La pasión disfrazada de marketing. Camisetas y accesorios a precios internacionales. Ser hincha y comprar el kit de la pasión es inaccesible para la mayoría de los argentinos. El escritor platense Rafael Ton reflexionó sobre un nuevo paradigma: hinchas felices porque los productos de su club son los mas caros del mercado.
La camiseta de algunos clubes superan los 6.000 pesos cuando un salario mínimo es de 16.000 pesos. El precio de la pasión. Rafael Ton analizó: “Distorsionaron valor con precio. Pareciera ser qué, cuando más caro parece que tiene más valor, cuando no es así. En Argentina el fútbol trasciende los precios. Pero quieren generar una obligación de los hinchas con el mercado por la cual es obligatorio comprar la última ropa. Muy pocos hinchas se dan cuenta del compromiso social que tiene el club como entidad. Y eso no tiene un valor de mercado“.
“Los 90s generaron un cambio profundo en el paradigma de los hinchas”; señaló Ton, quién analizó: “A las camisetas se le dieron otra dimensión a través de la publicidad. Eran los tiempos en los cuales un conglomerado de yuppies de TyC Sports decían que los clubes argentinos debían parecerse a los clubes europeos. Nosotros nutrimos a los clubes europeos con los mejores jugadores y nosotros somos los de abajo y ellos los de arriba porque tienen la plata. Algo parecido sucede con las camisetas: la camiseta oficial para el que tiene plata y el que no tiene dinero queda afuera. Es una concepción ideológica y filosófica. Por eso terminamos con hinchas felices porque tal empresa textil la confecciona”.
Nosotros nutrimos a los clubes europeos con los mejores jugadores y nosotros somos los de abajo y ellos los de arriba porque tienen la plata. Algo parecido sucede con las camisetas: la camiseta oficial para el que tiene plata y el que no tiene dinero queda afuera. Es una concepción ideológica y filosófica. Por eso terminamos con hinchas felices porque tal empresa textil la confecciona
¿Se le puede poner precio a la pasión? Hinchas fanatizados por sus clubes y una cantidad inmensa de productos que hacen que el fútbol pase por allí. El modelo europeo de negocios. Rafael Ton expresó: “Se puede hacer un paralelismo con el cine. Gente que no vio la Guerra de las Galaxias pero que tiene tal muñeco. Lo mismo pasa con el fútbol. Hay gente que tiene la toalla o el vaso de tal club pero no ayuda a la institución. ¿Que le importa a ese hincha que le pongan otro color a la camiseta si todo son productos?“.
“Hay clubes que representaron un cierto sector social con cierto arraigo popular. Se les decía amargo. En los 90s se comienza a mezclar la cuestión y comienza a tallar el resultadismo. En algún momento, reírse de la muerte de la madre de un jugador o dando agua podrida a un rival pasó a ser una anécdota divertida. También comenzó a tallar el triunfalismo: el subcampeón no valía. Ahí comenzó a cambiar todo. Muchos clubes comenzaron a perder identidad en las tribunas y en el campo de juego. El canto que nació en los 90s: no existís. Ese fue el límite simbólico. El otro no tenía que estar y hoy no podemos convivir en una cancha. Yo no creo que todo tiempo pasado fue mejor. En lugar de tratar de no achicar la hermosa fiesta popular del fútbol argentino y educar, se cortó por lo peor. Se comenzó a prohibir a los hinchas. Eso enturbió la identidad del fútbol argentino y logró que el fútbol sea elitista y fanatizado por la televisión y las redes sociales“.
- Entrevista realizada por Carlos Aira en Abrí la cancha (Lunes a viernes, de 20 a 21hs. Domingos, de 23 a 00hs)
- Desgrabación realizada por Nehuén Ríos.
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