El movimiento obrero europeo no quiere financiar la guerra. Sus dificultades para articular. La OTAN arrasa con Europa. ¿Todo es populismo? Democracia y dictadura. Transnistria y Moldavia. Polonia y Bielorrusia. Congreso del PC de China: filosofía en debate a través de la práctica. El misterio alemán. Pobre Francia y Vive la France.
Por Gabriel Fernández *
Varios sindicatos franceses, orientados por la Confederación General del Trabajo (CGT), realizaron el martes pasado una huelga “intersectorial” para reclamar mejoras salariales. No es la primera acción gremial del período en curso: las protestas se despliegan desde finales de septiembre. El movimiento obrero galo concretó, en respaldo de la medida, unas 150 concentraciones en distintos puntos del país.
EL ABAJO SE MUEVE. En un comunicado destinado a convocar el paro suscripto por la CGT, Fuerza Obrera (FO), la Federación Sindical Unitaria (FSU), Solidarios y cuatro organizaciones políticas, se demanda “el aumento de los salarios, de las pensiones y de los subsidios sociales y la mejora de las condiciones de vida y de estudios”. La jornada marcó continuidad con la que se celebró el 29 de septiembre. Uno de los disparadores de aquella medida fue el conflicto de los trabajadores petroleros con las empresas del sector.
En medio, las franjas políticas críticas plantearon su posición. La Francia Insumisa (LFI), que lidera la principal coalición de oposición de izquierda (NUPES) en el parlamento, efectuó una manifestación nacional el 16 de octubre contra el alto costo de la vida y la crisis climática. Se sumaron el Partido Socialista y los Verdes, así como decenas de otras organizaciones. Dato de interés, el líder de LFI, Jean-Luc Melenchon, evocó a las mujeres que marcharon en Versalles contra el alto costo de la vida en 1789, uno de los impulsos de la Revolución Francesa, y llamó a los manifestantes a “superarlas”.
Por supuesto que no lo lograron, pero aunque no se registró una nueva Revolución Francesa, la manifestación fue muy grande, y los organizadores estimaron la participación final en 140.000 personas.
El Estado francés ha respondido con represión sobre varias de las actividades y el presidente Emmanuel Macron se debate entre las exigencias sociales y el corsé brutal impuesto por la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) sobre su país y la Unión Europea (UE) en general. Como indicamos en estas Fuentes, viene intentando forjar una coalición de 44 países de variadas posturas que implique un despegue relativo y paulatino del atlantismo; es posible que la perspicaz iniciativa, inversión política a futuro, esté llegando tarde.
Es que los ajustes desatados sobre la población para financiar la guerra en Ucrania a instancias del bloque anglosajón que lidera la alianza belicista, la transferencia de recursos de la economía real hacia las corporaciones financieras deficitarias y las medidas de enfriamiento económico con el argumento de contener la inflación se suman a las secuelas de las afamadas sanciones, que privan al país de su principal comprador externo y de una provisión aceptable de combustibles. Francia vive una agudización de la tendencia registrada, al menos, desde 2008, cuando eclosionó la falsía de una economía despojada de bienes de producción y consumo, y de consumidores.
La tradición sindical en varias naciones del Viejo Continente facilita el reverdecer de banderas que los grandes medios estimaron desaparecidas. Si los francos se han configurado en vanguardia regional, alemanes, búlgaros, daneses, suecos, noruegos, son sólo algunos de los espacios laborales que han dejado la hibernación. ¿Qué ocurrirá en las extrañas comarcas percibidas cercanas, como España e Italia, pero que desde hace décadas han emprendido una fanática cruzada destinada a aniquilar cualquier “populismo”? Encima, como evalúan que todo es populismo, advienen en francotiradores ideológicos con blancos a diestra y siniestra.
