Por Carlos Aira
Son horas fragorosas en el mundo Boca. Las cartas están arriba de la mesa. El 2 de diciembre próximo, casi 100.000 socios del Club Atlético Boca Juniors tendrán que elegir entre dos modelos de conducción antagónicos. Por un lado, el oficialismo encabezado por Juan Román Riquelme y su agrupación “Soy Bostero“. Enfrente, la presencia de Mauricio Macri en búsqueda del botín perdido en 2019.
La política nacional es un actor fundamental. El triunfo electoral de Javier Milei – socio boquense en condiciones de votar – es un espaldarazo inmenso para el espacio que postula la fórmula Ibarra-Macri. “Era lo que estábamos esperando“, se escuchó decir a un referente histórico del macrismo xeneize. Por el contrario, la derrota de Sergio Massa deja sin un paraguas protector a Juan Román Riquelme. El vínculo entre ambos es conocido y fue el candidato de Unión por la Patria quién le brindó seguridad política a Román en su ingreso a la arena política boquense en 2019.
CANDIDATURAS: El exclusivo Yacht Club de Puerto Madero fue el escenario para el regreso formal de Mauricio Macri a la política xeneize. Su candidatura a la vicepresidencia primera no deja lugar a dudas: Macri vio agua en la pileta electoral xeneize. La derrota en la final de la Copa Libertadores fue el principal disparador. Acompañará la candidatura de Andrés Ibarra, quien fue su ministro de Modernización durante el gobierno nacional 2015-19. Macri apuntó sus cañones hacia Juan Román Riquelme a quién acuso de “no abandonar la arbitrariedad, el autoritarismo y la prepotencia”. Por la tarde llegó la presentación de la lista oficial. El lujo de Puerto Madero le cedió paso al color popular. El siempre dispuesto Luis Barrionuevo cedió el salón del Sindicato de Gastronómicos donde el macrismo xeneize expuso su músculo electoral. Allí estaban viejos conocidos de la rosca, como Carlos Aguas, Leandro Crespi (hijo de Juan Carlos), Diego Lajst (iba a ser compañero de fórmula de Reale), Marcelo London, Pedro Orgambide, José Palmiotti, Natalia Pompilio (hija de Pedro, ex presidente del club), Royco Ferrari y Mario Pergolini, que compañero de fórmula de Ameal en 2019 y renunció por diferencias con Riquelme en marzo de 2021.
Al día siguiente, Juan Román Riquelme oficializó su candidatura presidencial. La interna oficialista tiene su rosca. Por un lado, el Grupo La Boca, encabezado por el presidente Jorge Ameal, quién tiene como base operativa los históricos pasillos de Brandsen 805. Por su parte, Román armó su bunker en el predio de Ezeiza. Hasta último momento se especuló con la ausencia de Ameal y su gente. Ambos grupos fumaron la pipa de la paz, aunque el núcleo cercano al actual presidente quedó raleado en el dispositivo electoral.
LA VOZ DE ROMAN: Sin amilanarse, Juan Román Riquelme se puso al hombro su candidatura presidencial. Acorde a los tiempos, la batalla se juega en las redes. Con más de 660.000 seguidores, la cuenta de Instagram, @todosobreroman10 se ha convertido en un bastión de una guerra virtual que estaría ganando el oficialismo. La estrategia de Riquelme está siendo efectiva y dejando sin muchas herramientas al propio Mauricio Macri.
Riquelme también habló. El vicepresidente xeneize no es afecto a dar entrevistas, pero luego de la derrota en el Maracaná elevó la voz y fue contundente. En declaraciones radiales expresó: “La gente tiene que ir el 2 de diciembre a disfrutar, que vayan todos, debe ser una gran fiesta. Hay que votar para defender a nuestro club. Estas elecciones van a ser muy simples para los hinchas: ¿Queremos seguir siendo un club de fútbol o ser utilizados para hacer política”.
