Ricardo Ragendorfer, escritor y periodista, dialogó en Vamos al Frente sobre su libro “Patricia. De la lucha armada a la seguridad”. “Este libro -afirmó- va más allá de la etapa actual, que está profundizada; también abarca el resto de su existencia. He tratado de hilvanar una especie de relato sobre la historia política de los últimos 60 años, que es la edad que tiene aproximadamente esta mujer. Me pareció interesante explorar la parábola de su metamorfosis, una especie de revolución personal al revés”.
Entrevistado por Ariel Velázquez, el biógrafo de la funcionaria dijo que “existe una especie de leyenda urbana, que refiere a ella como una agente de inteligencia incrustada dentro de la organización Montoneros, lo cual resulta imposible porque era muy jovencita y se movía en un círculo social muy ajeno al de los Servicios de Inteligencia”.
Respecto a las lealtades zigzageantes de Patricia Bullrich, detalló “asume su compromiso político a través de su cuñado Rodolfo Galimberti, militante guerrillero de Montoneros. Es interesante cómo de ese compromiso político, junto con Galimberti, haya saltado a un vínculo con determinados represores que propugnaban la llamada Reconciliación Nacional, terminada la dictadura. Me estoy refiriendo al vínculo de Galimberti y ella a través de determinados cuadros de la Guardia de Hierro, organización del Peronismo ortodoxo; al vínculo con represores como Jorge Rádice quién era uno de los tipos más peligrosos, su vínculo con los carapintadas y con los sectores financieros que hicieron el golpe financiero al ex presidente Alfonsín”.
Sobre un supuesto paralelismo entre Galimberti y Bullrich en cuanto a los negocios, destacó que “hay un corte de su gestión que tiene que ver con negocios e importación de parafernalia bélica y policial, a través de su marido que es una especie de lobista. Más que involucrarse ella misma en estos negocios, de algún modo es una facilitadora desde su lugar político”.
La “Doctrina Chocobar” y la compra de armamento en el exterior, en contraste con otras etapas de la vida de la ministra, “el endurecimiento de las condiciones represivas en este país a través de su gestión, es fruto de una construcción de circunstancias antropológicas y psicológicas que se podrían resumir en la actitud que suelen tener los conversos para hacer creíble su posición actual. Más allá de eso, me interesó analizar este tipo de estado policial que de algún modo ella ha instaurado como un escenario singular en materia represiva”.
Finalmente, analizó: “si bien todas las oleadas represivas que hubo desde mediados del siglo XX en adelante, en circunstancias no dictatoriales, como el Plan CONINTES en la época de Frondizi, los grupos parapoliciales en la época de Isabel, etc, el bullrichismo como fenómeno represivo es portador de un aporte porque, si bien el endurecimiento de las condiciones represivas- durante el lapso antes mencionado- tuvo por objeto una especie de acatamiento a lo que se llamó la Doctrina de la Seguridad Nacional, este escenario actual se podría diferenciar por una característica bastante macrista: La represión en manos de Bullrich también fue una cuestión de marketing, es decir el régimen macrista estuvo convencido de que la represión, el gatillo fácil, los protocolos antipiquetes, la persecusión a funcionarios del gobierno anterior; causaban el beneplácito de cierto sector del padrón electoral”.
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