Por Úrsula Asta*
“Fue un masacre de cinco personas que estaban dentro de un predio, ocupando un pedazo de tierra para vivir, en una discusión, en el marco de una asamblea, por temas profundamente de la ocupación de tierra, como guardar espacios en común para plazas, salitas, jardín. Un sector se negó a que se respeten esas pautas de convivencia sobre guardar esos lotes para uso común y comunitario. También, un sector proponía hacer un censo, porque les estaban revendiendo los lotes”.
Lily Galeano, militante política histórica en los barrios que desde hace 30 años han ido conformándose en el segundo municipio más poblado del país, siendo el primero la Ciudad de Buenos Aires, conversó con Radio Gráfica. Fue tras lo ocurrido un domingo de enero, cuando cinco personas fueron asesinadas en los terrenos tomados en el barrio 8 de Diciembre, ubicado en la localidad de González Catán, en el partido de La Matanza, provincia de Buenos Aires.
“Este fue el meollo de la cuestión en una toma que ya venía con conflictos netamente territoriales y donde estaban parados dos grupos grandes. Uno donde había más compañeros hermanos de la comunidad boliviana y otro grupo más minoritario, que eran de otras nacionalidades, como paraguayos, peruanos. En el marco de esa discusión, comenzaron una balacera que terminó con la muerte de estos cinco vecinos, de los cuales dos son argentinos, uno es peruano y dos son bolivianos. Algunos murieron en el acto, porque aparecieron en esa discusión unos hombres, todos señalan que eran jóvenes, armados. Por lo que dicen y por lo que se ven en los videos, tiraron a la libre. Podría haber sido peor, porque había familias con niños, mujeres, que se las ve en los videos como pedían que paren y que se calmen”, siguió Galeano.
La militante de H.I.J.O.S. La Matanza y de Nuestramérica Federación Rural, se refirió a cómo fueron los hechos, pero además reflexionó sobre la descomposición del tejido social en los barrios y tuvo una mirada crítica sobre las capacidades y controles por parte del Estado, así como sobre la debilidad del entramado de organización popular.
“Las ocupaciones de tierra tienden a ser conflictivas. Hemos pasado por otras ocupaciones en las que han muerto algunos compañeros, cuando se estaba dando la toma, o en el retiro, o en el repliegue cuando viene la policía. Esto fue a la luz del día, con todos los videos que ya se pudieron ver por los medios y algunos que están acercando a la fiscalía. Un hecho terrible, que repudiamos. Las personas, como en el caso mío, o compañeros de otras organizaciones, que hemos pasado por crear barrios populares, nos ponemos a disposición para que se esclarezca quiénes fueron. Hay tres personas detenidas, pero para nosotros es importante que eso no quede acá, porque sabemos que el problema de la tierra es un problema que nos atraviesa desde hace años”.
En relación a la situación de falta de acceso a la tierra para vivir, sostuvo: “En primer lugar, creo que hay una responsabilidad del Estado local, una responsabilidad también de los Estados provincial y nacional, porque hay una ley, la 14.449 de acceso justo al hábitat, que le brindaría una cobertura a todas las ocupaciones que van surgiendo. Se llama al Consejo de Hábitat, en La Matanza está ya en discusión el Concejo Deliberante, pero no está funcionando, no están elegidas las personas, porque es una mesa tripartita, con referentes las organizaciones, con el Estado municipal, también con algunos otros, como las centrales sindicales o todas las organizaciones que les interese trabajar el tema de hábitat. Está armado, pero no está funcionando, entonces tenemos un Estado local que no está regulando”.
“Los barrios crecen y van naciendo alrededor de otros barrios, ocupando terreno, utilizando y agregando al cableado de la luz de los barrios lindantes, como también agregando desde las redes de agua más cañerías para su barrio, entonces van dejando sin fuerza o rompiendo, de alguna manera, las cañerías o los transformadores, que no dan a basto. Al cargar más barrios, se queman más rápido, tanto en época invernal como en época de calor. Todo eso es una problemática que sufren los barrios y no hay un Estado que pueda brindar esas infraestructuras, que serían lotes con servicios, agua, luz”, siguió.
La Matanza es uno de los más de 130 partidos que componen Buenos Aires, y es el más poblado de toda la provincia, con cerca de 2 millones de habitantes, según el censo nacional de 2022. “Es un territorio inmenso -dijo Galeano-, donde vivimos muchísimas personas y donde hay muchas tierras ociosas, donde hay fábricas grandes que en su interior poseen grandes hectáreas de tierra. Se podría ver todos esos bancos de tierra y trasladar a los vecinos que ocupan lugares donde no se podría construir nada. Porque a veces las ocupaciones están al lado de los ríos o, como en este caso, en una tosquera de González Catán, pegado al barrio Santa Cecilia, que aparentemente hace años funcionó como tosquera, y que hoy funciona como pileta de los humildes, es decir, de los jóvenes de los barrios populares van a bañarse a ese lugar y han ocurrido muchas desgracias”.
“Hay una parte ya ocupada desde hace un año, y en estos últimos meses, que se agravó la situación social y económica, la gente fue expulsada de la Ciudad de Buenos Aires por los alquileres, también expulsada por alquileres en La Matanza y de otros distritos, porque estamos en una frontera con otras localidades, como Merlo; entonces la gente termina decidiendo ocupar tierra. Es la única opción que tienen, la única oferta que tienen es la lucha por la tierra. Esto va a seguir estando, y más en estos momentos donde nadie puede pagar un alquiler con una de actualización cada tres meses”.
Consultada sobre la situación dentro del barrio 8 de Diciembre a partir de ahora, Lily Galeano delineó una mirada sobre el presente y aportó, además, su experiencia sobre otras tomas ocurridas en las últimas décadas en ese territorio. “Siempre donde el Estado no pueda estar presente o las organizaciones sociales no podamos estar poniendo los mojones organizativos, en el territorio hay una puja; primero, hay un intento de romper el tejido social organizativo del barrio. Y eso se hace mancomunadamente. No lo hacen solo personas sueltas de mal vivir, sino que lo hacen unidos a otras, como fuerzas de seguridad locales o fuerzas de seguridad de otros lugares, y con el alquiler de mano de obra desocupada dispuesta a venir, como en este caso, como francotiradores”, remarcó.
“En los territorios hay una gran descomposición social -valoró-. Debido a esa gran descomposición costó el primer día y el segundo poder ver bien el abanico de cómo estaba la situación con esto que sucedió. Por eso fuimos muy cautos en decir algunas palabras en esos primeros momentos, pero tampoco queremos no hablar. Me parece que hay mucho para decir de las ocupaciones de tierra y de las responsabilidades que tiene el Estado municipal. Después, todos los que podamos y los que tuvimos experiencia para poder compartir, tenemos el compromiso o el deber también de actuar“.
“Nosotros jamás, hace 30 años, cuando se tomaron tierras anteriormente que en el barrio Nicole, como en el barrio 22 de Enero, que es el asentamiento más grande de La Matanza, en el Tambo, en el 17 de Marzo, en el barrio María Elena, que son todas tomas de tierra históricas que se hicieron con organización, no ocurría esto. El terreno era para vivir cada familia, no se vendía, el que vendía un terreno se lo expulsaba. Todo eso hoy se fue. Hoy otros actores entran a jugar, desde malas personas hasta las fuerzas de seguridad de cada lugar, que terminan siendo parte de este negociado de venta ilegal de terrenos”.
*Entrevista realizada en Feas, Sucias y Malas, sábados de 10 a 13 hs, por Radio Gráfica, junto a Leonardo Martín y Paulo Pereira.
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