Historia

La creación de un medio marca su desarrollo. Y el medio, suele tener la impronta de sus realizadores. Así es la Gráfica. Lo saben quiénes nos escuchan, lo perciben aquellos que se acercan. Lo sentimos quienes, día a día, la sacamos al aire.

El impulso inicial lo debemos a los trabajadores de la Cooperativa Gráfica Patricios. En medio de aquella brutal crisis que abarcó el último tramo del siglo pasado y el comienzo del presente, cuando los patrones de los Talleres Gráficos Conforti abandonaron el barco, los obreros se pusieron la propia fuente de trabajo al hombro.

Tras nueve meses de resistencia en la planta de Barracas, lograron poner en marcha las máquinas impresoras y empezaron a utilizar el conjunto del edificio. En el gran espacio del primer piso, resolvieron aprovechar al máximo tres grandes lugares dispuestos como estudio de radio, estudio de televisión y salón general de reuniones.

Así, en marzo de 2005, se inició la historia de Radio Gráfica. En un primer momento fue el sueño de un grupo de hombres y mujeres de distintas trayectorias y experiencias, militantes populares y sindicales, trabajadores/as de la comunicación y periodistas que asumieron el desafío de recuperar el aire.

En un primer momento la Gráfica se instaló en la Frecuencia Modulada 89.1. La primera emisión, desde los barrios del Sur de la Ciudad de Buenos Aires, se registró en diciembre de 2005.

Nació así un proyecto de comunicación por decisión de los trabajadores gráficos. Y ese espíritu se expresó en el propio nombre de la emisora: Radio Gráfica. La visión comunicacional -con fuerte raíz en la historia- de la Federación Gráfica Bonaerense, apuntaló la experiencia.

El grupo inicial de la radio empleó nueve meses para poner la emisora a punto. Como no había recursos económicos, en ese período se organizaron recitales solidarios con artistas populares. El objetivo, juntar fondos para limpiar la torre de transmisión, comprar la antena, computadoras, los micrófonos y generar así las condiciones para el establecimiento del medio.

En mayo de 2007 se declaró a Radio Gráfica de interés social y cultural en la Legislatura porteña. Fue en respuesta a un intento de decomiso que buscó ejecutar el por entonces interventor del Comité Federal de Radiodifusión, Julio Bárbaro. El gran respaldo logrado por la Gráfica permitió la continuidad de las emisiones y en ese marco se dio el ingreso a FARCO – Foro Argentino de Radios Comunitarias.

En la lucha por el derecho a la comunicación se conjugaba la exigencia del reconocimiento legal de los medios comunitarios y la necesidad de una ley de medios de la democracia. Finalmente el 1 de agosto de 2008 el interventor del COMFER, Gabriel Mariotto, incluyó a la Gráfica en la Resolución 753 conquistada por otras emisoras comunitarias años atrás. Implicaba un permiso de emisión precario hasta la convocatoria a concurso de FM.

El tiempo transcurrió. Dos años después del puntapié inicial, Radio Gráfica se afincó en el 89.3. Desde entonces, más de cincuenta programas al aire de las organizaciones sociales y políticas, sindicatos, grupos culturales, vecinos y vecinas, jóvenes, ancianos, hombres y mujeres ejercen el derecho a la comunicación.

Poco a poco, la organización interna del medio fue avanzando. Desde el arranque se desplegó una conducción democrática asentada en el Colectivo de Dirección. Allí fueron surgiendo las áreas Técnica, Administrativa, Periodística, Artística y con posterioridad, Audiovisual.

Un paso esencial para garantizar la personalidad de la emisora fue el establecimiento de tiras institucionales que abarcan de lunes a viernes los horarios eje de la programación. Tras varias pruebas y evaluaciones, quedaron dispuestos estos programas: Panorama Federal (7 hs), Punto de Partida (8 hs), Desde el Barrio (10 hs), Abramos la Boca (16 hs), La Señal (18 hs) y Abrí la Cancha (20 hs).

La totalidad del aire incluye numerosos espacios unitarios que configuran un mensaje periodístico armónico y variado en el cual se incluye la actualidad política y sindical, la información general, la música, la cultura, el deporte.

Un dramático punto de inflexión en la historia de la Gráfica fue la caída de la torre de transmisión. El temporal del miércoles 4 de abril de 2012 que afectó a miles de argentinos, también destruyó la torre de Radio Gráfica. La catástrofe, física y monetaria, que implicó el siniestro, disparó el espíritu de lucha de los miembros de la emisora. En vez de derrumbar el ánimo y la experiencia en sí misma, galvanizó el sentido de pertenencia y llevó a multiplicar esfuerzos.

Inmediatamente se lanzó la campaña “Recuperar la antena es recuperar el aire”. Mediante campañas financieras, espectáculos, donaciones, aportes de distinto tipo, festivales, se fue alcanzando el objetivo de conseguir los recursos adecuados para levantar una nueva torre, más grande, más sólida, mejor, para garantizar la continuidad del medio.

En la misma dirección se fueron resolviendo los desafíos técnicos. La Gráfica fue incrementando su potencia para llegar con nitidez a todos los barrios de la Ciudad de Buenos Aires y de su entorno bonaerense. Se construyó el Estudio Patrick Rice, uno de los más hermosos de la Capital Federal, el estudio B para grabaciones y artísticas, y se reconfiguró el estudio televisivo.

Mientras tanto, el conjunto del Mundo Patricios siguió creciendo. Se consolidó la Escuela Trabajadores Gráficos, secundaria de reingreso, en busca de la inclusión de los pibes y pibas del barrio por fuera del sistema educativo, y el Centro de Salud Boca- Barracas, que integra el Área Programática del Hospital Argerich.

Tras quince años de batallar en un ámbito como el comunicacional, hegemonizado por monopolios hostiles a la expresión popular, la Gráfica está de pie. En los últimos años, con el Estado en contra del periodismo crítico, permiten refutar la idea de medio subsidiado o sostenido artificialmente.

El orgullo de quienes hacemos la Gráfica es inocultable. Y tiene sus razones. Miramos el mundo desde el Pueblo y desde el Sur, tenemos clara la pertenencia social y geográfica. Paradójicamente en el marco del debate comunicacional vigente, eso nos permite abordar la realidad con más veracidad y certeza. Estamos en el seno de nuestro pueblo y narramos la verdad de este pueblo, al mundo.