La Federación Nacional de Docentes Universitarios (CONADU) tuvo sus elecciones el viernes 10 de octubre. Ganó la Lista Frente Unidad Docente 23 de Abril (Lista Verde).
De esta manera Clara Chevalier, de la Universidad Jauretche de Florencio Varela, será la próxima secretaria general y Octavio “Tato” Miloni, de la Universidad de La Plata, su adjunto.
Ganaron por un voto. La lista Verde obtuvo 62 votos, contra 61 de la Lista Azul, encabezada por Yamile Sokolovsky, cuyo referente es el actual secretario general Carlos De Feo, que conduce la federación hace dos décadas.
La elección se desarrolló durante el Congreso de la federación, con la presencia de congresales en representación de los sindicatos de base de todo el país.
Tras la victoria, Chevalier expresó: “Hoy comienza una nueva etapa, tenemos un desafío histórico que implica audacia y no cálculo, trabajo y no cartel, amplitud y no mezquindad. Necesitamos construir una Federación que se haga fuerte desde sus asociaciones de base para caminar hacia la unidad del movimiento obrero”.

Clara Chevalier, es docente de “Historia del movimiento obrero” en la Universidad Arturo Jauretche y conduce el sindicato docente de esa institución (ADEIUNAJ).
Compartimos una entrevista realizada por Lucas Molinari en junio pasado para el Panorama sindical.
¿Cuál es la situación social de los/las estudiantes en la Universidad Jauretche?
Nuestra Universidad en su origen ha tenido una importante matrícula de estudiantes primera generación universitaria. Hoy tenemos un estudiantado más heterogéneo. Pero lo cierto es que la mayoría de nuestros estudiantes trabajan y en general en trabajos informales. Además, en muchos casos tienen hijos e hijas. Y en ese sentido es un estudiantado al que le golpea fuerte la situación económica que estamos atravesando. Tanto por el lado de la dificultad para cubrir lo necesario a lo largo del mes (se ve cerca de fin de mes como se incrementan las faltas a la clases), por el lado de la falta de becas y del congelamiento de los montos de las mismas.
¿Qué instancias de contención se desarrollan en este contexto de crisis social, para que no abandonen las carreras?
Justamente en estos momentos en que más se necesita instancias de contención es cuando menos recursos tiene la Universidad para desplegarlos. Hay programas de tutorías, de tutores pares, becas que la propia institución provee, becas en el copiado que organizan los centros de estudiantes. Pero, por ejemplo, la Universidad tiene un proyecto de guardería aprobado con financiamiento externo también aprobado que no se pudo ejecutar porque el gobierno de Milei no puso al funcionario que tiene que firmar para ejecutar eso que ya está aprobado. Así que, nos quedamos sin esa herramienta que es fundamental por las características de nuestro estudiantado y que sería muy importante también para los docentes.
¿Qué debates atraviesan a la docencia en esta coyuntura, además de la problemática salarial?
Por un lado, hay un debate muy grande en torno a los entornos virtuales y la enseñanza aprendizaje. Desde la pandemia se vienen dando cambios acelerados en nuestra forma de trabajo y en la forma en que las universidades ofrecen distintas trayectorias formativas. Hay un debate muy acalorado sobre si ser optimistas respecto a las posibilidades que abren estas herramientas o si encontramos que afectan la calidad de la enseñanza. Otro de los debates que nos tienen bastante tensos por estos por estos días es en torno al estudiantado frente a esta situación tan crítica de nuestro sistema universitario. No son pocas las veces que esas discusiones tienen que ver con que no queremos descuidar el aula, que queremos llegar a dar los programas de nuestras materias, que consideramos que el aula también es un espacio de lucha y de construcción política y, al mismo tiempo, en los últimos meses apareció fuertemente un malestar respecto de la falta de reacción que muchas docentes ven en el estudiantado. Frente a una situación que es límite que está llevando a la renuncia de ya de 10.000 docentes, empieza a aparecer este debate sobre cómo los docentes piensan al estudiantado, porque está el recuerdo presente para muchos de cómo fue la resistencia en los 90 motorizada por el movimiento estudiantil.
¿Cómo crees que debe avanzar la pelea de las Universidades contra el ajuste?
Señalaría dos líneas. Una que tiene que ver con el protagonismo a la voz de los trabajadores de las trabajadoras. Se habló mucho de que las universidades no podían pagar la luz no podían pagar el gas como si las universidades fueran un edificio. Y lo cierto es que la columna vertebral del presupuesto universitario somos sus trabajadores, sin personas enseñando, investigando, haciendo extensión, los edificios no son universidades. Por otro lado, creo a esta altura que está claro que el gobierno de Milei ha elegido, como uno de sus tantos enemigos, tanto al sistema universitario como al científico. También está claro que el gobierno de Milei quiere volver 100 años atrás cuando había tres Universidades y 10.000 estudiantes universitarios. Nosotros hoy tenemos 75 universidades desplegadas a lo ancho y largo del territorio nacional con una diversidad de carreras y una cantidad de estudiantes provenientes de distintas clases sociales que no tienen asidero en un proyecto de país que no se plantee la soberanía, el desarrollo la industria como ejes. Con la certeza que, si lo permitimos, este gobierno no dudará en poner a nuestras Universidades sobre la mesa de negociación con el FMI.














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