Por Lucas Molinari
El 10 de diciembre de 1983 Raúl Alfonsín asumió como presidente. En su mensaje a la Asamblea Legislativa prometió: “Vamos a vivir en libertad. De eso, no quepa duda. Como tampoco debe caber duda de que esa libertad va a servir para construir, para crear, para producir, para trabajar, para reclamar justicia – toda la justicia, la de las leyes comunes y la de las leyes sociales -, para sostener ideas, para organizarse en defensa de los intereses y los derechos legítimos del pueblo todo y de cada sector en particular. En suma, para vivir mejor; porque, como dijimos muchas veces desde la tribuna política, los argentinos hemos aprendido, a la luz de las trágicas experiencias de los años recientes, que la democracia es un valor aún más alto que el de una mera forma de legitimidad del poder, porque con la democracia no sólo se vota, sino que también se come, se educa y se cura”.
La última frase quedó en la memoria colectiva, seguramente porque en estos 40 años nos hemos empobrecido y esos derechos básicos que nombró el referente radical, están lejos de ser garantizados.
Es cierto que con Néstor y Cristina hubo 12 años de recuperación y conquistas de derechos.
Millones de desocupados se incorporaron al mundo del trabajo y muchos comedores comunitarios dejaron la asistencia alimentaria para convertirse en espacios productivos, culturales…
Pero no alcanzó. Las bases económicas dependientes que impuso el Plan Martínez de Hoz no fueron reemplazadas.
El país volvió a producir en 2003 aprovechando la capacidad ociosa de un percudido entramado industrial.
Pero desde el 10 de diciembre del 2015, Macri quebró muchas de las reformas kirchneristas. Del modelo productivo se pasó al financiero. El desempleo volvió a pegar fuerte y reaparecieron las escenas de miles de familias en los comedores comunitarios.
Se trata de una experiencia cercana, que tuvo como contrapartida una gran resistencia popular. Al gobierno vendepatria se lo empezó a echar en la calle, un acumulado que cosechó en votos la coalición del Frente de Todos.
Los spots de campaña para ganarle al macrismo en aquel 2019, criticaban la “heladera vacía” y prometían un futuro mejor. En un país lleno de riquezas solo crecía el dolor social.
La realidad no cambió, empeoró sobre todo para quienes deberían ser los “únicos privilegiados”. El “Barómetro de la deuda social de la infancia” que realiza la Universidad Católica Argentina, publicó en abril su último estudio:
“Se registra un piso del 30% de la población infantil que carece de una alimentación suficiente y casi la mitad de esta experimenta privaciones graves. Asimismo, que la protección social orientada a lo alimentario se ha incrementado de modo notable en los últimos años logrando revertir la tendencia, pero siendo insuficiente para erradicar el problema (…) Es relevante señalar que, en 2022, la inseguridad alimentaria afectó al 56% de los niños, niñas y adolescentes (NNyA) en el estrato trabajador marginal y 62% al 25% más pobre. Y, a casi el 45% de los NNyA pobres en términos de ingresos. Asimismo, es notable la mayor vulnerabilidad de los NNyA en hogares monoparentales (con un solo progenitor que por lo general es una mujer) donde la inseguridad alimentaria alcanza al 39%”.
El informe destaca el progresivo deterioro en las condiciones de vida: “La inseguridad alimentaria -hambre y reducción de la dieta de alimentos en los últimos 12 meses por problemas económicos- se incrementó un 44% entre 2010 y 2022 y el mayor deterioro se detecta en los últimos cinco años. El peor momento se constató en el pico de la pandemia, en 2020, cuando llegó al 37,2%. Y, aunque durante los últimos dos años se registró una mejora, en el segundo semestre del 2022 un tercio de la población de niños y adolescentes se encontraban afectados por esta problemática”.
Así andamos.
Cabe preguntarse entonces: ¿Qué carajo es la democracia?, ¿practicar el sufragio universal?
El pueblo argentino demostró que la democratización se logró con lucha a través de las organizaciones libres del pueblo, que ocuparon las calles en momentos determinantes para reponer las urgencias sociales y así interpelar al poder político y económico.
Podemos decir que la marcha de 300 mil personas convocada esta semana es una muestra de ello. Dirigentes de los movimientos populares reclamaron comida para los comedores, pero la consigna principal expresada en las convocatorias y afiches no podía confundir: “NO AL FMI” (más allá de la cobertura mediática canalla de los medios patronales).
Ese eje estará cada vez más presente porque el ajuste se profundiza. Hoy lo protagoniza el ministro de Economía Sergio Massa, pero todo indica que el próximo gobierno va a apretar el acelerador en el recorte y de ganar la oposición gorila, es explícita la amenaza de persecución judicial a la militancia.
