Raúl Aragón, titular de la Consultora Raúl Aragón & Asociados, dialogó con Radio Gráfica sobre la encuesta realizada, recientemente, donde se midió el grado de aprobación del gobierno de Alberto Fernández: alrededor del 80% de los encuestados aprueban la gestión del mandatario.
Entrevistado por Gabriel Fernández en La Señal, el consultor manifestó que el crecimiento de la figura del presidente se generó por su posición firme y la toma de medidas frente a la pandemia. Y señaló como un error comunicacional el tema de las cárceles, lo que generó desaprobación de la sociedad. Además, se refirió a la imagen de la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, que mantiene sólido su núcleo duro de votantes.
-Veo que las conclusiones son contundentes, ¿hay una creciente de la imagen positiva del presidente Alberto Fernández?
-Una cosa es medir la calificación de la gestión de la crisis del Covid-19, donde ha bajado un poco respecto a la semana pasada, otra cosa es la calificación de la gestión, en general, donde también ha bajado 5 o 6 puntos, y otra cosa es su imagen personal. Son tres dimensiones distintas, en las tres bajó entre 5 y 7 puntos. Pero el acuerdo con la prolongación de esta tercera etapa de la cuarentena se mantiene igual, muy alto. Primera conclusión, la caída de imagen leve- creo que transitoria del presidente Alberto Fernández- no se debe a la prolongación de la cuarentena, hay otra variable explicativa que no es esa.
-¿Cuál es la variable?
-Bueno, el rechazo del 82% de la población del total país -esta es una muestra de 3 mil casos total país- a la presunta excarcelación de presos en distintas condiciones de cumplimiento de sus respectivas sentencias. Eso es muy claro. Los motines carcelarios y la liberación de algunos presos, lo puso en una situación donde debería haber continuado con una definición más clara y contundente: “Sí, estoy de acuerdo” o “No, no estoy de acuerdo”. En medio de una crisis no hay espacio para la posición del medio, es sí o no, no hay término medio. Porque hay otro dato y es que, el artículo 109 de la Constitución Nacional dice que el poder ejecutivo no juzga, no judicializa, no puede perdonar, no puede excarcelar, no puede reactivar causas que ya están sobreseídas. Está absolutamente impedido de tener ninguna clase de uso sobre el poder judicial, acá hubo un error de comunicación serio y sobre todo en sus asesores.
El gran crecimiento de la adhesión a Alberto Fernández, desde que se declaró la pandemia, se debe justamente a eso, a que él tomó las riendas, tuvo una posición muy firme contra viento y marea, paralizó la economía, instaló la cuarentena, tomó medidas paliativas para los sectores de menores recursos, apretó a los bancos, que no quisieron acompañar el esfuerzo que estamos haciendo todos y entonces lanzó una línea de créditos directos del Banco Central. Una serie de medidas muy claras, contundentes y muy definidas.
-¿Hubo una expectativa mayor del gobierno con respecto a lo que los espacios mediáticos concentrados podían ofrecer comunicacionalmente? ¿Un intento de buen trato, cuando en realidad hay un destrato desde las grandes empresas comunicacionales?
-Yo creo que sí. Lo que ocurre, también, es que esta gestión es absolutamente respetuosa de la libertad de prensa. Es decir, la pauta publicitaria se reparte equitativamente, nadie se ha quejado del reparto de la pauta publicitaria y esto es un dato. Entonces, no presiona como ciertos gobiernos con la pauta, justamente con la distribución del dinero que va algunos medios que son totalmente opositores, no todos, que incluso van con tergiversaciones absurdas, polarizando donde no hay polarización. Por ejemplo, un joven periodista- hijo de otro periodista muy famoso- que día tras día plantea que tenemos que elegir entre la seguridad de las víctimas o la libertad de los presos y esto no es así. Yo estoy totalmente de acuerdo en garantizar la seguridad de las víctimas y de sus familiares, y además el cumplimiento estricto de las condenas que cada delincuente haya recibido, según lo interprete la autoridad de ejecución penal. Pero por otro lado, también, con la misma fuerza hay que garantizar, no solamente la salud de los presos, sino la vida de los presos porque no pierden sus derechos. Un delincuente no pierde el derecho a la vida, ni a la salud, está condenado y pierde el derecho a la libertad y otros derechos más, pero no el de la vida. Lo que el gobierno tendría que hacer es descomprimir las poblaciones carcelarias, no mediante excarcelaciones, porque hay un rechazo generalizado, sino con traslados pequeños a uno y otro espacio donde se pueda hacer. Vamos a redondearlo: hay 12 mil 500 presos en el sistema penitenciario federal. La superpoblación es de un 30%, o sea sería más o menos 3 mil presos que están superpoblando. Esos presos tendrían que ser trasladados a distintas dependencias que están bajo la órbita del gobierno federal -del Gobierno de la Nación- como Campo de Mayo, dependencias de gendarmería, de Prefectura, en fin, hay una infinidad de lugares donde se podrían trasladar. No es una operación tan difícil de hacer.
-Al comienzo de la charla, dijo que hicieron una medición sobre la gestión y la acción de en derredor de la pandemia. Y debe ser muy difícil, en un período como éste, interrogar a la opinión pública sobre como calibra la gestión general del gobierno nacional y cómo calibra a la asistencia vinculada con la salud, porque aparecen entrelazadas. ¿Qué respuesta encontró de la gente?