INVERSIONES … EN EL CASINO. Bien explica el investigador y autor noruego vinculado a los sindicatos de su país Asbjørn Wahl, que “Muchos esperaban que la crisis financiera, con sus devastadoras consecuencias, supondría el último adiós al neoliberalismo, la economía especulativa y la hegemonía de las fuerzas del libre mercado. Todas ellas políticas que habían provocado una fuerte redistribución de la riqueza social del trabajo hacia el capital, de lo público hacia lo privado y de los pobres hacia los ricos. El sistema quedaba desacreditado, y parecía seguro que ahora los políticos se darían cuenta de que la desregulación sistemática, la privatización y el capitalismo de libre circulación habían fracasado estrepitosamente. Era preciso acabar con la economía de casino”.
Sucede que en el período hegemonizado por el Consenso de Washington, “las economías nacionales se transformaron en un casino de apuestas donde un pequeño grupo de especuladores se enriquecían incomprensiblemente a expensas de la población del país. Era intolerable; había llegado el momento de implantar controles y regular. No fue eso lo que sucedió. Los neoliberales y los especuladores, que habían contribuido en gran medida a provocar la crisis, continuaron llevando el timón, incluso en el punto en que se diseñaban medidas de emergencia y se liquidaban deudas”.
El inteligente noruego apunta que “Por supuesto, lo que sucedió hasta la llegada de la crisis y lo que ha ocurrido desde entonces no es sino reflejo de las relaciones de poder en la sociedad. No es la pura razón, sino las relaciones de poder presentes en el seno de una sociedad, lo que determina la «solución» que finalmente se elige. Si hubiera prevalecido la razón, si lo principal hubieran sido los intereses de la mayoría de la gente, se habría puesto fin a la economía especulativa y destructiva. Podría haberse hecho mediante regulaciones, incrementando el control democrático de los bancos y demás instituciones financieras y prohibiendo los fondos de alto riesgo y el comercio de toda una diversidad de los instrumentos financieros de alto riesgo. Eso habría limitado el poder de los bancos, habría limitado los movimientos de capital y habría supuesto la reforma de un sistema impositivo que actualmente alivia la carga que soportan los ricos y fomenta la especulación sin trabas”.
Los lectores de este continuum periodístico percibirán un aire de familia en esa descripción elaborada lejos de estas playas. Pueden enlazarla con este artículo: Fuentes Seguras. Tiempos interesantes.
Sucede que contrariamente a lo planteado como solución en público, las privatizaciones, la desregulación de los mercados, el aumento de la desigualdad social y la especulación generalizada resultaron elementos esenciales para el colapso financiero de 2008 – 2010. Los Estados centrales, desterritorializados y cooptados por esas corporaciones, aplicaron los programas desindustrializadores sobre sus propios pueblos, a los cuales ya no evaluaban como parte de las mismas naciones. El control estatal se mantuvo, pero reorientado a garantizar la intervención contra el mundo productivo en general y absorber sus recursos rumbo al vacío que encarna el poder concentrado.
El amigo Asbjørn Wahl nos complementa sin saberlo: “Algunos gobiernos elevaron la deuda pública para salvar a sus bancos, a sus instituciones financieras y a sus especuladores. Las consecuencias fueron desastrosas y, en muchos países, fueron tantas las personas gravemente afectadas por ello que los gobiernos temieron una oleada de agitación social. El tiempo demostró, sin embargo, que no había razones para ello. Las revueltas populares contra la economía especulativa no llegaron a materializarse. En algunos países, los sindicatos se movilizaron, pero jamás llegó a producirse una ofensiva conjunta de nivel europeo. Así pues, los neoliberales podían seguir adelante con su proyecto de transformar Europa según sus propios intereses económicos y políticos”.
Es probable que la unificación temporal de aspectos agudos como los recortes hacia la “Defensa” y la falta de combustibles constituyan los puntos de apoyo, esta vez sí, de una confluencia regional de los trabajadores más vasta que la registrada hasta el presente. No será fácil de articular.
