Por Gabriel Fernández *
OBJETIVOS ESTRATÉGICOS. Uno de los emprendimientos más vibrantes y persistentes del poder en la Argentina es la irradiación de un concepto originado en la amalgama entre denigración y brutalidad. Ese concepto quizás no tiene nombre; tal vez este autor no lo conoce; en una de esas no es otra cosa que la utilización de “argentino” como elemento combinatorio de ambos aspectos.
Para su difusión, ese poder necesita el empleo de factores cuyo despliegue oblitera el análisis: la reiteración y la ironía. Claro que en instancias intermedias, para reforzar la acción, inserta la pundonorosa indignación destinada a focalizar la responsabilidad sobre determinadas dirigencias y franjas sociales. Así somos, sugiere.
Un sector de la sociedad absorbe esas calificaciones para justificar sus frustraciones y explica su padecer por vivir en estos pagos como si avivara una brasa instalada bajo sus pies. De tal modo se va gestando un clima de tristeza y resignación que engarza con las dificultades económicas reales y emite un mensaje en todas las direcciones: Este país no tiene solución. El planteo se agudiza en las redes sociales: Este país no tiene solución con este pueblo.
El poder concentrado al cual nos hemos referido en tantas ocasiones con detalles irrefutables, acompañado por una importante aunque no mayoritaria masa de mediocres como base de sustentación, pretende así diseminar el desaliento sobre innumerables argentinos que intentan crear, trabajar, producir, innovar. Como poseen altavoz –se ha dicho-, influyen.
Son los influencers de la derrota nacional.
DESCRIPCIÓN Y ADVERTENCIA. La Carta presentada a la sociedad por la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner contiene varios elementos de vigor que ameritan su lectura. También, un empuje interior que denota la importancia de lo acaecido en el ámbito judicial, siempre enlazado con lo político.
En principio deja claro –todos los medios lo reflejaron- que la responsabilidad concreta del acuerdo que ¿se avecina? con el Fondo Monetario Internacional corresponde al presidente de la Nación, Alberto Fernández. La precisión, que podría ser evaluada como una obviedad, dadas las prescripciones constitucionales, corresponde en este caso pues se trata de la primera vez en la historia en la que el férreo esquema presidencialista argentino se percibe borroneado por el peso de la realidad.
No es “culpa” de nadie. Hasta ahora, para bien y para mal, el presidente ha sido el jefe de los procesos y el vice, una compañía más o menos oscura. Al contar con un volumen electoral propio superior al del resto de la coalición gubernativa, Cristina ha puesto en jaque el modelo y las personas se preguntan –como no lo habían hecho en tramos previos- si acuerda o disiente con los pasos adoptados por la cúspide del Poder Ejecutivo.
En los casos citados por la titular del Senado resulta ostensible la intención dañina de los medios monopólicos que formulan la inquietud; siempre prestos a dividir el espacio nacional popular, buscan e inventan diferencias para fomentar el tambaleo del oficialismo en primer término y para intentar el premio mayor en sentido estratégico: la aniquilación del peronismo. Pero no diríamos toda la verdad si no señaláramos que el interrogante surge también de regiones cercanas que no apuestan a la fractura y a la vez confían en quien ejerciera con donaire la primera magistratura.
La Carta entonces, sitúa. Recuerda a los acólitos que hacen circular entre el activo popular frases como “Ella tiene los votos”, “Ella es la Jefa”, “Ella lo designó a Alberto y tiene el comando”, “Ella posee otro plan y cuando llegue el momento, lo aplicará”, que el sistema institucional tiene un funcionamiento previsto y que el accionar de la vicepresidencia es respetuoso del mismo. Lo que es más, esta misiva bien puede ser observada como un respaldo al Presidente en medio de la hostilidad manifiesta de los voceros del Mal. El cierre es nítido al respecto, pues explica que si no percibiera estar participando de un sendero beneficioso para el pueblo argentino, se retiraría de la gestión.
