Por María Rizzo y Matías Strasorier *
El INDEC dio a conocer el índice de precios del mes de enero, y “llamativamente”, el rubro que mayor alza registró es el de los alimentos, con un 4,9 % mensual respecto a diciembre, con un registro interanual del 50,5%. La carne, incrementó su precio en un promedio del 55,5% interanual. Puntualmente, durante enero, los cortes “intermedios” y “económicos” aumentaron 2,7% y 1,3%.
En relación al precio de los vegetales, los productos que más aumentaron fueron las verduras, tubérculos y legumbres. Para el caso del tomate, la variación fue del 82,2%, y 51,2% para la lechuga, para dar algunos ejemplos. En tanto que, para el caso de las frutas, el limón tuvo una variación del 30,2% respecto a diciembre, y la naranja, de un 15,2%.
¿Qué se oculta detrás de la inflación?
Esta pregunta ya la hemos formulado en otras oportunidades, en nuestro intento por debelar el misterio del “ser sobrenatural”, esta especie de “cuco” como se nos presenta la inflación, enmascarada detrás de la multicausalidad, fetichizada por quienes intentan ocultar lo que en realidad sucede: la derrota del salario de los trabajadores frente a la ganancia de los empresarios y la renta de los propietarios de la tierra-inmuebles.
La inflación es el resultado de aumentar el precio de los bienes y servicios más rápido que los salarios de los trabajadores, por lo que aumenta la porción de la riqueza generada por el conjunto social que le toca a un empresario o propietario de un inmueble o de la tierra, quien logra apropiarse de un pedazo más grande de la torta.
Por ejemplo, en una familia argentina, actualmente cada miembro consume alrededor de 50 kg de carne vacuna al año, es decir, unos 4,16 kg por mes o 140 grs por día. Si el kilogramo de carne vacuna aumentó el 53,5% en el período febrero 2021-febrero 2022 (con algunos cortes aumentando alrededor del 70-80% anual), mientras que el salario aumentó menos del 50%, esta familia deberá reorganizar su consumo, sustituir la carne o privarse del consumo de otros bienes o servicios para sostener el de carne vacuna. En definitiva, pierde parte del dinero recibido a cambio de su trabajo o producción, mientras quienes controlan la cadena de la carne vacuna aumentan sus ganancias.
El cuco de la inflación esconde en su apariencia multicausal de “imposible solución”, el aumento de las ganancias de los grupos empresariales que concentran las cadenas, basado en el mecanismo de apropiación de las riquezas generadas por quienes producen y trabajan. Los sujetos internos (no quedaría mejor los “dueños locales” de la Argentina, “los dueños”, como Pagani de ARCOR; los Blaquier de Ledesma y el criadero de cerdos PACUCA, entre otras empresas; los Pérez Companc de Molinos Rio de La Plata; los Peña Braun de La Anónima; los Bosh de Adecoagro; Mastellone de La Serenisima; los Vicentin de Grupo Vicentin; entre otros. Y claro, también (los transnacionales en vez de externos?) los sujetos externos como Coca-Cola Company; Unillever; Carrefour; PepSiCo; Danone; Nestlé; Bunge; Cargill; Bayer-Monsanto; entre otras.
Estas empresas o grupos empresariales conforman una amplia red integrada y diversificada en la cual la conformación accionaria diluye la personificación de quienes se apropian de las ganancias. Dicha estructura oculta también las disputas entre los mismos actores empresariales por apropiarse de las ganancias de otro grupo, aún entre distintas ramas productivas.
¿Quién maneja el inflador?
Es otra pregunta que repetimos. Claramente los que resultan beneficiados de la inflación son los grupos empresariales, pero ?qué rol cumple el Estado en esto? Una situación que para Macri parecía a priori, de fácil solución, demostrando luego su fracaso ocupando el sillón de Rivadavia hasta 2019.
El rol del Estado depende de quien lo gobierne y debería dar previsibilidad. Factores como la estacionalidad, el clima, los calores, los incendios, posiblemente incidan pero no son los factores determinantes. Aún las disputas del mercado global tanto actuales como históricas, requieren también la intervención del Estado Nación.
