Por Fernando Gómez *
“Se fueron de mambo con el ajuste, quizás con la idea de luego negociar” lanzó en su habitual análisis para consumo financiero local, el economista Ricardo Arriazu. Longevo influyente de la timba financiera local, quien fuera representante del país ante el FMI en tiempos de Onganía, funcionario luego del organismo internacional y director de entidades bancarias en distintos rincones del continente.
Demás está decir, Arriazu se mostró encantado con el sacrificio al que están sometiendo a nuestro pueblo. “Si se siguen haciendo las cosas bien (…) el piso de la caída de la actividad económica nosotros lo vemos en marzo, desde abril crecerá empujada por el campo, aunque en ese momento la gente no lo sentirá” celebró en su informe.
“Hay alguien que sabe lo que hace” deslizó en sus comentarios. En su informe para consumo de timberos de las finanzas locales, le faltó aclarar que Milei no tiene ningún tipo de incidencia en la gestión cotidiana de gobierno, para terminar de llevar tranquilidad en los negocios. “la situación va bien para lo esperable”, sentenció.
Un presidente en penumbras
Javier Milei participó del International Economic Forum of the Americas (IEFA) que tuvo lugar en el lujoso hotel Four Season Argentina y contó con la participación de la plana mayor de los grupos económicos foráneos y locales al servicio del extranjero.
Con los mismos eufemismos estúpidos de siempre, el encuentro se llamó “Cooperación para un mundo sostenible” y como sucede en cada uno de estos espacios de condicionamiento político y económico, se discute la forma de saquear los bienes comunes de la Argentina, para ponerlo a disposición de cadenas de suministro que sirven a los intereses geopolíticos de los Estados Unidos. Ninguna sorpresa por este lado.
Lo que realmente sorprendió fue el circo montado por Javier Milei para asegurar su participación. Presentado por la esposa de su ministro de defensa, el personaje que ocupa la presidencia del país, exigió poner en penumbras el recinto para sorpresa de todos los presentes y brindó un discurso absolutamente extraviado de la realidad.
En un ritmo bajo, monocorde, balbuceante por momentos, Milei se mostró con los receptores de dopamina bloqueados ante un público que deslizaba risas frente a los desatinos que exponía. Una vez más, quien ocupa los atributos presidenciales por el voto mayoritario de la democracia que se supo conseguir, exhibió sus severas limitaciones para comprender la dimensión de los asuntos que llegarían a su conocimiento, para el caso que funcionara una mínima dinámica institucional.
Su incapacidad de explicar las medidas que toma su propio gobierno, de hecho, lo ubican infra capacitado al subnormal de su vocero, Adorni.
Mas allá de la ignorancia que destila el vocero, la superficialidad para tocar los temas que aborda y el aprovechamiento zonzo del sentido político de los actos, Adorni le saca una luz de ventaja a Milei en conocimiento efectivo de las decisiones que toma el propio gobierno. De hecho, al día siguiente aclara las boludeces que Milei argumenta.
Con toda evidencia, Javier Milei no gobierna la Argentina. Por momentos, incluso, parece desconocer una parte importante de las decisiones que teóricamente estaría tomando.
Los que mandan y los que obedecen
El encuentro del International Economic Forum of the Americas (IEFA) tuvo como principal promotor local a José Luis Manzano, dirigente político menemista devenido en titular de un fondo de inversión que captura negocios locales en distintas áreas de influencia económica y los pone al servicio de intereses foráneos.
Manzano se mantiene alejado de los micrófonos, cultiva el perfil bajo para realizar sus operaciones de influencia y decide alzar la voz cuando lo considera estrictamente necesario.
En el encuentro que coordinara en forma general, decidió ubicarse como moderador de un conversatorio en el que participaron Ignacio Mehech Castellón, vicepresidente de la minera chilena Albemarle, a la sazón, la mayor productora de litio del mundo, ahí donde Manzano apunta sus negocios. Y contó con la presencia del gobernador de Neuquén, Rolando Figueroa, quien gozara de los fondos del moderador para desplegar la campaña que lo depositara en la gobernación de la provincia donde se aloja Vaca Muerta.
El conversatorio sirvió como cerradura para poder observar el grado de subordinación que la dirigencia política de nuestro país mantiene en relación con los directivos de los grupos económicos que operan con los bienes comunes que conforman la riqueza de nuestra tierra. Una relación de mandadores y mandados, de lacayos y señores, que generalmente se mantiene alejada de los escenarios.
“Una de las usinas del mundo está en Vaca Muerta. Solo 25% de la superficie de esta zona se otorgó en concesión, así que hay un gran potencial aún. Vamos a duplicar la producción de gas para 2030 y triplicar la de petróleo para 2028” señaló Rolando Figueroa, con la habitual superficialidad con la que se ofrecen nuestros recursos económicos como en una feria de saldos y oportunidades.
Pero Manzano le exhibió la superchería: “¡Queremos números! ¿qué es duplicar? ¿cuántos barriles son?” exigió.
Superado el mal momento, a Figueroa le esperaba lo peor. Manzano lo interrogó por el acompañamiento a la Ley Ómnibus en su debate en el Congreso. Sostuvo Manzano que era una herramienta para atraer inversiones extranjeras al país y que era necesario para Neuquén.
Figueroa pretendía responder escondiendo las barajas, y rápidamente fue cruzado por Manzano que le señaló: “Hay un Gobierno que trata de construir las bases para generar inversión masiva, como acelerador del crecimiento”. Figueroa dejó los eufemismos de lado y conformó la pretensión de los grupos económicos que representa Manzano al señalar: “Vamos a acompañar el capítulo referido a hidrocarburos y el régimen de grandes inversiones”.
