Norberto Oyarbide, un hilván de la historia reciente. La militancia rumbo a las PASO. Molino Cañuelas ¿Vicentin? El desmonte de una jugada de la UIA en el Día de la Industria. Funes, el desmemoriado. Los precios: la pesadilla. Argentina, Chile y América latina. Fíjense.
Por Gabriel Fernández
RECIA INTELIGENCIA. Recta final hacia las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias. Mientras en la epidermis social se discuten cosas raras a través de la tele, la muchachada del movimiento obrero y los espacios sociales insufla vida a la campaña. En el Gran Buenos Aires y unos cuantos barrios porteños, el andar y el debatir sobre los problemas nacionales viene gestando la mezcla necesaria para afirmar la construcción. Plazas, esquinas y hasta casa por casa, ciertos gestos con ese origen permiten palpar un clima de resurrección de la discusión política, una de las actividades más apasionantes creadas por el ser humano.
Si esa actividad logra plasmarse en votos el domingo venidero, está por verse. En cualquier caso, cuando las ideas tienen ligazón con la realidad terminan influyendo positivamente. Establecer un circuito de intercambio –eso intentamos a diario en La Señal– siempre contiene un valor: la inteligencia recia del movimiento nacional puede imprimir vigor y sentido a un Frente de Todos que, por ahora, evidencia lentitud y zigzagueo.
El panorama merece una observación que realce la paradoja. Mientras los empleos no esenciales recobran dinámica y las canchas empiezan a re poblarse, se arriba al tramo definitorio sin un acto contundente que marque multitudinaria presencia colectiva y ponga las cosas en su lugar con respecto a quién es quién en esta desordenada comunidad. El éxito del plan de vacunación y la escasa difusión de la variante Delta amparan este comentario y abren el juego para pensar qué hacer al respecto antes de los comicios de mitad de mandato que se desplegarán el domingo 14 de noviembre.
(Como digresión, nobleza obliga: en el marco de la chata campaña que involucra a propios y extraños, merece realce la elaboración Los Emuladores, presentado por la izquierda. Los desacuerdos políticos de este cronista con sus realizadores no lo habilita a obviar una felicitación por su creatividad, que le hizo recordar rasgos de aquellas propuestas animadas de los Equipos de Difusión en nuestro peronismo).
Hay mucho y de interés. Veamos.
MOLINO CAÑUELAS, ¿VICENTIN? Como anticipamos en esta serie, Molino Cañuelas, la principal procesadora de granos de trigo para harina en la industria alimenticia, se presentó en concurso preventivo. Fracasó el intento de llegar a un acuerdo privado de reestructuración de deuda con el conjunto de sus acreedores: “Las acciones judiciales promovidas por una minoría de las entidades financieras forzaron a la empresa a solicitar la apertura de su concurso preventivo”, apunta un comunicado de la empresa, propiedad de la familia Navilli-Villemur.
Nuestras Fuentes Seguras indicaron a este periodista que cuatro bancos trabaron un posible acuerdo para refinanciar una deuda que asciende a unos 1400 millones de dólares. Molino Cañuelas asegura, en esa nota, que había alcanzado un razonable nivel de acuerdo “con una relevante cantidad de las instituciones financieras involucradas, incluida la banca nacional y organismos multilaterales”, pero la oposición de esa minoría cortó el camino.
Claro, todos recuerdan Vicentín. La corporación cerealera santafesina cuyo acelerado deterioro facilitó a sus dueños un robó huyó y no los pescaron de 95,5 millones de dólares en créditos del Banco Nación en solo 30 días; ya estaba en mora con sus acreencias previas. La empresa se declaró en default en la primera semana de diciembre, cuando el dinero ya había desaparecido de sus cuentas, y dejó un tendal de más de 1300 millones de dólares de deuda, de los cuales 300 millones eran de la entidad financiera estatal.
