Por Ernesto Jauretche*
En términos estratégicos
Toda colonia tiene su primer periodo floreciente, durante el que se realizan las obras destinadas a construir o fortalecer el aparato económico-político-institucional de succión, que requiere una burocracia política eficiente, tal como la que puede ofrecer el peronismo.
Para pensar la coyuntura
Entre el imprevisible e irracional manejo mafioso, sin crédito que promete Macri, y la prolijidad massista comprobada, en tanto continuidad peronista-kirchnerista-progre-camporista, el imperio parece optar por un modelo colonial que no sólo tenga aval histórico sino la legitimidad de una democracia a la que el macrismo ofende. Un PJ formalmente representativo es, por lejos, superior en todos los órdenes a la meresunda de Juntos. Este curso puede garantizar la reelección de AF… o la realización de la consigna: MASSA AL GOBIERNO- STANLEY AL PODER.
¿Historia o actualidad?
Sólo cuando estén consolidadas las condiciones del protectorado -legitimidad democrática formal y consentimiento político y social a un momento RENOVADOR- vendrá la malaria generalizada. En los términos que impone la factoría próspera: una burguesía exuberante y un pueblo paupérrimo. Y la segmentación del país en enclaves de intereses productivos y de mercado: los llamados cluster, en palabras de Kulfas.
Mientras, gobernará el FMI. Porque, en términos geopolíticos, preferimos abandonar los sueños del BRICS para acompañar, junto a la perezosa Europa, la decadencia final del imperio anglo-sajón. Y es claro: si se hace lo mismo que en los años 30, no se puede pretender alcanzar un destino diferente: ¡otra vez la década infame!
Tal será el marco en que, inexorablemente, habrán de volver a tallar las nuevas generaciones argentinas en la lucha por la construcción de la igualdad y la justicia social, la reparación del inmanente movimiento nacional y la elevación de un polo de conducción política revolucionaria que sucederá al peronismo. Habrá una nueva FORJA y la magia de la historia sacará de su galera un nuevo Perón, que renacerá con una JP de otra denominación, y entonces… VOLVEREMOS.
Sin embargo, hoy es también preciso distinguir sobre las formas en que se envolverá ese previsible futuro.
El establishment es en general antiyanqui porque Argentina y USA son economías competitivas. Por tanto es previsible que el modelo de la embajada prefiera a los nuevos actores de la economía y a administradores con mayor responsabilidad social que la que brinda el macrismo, porque la amenaza china apunta al largo alcance. Y porque la proximidad del 2023 obliga a hacerse cargo de la necesidad contingente que plantea la disputa por el votante.
La democracia liberal a salvo
Ni soñar en un llamamiento urgente a la organización redentora del pueblo; miedo a quedar pagando o a que se rompa todo, aunque siempre sería mejor que esta entrega cobarde: el peronismo acabaría su ciclo peleando en defensa de la mínima dignidad.
Entre ser un protectorado norteamericano y seguir boyando en el espacio de nadie que deja la disputa por la hegemonía entre China-Rusia y EEUU-Europa, Cristina y la Cámpora aparentemente apuestan a lo seguro, y al mismo tiempo, donde hoy radica su debilidad política, alimentan con obstinación digna de mejor causa la continuidad de la dinastía. Campea el mismo pragmatismo conservador de la década del 90.
Bolsonaro ya es historia. El cometido político-electoral recarga hoy las espaldas de Cristina y Massa. Ocupemos el vacío de conducción y ojalá en el año y medio que le resta al mandato del FDT seamos capaces de, por lo menos, acompañar al pueblo en su abnegación, para que en el futuro la palabra peronismo no sea sinónimo de deslealtad.
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