La idea está bien fundada. Nadie puede objetar con franqueza la narración desplegada sobre el modo de resolver el adeudo previo durante la presidencia de Néstor Kirchner, y la suya. Tampoco el empleo de la navaja para redactar los segmentos que corresponden a los hacedores de la situación presente: El macrismo hundió la Nación con esa disparatada acreencia; ahora pretende que nada tiene que ver y encima descarga la responsabilidad sobre la autora de la misiva. Por debajo late la consideración: Somos unos cuantos, pero nos conocemos bastante.
Claro que en la mitad de este nuevo pronunciamiento, se desplaza una frase que puede operar como descripción pero también como advertencia. “Es un momento histórico de extrema gravedad y la definición que se adopte y se apruebe, puede llegar a constituir el más auténtico y verdadero cepo del que se tenga memoria para el desarrollo y el crecimiento CON INCLUSIÓN SOCIAL de nuestro país”. Quizás esa sea la expresión más intensa del planteo. Quizás pueda resolverse, en traducción rápida para el hondo bajo fondo, con un Atenti bien marcado.
En acelerada consulta con Fuentes Seguras que venían ofreciendo material sólido, este periodista obtuvo una respuesta. “En la administración se tomó la Carta como apoyo al Presidente y por lo tanto ratificación de la libertad que le asiste para adoptar la decisión que considere mejor para el país”. –Los ayudo: De hecho, retuiteó la Carta. “Así es”. –Pero no dijo nada. “No tenemos más información que esa”. – El problema es que el acuerdo con el FMI puede implicar una reducción del déficit fiscal. Se habla de cero déficit fiscal, con lo que ello implica. “Veremos”.
El Papa Francisco, conocedor de las dificultades por las que atraviesa el país, realizó su aporte desde el Vaticano. Este sábado, nombró al actual ministro de Economía, Martín Maximiliano Guzmán, nuevo miembro de la Pontificia Academia de Ciencias Sociales. Lo anunció la Santa Sede en un comunicado que no pasó inadvertido en el seno del Gobierno ni en la interioridad del FMI. Este año ya son dos los argentinos seleccionados por el Sumo Pontífice para integrar la institución. El 19 de septiembre, el secretario de Asuntos Estratégicos, Gustavo Béliz, también mereció ese honor.
EL FALLO. La ex presidenta se sintió empoderada por una lógica decisión judicial. El Tribunal Oral Federal 5 dictó su sobreseimiento y el sus hijos Máximo y Florencia en la causa conocida como “Hotesur” y “Los Sauces” en la que se investigaba un presunto lavado de dinero y asociación ilícita en el alquiler de hoteles y propiedades. También resultaron sobreseídos los empresarios Lázaro Báez, Cristóbal López, Fabián De Sousa y el resto de los acusados en el caso, en un fallo de 375 páginas.
Los jueces hicieron referencia al artículo 361 del Código Procesal Penal de la Nación que permite dictar el sobreseimiento antes del juicio cuando por pruebas nuevas se compruebe la inimputabilidad del acusado, cuando existe una causal de extinción de la acción penal o cuando el imputado se encuentre en condiciones de quedar exento de la pena en virtud de una ley penal más benigna.
Amparados en el concepto de delito continuado, los jueces sostuvieron que era necesario precisar la fecha exacta del comienzo de la ejecución. Del relevamiento de los hechos concluyeron que la maniobra más antigua, que marca el comienzo del acto investigado, fue el 7 de noviembre de 2006 con la constitución de la sociedad comercial Los Sauces. Este único delito -según la opinión de los jueces- culminó en el mes de abril de 2016 cuando Florencia Kirchner cobró el último salario como empleada de dicha firma.