Es interesante recorrer el planteo de Cañuelas, pues tras haber respaldado el gobierno antinacional y antiproductivo de Mauricio Macri, coloca a la debacle argentina como uno de los ejes de su padecimiento. Señala que en la última década llevó adelante un “importante plan de inversiones, el cual, en gran parte, se cancelaba con un mecanismo de capitalización de la Compañía en los mercados bursátiles local y del exterior mediante una Oferta Pública de Acciones pero, la alta volatilidad que se registraba en ese momento en las principales bolsas del mundo y la performance económica negativa de la Argentina, redundaron en una falta de interés de los mercados que obligó a la Compañía a desistir del proceso”.
Más le hubiera valido a la firma elaboradora de harinas, panificados, pastas secas, galletitas, aceites, pan rallado y premezclas, apoyar alguna variante política que en lugar de promover una “performance económica negativa” en la Argentina, desplegara genuinamente el mercado local, por consiguiente ampliara las posibilidades de beneficios a través de mejoras productivas y, de tal modo, sostuviera el mercado internacional. Dejemos de lado eso de la “volatilidad” en las bolsas para no perder tiempo en replicar argumentos huecos.
Lo cierto es que, tras el fallido intento de aprovechar la situación de Vicentín en beneficio de la economía nacional y el cuerpo social, emerge una nueva oportunidad. ¿Cómo se comportarán las autoridades frente al desafío? La necesidad de contar con una gran empresa alimentaria con un pie en la vida interior y otro en el mercado mundial, equilibrando precios en ambas direcciones para no recargar el poder adquisitivo del trabajador argentino, sigue presente.
En medio de esta absurda narrativa hegemónica sobre triunfadores, audaces e inversores, es pertinente subrayar que los directivos de Molinos Cañuelas, como los de Vicentín, chocaron grandes y eficientes calesitas. En medio de esta absurda narrativa hegemónica sobre la honestidad y los valores, también cabe apuntar que aprovecharon el impulso de giro para lanzar bolsos pletóricos de billetes hacia zonas oscuras del esquema financiero internacional. Se ha dicho: empresarios ricos, empresas (y trabajadores) pobres.
INDUSTRIA. Después de impulsar el Primer Congreso de la Producción y el Trabajo con una gigantesca cantidad de cámaras empresariales enfocadas al mercado interno y sindicatos industriales, el Gobierno relativizó las celebraciones por el Día de la Industria impulsadas por el órgano de la Asociación Empresaria Argentina (AEA) y la Mesa de Enlace que se autodenomina Unión Industrial Argentina (UIA). Esto se decidió por dos motivos, uno de los cuales ya está explayado en las líneas precedentes.
Pero ¿Cuál fue el otro factor que derivó en la ausencia de la primera línea oficial en el tradicional cónclave? Nuestras Fuentes venían afiladas: “Lo que nadie explica es que La UIA organizó su principal celebración en las instalaciones de un empresario que está complicado en la Justicia por ser parte de la estrategia de ahogo contra Indalo. En el caso de la empresa AEC S.A. – que tenía la concesión de la autopista Ricchieri -, Cristóbal López y Fabián Sousa dijeron que a mediados de 2016 apareció el ´Grupo Alberdi S.A.´ con la intención de adquirirla, y que su representante Martín Rappallini, había sido presentado por el entonces Director Nacional de Vialidad Javier Iguacel”. -¿Entonces? “El acto se organizó en la empresa Cerámicas Alberdi, en la localidad bonaerense de José C. Paz, propiedad de Rappallini, principal accionista de Alberdi”.
Admitir ese marco hubiera implicado facilitar que empresarios que desarrollaron acciones ilegales de notoria repercusión se posicionaran como anfitriones de una importante delegación gubernamental. De allí que nuestros informantes reflexionaran que “la elección del lugar fue, en sí misma, una falta de respeto. Pero además fíjate que los grandes medios interpretaron lo sucedido como un distanciamiento entre Gobierno e industria. ¡Nada más equivocado! ¡Si había más industriales reales en Producción y Trabajo, una semana antes, que en la reunión de la UIA, liderada por un abogado!”. –Es cierto, pero debo decirles que los medios públicos tampoco se dieron cuenta. De no ser por la Gráfica, El Cohete y Motor Económico, la iniciativa gelbardiana se les pasaba por alto a casi todos. “Es verdad. Y no tenemos nada que decir al respecto. Tenés razón”.