Un país como la Argentina, donde el sector agrobioindustrial es el más desarrollado, quienes gobiernan no puede perder el tiempo en echarle culpas al clima. Bien sabemos que el mundo de la digitalización, la robotización y la virtualización, del desarrollo tecnológico, aplacaría o resolvería ciertos factores que complican la producción. Pero para ello, deben llevarse adelante acciones coordinadas entre el Estado Nacional, Provincial y Municipal, para mitigar el impacto y proteger la producción de los daños, o dar respuestas inmediatas para una rápida recuperación productiva. La solución que ofrece la ciencia, bien sabemos, debe acompañarse de una clara decisión política (ver si va esta última oración cómo pa que cierre la idea del párrafo)
Cuando las descoordinaciones e ineficiencias de quienes gobiernan el Estado en los diferentes órdenes, no resuelven los factores que golpean sobre el conjunto social, la organización comunal resuelve. Como sucedió en los incendios de Corrientes donde Influencers vinculados al agro, al ambientalismo, a la cultura, al deporte, movieron las redes para cubrir el bache que dejó el gobierno de Valdés, responsable del Estado Provincial de Corrientes, más preocupado por proteger su country y el carnaval, que la biosfera y la producción correntina.
Lo cierto es que quienes gobiernan el Estado definen las políticas que finalmente, benefician a una parte de la sociedad. Y este aspecto no es para todos igual, no todos los que producen y trabajan tienen acceso a herramientas que faciliten y mejoren las condiciones de producción. No todos los productores acceden a créditos a tasas subsidiadas, a ANR (poner que significa la sigla), a mejoras de los caminos rurales, a mercados, a respuestas rápidas ante las inclemencias climáticas, entre otras cosas. De este modo, la ausencia de Estado beneficia a quienes concentran y se apropian de las cadenas de producción, mientras el resto solo “sobrevive”.
Empresa Nacional de Alimentos.
El intento fallido por fundar una empresa mixta con base en YPF Agro y Vicentin, tras la estafa del grupo empresarial al Estado Nacional y a más de mil productores, fue determinante en la disputa por controlar los precios. El potencial de esta empresa mixta, le permitiría al Estado Nacional tener incidencia tanto en el mercado interno como en el externo, pudiendo controlar tanto el ingreso de divisas como el precio de los alimentos del mercado interno.
Los grandes grupos económicos agrupados en AEA, no le perdonaron al gobierno nacional la osadía de intentar inmiscuirse en sus negocios. Ante cualquier intento, se sucedieron fuertes acciones-golpes mediáticos y judiciales (Dossier “Vicentin la Estafa Blanca, CEA, 2021). De esta manera, en los dos años de gobierno del Frente de Todos, resultó imposible acordar los precios de las mercancías con los principales grupos empresariales, o más bien, lograr que cumplan los acuerdos.
El anuncio de la creación de “Alimentos Argentinos” aparece como un nuevo intento del gobierno para disputar el inflador. La propuesta es una sociedad anónima con participación mayoritaria del estado (SAPEM), dependiente de la Secretaria de Comercio Interior, a cargo de Roberto Feletti, que proyecta establecer por ley el control del 51% de la empresa por el Estado Nacional, el 2% para cada una de las 23 provincias y un aporte de capital inicial de $900 millones.
Parte del gobierno del Frente de Todos continúa esta lucha para que las grandes empresas formadoras de precios repartan parte de las ganancias que obtiene de las riquezas que generan quienes producen y trabajan. En esa puja constante, mes a mes, para estirar el salario y el dinero “como chicle”, lo que entra en la casa de una familia argentina, se lo llevan otros por el carrito del supermercado.
No hay margen para fallar. Aunque el acuerdo con el FMI nos respire en la nuca, la respiración del 60% de los pibes que vive en condiciones de pobreza es la única deuda que tenemos que pagar. En palabras del indio: “el destino, por decirlo de alguna forma, nos pondrá a prueba en un futuro no muy lejano”.
(*) Integrantes del Centro de Estudios Agrarios
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