Por Héctor Amichetti*
En la nación que presume ser tecnológicamente la más avanzada del mundo se produce un lento e insoportable recuento de votos, como si las urnas llegaran a lomo de mula desde las regiones más apartadas del territorio hasta el centro de cómputos.
Mientras tanto los candidatos se amenazan entre sí y las vidrieras de los comercios de Washington son protegidas por placas de madera, pareciera ser que los civilizados anglosajones temen el ataque de una fuerza combinada de salvajes apaches y cherokees.
En unas simples elecciones, representación de una mascarada democrática, el Imperio expone sus miserias.
La miserias que desde hace siglos contribuye a desparramar por toda Nuestra América.
El gran Simón Bolívar sabiamente decía: “Parece como si la Providencia hubiese destinado a los Estados Unidos para, en nombre de la propia libertad, cubrir a América con las lacras de la miseria”.
“América para los americanos”, proclamó el presidente John Quincy Adams en 1823 y así nació la “Doctrina Monroe” que desnuda la ambición hegemónica del Gran País del Norte.
Tres años después Bolívar convocaba al Congreso Anfictiónico en Panamá con la aspiración de constituir una Confederación de naciones americanas, muchos gobiernos de la región lo boicotearon y Estados Unidos solo mostró interés por instrumentar comercialmente a su favor la posible unión.
Con esa única aspiración promovió en 1889 con el Secretario de Estado James Blaine como vocero, la “Unión Arancelaria Continental” buscando desplazar a Europa para convertirse en único proveedor de Latinoamérica.
Ya en el siglo XX y bajo los principios de la “Tercera Posición”, Juan Perón firmó el Tratado de Complementación Económica con Chile como primer paso del llamado ABC en procura de la integración sudamericana.
Unos años más tarde, con Perón en el exilio y Getulio Vargas suicidado, surge bajo el auspicio de John Kennedy la “Alianza para el Progreso”, que trataba de frenar con un puñado de dólares las rebeliones populares para impedir que se repitan en el sur victorias al estilo de la Revolución Cubana.
POR ESTOS DIAS…
Al mismo tiempo que en Estados Unidos dos partidos de derecha, simulan practicar democracia para afianzar la plutocracia, los pueblos de Nuestra América celebramos el 15º aniversario del No al ALCA.
Aquellas jornadas del 4 y 5 de noviembre de 2005 en Mar del Plata pasarán a la historia como fechas patrias de la Patria Grande.
Chávez en Venezuela, Lula en Brasil, el Frente Amplio en Uruguay, ese mismo año Evo ganaba las elecciones en Bolivia y Zelaya en Honduras, luego vendrían las victorias electorales de Correa en Ecuador y Lugo en Paraguay.
Era el presagio de Perón que se cumplía en la primera década del 2000 por la alternativa de la unión torciendo el brazo a la dominación.
Como buen peronista, en aquella Cumbre de Mar del Plata Néstor le enrostraba a Bush que las políticas de los Estados Unidos solo provocaban en nuestras naciones miseria y pobreza… grandes tragedias sociales.
Al día siguiente, el diario Clarín no solo informó sobre la fractura de la Cumbre, señaló además:
“Críticas a EEUU y al FMI”… “Hubo decepción en el entorno de Bush por el discurso de Kirchner”.
San Martín, Bolívar y Perón celebraban allá en lo alto, un poco más abajo, a bordo del avión Air Force One, Bush masticaba el polvo de la derrota.
*Federación Gráfica Bonaerense / Corriente Federal de Trabajadores














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