LA DEMOCRACIA DICTATORIAL. Hay más. Michael Hudson, quien supo transitar Wall Street y ahora brinda clases en la Universidad de Missouri, señala que se está gestando una poderosa ofensiva contra los trabajadores: “La Comunidad Europea está utilizando la crisis bancaria de las hipotecas y la innecesaria prohibición de que los bancos centrales inyecten capital para subsanar los déficits presupuestarios de los Estados como una oportunidad para multar a los gobiernos e, incluso, forzar su bancarrota si no aceptan reducir los salarios… O te sumas a la ofensiva contra los trabajadores, o te destruiremos, les dice la CE a los gobiernos. Tal imposición precisa de una dictadura, y el Banco Central Europeo (BCE) se ha hecho con el poder que antes tenían los gobiernos electos. La nueva oligarquía financiera actual celebra la «independencia» de este con respecto al control político como un «dechado de democracia»… Europa está entrando en una era de gobierno totalitario neoliberal”.
Por eso este periodista ha insistido, en la Gráfica y en otros espacios, que resulta imprescindible observar el decurso de los acontecimientos en vez de aceptar la imagen fija que se ofrece en los medios articulados por el capital financiero. Los mismos están detenidos en imágenes conceptuales que atrasan entre dos y tres décadas. Las flores, después de un tiempo de despliegue, atenúan sus colores; esos ideogramas llevan el sepia en su interior. Con esfuerzo indecible los responsables de la caída retocan –con éxito relativo- su zona visible. Pero la realidad, esa verdad terca, insiste en revelarse.
Las corporaciones rentísticas se aseguraron de institucionalizar el deterioro. Desde hace varios años forzaron a los melifluos dirigentes europeos -quienes relevan a los estadistas en este triste período de la civilización occidental- a imponer un régimen de control para que los Estados miembros de la UE tengan un déficit estructural inferior al 0,5% y una deuda pública por debajo del 60%. ¿Qué significa? ¡La política económica socialdemócrata del periodo de posguerra, está prohibida! Todo es populismo y de nada sirve que los pueblos voten candidatos que alzan promesas de justicia social. ¡Quién gana un comicio no tiene derecho a establecer una acción distributiva! Esto implica un claro desdén por la democracia en los Estados miembro de la UE y supone un paso decisivo hacia una organización más autoritaria y neoliberal.
El esquema se desplegó por completo, pues esos poderes también se aseguraron de impedir modificaciones sugeridas por el voto de las comunidades: insertaron, a través de esos tenues referentes políticos, una cláusula que obliga a conseguir unanimidad para cambiar las disposiciones de ajuste. Es claro. Aunque la mayor parte de los gobiernos se pusieran de acuerdo para eliminar tales condicionamientos, si una sola administración estadual se niega, su postura opera como veto para los anhelos del resto.
En las décadas recientes, el otro factor que deterioró la economía real fue la privatización de empresas públicas. Esto se logró sin los debates y sin la conflictividad que caracterizaron los años 90 en nuestras tierras, más allá de resultados equivalentes. Las decisiones de la UE no han impuesto privatizaciones directas, sino liberalizaciones, segmentaciones y tercerizaciones de servicios esenciales como la energía, el transporte y las telecomunicaciones. Así, varios gobiernos surgidos de colectivos progresistas, ratificaron a sus sociedades programas opuestos a las privatizaciones … mientras desguazaban las compañías con el argumento de favorecer su eficiencia. Adivine lector qué sector del gran capital las adquirió y las deterioró.
EL CLÁSICO ENTRE TRANSNISTRIA Y MOLDAVIA. Retomemos la guerra con epicentro en Ucrania pues en este tramo han acaecido algunos hechos interesantes.
El gobierno de la Federación de Rusia afirmó que amenazar la seguridad de las tropas rusas en Transnistria podría desencadenar un enfrentamiento militar. La nación que orienta el presidente Vladimir Putin tiene efectivos para el mantenimiento de la paz en ese estado ubicado en Europa del Este desde principios de la década de 1990, cuando un conflicto armado arrebató a los separatistas prorrusos la mayor parte de la región. A través de su Cancillería, estimó que la posición de Moldavia en contra de su labor pacificadora puede ser considerado como “un ataque” violatorio del derecho internacional.
