El 25 de noviembre es el “Día internacional de la eliminación de la violencia contra las mujeres”, y en nuestro país Milagro Sala cumple 2506 días como presa política. Mientras se estancan las causas judiciales, la clase política se desentiende de un caso que ya tomó relevancia internacional.
“Hoy cumplo 2500 días de encierro, primero me llevaron a la Comisaría, después a la Cárcel del Alto Comedero, después a la de Güemes, me armaron una cárcel en Casa del Carmen y después me trajeron acá (su casa), me pasearon por todos lados mientras la CIDH (Corte Interamericana de Derechos Humanos) sacó una resolución pidiendo mi libertad o que me trajeran a mi domicilio”, contó la referente jujeña en un video en redes sociales.
Y continuó: “Hoy tengo destrozada a mi familia, y no lo digo por llorar, porque el poder judicial destrozó a mi familia, a los militantes y a los trabajadores cooperativistas, cerca 5 mil compañeros en diferentes sectores, salud, educación, construcción”.
“Muchos compañeros, no solo de Argentina, sino de Canadá, Francia, Italia, España, Alemania, EEUU y otros lados que militaron por la libertad de los presos políticas de Argentina, y seguimos presos”, lamentó.
En diálogo con radio Rebelde, Milagro recordó que “al principio de este gobierno discutían si éramos presos políticos o éramos detenidos arbitrarios, se pasaron discutiendo y seguimos presos, siempre decimos que la política nos metió presos y es la política la que nos tiene que liberar”, y criticó: “Algunos se están preocupando por ver quién va a ser candidato a presidente, o quien va a ser diputado, se pelean por los cargos, y nosotros peleamos para que los niños tengan algo que comer en su casa y todos los beneficios que se merecen”.
Consultada por las expectativas respecto de las causas judiciales en su contra, sostuvo: “Si sigue gobernando la derecha, el neoliberalismo y la embajada de EEUU en Jujuy, no hay ninguna expectativa. Sé que no voy a poder sentarme en el banquillo y defenderme, presentar pruebas, testigos sin que se sientan amenazados ni invadidos”.
Finalmente, aseguró que “algunos creían que nos iban a enterrar, pero nunca se imaginaron que éramos semillas porque hoy seguimos estando en la calle como Túpac Amaru, seguimos pidiendo más salud, educación, vivienda digna y trabajo”.
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