Daniel Obligado y Adrián Grünberg señalaron que ese período que comenzó en 2006 y terminó en 2016 fue abarcado por dos normas penales. La primera castigaba a quien convirtiere, transfiriere, administrare, vendiere, gravare o aplicare de cualquier otro modo dinero u otra clase de bienes provenientes de un delito en el que no hubiera participado. En cambio la segunda norma -vigente desde el 28 de junio de 2011- introdujo una escala penal mayor llevando el mínimo de la pena a 3 años de prisión, agravó la escala penal para el caso de los funcionarios públicos y además hizo punible el denominado “autolavado”.
Luego de analizar jurisprudencia de la Corte y de la Cámara de Casación los jueces sostuvieron que debía considerarse como la ley más benigna y aplicable a este caso la primera, es decir, la que no castigaba el llamado “autolavado”. Señalaron que las transferencias de fondos a Lázaro Báez y Cristóbal López tenían un origen lícito, no sólo porque debieron ingresar a través de medios bancarios o financieros al sistema económico, sino porque esos movimientos estuvieron respaldados por normas y decisiones emanadas de organismos oficiales o autoridades públicas.
Ese dinero, dijeron los magistrados, desde el inicio ya estaba “limpio”, y no podía ni requería ser “lavado” para continuar su camino en el circuito financiero. Los fiscales de instrucción confirmaron que el dinero del presunto ilícito precedente era legítimo.
Como se observa, el fallo beneficia prácticamente a la ex presidenta pero al mismo tiempo responde a las necesidades mediáticas. Esto es así porque deja flotando la duda sobre el origen inicial del dinero en danza. Ante la imposibilidad jurídica de ofrecer una decisión condenatoria que hubiera resultado un escándalo histórico, los magistrados dejaron una huella sinuosa sobre la cual puede montarse cualquiera de los editorialistas cuyo timón fijo está más allá de las razones.
NOTICIAS DESCONOCIDAS. -Cuántas cosas. “Demasiadas, a tal punto que asuntos demasiado importantes quedan inadvertidos”. –Por ejemplo. “Bienes personales multiplicó por cinco su aporte a la recaudación. Es un impuesto progresivo sobre las personas de altos ingresos”. -¿Y las firmas extranjeras? “Las empresas multinacionales que operan en la Argentina pero que no tienen radicación permanente, van a empezar a pagar ganancias acá. Se está haciendo un gran trabajo: Esas empresas no están inscriptas en AFIP y por lo tanto es difícil alcanzarlas. Pero pagarán las tasas que correspondan”.
-Era hora. ¿Qué más? “A través de las licitaciones, Finanzas absorbió $132.746 millones más que lo que precisaba para cubrir vencimientos. Esos pesos serán utilizados para financiar gasto primario. La emisión del mes, por ahora, totalizó $50.000 millones y pudo acercarse a la meta de 60 por ciento de emisión y 40 por ciento de deuda que se había planteado como objetivo”. –Aumenta el nivel de la aspiradora. “Claro, en los lugares correctos. También tomá en cuenta que el Gobierno eliminó las retenciones a las exportaciones de las pequeñas y medianas empresas, en el marco del régimen Exporta Simple, a través del decreto 783/2021. Se fijó en 0% la alícuota del Derecho de Exportación para las operaciones que se tramiten bajo el Régimen de Exportación Simplificada”.
-Finalmente, les pregunto por los viajes al exterior. “El Gobierno prohibió comprar pasajes, alojamiento y servicios fuera del país en cuotas con tarjeta de crédito porque esas acciones necesitan provisión de dólares del Banco Central. Es otra vía para cuidar las reservas nacionales, no perjudica al público y deja de financiar operaciones que no lo necesitan. Sirve para dinamizar el proceso de crecimiento productivo interno que se puede palpar y no impide el viaje de nadie, digan lo que digan los medios”. –Algunos turistas argentinos que exigen soporte estatal pero optan por la banca privada tendrán que despabilarse. “Exactamente. Gracias porque nadie dijo eso. Ahora se dice pero las tasas que cobran los privados para financiar son muy altas. Bueno, es el privilegio de pertenecer”.