Como venimos mencionando en esta columna dominical, el problema para el Movimiento Nacional radica en el fracaso del Frente de Todos, cuya dirigencia continúa aplicando medidas antipopulares.
Massa el domingo pasado presentó una batería de medidas que criticó el analista económico Rodolfo Treber: “Desde enero de 2022 se viene aumentando la tasa de interés de manera consecutiva, del 38% en 2021 fue aumentando siempre con la premisa de que eso iba a frenar la presión del tipo de cambio y contener la inflación, pero por el contrario si uno mira la escala de inflación desde 2022 hasta ahora, en paralelo al aumento de las tasas de interés aumentó la inflación”.
Una disposición que “aumenta el caudal de fondos en la economía especulativa. Ese aumento de poder de los bancos en el corto y mediano plazo sumado a la debilidad de la política nacional hace que ese sector busque dolarizarse y en eso, el aumento de la tasa de interés, termina siendo algo que promueve la presión sobre el tipo de cambio y por ende impacta en los precios internos”.
Mientras tanto, desde el campo sindical se siguen pidiendo por otro tipo de políticas. El gráfico Héctor “Gringo” Amichetti de la Corriente Federal planteó: “Hay dos cuestiones centrales, una es el congelamiento de precios en alimentos porque es fundamental ponerle un freno al abuso, y lo otro es una suma fija para mejorar los salarios. Esas son medidas que van con ese programa que tiene que plantear soluciones en esa confrontación con esa concentración económica”.
Lo programático es mencionado por la invitación de Cristina Fernández a construir los principios que debería seguir un futuro gobierno del Frente de Todos. Una convocatoria que no tiene canales orgánicos ¿los tendrá?
Sin embargo, la agenda está orientada sobre todo a las definiciones electorales.
¿Quién va a encabezar la lista? ¿Habrá internas en el oficialismo? ¿Axel Kicillof va a desdoblar las elecciones de la Provincia, irá de candidato a presidente?
Al parecer se barajan varias propuestas que CFK deberá decidir, ya no como candidata, sino como jefa de campaña, acompañada de un pequeño círculo de dirigentes.
“Hay que volver a enamorar” aseguró la vicepresidenta en la entrevista que dio en C5N. Lo que no dijo es cómo. Al mismo tiempo respaldó la política de Massa (“agarró una papa caliente“), quien busca ser el elegido, sin competencia interna.
En Mar del Plata estuvo otro de los pre-candidatos, Wado de Pedro, que recibió los elogios de Luis Barrionuevo: “Sos el mejor de todos, con humildad nos supiste ayudar a nosotros en el peor momento. Demostraste tu valía y tu compromiso con lo que significa la gestión por todo el país y con los gobernadores, llevándolos a dónde necesitaban las regiones de cómo generar fuentes de trabajo”.
“Los 58 sindicatos gastronómicos hemos resuelto por unanimidad acompañarlo en lo más preciado que uno puede tener en la vida que es poder conducir los destinos del país. Queremos que Wado de Pedro sea el futuro presidente de los argentinos”, anunció Barrionuevo.
Fue en el Congreso de la Unión de Trabajadores del Turismo, Hoteleros y Gastronómicos de la República Argentina. En la foto se ve al icónico dirigente menemista con dos “hijos de la generación diezmada” como la llamó CFK: Wado de Pedro y Fernanda Raverta.
Una encuesta de Celag, con 2002 entrevistas presenciales en 18 provincias, tiene datos interesantes. Por un lado, refiere a la pésima imagen de este gobierno (77% negativa), situación que se repite con el FMI (64,7% negativa). Respecto a la deuda con este organismo, el 58,3% respondió que hay que dejar de pagar (17,5%) o renegociar (40,8%). Ante la consulta sobre qué hacer con las empresas eléctricas, el 54,8% respondió que se tienen que estatizar. Respecto al litio un 52,8% dijo que se debe estatizar y el estado administrar ese recurso estratégico. Sobre las exenciones tributarias a las grandes empresas, un 67,5% expresó que hay que eliminar esos privilegios.
También el estudio de Celag explicita un escenario de tres tercios (Milei, Juntos por el Cambio y Frente de Todos).
¿Cómo será la campaña del oficialismo? ¿Con qué medidas económicas buscará su reelección como coalición gobernante?
Vale remarcar esta encuesta para discutir el “giro a la derecha” que suele repetirse como diagnóstico de coyuntura. Lo que puede haber es un crecimiento de la abstención. Quizá porque la impotencia que muestra la dirigencia política para resolver los problemas cotidianos de las mayorías se traduzca en bronca y menos participación electoral.