Transnistria está ubicada entre el río Dniéster y la frontera oriental de Moldavia con Ucrania. Llamada oficialmente República Moldava de Pridnestrovia-, es una estrecha franja de tierra entre Moldavia y el oeste de Ucrania. Allí viven unas 500 mil personas. Es un estado escindido que abandonó Moldavia tras el colapso de la Unión Soviética en 1990. Es independiente, pero no ha logrado reconocimiento por parte de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Mantiene estrechos vínculos con Rusia: sus habitantes son mayoritariamente ruso parlantes y el gobierno está orientado hacia el perfil euroasiático que viene desplegando la Federación.
Rusia también suministra gas natural a Transnistria y le brinda respaldo económico. De los aproximadamente dos mil soldados que Moscú tiene instalados en la zona, la mayor parte son transnistrios y están integrados a la comunidad. Moldavia, como contracara, es uno de los países más pobres del mundo: su posición pro Unión Europea no le ha prodigado un respaldo importante del atlantismo. Moldavia suscribió, en 2014, un acuerdo de libre comercio con la Unión Europea.
El comandante militar ruso Rustam Minnekaev dijo en abril de este año que Rusia pretendía establecer un corredor terrestre a través del sur de Ucrania hasta Transnistria. “El control sobre el sur de Ucrania es otra forma de llegar a Transnistria, donde también hay hechos de opresión contra la población de habla rusa”, aseguró. Esto desató la cólera occidental, pues desde hace tiempo pretende controlar toda la zona, importante geopolíticamente y fuerte en gasoductos.
Un trazo de historia. En 1989, la República Socialista Soviética de Moldavia proclamó el moldavo como lengua oficial del país, y comenzaron algunas negociaciones para la reunificación con Rumania. Los eslavos de la ribera oriental del río Dniéster proclamaron la República Moldava del Transniéster el 2 de septiembre de 1990, en contraste con la opinión de los pobladores prorrusos. Estalló la guerra de Transnistria con aproximadamente 1500 muertes. El enfrentamiento finalizó tras un alto al fuego negociado por representantes moldavos, transnistrios, rusos y ucranianos.
Por entonces se oficializó la presencia del 14º Ejército ruso en la zona. Los moldavos lo consideran un elemento no neutral, cuando no hostil. No obstante, el Gobierno moldavo no tiene capacidad de control sobre la región. El 17 de diciembre de 2006, se celebró un referendo que ratificó el deseo de la población de Transnistria. La opción independentista consiguió el 97,2 % de votos. Pero ya sabemos el valor que Occidente otorga a las votaciones.
El 5 de marzo pasado, las autoridades de Transnistria pidieron que se reconozca su independencia, después de que Moldavia solicitara formalmente entrar en la UE. Esta tensión empalma, desde otro costado, con las narradas aquí en ediciones anteriores.
EL DUELO ENTRE POLONIA Y BIELORRUSIA. Nos corremos hacia una zona un poco mejor enfocada por las cámaras, aunque con filtros que difuminan su realidad. La frontera bielorruso-polaca divide la República de Polonia, alineada en la Unión Europea y la República de Belarús, integrante de la Comunidad de Estados Independientes (CEI). Arranca en el triple cruce de las fronteras con Lituania en el norte y se extiende hasta el triple cruce con Ucrania al sur.
Polonia ha acrecentado su volumen energético y militar. Świnoujście -¡cómo le dirán!-es una ciudad polaca situada en la provincia –le llaman voivodia– de Pomerania Occidental, sobre el mar Báltico. Es el mayor puerto marítimo de Polonia al borde de esas aguas. En ese lugar posee una planta con enorme capacidad de procesado y allí pueden atracar las grandes naves portadoras de gas metano.
