Milagro Sala, líder de la organización barrial Túpac Amaru y presa política: “En 2001 nosotros estábamos luchando contra el neoliberalismo. Una tarde, casi noche, vemos por las noticias que De la Rúa largaba el estado de sitio, cacerolazo en Plaza de Mayo, en todas las provincias hubo marchas, en Jujuy hubo marchas muy grandes. Con compañeros viajamos a Buenos Aires a acompañar a las Madres y al pueblo que estaba pidiendo que no queríamos volver a sufrir. Gerardo Morales fue viceministro de Salud de la Nación, estuvo con De la Rúa en el helicóptero, sin embargo hoy habla de cómo se tiene que conducir nuestra patria, es una vergüenza. Los argentinos no nos olvidamos quienes estuvieron gobernando en la época de Menem y en la de De la Rúa”.
Jorge Thierbach, dirigente de la Federación Gráfica Bonaerense e integrante de Radio Gráfica: “Pensaba en los contrastes de la vida, ese 19 de diciembre estábamos festejando el casamiento de mi hija con familiares nuestros y del novio. El televisor estaba prendido y de golpe empezamos a ver las imágenes en la 9 de Julio, en Plaza de Mayo, como explotó ese plan económico basado en la convertibilidad, como huyó como rata Fernando De la Rúa en helicóptero, la feroz represión. Unos días después con un compañero de militancia me contaba cómo veía hombres de civil rodilla en tierra disparando con sus armas, nada de balas de goma, balas de 9 milímetros para matar. Los casi 40 muertos son testigos de esa feroz represión. Una movilización popular como sucede muchas veces en la Argentina, que salió a las calles sin que nadie organizara pero que concurrieron a los lugares que normalmente vamos a manifestarnos para decirle basta a un modelo económico. Nunca más, nunca más”.
Aguilera Farías, sobreviviente del 2001: “De la Rúa dice estado de sitio y empezaron los cacerolazos. Vimos que reprimieron a las Madres y eso fue detonante. Yo militaba en HIJOS, salimos a protestar, nunca pudimos entrar a la Plaza de Mayo por la represión, estaba la policía en la 9 de Julio tirando. Volvimos a Congreso, donde también ingresaron policías en motos. Nos parapetamos en las paradas de colectivos, en Callao y Rivadavia. Pasa una señora ciega, que tenía problemas para caminar, con su pareja, los dos en situación de calle. Pasan policías de civil, que empiezan a llevarla a rastras y pateándola. Nos enfureció mucho, intentamos sacársela a la policía y de repente empieza una ráfaga de balas, una me llega en el ojo derecho y perdió la visión porque me lo quema todo. Y luego me llevan detenida a la Comisaría 6ta donde los policías nos recibían a las patadas”.
Carlos Minucci, secretario general de APSEE y referente de la Corriente Federal de Trabajadores: “Aquellos responsables de ese diciembre trágico, donde le costó la vida a tantos argentinos y argentinas en ese estallido social, económico y político, y que fueron partícipes también de los últimos 4 años del macrismo que generaron la deuda con el Fondo Monetario y la quiebra del sistema económico y político en Argentina. Hoy volvemos a la misma lucha con los mismos enemigos. Hay que resistir. Siguen tratando de desestabilizar el gobierno y ante ello no podemos distraernos y evitar que esta misma caterva vuelva a atacar a los argentinos”.
María Reigada, senadora provincial bonaerense del Frente de Todos y dirigente de SUTEBA: “El 19 y 20 de diciembre fue el estallido social más grande, más contundente contra las políticas neoliberales que tuvimos en nuestro país, que marcó el límite de las políticas de los 90. Reapareció como protagonista la juventud con mucha fuerza en la calle, la clase media asumió la defensa de sus finanzas pero también un fuerte rechazo al toque de queda”.
