Por Carlos Aira (*)
Comenzamos las Apiladas Deportivas de este domingo con una triste sensación: la fractura del Changuito Zeballos desnudó – en forma grosera – una doble vara que siempre existió en nuestro fútbol, pero que está siendo obscena. Con diversos actores del fútbol (medios – AFA) metiendo la pata hasta un límite casi sin regreso.
¡APUNTEN SOBRE LEYENDEKER!: Seguramente, antes del miércoles pasado, pocos futboleros sabían de la existencia de Milton Leyendeker. El defensor santafesino había disputado un puñado de partidos en Newell`s sin demasiado relieve. Sin lugar en los planes de Javier Sanguinetti, su destino fue un préstamo en el Agropecuario de Grobocopatel. Luego de la sorpresiva victoria sobre Racing, el elenco de Carlos Casares tenía por delante otro grande: Boca Juniors. Cinco minutos de juego. Exequiel Zeballos, el Changuito, llevaba la pelota por izquierda. El delantero xeneize es la mejor aparición del fútbol base de su club. Una posible figura de relieve. Si bien estaba apareado por un compañero, Leyendeker se arrojó desde atrás – en forma temeraria, vale destacar – y su pie derecho encontró el pie derecho de Zeballos, su pie de apoyo, cometiendo una durísima infracción de juego. El árbitro Maximiliano Ramírez amonestó a Leyendeker. Luego de protestas, el árbitro central, a través del cuatro árbitro, expulsó al defensor de Agropecuario. El partido finalizó con victoria boquense 1 a 0.
Hasta ahí, una jugada más de juego. Pero todo cambió cuando las noticias señalaron una posible grave lesión del delantero boquense. La prensa especializada, siempre cauta en el momento de adjetivar acciones rudas de quienes visten camisetas pesadas, utilizó hasta el hartazgo una frase para calificar la acción de Leyendeker: patada criminal.
Vale destacar que Leyendeker no es un criminal. Es un laburante del fútbol que tuvo una acción de juego temeraria que terminó con la grave lesión de un colega. Algo que sucede y sucederá. La misma prensa que equipara un crimen con una lesión deportiva no se animó a tanto cuando Carlos Tévez lesionó – con una plancha alta y alevosa – a Ezequiel Ham. Tampoco cuando Nicolás Capaldo, en la Copa Argentina 2021, fracturó a Lucas Carballo, jugador de Claypole, quién estuvo 6 meses fuera de los campos de juego. Dejemos algo en claro: no existe animosidad contra Boca Juniors. Si Leyendeker hubiera fracturado a un jugador de River Plate la respuesta mediática masiva hubiera sido similar y quien escribe también hubiera sido abogado defensor de un futbolista linchado mediáticamente por vestir la camiseta de un equipo de ascenso.
A todo esto, Lucas Carballo expresó en sus redes sociales: “Si a un chico de ascenso le pasaba esto (por la lesión de Zeballos) y no tiene representante, no sé si vuelve a jugar. Son dos varas diferentes, es la triste realidad que vivimos hoy”.
Pero el linchamiento mediático – muy parecido a un escrache – no finalizó en la indignación de redes sociales y un show de caras compungidas en TyC o algún tentáculo de Disney. El Tribunal de Disciplina decidió poner un pie en el abismo. Con la fractura de tibia sufrida por Zeballos, Fernando Mitjans – presidente del Tribunal – decidió suspender a Leyendeker de todas las competencias. Inédito: nunca una sanción de Copa Argentina corrió en el campeonato oficial. Mitjans declaró a Radio Mitre: “Cuando un jugador lesiona a otro y no puede seguir en el campo de juego tiene una sanción mínima de cinco partidos; pero en este caso de Zeballos queremos marcar un antes y un después”. Acto seguido, Leyendeker fue suspendido provisoriamente hasta que Boca Juniors no expida el parte médico de Zeballos.
La decisión del Tribunal de Disciplina genera precedente y jurisprudencia. Como la justicia es ciega, también debiera ser igualitaria. Pero todos sabemos que no es así. Las camisetas pesan y moralizan a muchos que se harían los distraídos si el fracturado hubiera sido un desconocido delantero de Agropecuario.
Los memoriosos recuerdan una escucha que tuvo como protagonistas a Fernando Mitjans y Daniel Angelici, por entonces presidente de Boca, en el verano de 2015. Luego de un amistoso ante Racing, con dos expulsados xeneizes, el titular del club de la Ribera le pedía a Mitjans la menor severidad posible:
EL CASO SABINO COLETTA: Sabino Coletta fue un durísimo defensor de Lanús. En 1935 su equipo recibió a Estudiantes de La Plata quién tenía como delantero estelar al entrerriano Alberto Zozaya, goleador del campeonato. Promediando la primera etapa, Coletta se tiró desde atrás y golpeó a Don Padilla. Fractura de tibia. Una lesión que, en aquellos días, te sacaba del fútbol. El Tribunal de Penas decidió expulsar de por vida a Coletta por indeseable. ¡Había fracturado a un bronce de nuestro fútbol! Finalmente, la sanción fue reducida a seis meses. En los primeros meses de 1936, Coletta dejó Lanús y pasó a Independiente. Junto al vasco Fermín Lecea armó la defensa más violenta de la historia de los Diablos Rojos. Jugó 200 partidos en Independiente y fue un fijo de la Selección. En esos años, la prensa jamás lo tildó de violento indeseable. Era el duro defensor de Independiente. Ese cambio de perspectiva fue señalado por el maestro Borocotó con una analogía fantástica: “Cuando un pobre afana es chorro; pero cuando un rico roba es cleptómano“.