Según el investigador Christian Cirilli, ese país “Ya se ha convertido en el nuevo centro energético europeo gracias al puerto de báltico de Świnoujście, donde cuenta con una planta regasificadora con una capacidad de procesado de 5.000 millones de m³ anuales, y donde pueden atracar los enormes buques metaneros estadounidenses, como así también por el gasoducto «Baltic Pipe», que llegó a Polonia justo un día después del sabotaje al Nord Stream 1 y 2 (¿Será por eso que el eurodiputado y ex ministro de Defensa y de Exteriores polaco Radek Sikorski tuitió ´Gracias, Estados Unidos¨”.
Añade, en un texto publicado pocos días atrás, que la nación polaca ”Ya se ha convertido en el principal aliado militar y político de la Anglósfera y miembro vital de la OTAN, no solo por su contribución en brindar campos de entrenamiento a las fuerzas ucranianas de reserva, sino también como puente logístico y como uno de los países europeos que más compromete su PBI en dicha Organización (un 2,42%, solo detrás de Grecia, con 3,76%; y Estados Unidos, con 3,47%)”.
Sobre el comienzo del litigio ucraniano quien redacta pensó que los impulsores de Kiev podrían derivar las acciones con un buen ataque de alcance controlado sobre Bielorrusia. No ocurrió; lo cierto es que la zona se ha configurado como un fortín abastecedor y es probable que los estrategas que lo decidieron, acertaran. Aunque quien sabe qué depara el futuro inmediato. El desarrollo del análisis llevó a Cirilli a formular esta inquietud: “¿Habrá un nuevo asalto a la capital ucraniana, Kiev, esta vez, en serio? ¿O se trata de una movilización que represente una amenaza para obligarla a defender la capital y aliviar las ofensivas en el sur y el este? ¿O están en prevención de una ofensiva atlantista, con Polonia como punta de lanza, contra Bielorrusia? ¿O podrían actuar invadiendo el norte ucraniano en caso de un asalto atlantista contra Transnistria? Lo cierto es que gran parte de los 300.000 reservistas no fueron a parar a Donbás … sino a unos cuántos kilómetros de Kiev”.
Valen todas las preguntas. Por esto se incluyen y su disección, queda recomendada.
OTRA DEMOCRACIA. El Partido Comunista de China avaló en la víspera al presidente Xi Jinping. Resultó una contundente desmentida a las versiones insistentes y vociferadas sobre un “golpe interno” que lo desplazaría. El Congreso duró una semana y derivó, interesantes debates mediante, en la reelección del simpático Xi al frente del PCCh y –claro- de la potencia. La dirigencia del coloso se permitió, como lo ha hecho en otras oportunidades, plantear al mundo un debate filosófico muy práctico, proponiendo la cooperación en reemplazo de la competencia.
Con intención de atenuar la solidez evidenciada, el eje informativo occidental pasó del improbable putsch a la expulsión del ex presidente Hu Jintao. Sin embargo, esa decisión también puede contribuir a dar cuenta de un bloque bastante aceitado y con objetivos definidos. Como dato de color, para revestir de dramatismo el suceso, vale apuntar que alguna vez, tantos años atrás, un joven Hu desplazó a otro joven, Xi, de la Juventud del Partido.
Los 97 millones de miembros del PCCh fueron convocados a “defender el rol central del camarada Xi Jinping en el seno del Comité Central del Partido y del Partido en su conjunto” según la resolución comunicada sobre el cierre. En un discurso previo, Xi había instado al Partido Comunista a “sufrir” y a “ganar” para “seguir avanzando”. Rastro tanguero en la formulación y una certeza: a nadie se le ocurrió organizar un acto para reunir a todos los afiliados. Los estadios son grandes en China, pero no tanto.