Veremos cómo sigue esta crisis. Se viene un 25 de mayo de movilización a la Plaza. Se espera el discurso de CFK, que viene hablando sobre todo del pasado, y poco de las tareas de la etapa. Una de las pocas definiciones que dejó esta semana fue la necesidad de “un acuerdo sobre cómo desatamos el nudo entre todos los partidos políticos que tengan expectativas de Gobierno o representación parlamentaria, en qué hacemos con la economía bimonetaria, quién se lleva los dólares”.
Un planteo que viene repitiendo sin resultados. Porque la oposición busca humillar al peronismo. Y lo que es cada vez más claro es que la dirigencia política tiene cada vez menos poder y se muestra dócil ante las corporaciones.
Además, el oficialismo hoy depende de los “fondos frescos” del FMI”, que parecen ser los más de 10 mil millones de dólares que había pedido Macri y Alberto Fernández rechazó al inicio de su gestión. Se aleja cada vez más la posibilidad de denunciar la estafa macrista, que esta semana fue denunciada por la Auditoría General de la Nación.
A pesar de los esfuerzos del gobierno por enviar señales al Norte y al círculo rojo, nadie descarta que pueda haber más corridas cambiarias para que haya una devaluación brusca.
Son tiempos complejos, sin embargo, los Mensajes que deja el pueblo en la calle resultan fundamentales para las resistencias que vengan.
“CONTRA EL FMI”
No hubo escenario ni oradores. La consigna central fue contra el FMI, y la dirigencia social sigue exigiendo la asistencia alimentaria y el aumento del “Potenciar Trabajo”, un millón doscientos mil beneficiarios que cobran poco más de 40 mil pesos.
En Avenida Belgrano y 9 de julio se encontraron tres grandes bloques: UTEP, Unidad Piquetera y Frente Milagro Sala.
“Es un mensaje a todo el sistema el político, nadie se puede hacer el distraído”, planteó Gildo Onorato de la UTEP (Unión de Trabajadores de la Economía Popular) y el Movimiento Evita, en diálogo con Gráfica. “En esta movilización se expresa la necesidad que hay en los barrios populares: los problemas alimentarios, la inflación y la necesidad de frenar con el ajuste que lleva adelante el gobierno por pedido del FMI. Este programa no se puede pagar, en principio hay que renegociar, el ajuste no puede ser siempre contra los trabajadores y las trabajadoras”, agregó Onorato que dejó un mensaje para el oficialismo: “el gobierno tiene que apoyarse en el movimiento obrero, en los movimientos populares, en los sectores que luchan por la justicia social, podemos encontrar otro camino”.
Para Hugo “Cachorro” Godoy de la CTA Autónoma, “esta unidad se va a fortalecer y vamos camino a una gran jornada de paro nacional. Si el Gobierno no cambia el rumbo, el futuro es negro para los argentinos y argentinas”.
Dina Sánchez, del Frente Popular Darío Santillán, cruzó a la ministra de Desarrollo Social: “Victoria Tolosa Paz saca una carta indignada porque salimos a la calle a luchar con nuestras niñeces pero no le indigna que la mitad de nuestros niños y niñas en Argentina sean pobres. Es importante que empecemos a tener funcionarios que funcionen y sepan de qué se trata. Tolosa Paz tiene que entender que su rol es atender las prioridades y las urgencias que existen en los sectores populares y las barriadas: la entrega de alimentos en tiempo y forma, que se paguen los convenios de las unidades productivas que están trabados. Si no sabe de qué se trata el Ministerio de Desarrollo Social, tiene que ir a otro lado a hacer sus funciones”.
Por su parte, Coco Garfagnini del Frente Milagro Sala subrayó la confluencia lograda entre los diferentes movimientos: “La unidad en la lucha será clave, entonces, para forzar una voluntad política que asuma como indispensable suspender el acuerdo con el FMI. La organización popular, y la construcción de agenda que nazca al calor de una crisis que amenaza con profundizarse, debe trazar respuestas efectivas para las urgencias que atraviesan las necesidades de los más humildes. Donde nos falta soberanía, nos falta trabajo. Ahí donde la comunidad padece necesidades, hay una oportunidad para que la producción popular le ofrezca una respuesta”.
Fue una convocatoria entre fuerzas sociales que responden a la izquierda partidaria por un lado y al peronismo por otro. Veremos si el proceso electoral divide a estos movimientos o la urgencia de la crisis los vuelve a juntar en la calle.
“QUEREMOS VIVIR MÁS”
El sindicato del subte hizo un medida de fuerza el lunes 15 en todas las líneas, con un cronograma de 3 horas de paro por cada recorrido.
Lograron romper el blindaje que tiene Rodríguez Larreta en los medios nacionales. El diálogo de Beto Pianelli con Feinmann en La Nación + demostró una vez más la mediocridad de estos profetas del odio y la formación de muchos dirigentes sindicales, permanentemente subestimados.