LA REGRESIÓN INDUCIDA (Objetivos estratégicos II). Sin embargo, en enero se acrecentarán los montos a pagar en el peor invento argentino, tan distinto a la eficaz birome: el monotributo. También habrá un reajuste en las tarifas de servicios públicos. Y un alza para las cuotas de la medicina prepaga. En línea, Darío Martínez, secretario de Energía, anunció que a partir de los primeros meses del año que viene se pondrá en marcha la segmentación de tarifas, con el objetivo de hacer “un uso más eficiente y más inteligente de los subsidios”. Las ingentes tareas de la Secretaría de Comercio Interior que lidera Roberto Feletti han logrado frenar el envión previo de varios productos de primera necesidad, raspando levemente el índice inflacionario que pronto se dará a conocer.
La fenomenal andanada de aumentos generales desatada por los grupos monopólicos en los seis años recientes parece instalada, con su secuela de bajos ingresos y distribución negativa del Producto Bruto Interno. Una gran parte de la población siente que ha logrado la hazaña de arribar a fin de mes si puede comprar los productos básicos que le permiten la sobrevivencia, lo cual da cuenta de sus dificultades para adquirir elaboraciones con valor agregado y nuevas tecnologías. Esta situación, que no es responsabilidad directa del actual Gobierno sino del anterior, evidencia por sí misma que en el presente no se encuentran soluciones.
Los datos previos, valiosos, indicados por las Fuentes, no alcanzan para delinear el imprescindible vuelco de recursos desde la cúspide social hacia la comunidad.
Es que la trampa persiste: Endeudamiento y fuga de capitales son parte del mismo circuito. De hecho la Argentina puede mostrar, este año, un elevado superávit comercial. Veamos: Según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), el volumen del intercambio comercial aumentó un 39,4 % interanual, a un valor de 12.095 millones de dólares. En octubre pasado se alcanzó un superávit comercial de 1.601 millones de dólares, lo que representa un salto del 139 % con relación al saldo positivo logrado en el mismo mes de 2020.
Como el control de las operaciones y las divisas está en manos privadas, básicamente exportadores y grandes bancos, ese volumen jamás arriba al mercado interno, al Banco Central de la República Argentina o a alguna variante local que pueda orientarlo en sentido distributivo, inversor, productivo. Tan es así que apenas contribuye a aquilatar recursos para pagar la deuda, la mayor parte de los cuales debe ser extraído de la generación de riquezas nacional, en un esfuerzo carente de sentido pero bien explicable políticamente.
Dinero hay. El país sigue batiendo sus propias marcas en materia de elaboración de alimentos. Esta sequía callejera, estos bolsillos vacíos, se originan en la continuidad de la trampa citada.
El callejón sin salida es elaborado por el poder financiero mundial que intenta rearmarse desde los Estados Unidos, y sus visibles socios asentados en nuestras tierras. Es que comprenden que la puesta en marcha de una Argentina Potencia implicaría el reverdecer del Mercosur, el desarrollo de la Celac por sobre la OEA y el emerger de una gran nación federativa del Sur continental.
EL HÁLITO VITAL. De abajo hacia arriba, grandes regiones del pueblo argentino hacen fuerza para que las autoridades cobren empuje hacia el hallazgo de esas salidas. En las movilizaciones masivas por un lado pero también en la organización esencial. Como ejemplo, cabe realzar la victoria de la Lista Verde de los Gráficos, con toda su significación histórica, como un registro significativo en proyección. Pues la gran elección del agrupamiento que orienta Héctor Amichetti beneficia a los trabajadores directamente sindicalizados en el sector por un lado, pero también a sus adyacencias, al vigor de la Corriente Federal de Trabajadores y a su presencia en la Confederación General del Trabajo.