“Atrévanse a luchar, atrévanse a ganar, agachen la cabeza y trabajen duro, estén determinados a seguir avanzando”, expresó Xi a los 2300 delegados reunidos en el Gran Salón del Pueblo de Pekín (Beijing). Pocas horas antes de la publicación de este artículo, resultó confirmada su reelección. En busca del equilibrio historia – futuro, fue renovada una franja apreciable del Comité Central. Este nombramiento forjará un inusual tercer mandato para Xi como presidente chino durante la reunión anual de la Asamblea Popular Nacional que se llevará a cabo a comienzos del año venidero. En 2018 se suprimió el límite constitucional de dos mandatos, lo que permite a Xi, de 69 años, esta muy posible reelección.
Hay previsiones hacia el mediano plazo. En el quinquenio 2023-2028 “China participará activamente en la reforma y vertebración del sistema de esa gobernanza global”. Así contribuirá a diseñar una “comunidad (planetaria) de destino compartido, en momento en que el mundo se encuentra otra vez en una encrucijada histórica y el rumbo que tome dependerá de la elección de los pueblos de los diversos países”.
Este periodista sugiere al lector asomarse, y dejarse llevar, por el Documento completo del Comité Central, publicado 24 horas atrás. Es de valor para entender algunos asuntos que flotan ante la opinión internacional pero no logran anclaje que vincule formulaciones, principios e intereses.
Entre otras cosas, reivindica “el socialismo con peculiaridades chinas” y el pensamiento de Mao Tse Tung y de Deng Xiao Ping. En sintonía, se propone “la construcción integral de un país socialista moderno” así como la promoción de lo que llama “las cuatro integralidades”: integralidad de la construcción de un país socialista moderno, de la profundización de la reforma, de la gobernación del país según la ley y del disciplinamiento riguroso del Partido. Desde esas bases se lanza a dialogar con la humanidad.
Al tiempo que se propone contribuir al crecimiento equilibrado del planeta, precisa que no admitirá “la secesión ni las intromisiones”, en clara referencia a la situación taiwanesa. Destaca los éxitos en la lucha contra la pobreza puertas adentro, así como la cohesión entre las distintas etnias que configuran su nacionalidad. La cuestión es planteada con períodos pre establecidos: “De 2020 a 2035, cumplimiento básico de la modernización socialista; de 2035 a mediados de siglo, transformación de nuestro país en un poderoso país socialista moderno, próspero, democrático, civilizado, armonioso y bello”.
La pensaron bastante: “Es una modernización en términos de enorme magnitud poblacional, de prosperidad común de todo el pueblo, de coordinación entre la civilización material y la espiritual, de coexistencia armoniosa del ser humano y la naturaleza, y de seguimiento del camino del desarrollo pacífico, y cuya exigencia esencial es: persistir en la dirección del PCCh, perseverar en el socialismo con peculiaridades chinas, lograr un desarrollo de alta calidad, desarrollar la democracia popular de proceso entero, enriquecer el mundo espiritual del pueblo, materializar la prosperidad común de todo él, promover la coexistencia armoniosa del ser humano y la naturaleza, impulsar la estructuración de una comunidad de destino de la humanidad y crear nuevas formas de la civilización humana”.
Entonces, aborda la cuestión internacional, con dos objetivos: salvaguardar la paz mundial y fomentar el desarrollo en común. Para eso, participará activamente en “la reforma y vertebración del sistema de la gobernanza global e impulsará el desarrollo de esta en una dirección más justa y razonable, y a que se conducirá en disposición de obrar junto con los diversos países del mundo en despliegue de los valores comunes a toda la humanidad –paz, desarrollo, equidad, justicia, democracia y libertad– y en afrontamiento de todo tipo de desafíos globales”.
El Partido Comunista de China enrostra, sin hacer menciones puntuales, la dimensión de su debate con prácticas democráticas, lo cual contrasta con las restricciones crecientes en Occidente. Y se propone mejorar su vínculo con el resto del planeta para insertar esos temas en el debate público y revertir, a un tiempo, la imagen negativa que dice poseer debido a campañas ajenas y debilidades comunicacionales propias. Ese desafío sí que le costará un poco. Ya lo hablaremos, en próximas ediciones.