En ese triste 2 de septiembre, el devaluado presidente de la UIA, Daniel Funes de Rioja, aceptó que el Gobierno se preocupa por la industria, pero deslizó dos conceptos que el presidente hizo bien en no escuchar de modo directo: pidió que se resuelvan “las tensiones que amenazan la continuidad de la industria de la carne” como si esa fuera su específico sector –¡ese Grupo Noble que quiere estar en todas!- y retomó el proyecto del atraso al sugerir la erradicación de leyes laborales y –con otras palabras- facilidades para comer y descomer (gente). Eso si: Aseguró que la UIA tiene “vocación de diálogo” y enfatizó: “Lo que nos une es una política industrial para todos” porque “Sin industria no hay nación”.
No es vano evocar que Funes, el desmemoriado, fue asesor del Ministerio de Planeamiento de la Nación durante la dictadura cívico militar en el sensacional tramo orientado por Jorge Rafael Videla. En esa cartera se concretaron millonarios negociados con las obras públicas en beneficio de los amigos de la patria contratista. La combinación de hipocresías e imbecilidades de Funes fueron absorbidas con elegancia por el secretario de Industria, Economía del Conocimiento y Gestión Comercial Externa, Ariel Schale y la secretaria de Comercio Interior, Paula Español. Schale hizo un llamado al diálogo y a “exportar más”. Advirtió que “En la Argentina de Alberto Fernández la plata se hace trabajando, produciendo y no especulando financieramente”.
El director de Motor Económico, Raúl Dellatorre, apuntó que el encuentro virtuoso –Producción y Trabajo– merece considerarse como un puntapié inicial, a partir del cual es preciso debatir qué modelo de país se intenta construir. “Fue un importante salto adelante. El Gobierno no sólo puso el Museo del Bicentenario sino también la primera plana ministerial económica. Lo veo muy bien, con entusiasmo y con la mirada puesta en la responsabilidad que implica”. En el aire de nuestra emisora, apuntó pese a ese optimismo, que “la continua creciente de los precios ha generado cierto desencanto. Por eso es preciso señalar que la culpa es de los grandes formadores de precios, no del gasto público, los salarios y todo eso que se dice habitualmente”.
En cuanto al bloque de empresas nacionales y sindicatos industriales, el periodista y cantor de tangos aclaró: “No es un simple enunciado, ya que la postura sindical está sustentada nada menos que en la participación de 26 gremios industriales (incluidos los de mayor peso específico), mientras que la representación empresaria de Cgera es acompañada por diversas expresiones del universo pyme. En una y otra ala del nuevo espacio, aparecen como referentes Ricardo Pignanelli (Smata) y Marcelo Fernández (Cgera), quienes han venido empujando la propuesta y la convocatoria desde hace varios meses, junto a sus respectivos equipos técnicos”.
SIN EMBARGO. Los mejores esfuerzos estratégicos –diseño de programas junto al empresariado genuinamente nacional y el movimiento obrero, política exterior tercerista rumbo a la unidad latinoamericana- pueden convertirse en banderas etéreas sin un viraje profundo en la economía social inmediata. Es visible el crecimiento persistente de los precios y la estrechez de objetivos inmediatos. El Gobierno considera que una inflación cercana al 3 por ciento es razonable y por tanto resulta preciso retrucar que después de los aumentos previos, ningún incremento lo es.
En esa línea, las congratulaciones por los efectos de las negociaciones paritarias se restringen a la población que labora en blanco. Están quedando fuera de la recuperación millones de personas –precarizadas, irregulares, monotributistas, cooperativistas– que padecen algo muy semejante a un congelamiento de ingresos. Eso las sumerge en un abismo del cual les resulta cada día más difícil salir. La mejora parcial en los niveles de empleo privado no alcanza para levantar el registro y sólo una política de ocupación disparada desde el Estado –sin contratos basura ni planes aleatorios- puede generar un indicador sensato.
