Eduardo de la Serna, miembro del Grupo de Curas en Opción por los Pobres de Argentina, analizó en Radio Gráfica lo que dejó la reunión en el Vaticano entre el Papa Francisco y el presidente Alberto Fernández, en el marco de su primera gira europea como jefe de Estado.
“El papa tiene para dar una palabra a los miembros de la Iglesia como también a un presidente, que se ha reconocido como católico”, aseguró el cura. Y remarcó que “habrá que ver que pasó cuando fue el presidente que no sabía hacer la señal de la cruz”, haciendo referencia a Mauricio Macri. “Está claro que tiene derecho a no saberlo, pero que no se diga cristiano”, agregó.
En comunicación con el programa Abramos la Boca, De la Serna analizó cómo repercute la reunión en el escenario político del país. “Es un tema interesante, porque también tiene que ver con el Evangelio. En cambio cuando hablamos del hambre tiene que ver con lo religioso. El papa ha puesto mucho hincapié en los derechos humanos así también con el tema de la pobreza, los migrantes y los enfermos”, expresó.
“El papa ha puesto mucho hincapié en los derechos humanos así también con el tema de la pobreza, los migrantes y los enfermos”
Frente a la discusión de si hay que legalizar el aborto para que sea seguro y gratuito, teniendo en cuenta la reunión entre Alberto y el papa Francisco, el cura planteó: “No podría opinar con toda seguridad, no sé si el tema lo ha hablado, no sería extraño que lo hayan charlado. Si hay algún un desacuerdo no significa que haya una ruptura entre ellos, después habrá otros temas donde estén de acuerdo”.
Por otro lado, el viernes se cumplió un nuevo aniversario de la desaparición seguida de muerte de Luciano Arruga en manos de las fuerzas de seguridad de la provincia de Buenos Aires, quienes secuestraron, torturaron y luego lo enterraron como NN en el cementerio de Chacarita. Por este motivo, De la Serna hizo referencia a este caso y a cómo están los jóvenes en los barrios del sur de la provincia.
“Es un tema muy complicado, porque entra el accionar de la policía, donde los jóvenes son carne de cañón para sus hechos de delincuencia, y por supuesto la policía hace desaparecer al pibe que no cumple”, analizó.
“Luciano aparece en esas circunstancias pero los niños rugbiers están en una cárcel, donde cada uno tiene su cama y baño con puerta, es una realidad muy desigual”, señaló y añadió: “Hay una política para las clases más pobres que no es la misma que la que tiene poder. Queremos que todos los presos tengan los mismos derechos que estos niños y puedan ser reinsertados socialmente”.
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