OPERACIÓN BARBARROJA. En vínculo sobrio con las líneas precedentes, cabe retomar el misterio alemán. Por así decirle, claro, y sin demasiado alarde. Hemos recorrido a fondo el decurso seguido por la ex canciller Angela Merkel durante el tramo previo, de palpable sentido creciente -y vibrante- para un país que vuelve locos a los europeos aunque finalmente sólo gana a través de su Selección Nacional de Fútbol.
En sintonía con el balance realizado sobre el accidentado desembarco de Olaf Sholz a la conducción del Estado, nos comunicamos con el analista Walter Formento quien inyectó fundamento a un asombro que, a esta altura, podríamos morigerar. Es autocrítica, y reconocimiento al estudioso. Dice Walter: “Resulta realmente sorprendente ver como los alemanes echan abajo sus propias instituciones”.
Y sostiene: “En el siglo XX, la Alemania que antes de la Primera Guerra Mundial había sido el faro de la ciencia y la técnica se convirtió en un país ciego que cometía los peores crímenes”.
“Ahora, en el siglo XXI, cuando dispone de la industria con mejores resultados a nivel mundial, Alemania vuelve sin razón a un estado de ceguera. Berlín acepta su propia caída en beneficio de Polonia -OTAN globalista- y también la caída de la Unión Europea en beneficio de la llamada «Iniciativa de los tres mares» Globalista, también denominada «Intermarium»”.
Mientras tanto, “los otanistas estadounidenses utilizan sus privilegios en Alemania. Las bases militares de Estados Unidos en Alemania disponen de total extraterritorialidad – Global y el gobierno alemán no tiene derecho a limitar sus actividades”. Evoca: “En 2002, cuando el entonces canciller alemán Gerhard Schroder se opuso a la guerra que los straussianos -Davos/Otan- imponían en el Medio Oriente, su gobierno no pudo impedir que el Pentágono utilizara sus instalaciones en Alemania como bases de retaguardia para la invasión y la destrucción de Irak.”.
Para que el azoramiento se desate, añade que “Pekín había convertido en el principal socio comercial a Alemania, con una relación valuada en 246.000 millones de euros”. Y más: “Los alemanes tenían, al menos en los círculos industriales, la intención de crear sinergias entre China, Rusia, Kazajstán, Ucrania y, por lo tanto, Europa y Alemania. El objetivo era integrar estados que reunieran zonas logísticas, productivas y exportadoras de energía (Rusia, Ucrania, Kazajistán) e importadoras de bienes industriales tanto de China como de Alemania”.
Este redactor se pregunta ¿cuánto influyen los liderazgos en el andar de una nación? El interrogante no es inocente, pues resulta adecuado suponer que en el circuito de los grandes países, la defensa del interés propio es uno de los elementos básicos. Pero claro, para que ese interés geo económico se potencie, es preciso que conduzca, oriente, a quienes conducen y orientan la política de un Estado. Los corto circuitos se pagan caro. El problema radica en que la reiteración de comportamientos semejantes en el marco de procesos diferenciados lleva a imaginar razones más profundas, que resulta difícil aprehender.
Pobre Francia y Vive la France. El intento de Macron por relanzar la línea franco alemana es razonable, aunque tenue a la luz de los acontecimientos. Pero si logra pervivir, quizás las huelgas y las movilizaciones que hoy le preocupan resulten el envión necesario para transitar ese sendero.
Mate en mano, este periodista reflexiona: Nosotros, los hispanos, los tanos y los indios, somos la pasión. Una pasión no exenta de inteligencia. Aunque a veces…
Pero ustedes, los anglosajones, no son la razón.
¿Y los germanos? He ahí el misterio. Rusia tiende a recordarlo todo.
- Area Periodística Radio Gráfica / Director La Señal Medios / Sindical Federal
Pintores franceses. Eugene Delacroix, Pierre Auguste Renoir, Edouard Manet, Jacques Louis David, Claude Monet, Paul Cézanne, Henri de Toulouse Lautrec.
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