El lector imaginará entonces cuántas cosas hay que debatir en el seno del Frente de Todos para convencer al funcionariado que la máxima institución pública nacional debe convertirse en empresario, y empleador.
UN GESTO. Allá lejos y hace tiempo, quien iba a convertirse en padre de Norberto Oyarbide realizó un gesto: desdeñó su compromiso con una joven adinerada, cuya familia era dueña de gran parte de Villa Elisa, Entre Ríos, para concretar su gran amor. Así se configuró la familia: casa modesta, piso de tierra. A bancar las decisiones. Años después, el hijo que se ganaba la vida barriendo pisos, se lanzó hacia Buenos Aires. Quería ser dotor. Valija de cartón en mano, zapatos arqueados, pensión rasca, consiguió empleo como cadete en dependencias del Poder Judicial. Y estudió.
Estudió bastante, por lo que se recuerda. Sin salidas, sin distracciones. Se labró fama de tipo serio. Ascendió, rápido.
En 1994, durante el gobierno de Carlos Menem fue nombrado juez nacional en el fuero Penal y Correccional Federal. Con ese arranque, la imagen cambió. Tuvo en sus manos las causas por la supuesta cuenta en Suiza del entonces presidente, y por el enriquecimiento ilícito de Armando Gostanián. Los ayudó a zafar y las versiones sobre su alineamiento circularon, intensas. Con fundamento. Se observó al espejo y no le gustó lo que vió.
CAVALLO Y YABRÁN. Su vida cambiaría, a fondo, en 1997, cuando abordó una causa en verdad conflictiva: OCA. Denuncias e investigaciones generaron sospechas sobre Domingo Felipe Cavallo. El ya ex ministro había presionado a las autoridades de los bancos públicos para que esa firma de correo quedara fuera del reparto de documentación. (Vale la precisión temporal: sin internet, sin siquiera la intuición de su próxima gestación, la actividad de “los carteros” era ultra rentable por demasiados motivos). Lo que nadie dijo salvo este redactor en el diario de las Madres, es que Cavallo tenía una ligazón estrecha con Federal Express (FedEx), compañía norteamericana que bregaba por hacerse del mercado sureño y desplazar a OCA, liderada por el fantasmático Alfredo Yabrán.
El todavía joven juez Oyarbide procesó a Cavallo, desatando una tormenta que lo acompañaría para siempre. Enseguida, el ex funcionario de la dictadura y ex titular económico menemista lo acusó de estar apadrinado por la Policía Federal y echó a correr la versión de las versiones: dijo que el ministro del Interior Carlos Corach lo había incluido en una servilleta donde se sugería la filiación sectorial de los jueces federales. Cabe puntualizar: ¿Era posible? Sí, porque Oyarbide había protegido a Menem. ¿La denuncia de Cavallo venía a cuento? No; era una herramienta para desprestigiar las acusaciones en su contra, que terminaron ocultas por jueces y medios protectores.
Leve retro marcha. Desde tiempo atrás Cavallo había estrechado lazos con Clarín. Deshaciéndose del desarrollismo que caracterizó por décadas su lineamiento editorial, el diario se entusiasmó con la acción privatizadora y muy especialmente con el fin de las restricciones para que la actividad comunicacional admitiera la existencia de un monopolio concentrador de muchos espacios periodísticos. Uno de sus responsables en la sección Política, Daniel Santoro, había publicado en 1994 el libro El Hacedor, dedicado (favorablemente) a Cavallo. Héctor Magnetto, poco antes, había desplegado una amplia sonrisa en el programa de Bernardo Neustadt al conocerse la decisión que condicionaría hasta hoy el clima social nacional.