Este espacio, que incide positivamente en las regionales cegetistas, confluye en acciones conjuntas con la CTA y ha gestado instancias decisivas para la elaboración de un modelo dinámico a través de la coalición Producción y Trabajo, sostiene un andar firme que se va configurando en faro interno del movimiento nacional.
EL JINETE SIGUE CABALGANDO. En tanto, uno de los jinetes del Apocalipsis sigue cabalgando. Europa padece el renacer del indómito coronavirus que mantiene congelado el proceso de transformación internacional. El sentido del cambio de época no se ha invertido, pero el gran capital financiero sabe sacar rédito a la emergencia para frenar cambios que, tres años atrás, se desplegaban a todo vapor.
En nuestro país se prepara un programa preventivo de alcance integral.
Habrá que dominar ciertas tendencias liberalizadoras que se han instalado en una sociedad que dejó de mirar los indicadores de contagio; pero los mismos, crecen. En esa dirección, se empezará por fomentar la vacunación de los pibes, desarticulando la creencia instalada al comienzo de la pandemia: “A los chicos no les hace nada”.
El emerger de una nueva cepa llama la atención y origina interrogantes corrosivos sobre si algunos pícaros incentivan, en el orden planetario, la continuidad del problema con la intención de ganar tiempo. ¿Es eso posible? Los especialistas parecen muy instalados en el diagnóstico del primer tramo pandémico cuando se necesitan respuestas para la nueva etapa.
EL HORIZONTE. Afuera la noche vibra con suavidad. Las ventanas abiertas a la ciudad mezclan el misterio del cielo con el de las vidas de los hombres, sus afanes y sus costumbres. La lluvia lenta envuelve la imagen y le brinda un tono azulado que facilita la evocación de pasiones.
Este periodista degusta sin prisa el mate del recuerdo y llega a su mente Javier González Fraga (Con la burbuja de crecimiento populista le hicieron creer a un empleado medio que podía comprarse celulares).
El asunto se va resolviendo: El empleado medio ya sabe que no puede lanzarse a semejantes aventuras. Lo cual le lleva a pensar ¿para qué, entonces, trabajar toda una vida?
Con certeza, el traductor del liberalismo argentino ni siquiera apuntó a locuras tales como adquirir una vivienda, hacerse de las máquinas modernas destinadas a mejorar la cotidianeidad, comprar cada tanto vestimentas adecuadas, escoger productos según el gusto del consumidor.
Nada. Ni un teléfono.
Interesantes capitalistas los capitalistas argentinos. Han barrenado por la base el eje del sistema de realización de bienes de producción y consumo. Creen que así está bien y se lanzan a institucionalizarlo a través de la inclusión del déficit cero entre las firmes metas estatales.
El gobierno del Frente de Todos fue elegido en 2019 para frenar esa primarización ruinosa. Todos sus esfuerzos deberían estar enfocados allí.
La búsqueda afanosa del Estado por frenar el alza de precios es loable. Una suerte de acción urgente destinada a limar los puntos más cortantes del derrumbe. Pero el nivel de pobreza sigue marcando records históricos.
La reparación de varios daños originados en los años 90 y ratificados en el cuatrienio pro saico será clave para trascender el matafuegos y abocarse a construir la Nación. ¿Cómo?
Empresas públicas en las áreas clave, alimentadas por la experiencia de autogestión de los trabajadores en las dos décadas recientes; eliminación de los residuos macristas en el seno de la administración; promoción de compañías nacionales con eje interno para desmonopolizar espacios económicos vitales; generación de un clima proclive a esas transformaciones a través del impulso de medios nacional populares.
Cuando esas ideas, junto a otras, pasen a formar parte del diálogo fundado en el movimiento nacional, las puertas del tiempo empezarán a abrirse.
Mientras tanto, las brumas seguirán ocultando el horizonte.
- Area Periodística Radio Gráfica / Director La Señal Medios / Sindical Federal
Pinturas. Alicia Valdivia (portada). William Thomley. Caspar David Friedrich. Sol Gould.
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