusión sobre lo que está pasando, la ejecución actual, el presupuesto 2021, y en el medio de esa discusión se coló la presentación del presupuesto para el año 2022. En ese sentido, la idea es charlar sobre las metas económicas que contienen ese presupuesto y, particularmente, luego nos detendremos sobre una de las metas principales que tiene que ver con el déficit. Arranquemos por otras hasta llegar a ese punto particular.
Crecimiento para el año 2022: el presupuesto presentado plantea un 4% de crecimiento. Este número si lo comparamos con el 7 u 8% de este año, suena poco. Pero acá lo importante es el tamaño de la torta. ¿A qué me refiero con esto? En el 2020, caímos un 10% en nuestra economía. Este año vamos a sumar aproximadamente 8% hasta finales de este año. La torta va a salir más chica, va a subir 2%. Ahora, si el 2022, efectivamente, crecemos al 4%, más o menos nos daría que hacia finales de este año la torta ha de haber crecido un 1.2% respecto al valor del 2020. Y me parece que resaltar ese punto es lo importante, teniendo en cuenta que de acá a los próximos 10 años, estaremos hablando de un crecimiento aproximado del 2%. Insisto con esto: lo importante es ver de qué tamaño es la torta, y de cumplirse con el crecimiento del 4% hacia finales del año 2022, la torta habrá crecido un 1,2%, más allá del año 2020. Es decir, habríamos recuperado lo que se perdió durante la pandemia y empezamos a descontarle al decrecimiento durante los años de Mauricio Macri como presidente. Que recordemos, de 4 años, 3 años hubo caída del Producto Bruto Interno (PBI) en la actividad económica. Respecto a otras variables como la inflación, el presupuesto 2022 dice que la de este año del 2021, va a ser, finalmente, del 45%, hijo de la meta del 29% inicial que luego fue reajustada al 33%. En este sentido, y ya en vistas al 2022, se plantea que el dólar va estar en 131 pesos, el oficial, hacia afines del año siguiente. Lo cual implica una devaluación del 28%, y ¡atención!, porque la inflación que prevé este nuevo presupuesto es del 33%. Es decir, en definitiva, hay dos discusiones: por un lado, es posible, teniendo en cuenta que la inflación de este año va a ser del 45%, bajarla un 12%, hacia un 33%. Es osado un 5% en un año, pero 12% parece bastante más osado en ese sentido. Parecería más bien, que esa baja funciona como una meta, como un ordenador de las políticas que le da una dirección o es lo que efectivamente tiene que pasar. Entonces, recapitulando, para el año que viene: una depreciación del tipo de cambio del 28% versus una inflación del 33%. Si lo analizamos, parecería que vamos a tener una apreciación del tipo de cambio. Tal vez esto es un poco más técnico. ¿Qué significa una apreciación? Es cuando el tipo de cambio se retrasa respecto del crecimiento de los precios internos. Lo mismo que viene sucediendo este año, que vamos a tener, como te decía, una apreciación del 12%. Si el año que viene, estamos hablando de una devaluación del 28% versus una inflación del 33%, estamos hablando de que vamos a estar en sintonía, que va haber una apreciación del tipo de cambio. ¿Esto qué significa? Por un lado, se abaratan las importaciones con un tipo de cambio real, está apreciado, significa que las importaciones se abaratan y, por otro lado, las exportaciones se hacen menos conflictivas. La pregunta es, ¿hay margen para hacer esto? Y algo de margen hay, digamos. Actualmente, estamos a un tipo de cambio real similar al de diciembre del 2017, es decir, estamos más devaluados que hacia finales del año 2015, cuando (Alfonso) Prat-Gay hizo la devaluación de principios de 2016. Y en ese sentido, a los exportadores o a los que no les da por tipo de cambio, los reciben por pesos. Recordemos que los commodities, o sea, las exportaciones de la Argentina en el mercado internacional va hacia el alza, pero siempre van a aparecer las voces devaluacionistas. Eso es un eje para tener en cuenta. Y finalmente, acá nos podemos detener un poco más, que es la discusión que planteabas al principio: la meta del déficit para el año próximo. Recordemos, en primer lugar, que estamos hablando del déficit primario, es decir, es el déficit antes del pago de intereses sobre la deuda. ¿Qué dice el presupuesto 2022? “Que ese déficit va a ser del 3,3% del PBI”. Y repasemos la discusión