Un grupo de trabajadores despedidos de la Municipalidad de Zapala, Neuquén, continúan con un acampe desde hace tres semanas frente al edificio de la comuna, reclamando la inmediata reincorporación en sus puestos de trabajo, informó a Radio Gráfica Jorgelina Navarrete, una de las compañeras despedidas.
Navarrete relató que “el lunes 27 de enero, 48 empleados de planta permanente, en su gran mayoría mujeres, al momento de llegar a su lugar de trabajo se encontraron que sus tarjetas de ingreso estaban bloqueadas”.
El intendente Carlos Koopmann del Movimiento Popular Neuquino (MPN), quien asumió el cargo municipal el 2 de enero, acusa a los trabajadores de ser “punteros políticos”, como si una militancia gremial o partidaria constituyera una causa legítima de despido de empleados que en algunos casos tienen hasta 25 años de antigüedad.
A su vez, el mandatario municipal desconoce los derechos adquiridos de los trabajadores de planta, quienes gozan de la “estabilidad propia” como lo establece la ley de Contrato de Trabajo, lo que impide que sean despedidos sin causa y sin sumario administrativo. Sin embargo, Koopmann mantiene la arbitrariedad de la medida y se niega a dialogar con los despedidos.
Pero el conflicto que protagonizan los empleados por su reincorporación inmediata se agrava por las agresiones, amenazas e intimidaciones que reciben quienes están en el acampe, incluso al tesorero de la Asociación de Trabajadores Municipales (ATM) que representa a los trabajadores, Fabián Méndez, le balearon la casa, y el secretario adjunto de la entidad gremial José Luis Saadi recibió amenaza de muerte de parte de un concejal del Municipio.
“La gente viene al acampe a tomar un mate, a compartir la comida que se cocina en la olla popular instalada en la puerta de la sede municipal”
“Gabriela Pérez, otra de las despedidas después de 22 años de servicio en la repartición municipal, está encadenada en la puerta de la Municipalidad desde hace tres semanas”, narró Navarrete. “Ella está bien, entera, rodeada de calor popular” que atenúa el frío de la noche ya en esta época, aseguró la trabajadora entrevistada.
El pueblo de Zapala repudia la decisión del Intendente del MPN quien agita la persecución ideológica como causa legítima de despido. Por eso, “la gente viene al acampe a tomar un mate, a compartir la comida que se cocina en la olla popular instalada en la puerta de la sede municipal, acerca lo que tiene para que los trabajadores sostengan la lucha por mantener sus puestos de empleo”, aseguró Navarrete.
“Zapala no acepta la arbitrariedad, la persecución política y que trabajadores de planta permanente pierdan sus puestos laborales”, analizó la despedida, y como un signo del compromiso de la ciudad con los empleados municipales señaló que “el corso de Carnaval que todos los años convoca a multitudes, ahora se derrumbó”.
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