Doctora María Elena Folini: “Pasé ese 19 de diciembre de 2001 de guardia como médica en un hospital de Ingeniero Budge, en Lomas de Zamora. Ese día se produjeron saqueos y enormes enfrentamientos. Había personas armadas en techos que baleaban a mansalva a chicos, grandes, niños, mujeres, que llegaban heridos y baleados. Si teníamos que derivarlos, a las ambulancias les era muy difícil trasladarse porque todo el conurbano estaba minado de barricadas de fuego, que la misma gente armaba. Realmente se sintió como una guerra, un momento de fin y comienzo. El 20, cuando salimos nos dimos cuenta de la gravedad de lo que estaba pasando”.
Zuleika Esnal, actríz y escritora feminista: “Yo tenía 25 años, trabajaba como camarera en la calle Reconquista en el bajo. Recuerdo los gases, la montada encima de las Madres, los caballos, el helicóptero, el pánico, la represión, como muchos gritaban Que se vayan todos y cosas como Yo no los voté. Más de uno de los que caceroleaban y se indignaron porque les metían la mano en el bolsillo, los volvió a votar y se olvidó de todo lo que tuvimos que atravesar. A mí me gustaría que no nos olvidemos nunca más de todo ese horror porque es el único modo de no volver a repetirlo”.
Mariano Robles, secretario general del Sindicato de Motoqueros: “El 2001 a nosotros nos parió. En ese momento nos sacamos la mochila de la derrota El día del motoquero lo pusimos el 20 de diciembre en homenaje a Gastón Riva, nuestro compañero asesinado”.
Horacio Rovelli, economista y docente: “Las jornadas del 19 y 20 de diciembre es un quiebre de los que tiene cada tanto Argentina, en este caso con la muerte de personas inocentes que salieron a manifestar su repudio ante un plan hambreador de ajuste permanente y de endeudamiento en beneficio de una minoría. Por eso no podemos olvidarnos esas fechas, más cumpliendo 20 años”.
Dagna Aiva, referente barrial de Villa 21-24: “En los barrios populares sufrimos un montón la desidia y las desigualdades de siempre, sin embargo pudimos salir adelante. Fue nefasto para todos, pero mucho más en los barrios populares. Que no se repita nunca más. Lamentablemente, al parecer no hemos aprendido nada”
Pepe: “Mi recuerdo de los hechos es haber formado parte de la asamblea popular de Congreso, que se reunía en las escalinatas del monumento que está frente al Congreso. Ahí nos reuníamos cientos de vecinos y vecinas que discutíamos problemas del barrio, que ayudábamos en cuestiones de barrio y tratábamos de hacer publicidad de las movilizaciones de aquella época. Todavía hoy me sigo encontrando con algunos vecinos y vecinas. Gran experiencia democrática”.
Cecilia: “Lo que recuerdo del 19 y 20 de diciembre es llegar a casa del trabajo, porque tenía el privilegio de tener trabajo en esa época, y ver esas imágenes de la policía montada reprimiendo compañeros, trabajadores, manifestantes y a las Madres. Eso me produjo mucha bronca pero también la alegría de esa rebelión popular que después significó tantas nuevas formas de organizarnos y un momento diferente en la lucha de nuestro país”.
Alejandro Ruíz, secretario de Prensa de SATSAID: “Cuando De la Rúa declara el estado de sitio, muchos trabajadores sentimos que era un cachetazo a la democracia, después de años de dictadura que vivimos en estado de sitio y terrorismo de estado. La gente salió a la calle espontáneamente. Nosotros el 20, con el secretario general del gremio Horacio Arreceygor y 50 compañeros, nos fuimos a la plaza. Avenida de Mayo era un caos, cada esquina que pasabas te enterabas que había muerto un compatriota, la policía motorizada parecía un escuadrón de la muerte. Vivimos indignación, bronca, miedo y en un momento nos reagrupamos y fuimos a una plazoleta en la 9 de Julio esperando que la situación se tranquilizara porque teníamos compañeros muy jóvenes a los que teníamos que cuidar”.