De tal modo, no resultó difícil ocultar las imputaciones sobre el socializador de la deuda externa dictatorial asumida en beneficio de privados y tampoco fue complicado revelar datos acerca de las preferencias íntimas de Oyarbide. Así surgieron cámaras ocultas con el juez en cercanía de jóvenes homosexuales, denuncias de regentes de garitos sobre presuntas coimas requeridas para la habilitación, y una variedad de revelaciones que tampoco venían a cuento pero servían para que nadie se fijara en la causa OCA y en la rivalidad de Cavallo con Yabrán.
El 20 de mayo de 1998 el panorama se aclaró al oscurecerse, pues el ex ministro recibió una linda noticia: Yabrán, de 53 años, uno de los hombres más ricos del país, se había suicidado en Aldea San Antonio, provincia de Entre Ríos. Pese a que temas y protagonistas estaban a la vista, (casi) nadie relacionó unos y otros. Ante la opinión pública, Cavallo quedó muy lejos de lo sucedido y encima su investigador, Oyarbide, entró en foco como disoluto y pervertido. Vale cual añadido simple recordar la respuesta del entonces juez a los cronistas que lo bombardearon: “Jamás se me ocurriría preguntarles a ustedes por su vida íntima”.
VIDELA, MARTÍNEZ DE HOZ, TRIPLE A. Cuando alguien posee en su interior el impulso de meterse en líos, su perfil más razonable no logra sofrenar la tendencia. A comienzos del siglo que hoy transitamos, Oyarbide revocó la prisión domiciliaria al ex jefe de la Junta Militar Jorge Rafael Videla. En línea, catalogó las acciones de la Triple A como delitos de lesa humanidad, indagó en el asesinato de Julio Troxler e indignó a varios al determinar que el crimen del padre Carlos Mugica no fue cometido por Montoneros sino por esa asociación ilícita: Llegó al esclarecimiento del caso y procesó con prisión preventiva a Carlos Alejandro Gustavo Villone, ex secretario privado de José López Rega. También procesó al ex periodista y escribano Jorge Héctor Conti, quien fue encargado de prensa del Ministro de Bienestar Social por el homicidio de Llerena Rosas, militante del Frente de Izquierda Popular.
MACRI Y KIRCHNER. Sigamos. En 2008 tuvo a su cargo una causa por espionaje telefónico en la cual ordenó la detención del jefe de la Policía Metropolitana Alberto Fino Palacios, decisión que la Cámara de Apelaciones anuló por “defectos en su fundamentación”. La cuestión no quedó allí: Meses después Oyarbide procesó a Mauricio Macri y lo embargó por 250 mil pesos. En la causa está procesado el ex ministro de Educación del gobierno porteño Mariano Narodowsky. El ex intendente de la Capital Federal y ex presidente fue sobreseído ¡por el juez Sebastián Casanello! en diciembre de 2015. Una buena fecha para adoptar esa decisión.
En 2009 el ya maduro juez de origen entrerriano detonaría la bomba que, por si algo faltara, lo convertiría en un irrecuperable para el esquema de poder que comanda desde arriba y desde adentro al esquema judicial local. Cuando todos los medios y los opositores anclados en el interés rentístico velaban las armas para desatar una tromba propagandística, sobreseyó a la presidenta de la Nación Cristina Fernández de Kirchner y a su esposo, Néstor Kirchner, en la causa que se les seguía por su presunto enriquecimiento ilícito desde el arribo a la Casa Rosada. Ese sobreseimiento motivó que se pidiera el juicio político para Oyarbide.
MARTÍNEZ DE HOZ. En mayo de 2010 volvió a meterse donde no debía: prohibió la salida del país del ex ministro de Economía de la dictadura cívico militar José Alfredo Martínez de Hoz y luego dispuso su detención, en el marco de la investigación por la desaparición de Federico Gutheim y su hijo Miguel. Ambos empresarios textiles fueron víctimas de un secuestro extorsivo pergeñado por Joe y su amigo, el ex ministro del Interior Albano Harguindeguy, utilizando la fuerza represiva en beneficio particular. Cabe recordar que Martínez de Hoz, además de configurarse como figura intocable del poder oligárquico, estuvo involucrado en el traspaso ilegal de las acciones de Papel Prensa en beneficio de Clarín, La Nación y La Razón.