La estrategia de Román es tan simple como efectiva. Frases que son incuestionables y calan profundo en el corazón xeneize: “Seis títulos en cuatro años”, “34 pibes en Primera”, “Superávit económico, el más alto de los últimos 36 años”, “La Bombonera más linda que nunca”, “Volvieron los ídolos”, “Las Gladiadoras tricampeonas”, “Recuperamos la identidad”.
En un año electoral, y con el triunfo de Javier Milei a cuestas, Mauricio Macri desea nacionalizar las elecciones en Boca Juniors. La estrategia de Román es sencilla: Boca Juniors no debe ser una herramienta política de Macri.
DESPROLIJIDADES FUTBOLERAS: El oficialismo xeneize tiene varios frentes abiertos y un talón de Aquiles: su desprolijidad. Algunas relacionadas con el fútbol profesional. El Consejo de Fútbol en el centro de la polémica. Los mercados de pases xeneizes nunca satisfacieron el paladar de hinchas y socios. Otro problema fue el juego de entrenadores. Desde el despido del entrenador Sebastián Battaglia en una estación de servicio hasta la salida de Jorge Almirón quién presentó su renuncia apenas arribó al país luego de la final copera. El entrenador dirigió al equipo en 43 encuentros con una efectividad que no llegó al 50% de los puntos (17-13-13). En ocho meses de trabajo jamás armó un equipo fiable.
CELSA, EL ARIETE JUDICIAL DEL MACRISMO: La fiscal Celsa Ramírez integra la Fiscalía de Eventos Masivos de la Ciudad de Buenos Aires. Desde 2020 fueron varios los episodios que la emparentaron con el Club Atlético Boca Juniors. El 12 de octubre de 2021, la justicia porteña clausuró la Bombonera por cinco días, solicitud de Ramirez debido a un exceso en el aforo de público durante el partido frente a Lanús; En 2022, luego de un partido ante Corinthians por Copa Libertadores, la misma fiscal sancionó con una multa de dos millones de pesos a Boca Juniors por “omisión a la seguridad y mal funcionamiento de los molinetes del estadio que generaron demoras y aglomeraciones en el ingreso”. En la noche del sábado 5 de febrero, a horas del partido Boca-Central Córdoba, la fiscal Celsa Ramírez dictó la clausura de la tribuna superior del Riachuelo. La fiscal es un alfil judicial en esta guerra política que tiene como epicentro la conducción de Boca Juniors.
Las desprolijidades del oficialismo no solo incumben al fútbol profesional. El 17 de agosto pasado, el Juzgado en lo Penal Contravencional y de Faltas N°10, con la fiscal Celsa Ramírez a la cabeza, encabezó una serie de allanamientos en la Bombonera y el domicilio de Cristian Riquelme, hermano menor de Juan Román, con la intención de encontrar pruebas de una asociación ilícita alrededor de la venta de entradas e indumentaria del Club Atlético Boca Juniors. En el domicilio de Cristian Riquelme fueron secuestradas, con valor probatorio, 97 tarjetas habilitadas para ingreso al estadio –fuentes del club aseguran que tenía esas localidades guardadas por sus funciones en la institución-, tarjetas de pase de dirigentes para la Copa Libertadores Sub 20 que se jugó en Chile y ganó el Xeneize, 36 pulseras verdes de consumo libre en el buffet de la cancha, una gran cantidad de indumentaria, dos notebooks y una tablet.
“Hoy se habla de Chanchi Riquelme, y no sabemos quién es ni nadie lo votó, pero maneja el club a su antojo”, señaló Macri en tono chicanero. Sabe que no es cierto, pero la figura del hermano menor de Riquelme aglutina el sentido común negativo.
Vale destacar: son desprolijidades no forzadas del oficialismo.