– Nosotros preguntamos, primero, ¿cuál es su opinión sobre la gestión que el presidente Alberto Fernández está llevando respecto de la pandemia del coronavirus?, la segunda pregunta fue más allá de cómo haya opinado de la gestión de la crisis, ¿cómo califica usted la totalidad de la gestión desde que asumió hasta ahora, incluyendo todos los otros aspectos del gobierno?. Ahí se diferencia claramente, incluso los números dan distinto. Es decir, la gestión de la pandemia tiene alrededor del 80% de la población y la gestión -en general- tiene alrededor del 67% de aprobación, es decir es menor. Y después otra pregunta. Más allá de eso, ¿cuál es su opinión personal sobre la persona que es presidente? y ahí, Alberto Fernández recupera lo de la gestión general que es como 5 o 6 puntos. Califica un poco mejor como persona, tiene más credibilidad como persona que la gestión en sí y esto es porque, hay algún sector de la población que detecta algún error o alguna inconsistencia frente a la gestión, pero no alcanza para descalificar al presidente, son cosas totalmente distintas.
-Esto puede perfilar una salida eventual de la cuarentena a futuro con muchos desafíos económicos. Supongo que también se debe traslucir en el trabajo que han realizado, necesidades laborales y económicas de importancia de la población, ¿es así?
-Las preguntas que hicimos fue, primero, ¿cómo cree usted que será la economía del país después de la cuarentena?, en ese caso la respuesta fue, mala 67,6% y muy mala 22,4%. Hay 89% de expectativa negativa sobre la economía del país después de la cuarentena. Y respecto sobre la economía personal, ¿cómo cree usted que será su economía personal después de la cuarentena?, la expectativa negativa cae a 71,8%, cae casi 20 puntos. ¿Qué quiere decir esto?- porque las dos expectativas negativas, igual, son altísimas- quiere decir que hay una comprensión de la complejidad de la situación y hay un margen de tolerancia a futuro para un período de dificultades económicas y personales. Eso es muy importante y muy útil a la hora de gobernar, que la población tenga comprensión de las dificultades y paciencia frente a esas dificultades. Tampoco se le puede exigir milagros al gobierno, todo tiene su límite.
– El otro punto que observo es que analizaron la imagen de Cristina Fernández de Kirchner.
-No ha caído, ella siempre midió lo que registramos. Quizás en algún momento midió unos 5 o 6 puntos más, pero de una manera muy transitoria. Cristina tiene un registro positivo y una intención de voto, en cualquier escenario, entre 30 y 35 puntos, eso es así siempre. Es su electorado. Un electorado que la respeta, la quiere y la sigue. Eso es el Kirchnerismo, eso es de ella. A uno puede gustarle o no, estoy hablando sobre la intención que ella tiene en la sociedad, esto no hay variado. Nunca menos de 30, nunca más de 35 o de 37. Más allá de que a uno le guste o no su gestión, es innegable que hay un sector del electorado de la sociedad argentina que fue objetivamente beneficiado con su gestión, después se puede discutir el método que utilizó para beneficiar a ese segmento. Si es un buen método o no, si nos dejó endeudados o no, si las tarifas eran insostenibles, si las jubilaciones masivas a los que no tenían suficientes aportes estuvieron mal o bien. Toda esa es otra discusión. Y hay algo más, reconoció la existencia de sectores invisibilizados hasta ese momento, eso es muy importante. Yo fui crítico de la gestión de Cristina Kirchner, pero tengo que reconocer que eso lo hizo bien. Es indudablemente un referente muy fuerte de la política nacional.
-Tomando en cuenta estos datos del oficialismo, tanto de Alberto como de Cristina, que podemos evaluar, positivos ¿ Hay alguna figura opositora que emerja con vigor?
– Que emerja sí, pero no sé si con vigor. Hay una que surge, tímidamente, y hay alguna que se va desgastando como la figura de Mauricio Macri. Y si, fue un gobernante débil, titubeante, que permitió todo lo que ya sabemos, estos son datos del Banco Central. Cuando Cristina dejó la presidencia en el 2015, la deuda total era casi 50% del PBI. La deuda en dólares era el 38% de un PBI, y cuando se fue Macri en diciembre del 2019, la deuda total era del 92% del PBI y la deuda en dólares era casi el 60% de un PBI. Más allá de cualquier cosa que quieran decir, el gobierno de Macri endeudó descomunalmente al país. Y a la vez, uno mira la página del Banco Central, la página de balance cambiario y se fija formación de activos externos, que son los dólares o las divisas que salen del sistema, que se retiran del banco y no aparece en ningún otro banco. La última vez que me fijé había 97 mil millones de dólares que se fugaron durante los 4 años de Macri, para que tengamos una idea que al Fondo Monetario le pedimos 47, o sea la mitad de lo que se fugó. Por otro lado, el desastre que hicieron con el Fondo de Garantía de Sustentabilidad que era de 60 mil millones de dólares cuando se fue Cristina y quedaron 22 mil millones de dólares cuando asume Alberto Fernández. La inmoralidad de la gestión Macri es algo que está fuera de discusión, por eso es una figura que se está desgastando. Está surgiendo desde un discurso muy extremo José Luis Espert, en detrimento de otros referentes de esos espacios neoliberales como Ricardo López Murphy y Javier Milei. Hoy, Espert tiene 10% de consideración como figura relevante del espacio neoliberal. Pero por otro lado, hay que decir que el 50% no sabe quién es ese referente.
LI/GF/RG
Discusión acerca de esta noticia