María: “Mi recuerdo de aquel diciembre es bastante trágico. Yo trabajaba en la calle Florida. No me alcanzaba para pagar una guardería así que llevaba a mi bebé a todas partes. Tuve que cruzar la Plaza San Martín en medio de los gases lacrimógenos y venía detrás una horda de gente desesperada que no le alcanzaba el dinero para comer y venían rompiendo cosas de la bronca. Llegué a la esquina con el bebé encerrado en el moisés, totalmente tapado para que no le afecten los gases. Por suerte conseguí un taxi, no tenía para pagarle y me bajé a las dos cuadras, pasando Retiro”.
Carlos Demartino, profesor de técnica vocal y director del radioteatro La Compañía: “Diciembre de 2001 me quedó el dolor de la masacre, de esa cantidad de gente que asesinó la represión en la Plaza. Me quedó ese caceroleo del bolsillo de la clase media y sobre todo el movimiento piquetero como un movimiento de fuerza para la clase trabajadora, que incluso pude contar en una obra que llamó El Piquete, que hice para el Teatro x la Identidad”.
Alejandra: “Yo tenía 21 años de edad, justo en ese mes obtuve mi primer empleo como pasante en un banco privado y la verdad que fue muy shockeante para mí, porque ingresar a trabajar y que se declare un corralito con los clientes enojados con razón por la crisis económica por no disponer de sus depósitos. Me encuentro con saqueos en un hipermercado de la zona, con revuelta social, hubo muchos fallecidos entre los cuales se encontraba un conocido”.
Ángel Ibáñez: “íbamos y veníamos al frente del HSBC, empezamos a sentir balas de plomo, cae un compañero que después nos enteramos que era Petete Almirón. Fue la primera vez el 20 que volvimos a recuperar parte de la plaza, avanzamos con furia hacia adelante contra las fuerzas policiales. En esas jornadas le dijimos realmente que no al neoliberalismo y nos costó mucha sangre a este pueblo argentino”.
Emiliano, militante de la Agrupación Vecinos de La Boca: “A la tarde-noche estaba reunido en lo que es actualmente Camioneritos, nos enteramos que hubo represión en dos supermercados chinos en Necochea y que hubo heridos y fuimos para ahí. Nos reprimieron hasta la noche, la infantería gaseaba entre Olavarría y Lamadrid, dentro de los conventillos, arriba de los techos. Eso fue el 19 en La Boca. Y el 20 la mayoría terminamos yendo a la plaza y resistiendo a la policía a partir de la represión contra las Madres de Plaza de Mayo”.
Guillermo Caviasca, historiador: “El 19 de diciembre a la mañana fuimos a Moreno, hasta el barrio Las Catonas, porque esa había sido la zona de epicentro de saqueos en el 89, en la época de Alfonsín, y esta vez queríamos estar en el centro del problema para verlo en primera persona. Cuando volvimos a mi casa en Caballito, vimos que habló De la Rúa anunciando que era el estado de sitio. Enseguida empezamos a escuchar ruidos y salimos a ver qué pasaba y nos encontramos con multitudes impresionantes en todas las calles y avenidas. Fuimos al centro y empezaron los disparos. El 20 de diciembre nos preparamos con todo lo que fuera necesario para la lucha callejera, nos enfrentamos horas y horas con la policía. Ahí primero renunció Cavallo y después De la Rúa. Nos pusimos a festejar con la gente en la calle, que habíamos ganado la batalla de que se fueran”.
Dina Sánchez, secretaria adjunta de la UTEP y vocera del Frente Popular Darío Santillán: “Las jornadas de 19 y 20 nos mostraron la importancia de la movilización popular, del protagonismo del pueblo en la calle, de la necesidad de mostrar el rechazo a las políticas neoliberales, manifestándolo en unidad y en la calle. 20 años después tenemos que volver a decir que la deuda es con el pueblo”.
Juan José Salinas, periodista y escritor: “Participé muy activamente de las jornadas del 19 y 20 de diciembre de 2001 porque vivo muy cerca de Plaza de Mayo. Lo que más recuerdo fue esa noche emocionante del 19, después de la represión en Plaza de Mayo, que nos juntamos en el Congreso. Gritaba como un orate: Se acabó la gente, volvió el pueblo. Creo que sintetiza esa jornada”.
La Gráfica recuerda
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