Para la prensa moralista, que supo hacer ranking de Rústicos , Milton Leyendeker es autor de una patada criminal; Carlos Tévez enganchó su botín en la media de Ham produciéndole la fractura. Una prensa cómplice que entiende la existencia de chorros o cleptómanos. La doble vara de un fútbol que pide auxilio.
¡QUÉ GRANDE VÉLEZ!: Mientras se disputaba Agropecuario-Boca, en el Mario Alberto Kempes se realizó el partido de Copa Libertadores entre Talleres y Vélez. La T nunca le encontró la vuelta para generar fútbol y Vélez, con la experiencia de Lucas Pratto y el talento de Lucas Janson como banderas, aprovecharon una contra perfecta para ganar el partido 1 a 0. Vélez enfrentará a Flamengo en una de las semifinales de la Libertadores 2022. Algo que, ni el más optimista de los hinchas velezanos, hubiera imaginado a comienzos de año.
En este momento de extrema felicidad en Liniers, vale la pena destacar que la base de este equipo son juveniles. Ahí están los Valentín Gómez – ¡Pinta de crack! – Francisco Ortega, Máximo Perrone, Nicolás Garayalde, Luca Orellano, Damián Fernández, Julián Fernández – ¡Otro que pinta bien! o Abiel Osorio. Ninguno supera los 23 años, pero tienen una gran cantidad de partidos en Primera. Como señaló Nehuén Ríos en el programa, Mauricio Pellegrino fue quien les brindó rodaje y pertenencia a estos juveniles. Un trabajo que vale la pena destacar aunque Longaniza ya no esté dirigiendo el equipo.
VIGILANTES DE REDES SOCIALES: Huracán está jugando muy bien. El equipo dirigido por Diego Davobe aniquiló a Sarmiento – que venía de dos victorias consecutivas – con un 4 a 1 de alto vuelo. Franco Cristaldo y Matías Cóccaro conforman una delantera notable; pero los hilos del equipo los maneja un titiritero fantástico. Santiago Hezze, 20 años y un futuro enorme.
Pero el asunto aquí es otro. En la semana, el juvenil Agustín Curruhinca fue separado del plantel. El club decidió no ventilar las razones y se adujeron cuestiones personales. Lamentablemente, alguien filtró una información interna y la estigmatización se hizo carne. Para despejar algunas dudas, no es un tema de sustancias ni abuso. Como no somos vigilantes no vamos a decir que pasó. Solo señalar qué, junto al castigo, tiene que llegar la enseñanza y el acompañamiento, por más que la responsabilidad debiera ser intachable en un deportista profesional.
Curruhinca tendrá que convivir en el resto de su carrera con un sanbenito difícil de portar, sobre todo para los morochos de tierra adentro con apellido sospechoso.
Un plantel profesional no está compuesto por amigos. En el fútbol rentado conviven 30 personas con diversas edades, trayectorias, intereses sociales y deportivos, egos, estilos de vida y tantas otras cosas. Para que los chispazos sean moderados, los dirigentes buscan líderes positivos como quién busca aire para respirar. A la regla básica de lavar los trapos sucios dentro de casa, los planteles debieran sumar otra: no decirle a los buchones de redes sociales que está pasando dentro del vestuario.
¿UN MINUTO DE SILENCIO POR COCHES QUEMADOS? Luego de la derrota de Aldosivi ante Godoy Cruz, varios coches de integrantes del plantel profesional del elenco marplatense fueron incendiados en el estacionamiento del club. Un hecho policial repudiable y que amerita una investigación por parte de las autoridades. Pero el viernes pasado, en la previa de Huracán-Sarmiento y Platense-Banfield se realizó un minuto de silencio que las voces del estadio no supieron precisar. Recién cuando se jugaban algunos minutos de estos partidos, AFA hizo público un comunicado por redes sociales explicando:
“Se dispuso un minuto de rodilla en tierra, al inicio de cada encuentro de Primera División de las distintas categorías en repudio de los hechos de violencia recientemente sufridos por el Cuerpo Técnico y el plantel del Club Atlético Aldosivi”.
Increíble. No se hizo un minuto de silencio por hinchas asesinados, pero sí por coches incendiados. El minuto de silencio – con el eufemismo de rodilla en tierra – es el recuerdo y respeto para quién ya no está. El minuto de silencio dispuesto por AFA por la quema de vehículos es la banalización del silencio y el respeto. ¿Rodilla en tierra porque quemaron un coche? ¿Quién toma estas decisiones?
En su cuenta de Twitter, el querido Hugo Lamadrid fue al hueso: “Le prendieron fuego los autos a jugadores de Aldosivi y toda la respuesta del fútbol es una rodilla en tierra como muestra de solidaridad. Cuando le peguen un tiro en la cabeza a uno, van a poner las dos? A los jugadores mientras no le toquen su culo, no les importa el del otro”.
La seguimos la semana que viene, ¡Queridos cusifaís de la Gráfica!
(*) Periodista / Escritor. Autor de Héroes de Tiento y Héroes en Tiempos Infames. Conductor de Abrí la Cancha (Lunes a viernes, de 13 a 13:30 y 20 a 21hs. Domingos, de 21 a 22hs).
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