“Las y los trabajadores del subte venimos reclamando la apertura de la mesa paritaria para discutir la reducción de la jornada semanal a 30 horas para estar menos expuestos al asbesto, y las condiciones salariales vencidas el 28 de febrero“, planteó el sindicato en el comunicado.
La medida tuvo un fuerte consenso en la base laburante porque además Emova (la concesionaria del Grupo Roggio) hizo grandes descuentos a 200 trabajadores por las medidas de fuerza anteriores.
Una provocación que tuvo su respuesta.
“La empresa está buscando que se paralice todo el subte para cambiar el eje de la discusión, para llevarlo a lo que hacen siempre cuando hay reclamos de los trabajadores”, explicó Pianelli en Gráfica.
El eje planteado en el paro fue la salud. “Queremos vivir más” dijo Beto en la tele sin enojarse por las bravuconadas de Feinmann.
Son 85 los trabajadores a los cuales se les detectaron patologías ligadas como consecuencias del asbesto. Entre ellas el ensanchamiento de la pleura y tres casos de trabajadores fallecidos por cáncer asociados a la exposición al asbesto.
El asbesto, o amianto, es un mineral fibroso que en Argentina está prohibido su utilización desde el año 2003 por los efectos carcinógenos a su exposición. La normativa del Ministerio de Salud indica que la exposición puede generar cáncer de pulmón, entre otras enfermedades.
“Tenían que reemplazar ese mineral que se usó como aislante, pero no lo hicieron. Incluso compraron más trenes de España y Japón que tenía asbesto. Era un delito tanto vender como comprar esos trenes. Hasta ahora se sacaron 70 toneladas, pero queda mucho más por sacar“, expuso Pianelli.
Se calcula que faltan 200 toneladas por sacar, pero no hay un plan para avanzar en ese sentido.
¿A quién le corresponde la tarea? Al gobierno de la Ciudad, porque es el Estado el responsable de realizar las tareas de infraestructura.
“En la Línea B y la Línea E siguen funcionando algunas formaciones que contienen asbesto, sospechamos que también en la línea H y D, pero no es allí nada más. También hay asbesto en las instalaciones fijas, en los cuartos de bomba, en los cuartos de fusibles, en las usinas y escaleras mecánicas”, detallaron desde el gremio.
Interesante pelea por las condiciones de trabajo. Trabajar un día menos para vivir más.
Para comprender la importancia de la pelea está el doloroso testimonio de Carolina Castellano Pacci, la viuda de Jorge Pacci, trabajador de la línea B que murió a los 56 años de un cáncer provocado por el asbesto.
Subte. Testimonio de la esposa del trabajador de la línea B que murió por asbesto
YAPA, EL 25 A LA PLAZA
La reunión fue en SMATA el miércoles y luego se hizo un acto. “Romper la proscripción” fue el planteo de muchos dirigentes que continúan con el “operativo clamor” para que CFK sea candidata.
En diálogo con Radio Gráfica, el secretario Adjunto de SMATA y referente del Frente Sindical, Paco Manrique expresó: “Relanzamos el 25 de mayo, convocamos a todas las fuerzas sociales a movilizar a Plaza de Mayo. Es importante la presencia de todos los argentinos que sientan que la democracia está en peligro. Lo que tenemos enfrente no es bueno, ya lo explicitaron que vienen por nosotros, por los trabajadores, por la clase más humilde. Necesitamos traccionar para que nuestra conductora pueda postularse. Tiene que tener un límite esta situación donde el Poder Judicial está sobre el poder político. Para eso convocamos a la gente, decirle que estamos en condiciones de poder cambiar la historia y para eso nos movilizaremos “.
Andrés “Cuervo” Larroque, dirigente de la Cámpora, fue quien hizo público que la única oradora del acto será CFK y planteó: “La pelea con el poder fáctico se define en las calles y por eso vamos a reventar la Plaza de Mayo. Creo que Cristina nos está convocando a una pelea y una lucha que es mucho más profunda de lo que pensamos. Tenemos que reflexionar sobre eso, vamos compañeros a la calle y a la pelea que el peronismo nuevamente vencerá”.
Serán 213 años de la Revolución de Mayo, 50 de la asunción de Héctor Cámpora y 20 del inicio de la presidencia de Néstor Kirchner.
Sonia Alesso, titular de CTERA y de la CTA de los Trabajadores dijo: “Tenemos que discutir que programa vamos a llevar adelante que programa vamos a tener para sacar adelante el país y eso se hace con el pueblo en la calle. Tenemos que romper la proscripción de los que nadie eligió y nos dicen que hacemos, cuando votamos, cuanto pagamos, cuánto vale el cable y los alimentos. Tenemos que convocar a todos los compañeros de todo el país, tenemos que ser miles y miles, llenar la Plaza de Mayo y la 9 de julio y sostener que con proscripción no hay democracia”.
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