Esta mañana salió publicada en el Boletín Oficial, bajo la decisión administrativa número 1441/2020, la resolución que da lugar a la creación de la Dirección Nacional de Agroecología. Estará bajo la órbita del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca, a cargo de Luis Basterra, y su dirección será ocupada por el ingeniero agrónomo Eduardo Cerdá. Un paso hacia la soberanía alimentaria y hacia el cambio de paradigma productivo.
Por Juan Patricio Méndez
En la madrugada del día 11 de agosto, el Boletín Oficial publicó la resolución 1441/2020, la cual oficializa la creación de la Dirección Nacional de Agroecología, que quedó bajo dirección de Eduardo Cerdá. El objetivo de la misma será el desarrollo de estrategias basadas en la sustentabilidad y el equilibrio ambiental, así como el diseño de alternativas al modelo productivo que rige en la actualidad. Esta determinación gubernamental se enmarca en una creciente crisis ambiental, que ha despertado la urgencia en el establecimiento de políticas públicas para combatir el extractivismo, el ecocidio y la creciente utilización de agroquímicos.
El ministro de Medio Ambiente, Juan Cabandié, señaló en reiteradas oportunidades el riesgo que conlleva la utilización de pesticidas y fitosanitarios en la salud de la población. En este sentido, ha clasificado a los mismos como “venenos”. Y no es un dato menor, ya que son muchos los estudios que han comparado el crecimiento de enfermedades congénitas y oncológicas (entre muchas otras) con el aumento en el uso de agroquímicos. Es conocido el caso donde Bayer tuvo que compensar al agricultor que ha contraído cáncer por utilizar productos químicos como el glifosato.
Del mismo modo, poca es la difusión que tienen los casos de muertes y enfermedades productos de estas prácticas en todo el territorio nacional. Desde muertes súbitas hasta deformidades congénitas, pasando por abortos espontáneos, son algunas de las consecuencias de la proliferación de las prácticas extractivistas en la región. Incluso se han realizado estudios que sugieren que un acercamiento constante a este tipo de productos puede, eventualmente, generar o alcanzar a desarrollar alguna especie de autismo.
Los datos
Vayamos a los datos duros que nos sirven como soporte de lo que estamos planteando. Hoy en día, la cifra que alcanza la utilización de agroquímicos es de 500 millones de litros, los cuales superan en un 1300% a lo que se utilizaba en 1990. Pero no se debe al aumento de la frontera productiva, sino que se debe, fundamentalmente, al desarrollo de barreras que los mismos vegetales y suelos producen producto de estas prácticas. Se produjo una gran adaptación y resistencia a los agroquímicos por parte de las semillas.
En la Argentina, el ingeniero agrónomo y presidente de la Red de Acción en Plaguicidas de América Latina, Javier Souza Casadinho, realizó un informe y concluyó que son 107 los plaguicidas prohibidos que se utilizan, actualmente, para producir; de los cuales el 33% están catalogados como “peligrosos” por la Organización Mundial de la Salud. Los herbicidas como Atrazina y el Paraquat son algunos ejemplos, así como lo es también el DDT. En 2019, el SENASA advirtió que existen 52 tipos de pesticidas en frutas, verduras y hortalizas que se encuentran a la venta en zonas urbanas.
La dirección
La puesta en marcha de la Dirección Nacional de Agroecología supone un cambio de visión en el horizonte productivo nacional. Implica un avance en términos de soberanía alimentaria y la puesta en marcha de un plan alternativo de la producción de alimentos, que hasta el día de hoy ha dejado inerte a una gran porción del territorio, ha vaciado la salud de los ciudadanos y ha aumentado el grueso de la billetera de los dueños de los medios productivos.
En concordancia con la agenda verde nacional que propuso Alberto Fernández, la creación y formalización de este organismo deja entrever cuál es el horizonte en términos de sustentabilidad ecológica en la producción alimentaria. El Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca incluye, de este modo, una visión de integridad social y ambiental.
En este sentido, en el día de la fecha también se publicó la resolución 163/2020, la cual estableció la creación del Programa de Promoción del Trabajo, Arraigo y Abastecimiento Local (PROTAAL). Con esta decisión se prevé la conformación de las llamadas “Unidades Productivas Asociativas de Agricultura Familiar” (UPAF). Esta crisis coyuntural implica una oportunidad para iniciar un camino que tiende a la modificación de los rumbos desigualitarios a través de la integración de los sectores vulnerables de la cadena productiva. El incentivo de este tipo de prácticas hacia dentro supone un avance en términos de economía circular y de inserción de distintos sectores al complejo circuito productivo.
Este conjunto de políticas públicas apuntan a la modificación del mecanismo productivo del agronegocio, y se dirige a la concreta implementación de prácticas sustentables a lo largo del territorio nacional.
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