En 2011 ordenó el procesamiento de Héctor Capaccioli, ex superintendente de Servicios de Salud por malversación de caudales públicos, abuso de autoridad y violación de los deberes de funcionario público. También a Osvaldo Oscar Cochlar, ex gerente de Gestión Estratégica de la Superintendencia de Servicios de Salud; Fernando José Scopinaro, ex subgerente de Gestión Estratégica, y Horacio Agustín Ballesteros, ex gerente de Asuntos Jurídicos. Hubo más, como la causa de los “narcos vip” y el procesamiento del ex ministro del gobierno nacional popular Ricardo Jaime por recepción de dádivas.
TRES FRASES. Las imágenes de Oyarbide en el prostíbulo Spartacus fueron difundidas en 1998 por Mariano Grondona en su programa Hora Clave. El emblemático periodista explicó que lo hizo para mostrar “la evidencia de que este señor estaba ahí” y agregó con su reconocida lógica que “si un particular va a un lugar ilegal, no tiene la obligación de denunciarlo, pero Oyarbide era un funcionario público, y debía hacerlo”.
Hace pocas horas, el periodista Daniel Santoro, quien fue procesado por el juez Alejo Ramos Padilla como partícipe necesario de los delitos de “coacción y extorsión en grado de tentativa” y liberado por la Cámara Federal de Mar del Plata por falta de mérito, aseguró que “Norberto Oyarbide fue el ícono del juez que tapó casos de corrupción a cambio de no ser destituido. Hay otros oyarbides en la justicia con un perfil más bajo. Pero lo peor son los políticos que usaron su vulnerabilidad para conseguir impunidad, como los Kirchner”.
En febero de este año, durante un diálogo al aire en Radio 10, Oyarbide denunció que el ex presidente Mauricio Macri intentó sobornarlo para frenar la causa de las escuchas ilegales antes descripta. “Mauricio Macri no me compró porque yo no cotizo en Bolsa, pero tuvo la intención de hacerlo, de manera absolutamente directa”.
Quien revise los archivos, como indudablemente ha hecho este periodista, encontrará a Oyarbide bailando en una fiesta del sindicato de Taxistas, cantando con la Mona Jiménez, luciendo el famoso anillo adquirido en Punta del Este pero no declarado en nuestro país. Podrá verlo también en interesantes enfoques plasmados enSpartacusy asomarse a sus declamaciones, con frac y bombín, sobre la fidelidad que ofrece a la Virgen del Milagro.
Como frutilla en la crema podrá atisbar una emisión especial difundida en el año 2014 de Periodismo para Todos, la asombrosa fábrica de denuncias falsas conducida por Jorge Lanata. Allí, con la inestimable cooperación de Santoro, el creador de Página 12 y actual empleado de Clarín, derramó con un énfasis jamás mostrado para abordar las vidas personales y públicas de otros magistrados, datos muy inadecuados para la imagen pública de un Juez de la Nación.
El Señor Juez, Norberto Oyarbide, ya estaba condenado.
ARGENTINA Y CHILE. El presidente de Chile, Sebastián Piñera, anunció días atrás la intención de su país de apropiarse de un sector de la plataforma continental argentina. La idea difundida por quien concluye su mandato en marzo próximo, es reclamar ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU) lo que entiende como “soberanía chilena” sobre un territorio de 5.000 kilómetros cuadrados. Se trata de una zona que la Argentina incluye en su plataforma y de un sector del espacio marítimo que forma parte del Patrimonio Común de la Humanidad según la Convención de la ONU sobre el Derecho del Mar.