públicamente, como vos antes planteabas: el presupuesto 2021 preveía un déficit del 4,5% del PBI, pero el PBI creció en el medio. Ese déficit que estaba presupuestado, terminó siendo del 4% porque creció la economía. Si vos tenías presupuestado que ibas a destinar x cantidad, al crecerte la economía, se redujo automáticamente. Hay una discusión pública y hacia dentro del Frente de Todos, justamente, por esa sub-ejecución del presupuesto de este año, del 2021. ¿Qué es lo que plantea Cristina en su Carta? Dice, “vos presupuestaste” -pasándolo en limpio, tratando de sintetizarlo y bajarlo lo más posible-, lo que ella está diciendo al Frente de Todos, “es que nosotros presupuestamos que el déficit iba a ser del 4,5% del PBI para el 2021, ok, el PBI creció, no importa, hacélo igual. Expandí el gasto en aras de sostener ese 4,5% que vos primariamente habías presupuestado”. Lo que te está diciendo Cristina, te está dando más margen para ganar un poco más. Porque, en definitiva, lo único que vas a estar haciendo es cumplir con tu meta presupuestada. Esa es la discusión de fondo que hay. Con lo cual, y quiero volver al principio cuando estábamos hablando del déficit, este 3,3% sobre el PBI para el año que viene parecería que probablemente sea un sostenimiento de lo que vaya a pasar este año, teniendo en cuenta esta sub-ejecución que se está poniendo en tela de juicio. Si bien falta para que este año termine, parecía que ese 3,3% que se está presupuestando para el año que viene sea la continuidad de lo que termine sucediendo este año.
AW: Muy clara la exposición. Y el tema que queda para adelante, el interrogante, parafraseando a Cristina, no hay duda que hay expansión del PBI, que está proyectado así para el 2022. Ahora, esto se lo va a llevar “3 o 4 vivos”. Es decir, hay crecimiento, expansión productiva, ¿esto va a achicar las brechas de desigualdad, en cuanto a distribución de la renta, distribución de la riqueza o no?
JA: En definitiva, lo que estás poniendo en cuestión es eso: la distribución funcional del ingreso. ¿Cómo se reparte la torta? Hablando lo más en el llano posible, ¿cómo se va a repartir la riqueza que se genere este año y el año siguiente? Esa es la discusión de fondo. Si se va a repartir entre el mundo del trabajo, ¿Quién se va a apropiar del crecimiento de la Argentina?
AW: Además, que hace falta mucha voluntad política para tomar medidas desde el Estado y me parece que no se están tomando. No puedo adivinar por qué, no estoy ahí, pero sí falta por parte del Estado tomar algunas medidas.
JA: Te dejo un dato para cerrar con una interrogante al que vos mismo planteabas. Otro dato del presupuesto es que el salario real va a crecer un 4%. El objetivo es ese. Si crece va haber un aumento del consumo y ese consumo va a hacer el que va a empujar, en parte, al crecimiento del 4%. Ahora, el interrogante, como ya sabemos, siempre que crece el consumo en la Argentina se necesitan más dólares, y ahí es donde chocamos nuevamente con la restricción externa. Uno de los problemas estructurales de nuestro país. Eso también es una de las interrogantes hacia el futuro: ¿van a estar los dólares que garanticen este crecimiento para el año 2022? Lo veremos más adelante.
AW: Agrego una complejidad más. No estamos en 1973, cuando había prácticamente pleno empleo y entre ese primer año de gobierno peronista, con Héctor Cámpora, luego Perón y ese ministro de Economía, José Ber Gelbard, hay una recuperación del salario real del 10% en un año. Y esto se puede ver en las estadísticas del INDEC. No estamos en ese tiempo donde todos los trabajadores y trabajadoras estaban asalariados, sino que ahora esos asalariados son una minoría importante dentro de los 23 o 24 millones que constituimos la Población Económicamente Activa. Así que atentos cuando hablamos de salario, hablamos de quienes están bajo la relación asalariada, ¿pero qué pasa con los compañeros y compañeras que están en la informalidad, la precarización y la flexibilización laboral, sobre todo, los que han tenido que inventarse un trabajo resultado de las lógicas que tiene este capitalismo en este tramo histórico? Gracias Juan.
- Entrevista realizada en Panorama Federal (lunes a viernes de 7 a 8, por Radio Gráfica)
- Redacción Lucia Izaguirre
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