Nada de lo secuestrado condena a Cristian Riquelme, pero genera un humor social que seguramente se jugará en los días previos a las elecciones. En declaraciones radiales, Riquelme fustigó a la fiscal a quién acusó de perseguir a su familia: “El miércoles pasado viajamos a Brasil y mi hermano, cuando salió de su casa, fue seguido por una camioneta blanca. A mitad de camino, la camioneta se le atravesó y lo hizo parar. Se asustó mucho porque él fue secuestrado en 2002. Eran policías de civil, sin identificación. Le pido a la señora jueza que no asuste más a mi familia, que sepa que nosotros no molestamos a nadie, somos una familia muy normal. Como dije otras veces, tenemos sólo dos vicios: tomar mate y comer asado”.
Oficializadas ambas listas, el oficialismo efectuó sus primeros golpes judiciales. El jueves pasado, Mauricio Macri presentó una denuncia ante la Comisión Electoral rechazando los avales presentes por la agrupación Soy Bostero. La denuncia se fundamenta en que los 10.000 avales presentados para la oficialización de la Agrupación no habrían sido certificados ante escribano público.
Luego del golpe, otro más. Horas después de la caída de la Selección Argentina en la Bombonera ante Uruguay, la Agencia Gubernamental de Control de la CIudad decidió la clausura del estadio alegando “haber superado su capacidad de aforo“. Desde Boca Juniors publicaron su respuesta: “El Club Atlético Boca Juniors comunica que, a pesar de no haber superado la capacidad máxima del estadio, la agencia gubernamental de control del GCBA decidió, finalizado el encuentro, clausuró La Bombonera alegando que se había superado su capacidad de aforo. Dadas las circunstancias del caso, el club considera que dicha acción evidencia animosidad contra la institución, algo que se ha reiterado sugestivamente en varias oportunidades en lo que va del año“.
Al mediodía del viernes, sin pruebas firmas para considerar que se había excedido el aforo, la clausura fue levantada.
LA BOMBONERA: El mítico estadio inaugurado el 25 de mayo de 1940 es otro campo de batalla. Lo señalamos en febrero pasado en las Apiladas Deportivas. El macrismo no tiene dudas: hay que construir un nuevo estadio en Casa Amarilla. Sin importar el impacto ambiental o la zonificación de terrenos. La gestión Ameal-Riquelme no pudo avanzar en encontrar una solución al problema del estadio. El fútbol ya no es solo un espectáculo dentro del campo de juego. Los grandes clubes necesitan cada vez más entradas hospitality y comodidades comerciales que el viejo estadio – por su tamaño reducido – no puede ofrecer. ¿Que rol jugarán los socios que no pueden ingresar al templo de Brandsen 805? ¿Que tiene para ofrecer el oficialismo en relación con un tema sensible? La Bombonera es el músculo y el corazón del pueblo xeneize. El macrismo es conocedor de una realidad: sin ese estadio, Boca Juniors deja atrás una etapa para comenzar otra con otro tipo de identidad. Eso también está en juego en las elecciones del 2 de diciembre.
EFECTO AFA: El triunfo de Javier Milei condiciona a la Asociación del Fútbol Argentino. En los últimos años, Boca Juniors no tuvo relaciones intensas con la calle Viamonte. Luego de apostar con fuerza a la elección de Sergio Massa, en la conducción afista son conscientes que Mauricio Macri querrá cobrarse viejas deudas. ¿Román será respaldado desde AFA? Es una posibilidad muy cierta. Ante un mapa que se oscurece para muchos clubes, la presencia de Román en un gigante como Boca – con su estilo popular y alejado de Macri – puede ser una bandera para los directivos de varias instituciones.
Entre Juan Román Riquelme y Mauricio Macri existe una inquina personal. Desde el casi olvidado affaire de la primera renovación de contrato (año 1998) que el entonces presidente de Boca Juniors hizo pública en el diario Olé; pasando por el Topo Gigio que el 10 le dedicó en un superclásico de 2001. Pero la derrota que le propició Roman a Macri en 2019 es algo intragable en el orgullo de Macri. ¿Como seguirá esta capitulo? De aquí al 2 de diciembre se pueden suceder muchas cosas, pero la realidad estará en las urnas y la decisión de los casi 100.000 socios xeneizes.
Periodista / Abrí la Cancha.
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