Dos herramientas que ponen en riesgo el entramado productivo PYME de la provincia de Neuquén, la soberanía energética y el rol del Estado en la definición del destino de los recursos estratégicos del país, acababan de ser avalados por un gobernador que respondió atendiendo a las pretensiones de los grupos económicos, antes que reparando en las consecuencias que dicha decisión podría importar para la provincia que gobierna.
De muestra, apenas, un botón de la insana relación construida entre las corporaciones económicas y la dirigencia política en el país desde el peronismo hasta nuestros días. Una señal de alarma que evidencia que la mayor amenaza para el federalismo en el siglo XXI son las pretensiones de los grupos económicos.
Pensar y salir
Alejado de toda expectativa militante, se realizó el congreso del Partido Justicialista. Oradores alistados para cuestionar la situación actual del partido, atribuyendo responsabilidades a los cuatro años de gobierno de Alberto Fernández, del que la enorme mayoría de los picantes oradores fueron parte, protagonistas, o cuanto menos, encontraron en la repartija de cargos la satisfacción pecuniaria mensual que atienda sus necesidades.
Las tensiones que habitan la dinámica interna del Partido Justicialista, y del propio kirchnerismo, parece encerrada en el dilema de encontrar quién es el próximo candidato, y cuánta influencia mantiene Cristina Kirchner para poder incidir en la definición de su nombre.
Problemas intestinos de una dirigencia política que, ni haciendo sus mejores esfuerzos, puede encontrar lenguaje común, identidad estética y afinidad ética con la tragedia social que habita el dolor en el que vive la inmensa mayoría de nuestro pueblo. Un debate de futuras candidaturas que resulta distópico a la luz del debilitamiento explícito de la vida institucional democrática que atraviesa Occidente, y del que nuestro país es elocuencia pura en el marco del experimento que realizan los grupos económicos con Milei.
Nuestra Patria está atravesada por tensiones sociales que se materializan a las sombras de las preocupaciones de la digiencia política. Tensiones sociales en cada familia que no tiene un plato de comida en la mesa, en cada jubilado que cobrará miseria en dos tramos por decisiones del gobierno, en los que tengan que pagar la luz, el gas o el transporte con aumentos; en cada uno de los que paguen el aumento de la nafta o todos los que tendremos que pagar los aumentos derivados del brutal tarifazo.
Tensiones sociales que se expresan en la lucha por el salario en cada rincón de nuestra Patria, en reclamos por el retiro paulatino del Estado en cada una de las comunidades como consecuencia del ajuste brutal a las finanzas provinciales y municipales; tensiones en la comunidad que no encuentra respaldo alguno para sobrevivir en la forma en que lo hacían hasta hace algunos meses.
En la Argentina está pasando de todo, menos debate sobre candidaturas. En la Argentina está materializandose un experimento que deja en claro que los márgenes de la democracia liberal que se supo conquistar en estas cuatro décadas, se enfrenta a límites y desbordes que habrán de configurar el funcionamiento sistémico del tiempo futuro.
Al menos, con apenas cuatro meses, algunas pistas de futuro nos vislumbra éste oscuro tiempo.
A esta altura de los acontecimientos, nadie en su sano juicio puede seguir sosteniendo que nuestro Pueblo aspira a encontrar en la representación política de sus intereses, un ramillete de propuestas moderadas, contemplativa de los tiempos del diálogo con aquellos que antagonizan con sus pretensiones.
Nuestro pueblo, que apenas pretende vivir mejor, está atravesando una nueva etapa de crisis con la representatividad política que supo parir ésta dinámica de funcionamiento sistémico. Milei sólo agravará la crisis por repetición del manual de verdugueo de las mayorías, para satisfacer la rentabilidad de unos pocos.
Quizás sea tiempo propicio para poner en discusión un programa, antes que una candidatura.
De antagonizar con la planificación económica diseñada por los grupos económicos para beneficio del extranjero, y ofrecer una planificación económica nacional, para beneficio de nuestro Pueblo.
Un tiempo en el que quede explícita la necesidad de realizar un sacrificio para diseñar un futuro de prosperidad. En el que los grandes grupos económicos tengan que sacrificar una parte de su rentabilidad para financiar un desarrollo industrial nacional en el que cada producto que se pueda producir en el país, se produzca generando trabajo argentino.
Un tiempo en el que los esfuerzos económicos del Estado estén puestos bien lejos de satisfacer las demandas de la deuda pública y las finanzas, y se dirija con especial atención a financiar cadenas de producción local que permita reconstruir un mercado interno en el que cada comunidad, se abastezca de bienes y servicios producidos en la propia comunidad. Explicitar el sacrificio que las grandes empresas deberán hacer para romper con la dinámica de funcionamiento de una economía cartelizada, es parte de lo que nuestro pueblo está dispuesto a convalidar.
Pensar una planificación política de nuestra democracia en la que las decisiones que ocupen la vida pública del Estado, sean aquellas que involucran el bienestar social de nuestro pueblo, en el que cargos y candidaturas, apenas sean la consecuencia directa del compromiso y sacrificio que nuestra dinámica de reproducción social viene experimentando en este tiempo de crisis.
Quizás sean tiempos de pensar un horizonte realizable, pero abrazando la convicción última de tener como objetivo una Patria que se asuma libre para pensar su destino y un pueblo que vuelva a soñar con su destino de felicidad.
(*) Editor de InfoNativa. Vicepresidente de la Federación de Diarios y Comunicadores de la República Argentina (FADICCRA). Ex Director de la Revista Oveja Negra. Militante peronista. Abogado.
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