Históricamente, la Argentina propuso que debajo de las islas que quedan al sur del Canal de Beagle se trace una línea recta hacia el sur. Así, las aguas del Océano Atlántico quedan bajo soberanía argentina, mientras que las del Pacífico bajo soberanía chilena, todo ello en base a los principios bioceánicos de diferentes tratados internacionales. La medialuna de 5.000 kilómetros cuadrados fue incluida en la plataforma continental argentina que votó por unanimidad el Congreso nacional y que luego fue ratificada por las Naciones Unidas sin la objeción de Chile en 2009.
El anuncio de Piñera cuestiona con espejo retrovisor –doce años tarde- esa aprobación de la Comisión de Límites de la Plataforma Continental. El gobierno chileno sostiene ahora que ese principio bioceánico no existe y por ello actualizó su Carta Náutica con 200 millas más hacia el este del límite continental.
Cabe recordar que el Tratado de Paz y Amistad de 1984, firmado bajo la mediación del Vaticano y el papa Juan Pablo II, fijó los límites entre Chile y Argentina desde el Canal de Beagle hasta el pasaje de Drake. Aquél pacto sostiene que “La soberanía de la República Argentina y la soberanía de la República de Chile sobre el mar, suelo y subsuelo se extenderán, respectivamente, al oriente y al occidente de dicho límite”. También precisa que “las partes se esforzarán por lograr la solución de toda controversia entre ellas mediante negociaciones directas”, Pero el decreto de Piñera, publicado el fin de semana, no se originó en consulta previa alguna.
En el aire de nuestra emisora, el periodista y geógrafo Néstor Gorojovsky planteó una mirada integral y diferente del problema. Dijo que “Estoy convencido de que tenemos que responder con un cambio de 180 grados en el sentido del tema y redoblar la apuesta”. Al ser indagado sobre el modo de lograrlo, subrayó: “La Argentina debe aceptar la posibilidad de sentarse a discutir reivindicaciones, a partir de la certeza de que nuestra postura es la más firme y asentada”. También que “Inmediatamente después, plantear (o dejar que Chile plantee) que al decidir el meridiano 67W efectivamente se tropieza con el criterio de las 200 millas a partir de tres islotes, que esgrime Chile”.
Y sobre todo “Proponer, para resolver la cuestión, una gran solución global: un acuerdo tripartito del Cono Sur oceánico y antártico en el cual los tres países, solidarios en repeler la agresión conjunta que representa la usurpación de las Malvinas, asuman como área de soberanía sudamericana compartida todas las aguas atlánticas y pacíficas (y de las islas adyacentes) al Sur de un paralelo a definir; al mismo tiempo, declarar que los territorios antárticos chilenos, argentinos y uruguayos también serán objeto de soberanía tripartita. El paralelo podría ser, por ejemplo, el paralelo 50 S, definido en 1908 por el Reino Unido para declarar el territorio sudamericano al sur del mismo como área de interés y acción del Imperio Británico desde Malvinas. Sería una atractiva e inteligente devolución de amabilidades”.
FÍJENSE EN ESTO, NO EN AQUELLO. Este narrador confiaba a su amigo Martín García, en la mañana gris del viernes más reciente, que las Fuentes Seguras que aquí concluyen, lector, le llevan no menos de cuatro días de realización –entre pitos y flautas- y derivan en la elaboración de un pequeño libro semanal.
Por tanto, hay placer pero también cierto cansancio. Así son los buenos partidos de fútbol, jugados con dedicación. Gustan y agotan.
Lo que volcamos en las páginas presentes incluye la tensión, hasta último momento, de corroborar cada información, re preguntar para afirmar algún dato borroneado, corregir tal párrafo y así evitar incomprensión.
La labor tiene su encanto, qué duda cabe, pues está acompasada por una mirada que tantas veces invierte el sentido común y propone “no miren ahí, donde todos miran. Fíjense en esto, que puede resultar más importante”.
Es probable que varios de los bloques informativos de la edición actual, estén atravesados por esa sugerencia.
- Area Periodística Radio Gráfica / Director La Señal Medios / Sindical Federal
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